Fotografiando a la tía Lucy. Primera parte

Un día la tía Lucy me pone tema sobre mi afición a la fotografía, le propongo hacerle unas fotos que terminan en algo inesperado.

Fotografiando a la tía Lucy. Primera parte

Un día la tía Lucy me pone tema sobre mi afición a la fotografía, le propongo hacerle unas fotos que terminan en algo inesperado.

Mi gran afición era la fotografía, había logrado adquirir una cámara profesional y en las salidas de mi trabajo como biólogo, lograba casi siempre hacer muy buenas fotos que luego subía a mis redes sociales. Mi tía lucy me había agregado en una de ellas y casi siempre le daba like a mis fotos a pesar que poco nos veíamos. En un verano coincidimos en el pueblo donde habíamos ido los dos coincidencialmente a pasar vacaciones. Yo estaba en la casa de mis padres y tenía mi habitación en la segunda planta que era bastante amplia e iluminada y tenía una vista espectacular hacia el valle. Nos encontramos una mañana de domingo con mi tía cerca de la iglesia del pueblo. No la veía hacia más de dos años pero estaba muy bonita. Mi tía siempre hacia mucho deporte, creo que debía estar cercana a los 55 años pero se conservaba bien. Estaba un poquito rellenita pero sus tetas medianas y coquetas seguían igual de jugosas. Usaba jeans que le marcaban muy bien la figura de su culo, un poco gordito pero bien puesto. Mi tía media 1,60 aproximadamente, sin embargo, siempre había hecho deporte y eso se le notaba en su cuerpo y en especial en sus piernas. Los saludos con mi tía siempre eran muy cariñosos, nos besábamos en la mejilla y nos abrazábamos fuerte, ese día noté que se demoró más de lo normal en el abrazo y luego no soltaba mi brazo. Hablamos un rato y me dijo que no conocía la casa nueva donde vivíamos en el pueblo. La invité y aceptó gustosa.

Ese día la casa estaba sola pues todos habían viajado a una fiesta religiosa a otro pueblo vecino y se demorarían hasta la noche. Mi tía Lucy preguntó por ellos. La invite a un café en la sala y luego me dijo que le parecía muy bonita la casa, subimos a mi habitación y le pareció espectacular. Vio que en mi escritorio tenía la laptop y la música y en la cama la cámara fotográfica. La miro y me dijo ¡ah, con esta es que tomas esas fotos tan bonitas! – hablamos un poco sobre mis fotografías. De pronto me dijo que había visto en el facebook unas fotos muy bonitas que había hecho de una prima. –

¡ayy! yo quisiera unas fotos así bien chéveres – me sugirió con una mirada de niña caprichosa.

– Si quiere le hago unas le dije.

-Si pero no estoy preparada, estoy muy fea, ja, ja, ja.

  • Noo tía está bonita, usted tiene un buen registro le dije. Si quiere ensayamos, se las tomo y las vemos en el computador por si no le gustan.

Le tomé varias fotos de su rostro y medio cuerpo. De verdad que tenía una sonrisa bonita. Las pasé a mi laptop y las vimos. A ella les gustaron y escogió sus preferidas.

-         He visto que tienes bastantes fotos de mujeres me dijo – y siempre te quedan muy bonitas.

-         Si me gusta mucho la expresión de las mujeres, les gusta más posar para las cámaras que a los hombres.

-         Hay unas fotos de unas indígenas desnudas con los pechos al aire. ¿Esas dónde las tomastes?

Le expliqué que las había tomado en Brasil en un viaje a la zona amazónica que hice con la universidad.

-         ¿Y ellas están así y no dicen nada cuando les tomas las fotos?

-         ¿si, para ellas es algo normal y natural.

-         Que rico, así debería ser por ejemplo cuando hacen calor a mí me gustaría andar así, ja, ja, ja. Pero acá no se ve bien.

-         Pues a usted se le vería muy bien-  le dije sonriendo.

