Francesca IV
Sigue la historia de amor entre Francesca y su cuñada Alegra... ¿ Podrá el amor vencer el miedo?
Francesca IV.
"Acéptame, quiéreme, ámame... aunque no sea perfecta para ti"
Francesca:
Después de entregarme al amor esa tarde, todo fue diferente. Idiotamente me volví mas dependiente de Alegra y ese era mi gran temor, el de no poder abandonarla para volver a Estados Unidos.
Después de tanto tiempo de reprimirme mis sentimientos, de rechazarlos y no poder concluir con mis planes de alejarme ya que sin quererlo o por el juego del destino nos volvíamos a reencontrar, para que me recordara una y otra vez que ella era especial para mi. Que era la única persona que podía hacerme sonreír verdaderamente en este mundo.
Yo misma me sorprendí al contarle mis secretos, a mostrarle otras facetas de mi personalidad, pero inconscientemente quería tener algo con ella, una oportunidad, quizás.
Después de esa noche que di un mini show en el café-restaurant, irónicamente usando mi apellido para que me dejaran dar el bendito show, bueno después de esa noche nuestra relación cambio, se volvió mas estrecha. Yo necesitaba de ella como el aire para respirar, necesitaba verla casi todo el tiempo, necesitaba sentirla cerca de mi, necesitaba escuchar su voz y su benditas “clases de filosofía barata” como le decía yo. Pero la necesitaba conmigo.
Llego un punto en que no podía esconder mi deseo por besarla, por acariciarla, y allí fue cuando ya no podía ocultar la necesidad que tenia de decirle que la amaba.
Pero también como mi relación con Alegra se volvió mas cercana y casi dependiente, algo que me asustaba. Chloé cada vez me frecuentaba más, sin quererlo yo terminaba escuchando de sus problemas con Alegra, no se si era manipulación pero siempre trataba de darme una imagen de lastima.
Yo sabia que Alegra me amaba, me lo decía su mirada, pero nunca me puse a pensar si ella podría dejar a Chloé y como ella tomaría todo esto. Por eso solo me propuse tomar lo que no era mío momentáneamente y soñar que era mío, hasta que me volviera a Estados Unidos y devolvérselo a su “dueña”, se que es algo macabro y estúpido, muy cruel. Pero ella es mi hermana, y aunque a veces la odiaba, jamás podría ser la causante de un dolor tan grande como alejarla del amor de su vida, del amor de nuestras vidas, porque Alegra era el amor de mi vida, era mi necesidad constante. No pienso al decir todo esto que Alegra fuese un objeto, ya que es lo que mas quiero en esta vida, pero se que si le pido que deje todo por mi lo haría, así como yo también lo haría por ella, pero yo jamás soportaría ver a mi hermana sufrir mas de lo que esta sufriendo por mi felicidad. Porque se que Alegra es y siempre será su vida, y que tal vez ella le puede amar mas que yo, porque se que ella le puede dar todo lo que yo no puedo, y es la seguridad, de que pueda cumplir su sueños, su ambición en la política.
- Francesca- se escuchaba otra vez la voz de Chloé llamándome desde el living
- Otra vez tú… ¿que quieres?- dije haciéndome la irritada.
- Hablar contigo hermanita.
- Bien que sucede Chloé, no se si no te diste cuenta pero no soy tu psicóloga personal-
- Pero eres en la única persona en quien confió- esas palabras me dolieron.
- ¿Qué pasa?- dije sentándome a su lado.
- Es Alegra- dijo a punto de llorar.
- Otra vez Alegra, que pasa con Alegra- que sínica que soy dios mío.
- Tiene a otra- dijo tragándose sus mocos- Debe tener a otra- sentencio asustándome.
- ¿Y como estas segura?-
- Porque hace dos semanas no me toca- dijo secándose los mocos, llorando descontroladamente.
- Tal vez no tenga ganas Chloé- se me acongojo el corazón de escucharla tan triste y verla tan destruida.
- No, tu no sabes, ella siempre fue muy débil en el sexo- ya lloraba sin parar.
- ¿Y tu quien crees que sea la chiruza?- tenia que corroborar si dudaba o no de mi.
- No se, una puta seguro-
- Vamos tranquila hermana- dije estrechándole entre mis brazos algo de lo que me sorprendí
- Yo me muero Francesca, me mato si Alegra me deja.
- Noooo- dije con tristeza- Deben ser ideas tuyas… además si eso fuera verdad, no deberías rebajarte a esa idea, tu eres una Bonnet, Chloé Bonnet, una de las mujeres mas cotizadas de Francia- dije para darle ánimos.
- Tu no entiendes, tu no sabes lo que es estar enamorada hasta la medula, ella es mi primer y único amor en mi vida- dijo rompiéndome el eje. Sus palabras eran tan reales, y tan sentidas por mi, y claro si yo sabia lo que era. Si lo sabía hermana, porque mi primer y único amor era la misma mujer.
- Tal vez no te entienda, tal vez no tengamos la mejor relación pero no quiero verte así- dije dulcemente. Su amor me había cambiado mucho- pensé.
Aunque mi único obstáculo a ser feliz completamente era Chloé. Aun asi no podía evitar sentirme flotar al estar entre sus brazos, no podía evitar sonreír a ir a comer junto a ella.
Todo era especial y único. Como la vez que me llevo a conocer la casa country que tenia a las afuera de la ciudad, como nuestro nido de amor, nuestro refugio, y como no las pasamos todo el día besándonos hasta sentir nuestros labios desgastarse, o los nervios que sentí cuando conocí a su familia, siendo claro, la hermanita de su novia, pero aun así era especial, conocer todas esas cosas de su vida, me sentía privilegiada aun siendo su amante, eso no me importaba, porque cuando ella me miraba me hacia sentir única, diferente... ella me amaba y yo a ella y era lo único que importaba en ese momento.
Sonreí estúpidamente recostada en el sillón mientras consolaba a Chloe mientras recordaba ese día.
Donde se supone que me estas llevando- dije pasiblemente mientras la abrazaba.
- A un lugar muy lindo- dijo sonriendo mientras me daba un beso en la frente. Era tan bella, tan perfecta, que no hacia mas que enamorarme mas si se podía.-
- Mmm estoy entusiasmada… espero que no sea como la vez que me llevaste a conocer a tus padres de sorpresa que ese día casi me muero-
- Jaja. Ese día pensé que te iba a dar un paro- dijo sin dejar de reírse- Nunca pensé que la Francesca tan ruda y rebelde pudiese tener nervios por dos viejos-
- Que graciosa- dije haciendo un puchero- Ahora creo cuando dicen que el amor te moldea a su manera
- Y de que manera- dijo antes de besarme dulcemente.
- Ya… ahora dime donde me llevas-
- Un lugar muy especial.
- Ya lo dijiste-
- Un lugar solo nuestro- dijo con los ojos brillantes, esas dos esferas negras que me hacían delirar.
Después de unos minutos, que se hicieron rápidos por tener sus manos entrelazadas a las mías y su atención solo en mi llegamos.
El lugar, especial como ella le decía a las cosas excéntricas y lujosas. Puesto a que esto era un lujo, una casa country a las afueras de la ciudad que seguramente valdría unos cuantos y muchos millones.
- ¿Es de tu familia?
- Es solo mío- dijo sonriendo tan egocéntrica como siempre- ¿Te gusta?
- Si, es muy linda, pero ya sabes lo que pienso de estas cosas.
- Que son muy excéntricas- dijo vacilando-
- Así es- dije esbozando una media sonrisa.
- Es el único lugar que puedo llevarte sin que- dijo agachando la mirada, y no lo soporte, me rendí una vez mas ante ella, ante la inseguridad que la hacia tan tierna y le levante el rostro tiernamente, para besarla, sin dejarla terminar.
Nos besamos lentamente, sin percatarnos de nada alrededor, el ruido del cantar de los pájaros hacia el ambiente tan natural y tierno entre las dos.
Me bajo del auto y de la mano me llevo al interior de la casa. Era enorme, muy bien decorada.
- Muy linda decoración.
- Si lo ha hecho….- tomo una pausa dudando lo que diría.
- ¿Chloé?- dije sin poder ocultar mi tristeza.
