Fotógrafo por un día
En verano, los días se hacen muy largos, y no siempre se sabe como hacer que pasen. Un día, tras llegar de la playa temprano, y agotados por el calor, nos dispusimos a ducharnos mi mujer y yo para quitarno el agua salada. Al terminar y secarnos, ambos nos acostamos sobre la cama a ver la tele, desnudos, pero como suele pasar siempre, la programación que había no era muy alentadora. El aburrimiento fue haciendo mella, y aunque raro ya que no nos solemos aburrir con frecuencia, provocó que mi mente buscara alternativas.
En verano, los días se hacen muy largos, y no siempre se sabe como hacer que pasen.
Un día, tras llegar de la playa temprano, y agotados por el calor, nos dispusimos a ducharnos mi mujer y yo para quitarno el agua salada.
Al terminar y secarnos, ambos nos acostamos sobre la cama a ver la tele, desnudos, pero como suele pasar siempre, la programación que había no era muy alentadora. El aburrimiento fue haciendo mella, y aunque raro ya que no nos solemos aburrir con frecuencia, provocó que mi mente buscara alternativas.
Sin que ella supiera, me percaté que mientras observaba un programa, no dejaba de acariciar el exterior de su sexo, asi que me levanté sin decir nada y cogí la cámara de fotos que estaba en el bolso de la playa. Callado la boca, disparé una foto donde recogí la escena que sin darse cuenta mi mujer me brindaba. Fue entonces, cuando escuchó el ruido de la cámara y me dijo: " ¿qué haces?, para que eres bobo, borra esa foto, que luego te olvidas que la tienes y nos la pillan".
Lejos de borrarla, le comenté que sólo estaba jugando y que ya las borraria luego. Ella me miró desconfiada, pero me dejó continuar. Al principio, empezó a posar de manera tímida, pero poco a poco, fue cambiando de postura, e insinuando con su mirada, sus gestos y acciones. La cámara no dejaba de disparar fotos, y cada cual era más sensual y erótica que la anterior. Ella no paraba de decirme cosas, mientras posaba, lo que produjo que mi polla se hinchara rápidamente.
Tras disparar unas 20 ó 30 fotos, me acerqué a ella y coloqué mi polla junto a su cara. Ella me miró sonriendo y la besó suavemente primero, para más tarde acariciarla con su lengua.
"No dejes de mirar a la cámara" le dige. Y así lo hizo, sin dejar de mirar a la cámara ella siguió jugando con mi polla erecta, mientras la sujetaba con una mano y con la otra se acariciaba su rajita chorreante.
No tardó mucho en soltar mi polla y arrevatarme la cámara de fotos diciendome: " es mi turno, ahora me toca a ami jugar". Se colocó con los pies abierto, y sujetó mi cabeza que dirigió a su rajita ardiente y húmeda. Tras besarla un poco, y acariciarla, empecé a comérsela como a ella le gustaba, por lo que no tardó en retorcerse y suspirar, sin dejar de apretar mi cabeza contra ella. Fue entonces, cuando sentí disparar de nuevo la cámara, paré de lamer y levante la cabeza, para decirle algunas palabras sensuales. Ella sujetó de nuevo mi cabeza y la apretó de nuevo contra su ya empapada raja, continuando con mi trabajo. Al poco rato, sus supiros fueron aumentando y su cuerpo se fue retorciendo con más impetud, hasta que no pudo aguantar mas y se corrió con los lametones de mi lengua. Notaba cómo su rajita se humedecía más y más, y ella iba parando su ritmo de movimientos, hasta que cesó por completo.
LEvanté mi mirada y sonriendo me dío la cámara de fotos, y me tiró en la cama boca arriba, diciendome: "ahora es tu turno", sin decir más se colocó sobre mi a cuatro patas y se metió la polla en la boca que aún palpitaba de placer. Como pude cogí la cámara de fotos y sin saber si estaba disparando bien, continué sacando alguna que otra fotos mientras ella estaba alo suyo. Me miraba con caras picantes, como queriendo decirme algo, y cuando vió que no tardaría mucho, se incorporó y me dijo: " esta vez no quiero que me avises, haz lo que quieras" (normalmente suelo avisarla cuando estoy a punto de irme, y así ver de que es capaz ella, y que me sorprenda, pero esta vez me gustó su idea).
