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La neblina puede ser un arma de doble filo!

Era una noche oscura acompañada de sonidos letales en el cielo que aceleraban mi pulso la adrenalina que drenaba mis venas me hacían correr a tal velocidad que no me creía capas, no sé si era el miedo pero sentía que el viento quemaba mi piel o era el frio talvez, mis labios quienes son carnosos y rojos ahora eran pálidos y sin forma el bosque se burla de mi mientras me adentraba en él, siento las hojas de los arboles caer a la distancia mis sentidos están en sintonía, rama tras rama rasgan mi ropa el pantalón de mezclilla, los zapatos corte bajo y la camisa de vestir blanca no son buen atuendo para correr, el silencio de la noche junto con los sonidos de los animales en el bosque no te dejan escapatoria al solo tener tan poco sentido de audición me mofe de mis pensamientos y reí en mis adentros por tal análisis para tan inoportuno momento.

Mi corazón era un caballo desbocado encarcelado entre mi pecho mi vista un tanto nublada por el alcohol, con mi lengua palpo mis labios aunque siento mi boca seca, mis pasos son pesados, mi cuerpo está respondiendo muy rápido al cansancio mis pensamientos son interrumpidos por un disparo, fue a corta distancia me detengo tras un árbol de roble ancho siento la corteza con mis dedos mientras trato de tranquilizar mi respiración, cierro los ojos y agudizo mis oídos, hasta el simple sonido a un rango de un kilómetro lo oiré, controlo mi respiración una vez más y el viento agudiza los sonidos, la hierba alta no es buen amigo de quien no es cuidadoso y ahí está el sonido de ramas al romperse bajo la hierba al norte de mi posición, abro los ojos.

-Piensa rápido Angie- Dije en voz baja para mí mientras observaba a los lados, solo árboles y mucha  neblina, otro disparo al aire.

-¿Dónde estás?- Grito el hombre alto de piel oscura, cabello negro y sonrisa macabra, cuerpo corpulento de mucho musculo y poco cerebro -¡No escaparas tan fácil!- Grito de nuevo mientras reía a carcajadas -¿Crees que por ser mujer no te are sufrir como al resto?- Pregunto burlón mientras ramas bajos sus pies crujían por tal peso, inclusive a la distancia puedes percibir su asqueroso aroma a piel cutre y manos ensangrentada.

Dio otro disparo al aire que me estremeció estaba más cerca de lo que pensé, me quite la camisa de vestir  blanca quedando solo en camiseta y la lance al suelo llenándola de barro la pise un poco, los gritos eran más cerca y mi corazón no da tregua, siento sudar las palmas de mis manos no es buen momento para tener un ataque de pánico, limpie con mi mano derecha el sudor de mi frente levante de nuevo la camisa y me la coloque no antes sin sentir la húmeda del barro en mi piel, una sensación algo indeseable.

-¡Mierda! ¿Dónde te metiste mocosa?- Grito de nuevo el hombre corpulento se notaba la molestia en su voz ronca, se detuvo ya que no oí sus pasos tome un respiro profundo buscando sin éxito de tranquilizar mi corazón, cerré los ojos unos segundo y sentí un estruendo al costado izquierdo del árbol de roble mis manos sudaban frio, di un paso al contrario del estruendo pasando por encima de una enorme raíz que descendía hacia el suelo y de nuevo el cañón de ese vieja escopeta de casa dio un disparo al ras del árbol perforando mi hombro derecho la raíz no ayudo mucho esta se quebró un poco, suprimí un grito pero mis lágrimas si no dieron tregua -¡Te encontrare mocosa pronto va a amanecer- Dijo burlón mientras se alejaba a paso sigilo aunque las ramas y la hierba decían lo contrario, aun tenia puesta la chaqueta de cuero negro, un pantalón algo ajustado azul oscuro y votas de montar a caballo negras, aunque por la cantidad de sangre diría que parecen marrón los colores de su ropa en sí.