- Así es- dijo suspirando.
- Somos unas sínicas- dije tristemente.
- Tienes razón- dijo levantando la vista- Pero te amo y yo no voy a permitir que esto acabe…
Me acerque a ella y la bese, no quería escuchar mas palabras o mas confesiones de amor, aunque me hacían estremecer y me hacían mas feliz y tonta por ella, no quería… Porque después me costaría alejarme de ella.
Esta vez el beso fue mas intenso, la situación la hacia mas intensa, el miedo, el dolor por una parte, pero el amor por otra.
Sus manos estaban en mi cintura, mientras su lengua se colaba dentro de mi boca. En un momento sentí que me faltaba el aire y me separe de ella para mirarla a los ojos y acariciarle el rostro… como me encantaba su mirada, su boca. Volví a besarla, ahora sin temor, sin pensar, la bese como aquella noche, mientras sentía sus manos acariciarme el trasero y colarse dentro de mi camisa de jean, cuando estaba desbrochando los botones de mi camisa la detuve, con cierto temor por la decepción pero la detuve.
- Alegra… yo- dije tímidamente, como decirle que ella era la primera, como decirle que no había dejado que nadie me tocase alguna vez como ella.
- ¿Qué sucede?- su rostro era un poema- ¿Te pasa algo?-
- No mi amor- dije abrazándome a su cuerpo- simplemente yo- escondí mi rostro en su cuello- Yo no estoy lista todavía- dije besándole el cuello
- ¿Qué pasa?- dije acariciándome el cabello- ¿Por qué no quieres?
- Todavía no- dije mirándola a los ojos.
- Entiendo- dijo decepcionada.
- ¿Puedes entenderme?- dije dulcemente tomándole del rostro.
- Claro- dijo dándome un beso corto y dulce.
Se sentó en el sofá, mirando un cuadro que estaba colgada en la pared. Esto era lo que me atraía de ella, su excentricismo, acompañado con su egocentrismo y dulzura al mismo tiempo.
- Me perdonas- dije recostándome en su hombro.
- Claro- dijo acariciándome el rostro y dándome un beso en la frente- Ni que el sexo fuera gran cosa- dijo riendo.
Le hice un gesto de que no le creía en el rostro, porque, de que si algo estaba segura era que si mi hermana estaba tan enamorada y obsesionada por ella, algo que me asustaba, y también conociendo la personalidad dominadora de Alegra seguramente le debía complacer en todo.
- Es verdad, no lo es todo- dijo riendo ante mi rostro-
- ¡Que no!- dije riendo también- Seguramente anoche lo hiciste con Chloé y por eso dices esto, de lo contrario estarías enojada- dije tratando de vacilarla.
- Es verdad- dijo encogiendo mi corazón- Es broma- dijo riendo ante lo que seguramente se había transformado mi rostro.
- Es horrible pensar en que eso puede pasar, pero es algo que no puedo evitarlo- dije sin poder ocultar mi tristeza- Soy simplemente tu amante.
- Escucha- dijo vacilando- No ha pasado nada con Chloé desde esa noche- intente hablar pero me acoto- Y tú sabes más que nadie que Chloé ya no mueve nada en mi. Se ha vuelto una persona tan irritante, ahora lo único que hace es manipular a tú padre, me presiona y me presiona constantemente para que nos casemos, para que pase mas tiempo con ella, tu hermana no es ni la mitad de lo que era antes- dijo con tranquilidad- Y estoy segura que no solo a tu padre manipula- dijo mirándome directamente a los ojos- Es que ahora tienes que aceptarlo, te da remordimiento y culpa después de estar conmigo.
- Es verdad- dije sin mirarla a los ojos y hundiendo mas mi rostro en su cuello- Pero te amo- dije esta vez susurrándole en el oído.
Levante mi vista para mirarla, me miraba con una media sonrisa, mientras sus ojitos negros brillaban como la luna, no eran muchas las veces que había visto sus ojos brillar de esa forma, pero esa era una cualidad que me hacia volver aún mas loca de amor si se podría.
(…)
- Francesca, Francesca- decía la voz insistente de Chloé mientras me sacudía por los hombros.
- ¿Queee?- dije despertando de mis largos recuerdos.
- Que hace media hora que te hablo y tú ni me prestas atención.
- Perdona, solo estaba pensando- dije fríamente como siempre- ¿Qué me decías?-
- ¡Que me tienes que ayudar a recuperar a mi Alegra!- dijo esto de forma desesperante, algo que me causo un estremecimiento en el estomago.
- ¿Cómo voy a hacer eso?- dije con rostro desencajado.
- Tu hablas mucho con ella, pues haz algo- cada segundo, cada minuto, me daba mas lastima la desesperación de mi hermana.
- ¿Por qué simplemente no la dejas volar Chloé?-
- ¿Qué dices?, deja de decir estupideces Francesca- dijo a la defensiva.
- La obsesión es mala, Chloé-
- Tu no entiendes- dijo a punto del llanto una vez mas- Alegra es mi vida, es mi todo, gracias a ella pude superar lo de mamá- dijo sorprendiéndome- Me sujete tanto de ella para olvidar el dolor- dijo gacha rompiéndome el alma- Ahora no me puedo imaginar mi vida sin ella.
- Chloé- dije casi en una suplica, llena de culpa, de desasosiego.
- Sabes- dijo secándose torpemente las lagrimas, con las muñecas, como si fuera una niña- Hemos planeado todo juntas que es imposible para mi imaginarme esos sueños con otra persona.
- Lo siento Chloé yo no se que ha...-
- Tienes que ayudarme- dijo sujetando mis manos y mirándome tiernamente, como si implorada de mi ayuda, si tú supieras Chloé…
- Yo no se si pueda hacer algo-
- Sabes que mamá se sentiría orgullosa de nosotras si nos viera en este momento- dijo clavándome un puñal en el fondo de mi pecho, me dolieron tanto sus palabras que estoy segura que si en ese momento hubiera podido, ya estaría lejos de los ojos de Chloé y de Alegra.
- No digas eso Chloé, sabes que con su recuerdo no puedes jugar, no deberías manipularme con lo que podría ser Chloé- dije casi suplicando, a punto de llorar.
- Si me vieras a los ojos cuando te hablo, te darías cuenta que no te estoy usando- dijo sujetándome de los hombros, es verdad, sus ojos no me mienten, esta desesperada, enamorada, sufriendo por la misma persona que a mi me hace feliz.
- Chloé, creo que deberías irte yo tengo cosas que hacer- dije con voz temblorosa-
- Esta bien- dijo levantándose del sillón- Por favor… No lo olvides Francs- dijo tiernamente, haciéndome recordar tantas cosas de mi infancia, cuando Chloé me decía Francs para que le prestara mis muñecas o cuando nos peleábamos.
- Cuídate- dije abrazándola levemente.
No sabia cuanto tiempo podría seguir aguantando todo esto, pasaba del desazón a la tristeza, de la tristeza a la alegría al escuchar su voz.
Cada día me sentía peor después de ver a mi hermana que cada día parecía que venia mas desesperada, sin encontrar la respuesta a sus problemas, ya no sabia que hacer para volver a tener el amor de Alegra, no sabia como hacer para retenerla, porque aunque la agarrase con dientes y uñas se le estaba escapando, y esa no era mi idea, no era mi idea enamorarme mas a si se puede de Alegra o que a ella algunas veces se le pase la idea de dejar a Chloé, yo quería vivir el momento, vivir las pocas semanas que me quedaban con mi primer y único amor y largarme, dejarla hacer su vida de siempre… sonaba tan fácil, parecía tan fácil, pero el amor lo hace todo tan complejo y difícil.
Me senté junto a mi guitarra en el jardín, necesitaba relajarme, no pensar en nada en concreto, como dicen mis amigos, pensar hace mal y en cierta forma tiene algo de verdad, toda esta situación me estaba haciendo mal.
- ¡es mi cuñada!- pensaba y me sentía tan culpable, tan miserable y tan mala persona. Pero la amo tanto, es mi primer y gran amor.
Como me gustaría cambiarme de nombre y empezar otra vez, amarla sin ataduras, sin tabúes, sin ocultarlo. Poder tomar su mano sin miedos, así como lo hace ella, así como lo hace Chloé.