Ella me miro con un poco de timidez y sonrió.

-         ¿Ja, ja, ja me quieres tomar fotos pornográficas o que?

-         No, pero pueden ser desnudos artísticos.

-         No, yo ya no estoy para eso ¡qué tal!

Nos quedamos en silencio sonriendo.

¿Y tú has tomado fotos así?

-         Si - le dije recordando las fotos que le hice a una novia hacia como unos dos años.

-         ¿Y qué tal te quedaron?

-         Bonitas – le respondí … ¿quiere verlas?

Recordé que, aunque había hecho unas fotos algo fuertes, también tenía una carpeta con fotos en blanco y negro realmente artísticas, no tan explícitas y donde, además, no se le veía la cara a mi novia.

-         A ver muéstreme que a usted las fotos le quedan muy bonitas.

Busqué la carpeta en el computador, ella se sentó cerca a mí en la cama al lado del escritorio. Encontré la carpeta y abrí la primera foto. En ella se veía mi novia acostada boca abajo con el cabello tapándole el rostro, pero mostrando sus pezones y sus nalgas.

-         ¡uyy que bonita!

Seguí mostrándole otras fotos donde se veían las tetas de mi novia y la última donde se veía su pubis completo, pero no su cara. Al ver esta, ella se incomodó un poco en la cama.

-         Ja,ja, ja esto se puso muy caliente.

-         Es la última le respondí – ¿le gustaron?

-         Si están muy bonitas, muy artísticas.

Entonces ella se acercó tomo el mouse y comenzó a devolver la presentación de las fotos y a verlas con mayor detalle. Yo la miraba y notaba una sonrisa algo picaresca en su rostro. En esos momentos ya tenía una leve erección, aunque me sentía un poco nervioso y cohibido con mi tía.

-         ¿Y tú que sentías al tomar esas fotos? – me preguntó.

-         No, nada, yo soy muy profesional bromee.

-         Ja, ja, ja no te creo, algo debió pasar antes o después de las fotos, ja, ja, ja.

Respondí riendo, nos miramos un poco.

-Que tal este sobrino tan seductor ah, no cualquier mujer te sirve de modelo desnuda.

  • La única persona que ha visto estas fotos después de ella y yo es usted le dije con tono de seriedad.

  • ¡¿verdad!? Pues gracias por la confianza, igual yo no le voy a contar a nadie.

Sus manos acariciaron levemente mis piernas mientras me lo decía. Ella siguió mirando una de las fotos en el laptop.

-Entonces, ¿si quiere unas así? Le pregunté.

  • Ay tu sobrino pícaro me quieres empelotar, ja, ja, ja. Yo soy tu tía, no puedo mostrarte mis cositas.

  • ¿y si no lo fueras?

-ummm tal vez, ja, ja, ja.

-Pues hacemos de cuenta que no lo eres.

  • ja, ja, ja, no, no, no. No trates de seducirme. Además, ya no tengo nada que mostrar.

  • ¡yo creo que sí y mucho! Le dije mientras pasaba mi mirada por sus tetas.

Ella lo noto y se acomodó un poco la blusa.

-         Si ¿cómo que a ver? Me preguntó con una mirada un poco insinuante.

-         Muchas cosas, mire que ese rato no quería y quedaron bonitas las fotos, ¿porque no ensayamos?

-         Ja, ja, ja, si y ¿cómo quieres ensayar?

-         Pues, ¿cómo le gustaría a usted? ¿cómo se siente cómoda?

-         A ver, así se recostó un poco en la cama y zafó uno de los botones de su blusa dejando ver un poco sus sostenes blancos y el volumen insinuante de sus tetas bajo la blusa.

Tomé la cámara y comencé a fotografiarla. Ella me miraba riendo, luego se acostó boca abajo en la cama y levantó un poco su cola. Yo me acerqué y le moví una de sus piernas un poco hacia adelante para que resaltara más su culo. Dio vuelta nuevamente y se inclinó hacia atrás impulsando sus tetas hacia adelante.