Volvió a su lugar, y pasado unos minutos no pude aguantar más. Sin decir nada, disparé la cámara unas cuantas veces y me vino un orgasmos que liberó toda mi corrida en su boca y cara. Al abrir los ojos, pude ver como mi leche emanaba de la comisura de sus labios y ella relamia mi polla, que aún tenía espasmos.
Ambos nos reimos, solte la cámara en la cama y nos fuimos al baño a ducharnos.
Ya de vuelta, ella se tiró en la cama boca abajo y encendió la cámara de fotos, yo me coloque encima de ella por detrás y empezamos a ver las fotos. Mi polla agotada reposaba sobre su culito. Las fotos fueron pasando y nos reíamos de las caras que poníamos y del material pornográfico que habíamos hecho. Sin poder evitarlo mi polla volvió a empalmar. Mi mujer paró de pasar fotos, giró su cabeza, y me dijo: " no me lo puedo creer, otra vez cariño?".
"Que quieres" le contesté. ELla volvió a lo suyo, riéndose, y siguió pasando fotos, me recoloqué y puse la punta de mi polla en la entrada de su rajita, y me recosté de nuevo sobre su espalda. A medida que iban pasando las fotos, iba empujado mi glande cada vez más al interior de su rajita, hasta que ya no pudo entrar más.
Sus suspiros volvieron a aparecer, pero esta vez no dejó de pasar las fotos, que miraba mientras yo la penetraba. Las fotos fueron calentándose cada vez más hasta que llegaron a la parte donde mi orgásmo había dejado huella en su cara, y fue entonces cuando ella dió un gemido algo más intenso y se vino con mi polla. SIn poder evitarlo, me llegó ami también un orgasmo, fruto de ver su reacción y del momento, descargando mi leche en el interior de su raja. Ella arqueaba su cuerpo lo que podía hacia atrás y yo seguía envistiendo cada vez con menos frecuencia hasta que cesó el movimiento. Giró su cabeza y la bese n la boca.
Fue entonces cuando le quité la cámara de las manos, y saqué mi polla de su raja empapada, para sacar algunas fotos de aquella vista maravillosa. Su rojiza y chorreante rajita, no dejaba de soltar mi leche a medida que la abria y cerraba.
Ya terminado todo, se levantó y fue al baño de nuevo. Por el camino me dijo, "borra la memoria de la cámara ehh, que luego tu sabes". Aproveché que tenía el pc encendido y cree una carpeta nueva, donde pasé lo más rápido que pude las fotos. Cuando ella regresó del baño, fue directa a la cámara para comprobar que me había deshecho de las fotos, y se quedó trankila al ver que ya no estaban.
Pasado unos días, aprovechando su ausencia, grabé las fotos en un cd que guardé con esmero.
Hoy ya hace un buen tiempo que pasó aquello, y aprovechando que no estaba en casa, me puse a hacer limpieza y comprobar lo que tenia guardado en los cds. Mi sorpresa fue encontrarme con ese cd que tanto guardé en su momento y que no me acordaba que tenía. Mi polla se ha acordado muy bien de ese encuentro, y sin pedirme permiso, se ha empalmado. Es por ello, por lo que viendo el recuerdo digitalizado he pasado un buen rato a solas, y será el fruto de una nueva aventura cuando mi mujer llegue a casa y se encuentre sin querer el cd de las fotos prohibidas que ignoraba que existía. Espero que la fiesta sea grata, pero por si las moscas, he sacado una copia del cd, no vaya a terminar de jugar y pedirme de nuevo que lo rompa, jejejej.
Como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras, y nunca dejes algo valioso en manos de un chico con la mente verde que te quiero verde.