No tengo miedo a este amor, aunque se de sus consecuencias, tengo miedo de… sufrir y que me duela, que me duela mas de lo que imagino, mas de lo que imagino mi vida sin su mirada sobre mi, sus labios sobre los míos, su voz en mis sentidos…
- Hola- esa voz dulce, esa tonada tan sexi me despertó de mi pequeño letargo- ¿Te desperté?- dice mientras inmuta una dulce sonrisa, me encanta como me mira, nadie me ve como ella lo hace, con esa intensidad, con ese brillo en los ojos.
- No estaba durmiendo- dije sonriéndole coquetamente.
- Me parecía que si, estabas como ida, aún con la guitarra en las piernas- dijo sentándose a lado mío- ¿En que o en quien piensas tanto?
- Justamente la tengo a lado mío en este momento- dije recostándome en su hombro.
- ¿Y en que pensabas bonita?- dijo dándome un beso en la mejilla mientras me abrazaba.
- En que me gustaría haber nacido con otro apellido-
- Si fuera así, tal vez no nos hubiéramos conocido jamás- dijo mientras me acariciaba el brazo. Tenia razón- Si tu quieres podríamos tirar el mundo por la ventana e irnos a un lugar donde nadie sepa tu apellido ni el mío, en un lugar donde nadie nos conozca-
- Deja de bromear, si hacemos eso, Chloé se morirá- dije entre risas, pensando que estaba bromeando-
- La quieres mucho, bien que lo disimulas- dijo riendo
- Sabes que es la única familia en verdad que me queda, aunque sea latosa, caprichosa, soberbia y todos los adjetivos malos que hay y por haber.
- Estoy pensando que esta usando la misma psicología contigo al igual que lo hace conmigo-
- ¿Lo crees?- dije acariciándole las mejillas
- Simplemente lo presiento- dijo mirándome seriamente- Me esta hablando de tener hijos, de bodas y tu padre cada día en el trabajo me presiona y me pregunta sobre mi relación con ella.
- Ella piensa que tienes otra-
- No se equivoca- dijo riendo
- No tienes porque tomarlo todo como broma- me enoje
- Lo siento… lo siento ¿esta bien?- dijo entre risas sujetándome el rostro.
- ¿Qué crees que pasaría si mi padre y Chloé nos descubrieran?-
- Jamás en mi vida podría trabajar en la política y sufriría de miedo a que me la corten-
- Te hablo enserio Alegra-
- Yo también lo hago- dijo riendo- ¿Qué crees que Chloé no lo haría?
- Yo solo se que ella esta sufriendo mucho- dije agachando la mirada.
- Oye- dijo levantándome el rostro con sus manos- ¿No intentaras abandonarme otra vez no?- dijo a tiempo que sus ojos negros me derretían por completa.
- Si me miras de esa forma… jamás podría hacerlo- dije vacilando
- No lo hagas…- dijo exhalando aire- No podría vivir sin ti después de haberte conocido-
- Claro que podrías hacerlo- dije mientras tenia una sensación rara en mi cuerpo no solo eran las reconocidas mariposas sino que también era nostalgia, porque yo sabia que iba a hacer dentro de un mes, la dejaría, me alejaría de sus brazos.
- ¿Tu podrías vivir sin mi?- su pregunta fue tan directa tan fuerte, jamás lo había pensado.
- En este momento no-
- ¿Y mañana no será igual?- dijo expectante
- Tal vez seria peor- dije sin dejar de mirarla, me volvería mas dependiente, necesitaría más de ella, ahora tal vez entendía a Chloé, Alegra es una enfermedad o el amor es una enfermedad.
- Entonces- dijo esbozando una pequeña sonrisa, mientras corría mis cabellos de mi rostro.
- Entonces, ¿que?
- Entonces me amas, no puedes vivir sin mi- decía con tono gracioso
- Egocéntrica- dije pellizcándola- Claro que podría vivir sin ti.
- ¿Podrías vivir sin mis besos?- decía mientras me robaba besos en el rostro y yo trataba de apartarla- Sin mis caricias.
- ¡Claro que si puedo!- dije riendo mientras intentaba zafarme de sus brazos.
- Claro que no puedes no te engañes- dijo juntando su frente a la mía- ¿Eres el amor de mi vida, lo sabes?
- ¿Que se qué?- me hice la tonta
- Que yo no podría vivir sin ti- dijo derritiéndome con sus ojitos.
Estuvimos mucho tiempo abrazadas, sin decir nada, ella acariciaba mi mano mientras me daba besos en el rostro, la verdad que podría acostumbrarme a esto toda la vida, es algo hermoso y placentero estar junto a ella, sentirme amada y querida; y es que es la verdad, yo jamás había amado a alguien como amo a Alegra, jamás he dicho tantas cursilerías juntas que para ella, jamás he dejado que alguien me toque como lo hace ella, la amo, la amo tanto que tengo miedo que mi plan no salga, que yo misma lo arruine por miedo a perderla, porque tengo miedo, aun sabiendo que la dejaré, tengo miedo de perderla y es este miedo que no me deja tranquila. Pero también temo por Chloé por su locura y su amor por Alegra, ya se que no se mucho del amor ni de estos asuntos, pero se que cuando una persona le saca la pareja a otra y además esta es estable eso se llama no tener códigos, en realidad no tener códigos es cuando le sacas la pareja a un amigo, a una amiga y lo peor del mundo es sacárselo a tu a hermana.
Pero yo no quise enamorarme de Alegra, es mas lo negué hasta el día en que no pude más. Es mas jamás me hubiera imaginado todo esta situación, pero sucedió y no puedo negarlo.
Alegra se despidió de mí diciéndome que tendría que ir a trabajar.
Las horas junto a ella siempre pasan rápido y siempre al irse me deja un sentimiento de vacios, siento celos de Chloé porque ella puede tenerlas por la noche y quien sabe si tienen sexo o no, prefiero no pensarlo.
Por suerte esa noche mi padre viajaba a Madrid, quien sabe para que, ojala no regresara jamás.
Me junte a cenar con los chicos esa noche, nada trascendental, solo para hablar de algunas cosas y pasar el rato. Aún estando con mis amigos no podía sacarme de la cabeza a Alegra, no podía dejar de preguntarme que estaría haciendo o que no estaría haciendo.
(…)
Estaba fumando tranquilamente en el balcón de mi habitación, no podía dormir, no conseguía hacerlo no podía dejar de pensar en ella, no lograba sacármela de la cabeza; la extrañaba tanto, la necesitaba junto a mi todo el tiempo, Alegra poco a poco se estaba convirtiendo en una enfermedad para mi y temía terminar como mi hermana, obsesionada por su amor, ¿pero el amor sin locura es amor?
Me sentía ridícula sintiéndome así, necesitándola tanto, necesitándola hasta para respirar, cuantas ideas pasaban por mi cabeza, miedos, miedo a que se aburriera de mi y me dejara de lado que se encontrara otra, lo mas irónico de todo esto es que yo soy la segundona y la extraño como si fuera la primera, pero yo también estoy compartiendo su amor y en el fondo me duele, me lastima saber que Chloé puede estar tocándola y besándola con derechos, me dan unos celos terribles saber que hay cuantas chicas más que la miran que posan sus ojos en mi Alegra.
- Te he dicho que dejaras de fumar- se escucha una voz a lo lejos.
Me asomo a mirar quien es, exaltada.
- Se supone que me prometiste que no lo harías más-
- Ya sabes que los vicios no se pierden, además la promesa era que dejaría de fumar en tu presencia.
- ¿Bueno pero ya estoy aquí, deberías dejar de hacerlo y ayudarme a entrar o te piensas que soy Romeo?- dijo riendo, tan hermosa como siempre, con esos ojos negros alegres y brillantes que me derretían.
- Me encantaría ser tu Julieta, Romeo- dije con vos teatrero y cursi.
- Entonces espera- dijo desapareciéndose de mi vista.
- ¿A dónde vas Romeo?-
- Espera Julieta- grito desde no se donde.
Al rato volvió debajo del balcón algo agitada, mientras yo me reía de nuestras ocurrencias.