-         ¿A ver cómo quedaron?

Le mostré en la pantalla de la cámara, las fotos se veían bien.

-         ¿Si ve que quedan bonitas? Ella rio.

-         Y eso que hasta ahora no ha mostrado nada.

-         ¿A si y que quieres que te muestre ah?

-         Por ejemplo, aquí, le dije señalando su pecho.

Ella me miro y comenzó a desabotonar su blusa. La abrió y se apoyó hacia atrás con sus brazos en la cama. Sus dos tetas se veían espectaculares bajo los sostenes blancos de encaje, Sus pezones ya se notaban duros bajo la suave tela. Tomé mi cámara y comencé a disparar, le hice varias fotos desde distintos ángulos. Ella solo miraba y sonreía.

-         Tome una solo de aquí señalando sus tetas, me acerque y disparé.

-         Esa si la puede dejar, las otras las tiene que borrar.

-         Gracias, la voy a cuidar, las otras si quiere se las lleva usted.

-         ¡No! Qué tal que me las pillen, ja, ja, ja.

-         Están quedando buenísimas – le dije – debería atreverse un poco más.

-         Nooo, ja, ja, ja, me da pena… me miró un poco coqueta y tímida.

-         ¿Qué quieres que haga?

-         Pues, hace calor, que tal sin la blusa.

Ella se desabotonó la blusa y la puso a un lado. Luego se arrodillo sobre la cama puso sus manos en la cadera y me miró sonriendo - ¿Así?

Tomé la cámara y comencé a disparar de frente y de perfil, ella me colaboraba.

-         ¡No, que loco! Nunca pensé que haría esto. Sonrió

Me acerque a ella y baje una de las tiras de su sostén por el hombro. Ella se dejó. Se puso de lado y miro sensualmente a la cámara. Hice dos fotos y ella se despendió en una risa nerviosa.

-         Ja, ja, ja. No, ya no más.

-         No está bien, está quedando preciosa. Le mostré la foto en la pantalla de la cámara.

-         Debería dejarme otra para mí, para el recuerdo, le dije.

-         ¿Ah sí, y cómo la quieres?

-         Pues de aquí, pero sin nada encima le dije señalando sus tetas. Ella Rio.

-         ¡Noo que tal! Me miro un poco coqueta - ¿en serio la quiere así?

-         Si le respondí, - pero tómala rápido me dijo, entonces zafó el broche de su espalda y puso el brassiere a un lado. Sus tetas emergieron imponentes, medianas y semi-redondas, algo caídas, pero de pezones grandes y oscuros. Quedé hipnotizado.

-         ¡ya tómala! Me despertó mi tia. Tomé la cámara y disparé. Hice unas de medio cuerpo. – Solo de aquí me señaló mi tía- Me acerqué y le hice varios closeup a sus tetas.

-         A ver muestra me dijo mientras se las tapaba con sus manos.

-         Mire que quedó bien bonita, se le ven riquísimas. Ella me puyo con su dedo en mi espalda, mientras las veía se acercó a mí y pude sentir sus pechos desnudos en mi espalda.

-         No que tal ¡yo dejándome tomar fotos de las tetas! Usted si es bien pícaro, me dijo mientras me seguía chuzando con su dedo la espalda.

-         ¿Quiere que le haga una silueta? le dije.

-         ¿cómo es eso? Me preguntó.

-         Es contra la luz, usted se pone de perfil y la foto sale oscura pero se ve su silueta bien bonita.

-         A ver me dijo. La llevé hacia la ventana. Tenía sus manos cubriéndose las tetas. Se las señale y le dije que ya se las había visto. Ella sonrió.

-         Es que me da pena. Bajó sus manos y las dejo al aire. ¡como me calentaban esas tetas!

