Fotos comprometidas
Segunda parte de secretaria dormida. Aprovechamos las fotos que hicimos para volver a tener una fiesta con ella como protagonista.
Hacía unos días del extraordinario viaje que habíamos esa experiencia tan particular con nuestra secretaria, Susana.
Una tarde, volvimos a sacar el tema. Ella no se había enterado de nada, y nosotros lo habíamos pasado en grande. Había sido una gran experiencia, la única pena, que al haber estado dormida, no pudimos ver mover sus encantos, ni disfrutarla en vivo. Era casi como haber disfrutado de una muerta, ni sintió, ni padeció, y sobre todo no se inmutó.
Ángel, nos preguntó si nos gustaría haberla visto en acción, despierta, moviendose, dejándose hacer, pero de una forma más activa.
Por supuesto que habría sido un sueño, pero jamás lo consentiría. Era una mujer encelada, enamorada de su marido, y no daría nunca pie, a una relación extramatrimonial.
Andrés propuso pagarle una suculenta cantidad, para poderla tener ante nosotros. Era absurdo, no se habría vendido ni por todo el oro del mundo. Tal vez esa actitud suya, hacía que la mujer fuese tan deseada por todos, y produjese un morbo tan especial.
A mi me habría gustado tenerla de otra forma, pero no veía posibilidad de hacerlo. En cualquier caso, siempre nos quedarían las fotos y el video que habíamos grabado, y en el que se la podía ver con todos nosotros, con sus encantos al descubierto y en actitud provocativa.
Ángel, siempre era el más osado, y por tanto tuvo la idea mágica. Es muy sencillo, respondió. Si quereis estar con ella, tengo la receta para hacerlo, o mejor dicho, las fotos.
Las fotos?, entonces entendí todo. Hacerle un chantaje.
Pero no sé si será posible. Como vamos a hacerlo? Si le enseñamos las fotos, sabrá que abusamos de ella.
En realidad, no se trata de lo que ella piense, sino de lo que ella vea en esas fotos, y de lo que tema que podemos hacer con ellas. Tenemos miles de imágenes, en muchas de ellas, está en situación provocativa, en la que nadie, ni tan siquiera su marido, podría afirmar que no está despierta. A todos los efectos, ella se habrá tirado a algunos de vosotros.
Si mirais las imágenes, hay alguna, como en estas en las que está conmigo, en la que parece que somos dos amantes. Si la amenazamos con hacérselas llegar a su marido, será sencillo que tenga miedo y acceda a lo que le propongamos.
Está bien, Ángel, depende de tí. Lo dejamos en tus manos, pero mantennos informados.
Quiero que la convenzas, para que esté con nosotros un día, que la podamos tener a nuestro antojo durante unas horas.
Sólo sé que habló con ellas, le enseñó las fotos en las que estaba con él, y salió de su despacho.
Ella no decía nada. Dijo que se sentía mal y salió de la oficina, camino de su casa.
Temí que pudiera contar todo a su marido, y montar un escándalo, pero estaba asustada, temiendo que pudiera pensar que había sido ella la culpable, en un desliz, habría caído en las garras del seductor Ángel.
Al día siguiente llegó a la oficina, y me dijo que quería dejar su empleo. Ángel y Andrés entraron al despacho y le dijimos que el hecho de dejar la oficina, no impediria que esas fotos las viese su marido.
Sabrá que me habeis violado, que os aprovechasteis de mi cuando estaba dormida.
Realmente crees que pensará eso? Sabes que no te hemos violado y él tal vez crea que eres una zorra, y te abandone. Las fotos son muy elocuentes. No parece para nada que lo hayas estado pasando mal.
Ella ya había madurado todas las reacciones posibles, y en esos momentos se derrumbó. Por favor, ya habeis estado conmigo, qué más quereis?
En realidad, no es lo mismo estar contigo dormida, como si estuvieras en un quirófano, que no sabes lo que hay a tu alrededor, que si te entregas a nosotros de una forma voluntaria y feroz, como una fiera.
A esas alturas de la conversación, ella sólo lloraba. No tenía argumentos para rebatirnos. La verdad es que si nos hubiera amenazado con ser ella quien hubiera enseñado las fotos a su marido, se nos habrían bajado los humos, pero el verla tan indefensa, nos hacía sentirnos aún más fuertes.
Preciosa, será mañana. A las 11 a.m., saldremos de la oficina. Comeremos fuera, por supuesto, y estarás aquí por la tarde. Tendremos unas horas para estar contigo, y tú para que estés con nosotros.
Chicos, a ver, que ropa queris que lleve, preguntó de nuevo Ángel?
En realidad, me daba igual, sólo que viniera guapa. Angel pidió esa falda roja, a la altura de las rodillas. Por supuesto, un bonito tanga y sujetador,
Ella no decía nada. Se limitaba a escuchar, no saliendo aún de su incredulidad. En poco tiempo, se había dado cuenta, que tres tíos, estando dormida, habían abusado de ella, y ahora, harían lo mismo estando despierta.
Nos fuímos todos a casa. Nosotros con la ilusión de saber que el día siguiente sería algo especial.
Pasó la noche, y llegó de nuevo la hora de ir a la oficina. Los tres hombres, fuímos puntuales. Susana se retrasó unos 20 minutos, y nuestra sorpresa fue mayúscula al ver que no llevaba la ropa que le habíamos solicitado. Iba guapa, pero normal, con unos pantalones de vestir negro y una camisa roja.