- Mira Julieta- dijo enseñándome una rosa que seguramente la había robado del jardín- ¿Ahora me dejaras entrar a tu habitación?
- Pero te subes por los lienzos- dije riendo- Que la señora de limpieza se dará cuenta y pobre de ti cuando se entere Chloé.
- Oye, ni que fuera Romeo- dijo haciéndose la cabreada.
- Eres mi Romeo, pero yo te amo mucho más de lo que Julieta lo amaba.
- ¿Morirías por mi?- dijo con dificultad mientras trepaba por el duro lienzo de las paredes.
- Haría eso y mucho mas por ti- me confesé, sorprendiéndome a mi misma de lo que había dicho
Alegra al subir me miro, simplemente me observo, pero no como siempre, esta vez fue diferente, mas intenso que todas las veces, como si sus ojitos me quisieran decir miles de palabras juntas y no pudiera hacerlo, esa clase de miradas que me profesaba era lo que más me enamoraba de ella, lo que me daba confianza de su amor… sabia que ella me amaba también, con tanta intensidad como yo lo hacia.
-¿Qué?- pregunte con una risa nerviosa.
Sos lo mas hermoso que tengo en mi vida- dijo a tiempo que me besaba.
No hay nada que yo quiera más que a ti- dije mientras le rodeaba con mis brazos-
Cuantas emociones me hacia sentir simplemente con sentir sus labios, esas mariposas traicioneras volvían a aparecer en mi estomago; lentamente nuestro tierno beso se fue haciendo más apasionado, ya Alegra no podía controlar sus “manitas”, no me ofendía sino que me daba gracia, yo también lo deseaba pero me daba muchísimo miedo.
- Amor, mi amor- decía entre suspiros tratándome de separarme de sus labios.
- ¿Qué pasa?- dijo sujetándome del rostro- ¿No confías en mi?-
- No es eso- dije sentándome en la cama.
- ¿Qué es entonces?- dijo sujetando mi mano mientras me daba besos- Ha pasado un tiempo-
- Poco tiempo.
- Entonces no confías en mi- dijo irritada.
- ¿Has venido en busca de sexo?- dije vacilante.
- Por supuesto que no- dijo con tono molesto- Pero me molesta que no confíes en mi, esta bien que soy la primera mujer en tu vida, pero si no quieres hacerlo por lo menos dímelo.
- No serias solo la primera mujer en mi vida, serias la única persona con la que llego a ese punto- si hubiesen visto su cara se morirían de la risa al igual que yo, era todo un poema.
Se quedo en silencio varios minutos en los que yo no dejaba de reír y preguntarle si le había dado un paro cardiaco. Hasta que tiernamente me abrazo.
- Yo pensé que no confiabas en mi, que no me deseas- dijo susurrándome al oído.
- Como no te desearía- dije hundiendo más mi rostro a su cuello, para sentir ese perfume que me enloquecía- Lo deseo- le di un beso en el cuello, a lo que ella respondió suspirando- Pero tengo miedo.
- Jamás te apresuraría a tomar un paso tan importante-
- Lo se-
Alegra no dijo nada más, simplemente me sonrió tiernamente y me abrazo a su pecho.
Me encantaba que hiciera eso, me sentía tan cuidada y protegida a su lado.
Mientras ella jugaba con mi cabello yo recordaba el día en que nos conocimos, mejor dia no nos pudimos conocer, me caía tan mal, me parecía tan egocéntrica y soberbia con su ropa toda fina y su auto de ultimo modelo, más aun con su mirada por encima del hombro a los demás, en ese momento pensé que no nos llevaríamos nada bien, pero la vida da vueltas, es una caja de sorpresa y que manera me dio vuelta a mi. Si hace un mes me hubiesen dicho que estaría acostada en mi cama entre sus brazos mientras juega con mi cabello y besa mi frente, mientras yo tontamente me rio sin motivos porque siento miles de cosquilleos en mi estomago, porque me siento feliz como nunca en mi vida me sentí, ni cuando mi madre me llevo a Disney world me sentí así, tan plena, tan llena, aun con muchísimos problemas y preguntas, nadie podía arruinar esto, nadie podía hacer que la dejara de amar.
- ¿Sabes?- dije despacito
- ¿Qué mi amor?- dijo dulcemente.
- Jamás pensé que una persona como tú seria el centro de mi vida.
- ¿Por qué?- dijo entre risas.
- Demasiado centrada para mí.
- ¿Y tu soñabas con una estrella de rock o con un hippie todo roñoso y sucio?- decía burlona.
- Mmm No esperaba alguien tan aburrida- dije con ganas de fastidiarla.
- ¿Aburrida yo?- dijo mientras me hacia cosquillas.
- Paaaraaa Alegra- decía mientras trataba de quitarla encima mio- No me guustaan las coosquillas-
- Pues a mi si me gusta hacértelas- decía riendo.
- Para, para- decía mientras la besaba para distraerla.
- Eso es trampa- decía siguiendo con las cosquillas a tiempo que le sujetaba las manos y le impedía hacerlo.
En un momento el tiempo se paro y todo a su alrededor también, tenia su aliento agitado tan cerca de mi boca y su cuerpo caliente encima mío.
Cerré mis ojos y la bese sin poder ocultar mis impulsos de hacerlo; tal vez no abría vuelta atrás, pero en ese momento no me importaba.
Sentía sus manos acariciarme el rostro y sus labios perderse en mi cuello, yo estaba temblando, pero no era por miedo sino por los nervios y las sensaciones nuevas de mi cuerpo.
En un momento Alegra deja de besarme y abro mis ojos, me veo sorprendida por la imagen que veo. Alegra respirando profundamente tratando de recuperarse.
- Debe ser especial mi amor- dijo aun agitada.
La atraje una vez más a mí mientras nos abrazábamos acostadas. Quería que esa noche durada para siempre, que todas las noches fueran iguales de hermosas como esta, aunque estoy segura de que cualquier noche con ella seria hermosa, perfecta.
Estuvimos así por varios minutos, sin decir palabras mirándonos a los ojos, no se como la miraba pero sus ojos esa noche, su mirada quedara por siempre gravada en lo más profundo de mi alma, sus ojos negros alegres brillantes, diciéndome más palabras de las que se puedan decir con la boca.
Amaba a esa mujer más que a mi vida.
- Te amo Alegra- dije casi en un susurro mientras hundía mi rostro en su cuello.
- Y yo a vos, no te das una idea de cuanto has cambiado mi vida- dijo susurrándome también, cerca de los labios- Sos lo que más quiero en este mundo, lo que más deseo, no te vayas nunca de mi vida por favor Francecs.
- No me iré- le dije mientras la abrazaba a sabiendas que le mentía, y eso me destruía porque mientras le mentía me mentía a mi misma, me hacia creer que habría vida después de ella y solo ahora me doy cuenta de que no es así, de que Alegra es mi presente y mi futuro.
Pasamos un rato así hasta que su celular sonaba y sonaba sin parar, lo puso en vibrador y cuando se canso del ruido del vibrador lo apago, no había dudas de quien la llamaba y me sentía mal, peor, después de mentirle a Alegra y a sabiendas ahora que Chloé seguramente estaría en un manojo de nervios de tristeza, rompiendo todo a su alrededor, gritando cuantas cosas a la “amante” de Alegra, sin saber que era yo, su propia hermana quien se apoderaba de su amor por esa noche, esa noche hermosa que quería en mi recuerdo por siempre.
- No te sientas mal- dijo leyendo mis pensamientos- Ella es tu hermana, pero nosotras nos amamos.
- Lo se Alegra pero no quiere decir que esto no sea difícil para mi, odio verla sufrir-
- ¿Sufrirás tu entonces?- dijo mientras sujetaba su rostro- Ni tu ni yo somos culpables de lo que sentimos, nos amamos Francecs-
- Deja de decirme así que ella me dice así y me hace pensar aun mas en ella- dije girando mi rostro para no mirarla y no sollozar.
- Eres cambiante como el clima- dijo suspirando- Sabes que si quisieras lo dejaría todo por ti en este preciso momento-
- No quiero que dejes nada por mi
- ¿Entonces hasta cuanto tiempo seguiremos asi, escondidas?- dijo exhalando y largando profundamente el aire. ¿Cómo si estuviéramos cometiendo un crimen?.