Cerré los ojos y solté un suspiro desgarrador –Bastardo, dije entre sollozos silenciosos alce mi mano izquierda y con los dedos palpe la parte superior de mi hombro derecho luego la lleve a l frente de mi rostro, abrí los ojos solo para volver a cerrarlos de golpe mis dedos junto con la palma estaban manchados en sangre, el ardor en el hombro era insoportable me incline hacia delante con agonía, mis lágrimas no paraban de rodar por mis mejillas el dolor era insoportable.

-Siempre pensé que era fuerte pero esto, esto me sobre pasa. Dije mientras me recostaba sobre la corteza de roble algo fría para esta noche decadente, alce mi rostro para mirar al cielo más por desesperación que por verlo en si aunque no lo logre ver, las ramas del árbol tapaban todo y se unían con otros a los costados mientras que la neblina hacía de las suyas, cerré los ojos de nuevo y me deslice hacia el suelo pastoso y algo húmedo cubierto de barro esa noche había llovido lo suficiente para inundar un pueblo pequeño solo que yo para esas horas no estaba muy al pendiente del clima, sonreí al recordar a esa chica morena entrando al bar esa en especial que no pasa desapercibida.

Me encontraba mirando el reloj eran las diez con treinta y seis, alce la vista para ver mi bebida una Margarita algo fuera de tono con la fiesta que se percibía, me sentía incomoda aunque estuviera a la talla con una vestimenta adecuada no encajaba en ese lugar, sentí que alguien me observaba gire mi rostro a la entrada del local, una morena medio alta y ojos color cafés oscuros tanto como la noche

misma se encontraba mirándome fijamente, no pude evitar recorrerla con mi mirada su vestimenta llamativa un vestido de tirantes en v, una silueta despampanante de curvas ceñidas a tal prenda roja, abierto en el costado de su pierna derecha más unos tacones de color oscuro algo de gamuza claro esta y su cabello suelto que le llegaba a la cintura con un color delirante castaño claro al verla te dejaba muy poco a la imaginación era una fiesta cara, con gente adinerada y yo era la anfitriona no porque tuviera dinero, sino por un favor que le debía a un viejo amigo lo suplante esta noche.

-Y ahora estarías en tu cama, viendo un maratón de sexo al descubierto pero decidiste cumplir tu palabra, dije juguetona aunque la situación fuera pesada y mala no dejare que esto me detenga –Listo!!- Dije con eficacia, respire profundo alce el hombro derecho y con mi mano izquierda tome la manga de este y la jale, provocando un dolor inmenso en mi hombro pero desgarre la manga de la camisa me levante de nuevo quedando a la par del árbol, alce de nuevo el hombro sintiendo como este sangraba más y con mi mano izquierda tome la camisa y la ale hacia abajo lentamente buscando de sacar mi brazo de esta.

-Mierda!- Dije en sollozos –Esto- trate de decir cuando sentí un frio en mi nuca en forma circular, sentí pánico mi corazón latía a mil por hora, me sudaban las manos más la sangre que descendía al suelo en gotas – Quien es?- Dije sin atreverme a girar mi rostro a la izquierda, cerré mis ojos para solo esperar por lo peor.

-Shuu- dije para tranquilizarla – An soy yo Neidy, la observe un poco y soltó un largo respiro.

Gire mi rostro para verla estaba bien solo había perdido sus tacones y el vestido estaba desgarrado en su costado izquierdo su cabello estaba lleno de barro y parte de su rostro pero aun no perdía la belleza de sí misma, aunque tenga varios rasguños en el rostro y sus manos estén frías ella seguiría hermosa para mí, la morena me observaba igual no retiraba la vista de mí.

-Neidy, no te paso nada ¡?, ¿Cómo escapaste?- Me pare frente a ella para observarla mejor pero el dolor en el hombro se hizo recordar, un gemido de dolor salió de mis labios un tanto audible mi vista se nublo sentí mi mundo moverse y caí a sus pies de golpe pegando mi rostro al suelo.

-Angie!- Grite pero al instante tape mi boca, un estruendo de disparos en nuestra dirección me asustaron –Mierda- Dije desesperada me agache quedando al lado derecho de ella buscando de levantarla por los hombros - Oh! Angie, que te hizo ese bastardo!- dije mientras observaba mis manos llenas de su sangre –Estarás bien!- dije tratando de contener un nudo en mi garganta.