Susana, que te sucede? No nos has obedecido con la ropa.
No pienso ir con vosotros, dijo. Ángel cogió el cd con las fotos y lo metió en un sobre para enviarlo a la atención de su marido. Ella se mantenía firme, hasta el momento en que llegó el mensajero a recoger el paquete. En ese instante se derrumbó y nos dijo que no lo hicieramos, que accedería a nuestras pretensiones.
Respiramos aliviados, y salimos en coche al lugar donde nos divertiríamos. Una casa enorme en las afueras de la ciudad.
Durante todo el viaje, Susana iba con la cabeza agachada, y con lágrimas en los ojos. En pocos minutos llegamos a nuestro destino.
Entramos en la casa, y nos pusimos cómodos. Salimos al jardín, totalmente privado, y alejado de miradas indiscretas.
Hacía bastante calor, y nos quedamos todos los hombres sólo con los calzoncillos. La invitamos a que nos hiciera una demostración de como se desnuda una mujer.
Muy despacio, preciosa, poco a poco, vale?
Así comenzó. Se quitó primero su camisa roja. Su lentitud hacía aún más excitante el momento. Ver ahora su sujetador, era más excitante que toda su desnudez del día que la drogamos.
La insistimos un poco para que se bajase los pantalones. Se resistía a hacerlo, aunque sabía que no tenía demasiadas opciones de hacer nada más. Finalmente, desabrochó los botones y cremallera de su pantalón, y nos lo entregó.
Ahora estábamos todos en ropa interior.
Cielo, dame tu sujetador, me gusta verte las tetas, además hay piscina, es mejor en top less, tomarás mejor el sol.
Ella sabía para lo que estábamos allí. Ahora si fue más rápida y nos dio el sujetador, aunque intentó tapar sus tetas con sus manos.
Angel cogió una manguera y le echó agua. Ella dió un salto de la impresión. Le ordenó que quitase las manos. Se encargó de empaparle bien las braguitas, blancas en este caso, de cuerpo entero. Ni tan siquiera había respetado la ropa interior que solicitamos.
Uff, esas braguitas están mojadas,así que mejor que te las quites. Ella no lloraba ya, pero su cara estaba totalmente colorada. Se las quitó quedando de nuevo ante nosotros una vista maravillosa, de un coño recortadito.
Bueno cariño, comencemos la acción. A ver, decide, a quien se la quieres chupar primero.
Por favor......... Por favor.........
Si, por favor, a quien se la vas a chupar primero. Mejor a la vez. Ponte de rodillas, ordenó Ángel. A esas alturas, todos nosotros estábamos desnudos.
Nosotros nos pusimos en línea, y sacamos nuestras pollas. Estaban totalmente erectas, como podían corresponder a lo que estábamos viendo.
Le ordenamos que chupase por orden, sacase una polla de su boca para meterse otra. Así estuvimos durante un rato, hasta que Andrés, se corrió. Ella hizo intención de retirarse, pero le dijimos que aún no habíamos terminado. Ángel se apropió de ella y se corrió en breve, y despues, fuí yo quien aguantando todo lo que podía, mientras notaba mi pene en sus labios, quien se corrió dentro de su garganta.
Para ese momento, Ándrés ya estaba recuperado. La tumbó en la hierba, y comenzó a comerle el coño. Ella no quería mirar y cerraba los ojos. Cuando tuvo de nuevo la polla tiesa, volvió a colocársela. Mientras tanto, yo le iba mordiendo las tetas. Tras unas colvusiones rápidas, Andrés se corrió lentamente.
Ángel y yo, decidimos tirarla al agua de la piscina. Nosotros fuímos detrás. Metí mi mano por su rajita, para lavarla. Me apetecía comerle el coño, y una vez limpio de nuevo, la sujeté las piernas, mientras Ángel, le sostenía la cabeza para que no se ahogase. De todas formas, no perdía la oportunidad de seguir tocándole los pechos mientras yo le pasaba mi lengua por su rajita.
Cuando terminé, le di la vuelta, y en el agua, se la clavé por su coñito. Me excitaba sobremanera verla tan desnuda y tan mojada. Como era tan delgadita, su coño se notaba muy apretado, y me excitaba metérsela. Una vez que me corrí, le tocó el turno a Ángel. Él quería hacerlo de frente, así que yo le sujetaba la cabeza, mientras él la montaba. A pesar de haberme corrido dos veces, me excitaba verle como se la metía y a la vez se iba comiendo sus tetas.
Mientras todo esto iba sucediendo, Andrés hizo unas fotos, para nuestro disfrute personal y tal vez, para más cosas. Susana no se dio cuenta de lo que mi compañero estaba haciendo. Tan sólo quería tener los ojos cerrados. Una vez se corrió, salimos todos del agua, nos secamos y nos vestimos.
Ella no hablaba, ni tan siquiera nos miraba a la cara. De nuevo regresamos a la oficina, que ya estaba vacía, por la hora que era.
Susana nos dijo que sería la última vez que vendría a la empresa.
Antes de irse, Andrés le enseñó las imágenes de la piscina, y le pidió amablemente que continuase trabajando para nosotros.
Salió a la calle sin decir nada, insultándonos y acordándose de todos nuestros ancestros.
Yo sólo sabía que tendríamos secretaria para rato.