- Le estamos haciendo daño a Chloé y eso es peor que un crimen Alegra- dije tajante
- Lo se- dijo suspirando largamente- Pero también se que no puedo vivir sin ti.
- Yo tampoco puedo vivir sin ti-
- Te amo Francs- dijo dándome un dulce beso, que más que a gloria me sabían a melancolía, porque sabia que ella sabia que yo lo haría, que la dejaría, no era ninguna tonta y sus ojos me lo decían.
Se acostó a tiempo que yo pegaba mi cabeza en su pecho, fue una de las sensaciones más increíbles de mi vida… escuchar el latido de su corazón, mientras tiernamente me acariciaba el cabello para hacerme dormir.
Me levante pesadamente; me musitaba enojada para adentro el hecho de haberme olvidado de cerrar las cortinas de las ventanas que separaban el balconcito y la habitación y que el sol pesado de la mañana me levantara. Pero al levantarme pensé que había sido un increíble olvido, ya que junto a mi yacía ella, dormida aun; su rostro tan hermoso y armonioso, tan sereno e inofensivo con esos rayos solares. Podría quedarme así toda la vida mirándola, estaba tonta y locamente enamorada de mi cuñada unos años mayor que yo; mientras esto sucedía, mientras la miraba, me preguntaba tontamente una pregunta que giraba en mi cabeza cuando veía como la veían los demás a Alegra, con admiración y gusto, no siempre lo hacia pero me preguntaba ¿Qué me había visto ella?, que había visto en mi, una simple niña enojada con la vida y rebelde, desorganizada y malhumorada.
No la merecía, no merecía algo tan hermoso, nadie lo merecía, porque supongo que nadie es tan perfecto como Alegra en este mundo o es que, ¿el amor te hace verlo todo tan perfecto?.
- ¿En que tanto piensas amor de mi vida?- dijo con la voz ronca, mientras me miraba expectante con una pequeña sonrisa.
- Cosas sin sentidos- dije abrazándola. Era sorprendente como ella me había cambiado, su amor me había vuelto cálida y cariñosa.
- No creo que por esa cabecita extraña pasen cosas sin sentido- dijo dándome un tierno beso- Bueno no para mi, ahora dime en que piensas.
- Estaba preguntándome que me habías visto, ¿Cómo una persona como tú se podría haber fijado en mi?
- No tengo respuesta para eso- dijo sinceramente- Sucedió todo tan rápido, al principio me parecías insoportable- dijo riendo- Eras tan desesperante, egoísta y desquiciante- prosiguió- Supongo que esa noche en que te salve de caer en un asqueroso vicio y pude ver tu fragilidad empecé a caerme en tus ojos, en tu mirada, en tu forma de ser- dijo tiernamente
- Supongo que fue el destino, quiso que seas tú para que me salves de la obscuridad en la que estaba sumergida.
- El destino quiso que me diera cuenta que estaba viviendo una farsa también y que lo que yo creía amor era solo una imaginación a algo tan grande mi amor.
- Eres lo más hermoso que tengo en mi vida- dije besándola-
“creo en ti y en este amor, que me vuelve indestructible y detuvo mi caída libre”
- Francs- repetía entre suspiros, por el beso largo que nos habíamos dado- Me tengo que ir mi amor- dijo casi en un susurro, como si no lo quisiera decir en verdad- Me hubiese gustado quedarme contigo, pero sabes que este día no será fácil para mi-
- Lo se- dije tratando de esconder mi impotencia, odiaba que no fuera solo mía.
- Pero esta tarde veré si puedo venir si mi amor- dijo acariciando mi rostro.
- Esta bien- dije ya sin poder ocultarlo-
- No te sientas mal mi amor.
- No puedo sentirme bien Alegra- dije suspirando- Me parte el corazón pensar que no eres solo mía, de que algunas noches le hagas el amor a ella, pero me duele también que ella sufra, es mi hermana después de todo y la amo también.
- Si me decís en este preciso momento que lo dejemos todo y nos vayamos a vivir nuestras vidas juntas ¿Crees que lo duraría?-
- Se que te arrepentirías. Jamás me interpondría entre tus sueños-
- Mi sueño eres tu Francs- dijo dándome un beso tierno sin pasión, simplemente dulce y dejándome con las palabras en la boca.
Se fue dejándome con un manojo de dudas, de que haría, de cómo seguiría todo.
Ella sabia que yo me iría y la noche anterior lo había comprobado, sabia que la dejaría y lo que estaba haciendo era tratar de que me quedada a su lado, sin presionarme ni atarme… ahora la amaba más aún.
Yo también lo dejaría todo por ella, se que si me pidiera que tratara de mover las montañas para ella lo haría, si me pidiera que le consiguiera las estrellas iría y las compraría, porque el amor verdadero y fuerte no entiende de limites, pero estoy segura de que ella en el fondo desea todo lo que tendrá con Chloé, sus sueños de siempre, de triunfar y ser exitosa y no puedo interponerme ante eso, porque aun a los lejos, si tengo la certeza de que ella es feliz yo también lo seria; Ni tampoco seria un monstruo para sacarle la novia a mi hermana, no que todos lo supieran, eso seria una humillación para Chloé y temo que se termine quitándose la vida o matándome a mi.
(…)
Pasaron los días, las semanas, nunca en mi vida había sido tan feliz, nunca en mi vida me había sentido tan plena. Alegra me hacia sentir la mujer más amada y protegida en la tierra, todo era tan lindo y perfecto. Algunas noches la pasábamos juntas en mi habitación o viendo las estrellas en el balcón, mis mañanas eran las más hermosas cuando ella subía con unas rosas robadas del jardín y un desayuno que más que hecho era uno rapidito.
Me había alejado completamente de mis amigos, ella me había alejado de todos los vicios, ya que por la promesa que le hice no podía fumar frente a ella y temía que le pareciese desagradable besarme con gusto a tabaco. Cambie completamente mi forma de vestirme, no solo por mi sino que una parte de mi tiene que reconocerlo, quería ser digna de sus ojos, que no se arrepintiera un día de agarrarme de la mano y de decir que era alguien importante para ella. Sin darme cuenta me había vuelto un espejismo de Chloé en la desesperación de que ella no se sintiera decepcionada de mí, pero me confundí… Alegra me amaba, tal como era antes, sin las capas de maquillaje ni la ropa de marca que me había puesto para que se sintiera más orgullosa de mí, aunque no me gustase hacerlo y no me había dado cuenta hasta esa noche… Aquella noche en que viví miles de emociones y vivencias diferentes, fuertes y efímeras.
Fue en su cumpleaños, unas semanas antes de mi plan de volver a Estados Unidos.
Ese día sabia que estarían todos sus mejores amigos así que tome casi toda la tarde en prepararme, con la ayuda de la mucama de casa. Fue uno de mis mayores errores, no el hecho de arreglarme mucho, sino el hecho de haber dejado de ser yo por miedo a que ella se sintiera avergonzada de mí.
Sabía que mi padre y Chloé estarían allí así que la excusa fue fácil, “ellos me obligaron a ir”.
Estaba tan nerviosa, nunca había recordado estar tan nerviosa, pero es que conocería otra parte de Alegra y es con que clase de personas se relacionaba
Había ido con mi padre que se paso todo el camino tratando de alabarme y diciéndome lo hermosa que estaba.
Por lo que sabia su cumpleaños seria en una quinta de sus padres a las afueras de la ciudad, mi padre por suerte para mi, estaría solo un momento ya que después se iría a Brúcelas por una cumbre que tendrían y el cumpleaños de Alegra duraba hasta la madrugada.
No sabia que comprarle pero a consejo de mi mejor amiga, le compre un collar de oro.
“No es que quiera cambiar simplemente una parte de mi siempre temió que me rechazaras”
La divisé desde lejos, hermosa como siempre, hablando con unas personas mientras sostenía una copa,sin percatarse que la miraba y me enamoraba aun mas; estaba hermosa con un vestido veraniego largo y blanco, tan elegante e informal a la vez y así como la divise a ella también la vi desde lejos a Chloé hablando efusivamente con unas chicas al parecer… cuantos celos y envidia me dieron, Chloé nunca pasaba desapercibida, era tan elegante y hermosa digna de una mujer como Alegra.
