Fragmentos

Conversaciones 100% reales.

  • Joder, y parecía tan modosita la guarra esta.
  • Ya te digo, me lo cuentan y no me lo creo.
  • Si me lo cuentan, me da algo por perdérmelo.
  • También es verdad.
  • Tenía buenas vibraciones antes de este viaje, pero joder!, esto supera todo lo que podría haberme imaginado.
  • Bueno, yo tengo mucha imaginación.
  • Tú eres un pervertido.
  • Habló el santo.
  • Cuántos van ya?
  • Pablo era el quinto.
  • Joder, soy el siguiente.
  • A ver si te va a dar un gatillazo.
  • Calla cabronazo, no seas gafe. Si no se me levanta, me la corto.
  • Tomo nota.
  • Joder, cuánto tiempo lleva ahí dentro?
  • Tío, relájate, que si no es peor.
  • Para ti es fácil decirlo, ya te estrenaste con la Glotona.
  • Pero fue un asco.
  • Ya me gustaría a mí sentir ese asco.
  • En serio, tío, si pudiera echar marcha atrás...
  • Todos decís lo mismo!
  • Por algo será.
  • Pero es que no piensa acabar nunca este hijoputa? Que algunos todavía estamos esperando!
  • Qué impaciente!
  • Tú también lo estarías.
  • Te acostumbrarás y no será tan importante.
  • Dios te oiga.
  • Creo que envidio tu situación.
  • Tú alucinas.
  • En serio, nunca se tienen más ganas que la primera vez.
  • Si tú lo dices...
  • Ya lo verás.
  • Que sí, que sí... pero cómo tarda tant...

Se abre una puerta y aparecen dos figuras, una desnuda y otra a medio vestir, una femenina y otra varonil, las dos con grandes sonrisas.

  • Ya era hora!

La menuda figura femenina abre sus pequeña y dulce boca y una melodiosa voz inunda la estancia repleta de adolescentes calentorros y, aún, incrédulos:

  • Quién es el siguiente?
  • Yo!
  • Vamos p'adentro.

Una luz tenue es la única iluminación de la habitación una vez cerrada la puerta. Una mezcla intensa de olores satura el olfato de todo aquel en su interior. El vestido comienza a desnudarse de forma apresurada.

  • Estás empalmao o te la chupo un rato?
  • Ee... estoy listo.
  • Oki. No me quedan condones, tú tienes?
  • Err... bueno, no.
  • Si a ti no te importa, a mí tampoco, Roberto y Pablo ya se han corrido dentro. Tú mismo.

Silencio e indecisión durante unos agobiantes quince segundos, sólo roto por la melodiosa voz de aquella nínfula descarriada.

  • Encima o debajo?
  • Qu... qu... cómo?
  • Casi que debajo, no? Venga, empieza nene, estoy deseándolo.

Crujido de tablas. Chirrido de muelles. Jadeos y resoplidos. Gemidos y aullidos. Cuerpos sudorosos en la semi-oscuridad. Más jadeos y gemidos. Más aún. Más. Menos silencio y más ruido. Intercambio de fluidos. Jadeos decadentes, hasta casi un murmullo. Silencio, otra vez.

Se repite el proceso, se abre la puerta y aparecen dos figuras, una desnuda y otra a medio vestir, una femenina y otra varonil, las dos con grandes sonrisas.

  • El siguiente?