A lo lejos se escuchaban las carcajadas macabras del sujeto mientras disparaba su escopeta a lo lejos- Como quisiera tocar tus tetas morenaza, te are mía cuando te encuentre te lo aseguro – mi cuerpo se estremeció por tal amenaza de este hombre, me causaba un enorme asco voltee a Angie la coloque de espalda al suelo metí mis manos por bajo de sus brazos, soltó un gemido de dolor –Shuu! Angie - Dije mientras la alaba fuera del rango de los disparos los cuales no habían cesado.

Con toda mi fuerza la ale mientras caminaba los más rápido que podía, los pasos de ese hombre se oían muy cerca y me siento aterrada tengo que salvarla –Estarás bien Angie- le dije mientras la soltaba de nuevo en el suelo, buscando desesperada algún lugar oscuro donde adentrarnos- Donde estas estúpido animal?- Dijo el hombre moreno, mientras soltaba otro disparo al aire a solo unos árboles de nosotras

-An- dije temblorosa mientras la tocaba estaba pálida y fría,  pero aun respiraba con la fuerza de mis piernas y brazos la abrace por la cintura luego la alce quedando parada para luego colocarla en mi hombro izquierdo, la cargue –Mierda! Como pesas Angie- dije mientras trataba de dar un paso – Debes de comer menos- dije, silenciosa tratando de no hablar muy duro.

-Me estas llamando gorda?!- Dijo Angie con la voz juguetona – Me siento una carga para ti, me siento inútil- aunque sé que reí, estaba llorando porque mi trasero estaba húmedo – Me duele Neidy!- dijo en voz baja.

Camine sin responderle buscando de hacer el menor ruido, aunque todo estaba silencioso y eso me aterra, ya no sabía dónde estaba ese hombre asqueroso camine entre la neblina sin saber qué rumbo tomar –A donde mierdas voy?! – Dije tratando de ver, la neblina era un arma de doble filo podría aparecer en cualquier momento el silencio es perturbador, me adentre entre unos argustos casi de mi tamaño claro no soy tan alta mido uno con sesenta y siete, tome un largo respiro acomode un poco a An levante la vista buscando algun lugar donde escondernos pero en ese mismo instante senti el frio de una culata golpear mi estomago, el inpacto me causo una tos inremediable y cai de bruses contra el suelo -Ah!- un grito desgarrador de An me sobre salto -Neidy- Dijo casi sin voz aunque la caida me descoloco no la solte en ningun momento, el moreno me apuntaba con la escopeta a solo unos pasos de mi -Que quieres de nosotras asqueroso?!- pregunte mientras lo observaba con odio.

-De esa bastarda, la verdad nada- dijo mofandose de Angie -Es otra mierda homoxezual en este planeta, solo que se atraveso en mi camino - Dijo mientras se acercaba mas a mi- En realidad te quiero a ti bella- toco mi rostro con sus dedos asquerosos - Eres lo mas bello que e visto- observe con asco sus manos estaban ensangrentadas -No me mires asi- Dijo con un gruñido bestial, tomo la escopeta por el cabezal con ambas manos - No me volveras a ver asi nunca mas- solo senti la refaga de aire que pasaba por mi rostro antes de que me golpeara con la culata justo en mi cabeza, senti un ardor acompañado de un mareo antes de no poder hacer nada ya me encontraba en el suelo Angei estaba boca abajo gimiendo del dolor - No te quedaran ganas de conocer a mas nadie- Rio mientras se acercaba a mi - Sino, soy yo- en ese momento tomo mi boca con sus manos, mi respiracion era desenfrenda, mis lagrimas se hacian sentir me nublaban la vista mire hacia a Angie -O no! ella no te va ayudar niñata- Solto mi boca para luego tomar mis senos con brusquedad, se recosto mas sobre mi senti su miembro en mi pierna izquierda.

-Te gusta niñata!- sono seductor pero escalofriante -Eres hermosa- movio una de sus manos hasta mi sexo -Es humeda la que siento niñata?- en un momento todo se nublo a tal punto de sentir pesados mis parpados, la oscuridad se hizo presente.