Me sentí mal, con el autoestima más bajo de lo que ya tenia, al ver como los demás miraban y prestaban atención a Chloé, hasta me sentía horrible con el vestido que traía puesto . Y otra vez volvía a mi esa incomoda pregunta de ¿que era lo que me había visto Alegra?, teniendo a una mujer a la que todos deseaban y admiraban como Chloé.
Creo que ese fue mi error inconscientemente quise ser como mi hermana, pensando que así podría tener incondicionalmente el amor de Alegra, sin darme cuenta o percatarme que la había enamorado tal como era.
- No se que miras tanto, estaba pensando que te había gustado algunas de mis amigas, te lo venia a preguntar, pero como me encanta que te quedes colgada me quede viéndote y pensando lo hermosa que estas, lo hermosa que sos- susurro en mi oído, tan despacio que estoy segura que nadie mas que nosotras lo escucharíamos.
- Es…. que- dije nerviosa- Soy de esta clase, pero siempre he huido de ella-
- No te pierdes de nada- dijo tomando un sorbo de su champagne.
- Feliz cumpleaños mi amor- dije despacito- Tengo tu regalo pero aquí no te lo puedo mostrar.
- ¿Me vas a sorprender?- dijo risueña.
- Espero que si.
Cuando estábamos por escaparnos por segundos de la fiesta, apareció la reina de la elite para estropearlo todo.
- Hermanita- dijo tranquilamente-Estas mejorando con tu estilo- dijo riendo de un lado. A su lado estaban las amigas de Alegra y un par suyas que ya conocía.
- Un gusto tu debes ser Francesca- dijo una morocha alta de ojos marrones oscuros, linda pero nada de otro mundo- Mi nombre es Dafnée, he oído hablar mucho de ti.
- Un gusto- dije saludándola con un beso.
- Yo soy Elise- dijo una rubia bajita, muy bella- La mejor amiga de Alegra- dijo serenamente.
Como las otras arpías amigas de Chloé ya me conocían no me saludaron, no me caían bien ni yo a ellas.
Me quede con Dafnée y con Elise ya que alguien se había raptado a mi amor y Chloé había ido a recibir y a saludar mas visitas como si en vez del cumpleaños de Alegra fuese su casamiento. Sus amigas Erika, Esther, Fanny y Helena habían ido tras ella como perros falderos.
Buscaba a Alegra con la mirada sin darme cuenta que estaban sus amigas alado mío sin prestarle siquiera atención.
- ¿Y cuantos años tienes?- dijo la rubia, Diecisiete- conteste aun buscando a Alegra con la mirada.
- ¿Qué piensas estudiar Francesca?- preguntó otra vez Elise. típica pregunta que hacen los “mayores” a los adolescentes o mas chicos.
- No lo se-
- ¿Queda poco no?
- Si pero no pienso desesperarme todavía- dije con una pequeña sonrisa.
Nos quedamos en silencio, incomodo, la morocha twitteaba al parecer en su blackberry mientras le comentaba a Elise sobre lo que ponia, quería preguntar algo, decir algo pero no sabia que hacer, temía darles una mala impresión y estoy segura que antes de hablar estupideces es mejor callar muchas veces-
- Mira- dijo la rubia a la morocha. Señalando a una mujer que estaba saludando a Alegra, al fin la encontraba estaba en un lugar junto a la barra
- ¿Qué paso?- dijo la otra despegando un poco su mirada de su teléfono.
- Mira quien vino a la fiesta- dijo pareciendo exaltada.
- Como tiene rostro- dijo la rubia mientras yo no entendía nada-
- Créeme que cuando Chloé se de cuenta de que esa esta aquí, se quedara sin cara-
- ¿Quién es?- dije sin poder evitarme la curiosidad por esa respuesta.
- Una chica a la que tu hermana odia, por andar tras Alegra desde hace unos años atrás
La detalle mientras sentía una opresión en el pecho al ver como abrazaba a Alegra y como ella se dejaba abrazar, sentí rabia, ira, todas las emociones juntas. Era hermosa sin dudas, de cabello negro, piel blanca y ojos azules como el mar, en ningún lugar pasaría desapercibida, era de estatura mediana ni alta ni tan baja, y para mi desdicha tenia toda la elegancia de cualquier modelo.
- ¿Cómo se llama?- no pude evitar preguntar esto tragando saliva.
- Emma- dijo Daffnée.
- Es muy bonita- dije tratando de sonar normal y tragarme mi ira.
- Es modelo- dijo Elise- de una marca muy importante aquí en Paris.
- ¿Tú crees que a Alegra le siga gustando?- dijo Daffnée-
- No lo se- contesto Elise
- ¿A Alegra le gustaba ella?- pregunte con suma curiosidad.
- Siempre le ha gustado- dijo la morocha- Y con razón, si a mi me gustaran las mujeres también me gustaría ella, es casi perfecta.
- Yo creo que para Alegra no hay nadie mejor que Chloé igual- dijo Elise haciéndome sentir peor y más miserable de lo que me sentía.
- Supongo- dije tragando lentamente saliva, sin despegar mis ojos de Alegra, de cómo jugueteaba con su amiga.
- ¿ Y dime que piensas estudiar Francesca?- pregunto otra vez Elise.
- Ya te he dicho que no lo se- dije frustrada, sin darme cuenta que me estaba volviendo otra vez insoportable como antes, pero era esa opresión en mi pecho, lo que hacia nublar mi mente, mis ojos, mi razón.
“es gracioso, pero te comparto con ella, con mi propia hermana, pero no quiero siquiera que las demás puedan poner sus ojos sobre ti, porque ella era tu dueña y yo sueño con serlo también”
- Solo preguntaba, me equivoque, lo siento- dijo con rostro sorprendido por mi actitud.
- Discúlpame tú- dije a tiempo que me alejaba para poder tranquilizarme, enfriar mi mente.
Me senté en uno de los sillones del costado mientras tomaba agua; aunque tratara de tranquilizarme no podía, no podía dejar de mirarla, de mirar como se reía efusivamente, si no me hubiese controlado y estuviera alcoholizada, seguramente la tonta esa estaría nadando en la piscina por meterse con mi Alegra; ¿mi Alegra?, ni siquiera era mía, pero en ese momento no me importaba, quería que se alejara, que se esfumara, ya demasiado tenia con mi hermana para que apareciera otra.
Tal vez en ese momento no me daba cuenta, de lo ridícula que estaba siendo, de las estupideces que pensaba; pero supongo que cuando te dan por primera vez ataques fuertes de celos no puedes pensar en otra cosa que querer aniquilar a la tercera en discordia, aunque lo más gracioso es que yo era una tercera también, que se sentía primera.
Camine a paso lento cerca de Alegra, con la intención de que me viera y que los demás no se dieran cuenta de que buscaba una conexión visual.
Cuando nuestras miradas se cruzaron la incité a que me siguiera, me dirigí lejos de toda la fiesta, a seguramente lo que era el jardín del country, ya que habías muchos pinos y arbustos.
Espere impacientemente varios minutos con los nervios de puntas y preguntándome porque no me había seguido en ese preciso momento.
- ¿Esperaste mucho?- dijo tapándome los ojos con sus manos.
- Demasiado- dije suspirando
- ¿Qué paso amor?- dijo con esa sonrisa egocéntrica que fácilmente podría odiar pero que realmente la amaba y me conquistaba.
- ¿Que, que, que paso?- dije sintiéndome nerviosa sin saber que decir después de mucho tiempo.
- Si, ¿Qué te paso?- dijo frunciendo el ceño y mirándome expectativa- ¿Querías decirme algo?-
- No- dije insegura, ¿Cómo decirle que me moría de celos de verla tontear con esa mujer?, yo que siempre fui segura de mi misma, que siempre lo demostré con orgullo.
Ella simplemente me sonrió, con esa sonrisa triunfadora y ganadora que siempre tenia, que seguramente no solo me conquistaba a mi sino que hacia delirar a muchas más.
- Perdóname por no prestarte mucha atención mi amor- dijo abrazándome tiernamente- Pero eso de disimular no se me da muy bien, así que prefiero no acercarme para no levantar tantas sospechas.
- Lo entiendo amor- dije sumergiendo mi rostro en su cuello.
- Me gustaría raptarte y escaparme, llevarte a un lugar lejos de aquí, sin que nadie nos pudiera molestar- dijo susurrándome al oído.
- No sabia que tenias ex`s novias tan bonitas- cambie radicalmente de tema, sin poder huir de lo que me perturbaba-
- Sabes que soy irresistible- dijo sonriendo y mostrando esa dentadura perfecta.
- Si, claro- dije sarcásticamente separándome de ella para darle un golpe seco y amigable en el estomago.
- Oye- dijo haciéndose la enojada- Has vuelto a ser la Francesca violenta de antes- dijo agarrándome y besándome sin dejarme contestarle a su burla, en uno de esos besos soñados, que te sacan la respiración y te dejan el corazón con las pulsaciones altas.
- Si me sigues besando así estoy segura que no podre soltarte más mi amor- dijo susurrando mientras me daba un beso en la frente.
- Entonces no lo hagas y quédate por siempre junto a mi, en donde no te pueda mirar ni tocar nadie, solo yo.
- ¿Estas celosita Francs?- dijo burlona mientras me apretaba la nariz.
- Ya quisieras- dije haciéndome la molesta.
- Estoy segura que así es…. Auch- espetó mientras reía por el golpe seco que le había dado en el estomago- Violenta-
- Para que dejes de fastidiarme con cosas que no son ciertas-
- Esta bien no son ciertas- dijo sarcásticamente riéndose amigablemente de mi mientras intentaba darme picos que yo rechazaba- Señorita Francesca quiere acompañarme, para volver a una fiesta aburridísima, que lamentablemente es mi cumpleaños-
- No te veías tan aburrida, con esa modelo de….- quería decir de cuarta, de quinta, de miércoles, lo peor de lo peor, pero a simple vista parecía perfecta-
- Esa modelo que esta más buena que tomar café en invierno- dijo en tono de broma
- Si te parece tan buena porque no te vas con ella- (eso diría mi novia)
- Porque vos estas más buena que ver jugar al Barcelona- club del cual Alegra era hincha.
- A mira que bien…- Inmute caminando antes que ella.
Ella tenia que esperar, para no levantar sospechas, mientras caminaba me daba vuelta para verla, con esa mirada altanera de siempre mientras me sonreía y esa sonrisa egocéntrica insoportable que tenia.
Cuando volví la fiesta al parecer estaba comenzando, con música muy tranquila todavía, pero algunos ya estaban bailando y otros simplemente se movían con tragos en las manos.
Me senté en unos de los sillones que tenían alrededor de la pista, mientras miraba a las demás personas, sin pensar en nada en concreto, con la mente en blanco, sin prestar mucha atención. Me quede un tiempo así “colgada” sin percatarme de nada, hasta que siento una mirada posarse en mi, hay veces que la mente o la visión tienen esas reacciones de pensar o inmutarse de que alguien nos observa. Al levantar la vista vi a la mamá de Alegra, observándome, mientras me sonreía tiernamente, sabia que era la mamá de Alegra, porque en una de las cenas familiares me la habían presentado, lo raro es que ella me estuviese viendo y que además se acercara a mi.
- Francesquita- dijo “ mi suegra” sentándose alado mío, jamás me habían llamado así y mas que molestia me había causado gracia.
- Hola- dije amigablemente, nunca me había llevado con las personas mayores, si me costaba entablar conversación con cualquier persona, me costaba aun más hacerlo con las personas mayores-
- ¿Te aburres?- dijo con una media sonrisa, viéndola directamente ahora, me daba cuenta que Alegra tenia sus mismos ojos y su misma sonrisa- Te ha molestado que te llame Francesquita- negué con la cabeza- Es que Chloé cuando habla de ti siempre te dice así- continuo hablando- a tiempo que yo guiaba mi mirada ahora a Chloé que bailaba alegremente con mi amor, un manojo de celos me inundaron en ese momento, no me había percatado de que estaba juntas y no lo haría si la señora no me lo decía- ¿Hacen una linda pareja no es así?- asentí con la cabeza, sintiendo mi boca seca, sin poder inmutar ninguna palabra-
Nos quedamos en silencio, no incomodo, ni siquiera me percataba que ella estaba a lado mío mirándome fijamente, lo único que me importaba era mirar a Alegra, ver como se divertía con Chloé… Pensaba que asi deberían ser las cosas, ella feliz, las dos felices, ya que yo siempre había sobrado, siempre había sido la tercera, a la que Alegra escondía y la que se escondía también y en ese momento la realidad me golpeo en el rostro, yo quería eso, yo en realidad lo quería, quería tener a Alegra por un tiempo, el corto tiempo que me quedaba y después seria tan egoísta y volveria a Estados Unidos, dejando una tormenta entre ellas dos, y soy tan egoísta que me duele verlas feliz, porque mientras Alegra es feliz con Chloé me siento mal, eso realmente me destruye, saber que otra es su felicidad-
- ¿Te gusta realmente no es así?- dijo la mamá de Alegra haciendo que mi atención se virara directamente a ella.
- ¿Quién?- dije con sorpresa por sus palabras
- Mi hija- dijo sorprendiendo totalmente, dejándome sin palabras.
- Pe…pero… que dice- dije a punto del paro cardiaco.
- Lo que veo muchachita- dijo riendo de forma muy dulce.
- Como podría gustarme la novia de mi hermana- dije haciéndome la molesta.
- Esos ojitos no solo dicen que te gustan- dijo sin dejar de sonreír- Y antes de que sigas negando lo que digo, quiero que sepas que no saben esconderse tan bien para ir a besuquearse- dijo dejándome blanca del miedo y de la conmocion- No te preocupes que solo yo me di cuenta que habían desaparecido y quería ir a verificar si esas miraditas que se daban en las cenas eran de complicidad, de amistad o de algo mas como lo sospechaba.
- Yo…yo, no se, no se que decir- inmute con voz bajita, con mucha vergüenza y miedo.
- Al principio me enoje mucho con Alegra, por haberse metido con una niña- dijo haciéndome erizar, era lo único que me faltaba, que ella además me odiara- ¿Pero sabes que?
- No- dije todavía en tono desconocido para mí.
- Después me sentí feliz.
- ¿Por qué?, claro si se puede saber- dije sin atreverme a mirarla aún.
- Porque odio a tu hermana- dijo directa, sorprendiéndome una vez mas- Ella no es una mujer digna de mi hija-
- ¿Y usted cree que yo si lo soy?- dije tímidamente.
- No lo se- dijo mirándome directamente a los ojos- Pero mi hija te observa de una manera diferente, podría decirse hasta de una forma tierna y dulce, de una forma que jamás pude observarlo en ella- esta señora no dejaba de sorprenderme- Jamás he visto que haya mirado de esa forma a Chloé ni a ninguna de las chicas con las que estaba antes, solo lo he visto cuando te mira a ti, muchas veces, hoy antes de acercarme a ti, cuando parecías dormida despierta, no te diste cuenta, nadie lo hizo… pero ella de lejos te observaba disimuladamente y solo veía ternura en su rostro.
- ¿Aún así que me hace mejor que Chloé?-
- No deberías preguntarte que te hace mejor que Chloé o que te hace mejor para Alegra, sino que harás cuando mi hija decida dejarlo todo por ti- dijo levantándose para irse dejándome con un manojo de preguntas y de duras, con una conmoción y sorpresa sin igual.
Ella tenia razón, en este poco tiempo, lo único que me estaba preguntando era como podía ser mejor que Chloé y sin darme cuenta había caído en lo mismo que ella, tratar de ser la mujer ideal de para Alegra, olvidando quien era y como ella se había enamorado de mi, olvidándolo todo para intentar ser perfecta, ¿Para qué?, si luego me iría, y la dejaría, sin intentar nada.
Había ignorado tantas veces las palabras de Alegra de irnos a la mierda juntas y empezar de nuevo, otra vez, lejos de todo, de todas las personas que me quieran señalar por haberle robado la pareja a mi hermana, lejos de ver el sufrimiento de mi hermana, aunque fuese egoísta, el amor es así, egoísta y cruel, yo la quería conmigo, pero quería tanto a Chloé también que solo tenia en mente mi primer y único plan, sin haber pensado que haría si no podía ejecutarlo, si no tendría fuerzas de dejarla cuando me viese con esos ojitos tan tiernos.
Me aleje del lugar, caminando quien sabe donde, hasta que llegue otra vez en ese jardín, quise sacar de mi cartera unos pañuelitos descartables para secarme la nariz. Cuando me di cuenta que había dejado en la cartera el collar que le había comprado a Alegra y que me había olvidado de dárselo. Me sentí avergonzada, por pensar que lo material seria más importante y más lindo para Alegra que otra cosa… tenia en mi mano una pulsera de diamantes de 5 quilates. Ese no era el regalo ideal y lo sabia, lo sentía en el momento en que lo fui a comprar con la tarjeta de mi padre, que hasta él se había sorprendido de que le hubiese pedido dinero y además que cantidad de dinero. Lo guarde otra vez en la cajita de regalo y lo puse en mi bolso, definitivamente ese no era el regalo que le daría, ese es el regalo que Chloé u otra persona de su entorno le daría…
Camine otra vez hacia la fiesta, sintiendo mis pies pesados, ¿Qué le podría regalar ahora?, al parecer ahora tocaban unos músicos unas baladas, mientras una que otras parejas bailaban.
Alegra me sonrió dulcemente desde una esquina, y me hizo un gesto para que me fijara mi celular.
Al prenderlo me encontré con cuatro mensajes suyos.
1º mensaje: “ en donde estas”
2º mensaje: “¿te ha molestado algo?, ¿donde te encuentras estas bien?
3º mensaje: respóndeme Francesca, me estas desesperando
4º mensaje: Eiii, ¿Qué estas bien?, ¿donde estas, con quien estas?
Termine de leerlos y la mire, mientras le sonreía y me disponía a contestarle.
“¿Con quien pensabas que estaba?”
“ No lo se, pero hay tantos y tantas que no te sacan la mirada”- contesto al momento
“ la verdad no estaba con nadie, pero necesitaba pensar”
“ha sucedido algo”
“Nada importante”- mentí.
“escucha la música”- dijo mientras levantaba la vista y la veía sonriendo escuchando summer Paradise de simple plan cantado por la banda que había sido contratado.
“ te gusta”
“ si mucho…supongo que en dos meses tendré que cantar y escuchar esa canción todo el tiempo, el amor es masoquista”- escribió, mientras veía en sus ojos ese brillo, de tristeza o de desasosiego… Las dos sabíamos la realidad.
En ese momento supe que le tenia que regalar…
Me acerque lentamente a la mamá de Alegra y le pedi que me ayudara por favor, lo único que tendría que hacer era despistar a Alegra hasta que yo pudiera arreglarlo todo para darle su regalo.
Y asi fue, la señora además de ser un genio fue muy amable conmigo, no solo despisto a Alegra sino que se la llevo lejos para que pudiera preparar mi regalo, no necesitaba mucho tiempo, pero lo que necesitaba era que ella no se diera cuenta. Cuando todo estaba listo, le mande un mensaje a mi “suegra” para decirle que ya la podría liberar sabe el cielo que habrá hecho para despistarla.
- ¿No piensas cantar no Francesca?- dijo Chloé sonando histérica, esta era la verdadera Chloé que conocía, no la que se hacia la buenita todas las tardes en casa.
- ¿Hay algún problema en que lo haga?- dije ignorándola y entregándole al guitarrista los acordes que debía tocar
- ¿ No te parece buena la banda?-
- Si pero….
- Déjala- se adelanto a decir la mamá de Alegra- ¿no quieres que Francesca cante?- dijo con vos fría.
- No es solo que- dijo tartamudeando.
- ¿Solo que?- dijo enarcando una ceja.
- Esta bien, hazlo- dijo mirándome con rabia, para luego sonreírle con hipocresía a la mamá de Alegra- Discúlpeme suegra, voy a ver en donde se encuentra mi novia.
Cuando Chloé se fue, la mamá de alegra me hablo-
- Tranquila, ella ya viene- dijo guiñándome un ojo- ¿te daré el ok si?, solo mírame.
Sentía nervios y un miedo que en otro momento y lugar me hubiese hecho correr, un miedo que pocas veces sentí… no sentía miedo a que no le gustase a las personas que estaban ahí, a las ciento y pico de personas que se encontraban expectantes mirándome, sino que sentía miedo a su rechazo… rechazo por lo arriesgado que iba a hacer.
Pero cuando su mamá me dio el OK, todo ese temor se había esfumado para convertirse en nerviosismo y más al escuchar la melodía del piano, levantar la vista y ver sus ojos clavados en mi. Cerre los ojos y comencé a cantar, diciéndome a mi misma que ya estaba ahí y que no podía huir.
http://www.youtube.com/watch?v=lB0Cce3tyOc
Heart beats fast latidos del corazón rapidos
Colors and promises colores y promesas
How to be brave como ser valiente
Sabia que había cantado muy bajito esa parte, pero tenia muchos nervios, un manojo de nervios y miedo… pero al levantar la vista y mirarla todo cambio, pensé que desaprovaria mi acción pero al contrario me estaba sonriendo a punto de lagrimiar, nunca la había visto asi, tan tierna, tan hermosa, mirándome de esa forma que me haría llorar también. La melodía siguió y yo me di cuenta que me había quedodo un poquito atrás, entonces segui, pero esta vez sin miedo, sin nerviosa, tratando de sonar lo mejor posible, para que ella se pusiera orgullosa de mi…
“Porque cuando tengo tu mirada en mi…todos mis miedos, toda mi incertidumbre desaparece”
¿Cómo puedo amar cuando tengo miedo a caer?
Pero viendo que estas sola…
Todas mis dudas desaparecen de alguna manera
Un paso más cerca
(…)
Yo he muerto todos los días esperándote
Mi amor no tengas miedo yo te he amado
Por mil años
Y te amaré por mil años más
(…)
El tiempo se detiene
belleza en todo lo que ella es
Voy a ser valiente
No dejare que nada me quiten
Lo que tengo frente a mi
cada respiración
Cada hora que ha llegado a esto
Un paso más cerca…
he muerto cada dia esperando por ti
Mi amor no tengas miedo…. yo te he amado
Durante mil años
Te amaré por mil más
Y a lo largo creí que te encontraría
El tiempo ha traído a tu corazón a mi
yo te he amado por mil de años
Te amaré por mil más
Un paso más cerca
Un paso más cerca
Yo he muerto todos los días esperándote
Querido no tengas miedo yo te he amado
Durante mil años
Te amaré por mil más
Juraría que en mi vida jamás habría un momento tan mágico y especial como ese, en donde solo ella y yo existíamos, en donde nuestras miradas no se despegaban ni para mirar que dirían los demás de nosotras… No me importaba y tal vez ya no nos importaba.
A terminar la canción, pude ver como una pequeña lagrima corría por su mejilla mientras reía y aplaudía como por sorpresa los demás también lo hacían… al mirar hacia los demás pude ver la sonrisa complice de la madre de Alegra, la extrañeza de algunas miradas y sonrisa de otros que aplaudían, pero al detenerme pude ver una mirada que me bajo directamente del ensueño en que me encontraba en ese momento, esa mirada me hizo erizar todo el cuerpo…
La mirada molesta y asesina de mi hermana
PD: se lo dedico a la mujer de mis sueños… Victoria esto es para vos, te amo con toda mi alma y para mi ferchu que la quiero un montonazo.
la única culpa de mi tardanza se llama Victoria, ella me tiene embobada y tonta, con todo lo que hace, con todo lo que significa.
Gracias a ustedes que me leen y este relato no lo hubiese escrito si no hubiese sido por algunas personas que siempre estan ahi, "recordandome" que debo terminarlo
disculpen los errores, pero no edite ni volvi a leer el relato, no me gusta hacerlo supongo, que debe haber mucho errores y horrores, disculpen!.