La ubiqué de perfil y luego ajusté mi cámara, le hice varias fotos que quedaron muy buenas. Sus tetas se marcaban imponentes en la silueta. A ella le gustaron. Entonces le tomé una mano y le dije que estaba muy bonita. Que gracias por ese momento. Ella me miro tiernamente. Nos tomamos las dos manos y nos miramos.

-         Lo importante es que quede entre nosotros. Me repitió.

-         No te preocupes que este momento tan bonito no pienso compartirlo con nadie, es solo mío. Ella me sonrió. Se acercó y me dio un beso en la mejilla. Entonces yo la abracé y busqué su boca. Ella se sorprendió un poco, pero la abrió y dejo que la besara suavemente. Nos miramos y sonreímos. Sentía sus tetas apretadas contar mi pecho. La bese nuevamente y le insinué mi lengua. Ella respondió y nos dimos lengua un rato pero muy suavemente. Entonces subí mis manos y agarré una de sus tetas. Ella me soltó un poco asustada.

-         A ver, ver y no tocar. Trató de quitar mi mano pero sin fuerza alguna.

-         Están muy lindas - le dije

-         ¿Ah si? ¿te gustán?

-         Si y mucho le respondí, entonces me agaché y comencé a chuparle una de ellas. Ella puso su mano en mi frente empujando un poco.

-         Ahhh, nooo, no hagas eso, uff. Yo seguía chupando su teta, luego pasé a la otra, ella me empujaba los hombros pero sin mucha fuerza y seguía gimiendo suavemente.

-         Ufff, no, no más, para que puede llegar alguien. Entonces me separó un poco.

-         Tranquila que estamos solos y no viene nadie hasta la tarde.

-         ¿seguro? Que tal que nos vean ¡Dios mio!

-         No nadie nos va a ver, tranquila.

-         No pero estamos locos, este juego está muy peligroso. Me dijo sonriéndome.

-         Pero muy rico le contesté y agarré nuevamente sus tetas. Ella se movió y yo quedé detrás de ella acariciando sus pechos. Ella puso sus manos sobre las mias.

-         Yaaa para, para. Yo comencé a besar su cuello mientras se las seguía frotando. Ella tiro su cabeza hacia atrás y dejo de hacer fuerza con sus manos.

-         Ahhh, noo, que locura, yaaa, soy tu tía, no me hagas eso. Yo bese su cuello. Ella movía su cabeza y gemía. Entonces apreté mi polla contra su culo ella lo sintió y también empujo hacia atrás. Entonces bajé una de mis manos y la puse sobre sus jeans a la altura de su cuca. Pude sentir el calor y la forma de su rajita.

-         Ahhh, ayy no ya, que me haces. Yo comencé a moverme detrpas de ella como si me la estuviera cogiendo y ella seguía el ritmo. De pronto se soltó y me miro.

-         No, ya paremos por favor, somos tía y sobrino, no podemos estar calentándonos así.

-         ¿Por qué? - le pregunté.

-         Porque no vamos a poder parar y no podemos.

-         Pues no paremos, nadie se dará cuenta le insistí. – tranquila que aquí estamos seguros.

-         No, me da miedo me dijo mientras me miraba un poco cándida. Yo me acerqué y comencé a besarla suavemente y a acariciar su pelo.

-         ¿Que te da miedo? Le pregunté, levantó su cara y me sonrió.

-         Que me gusta mucho me dijo cambiando su mirada a una mirada de deseo. La abracé y el traje fuerte hacia mí.

-         A mí también me gusta mucho, le dije.

-         ¿Seguro que aquí no viene nadie? Me preguntó

-         Seguro, aquí estamos tranquilos.

-         Y… ¿usted si quiere? Nos besamos con lengüita, -si quiero.

-         ¿Qué me quiere hacer? Dígame.

-         Todas las cosas ricas que usted quiera. Ella me beso apasionadamente.

-         Es que hace mucho que no lo hago, ¿me lo va a hacer con cuidado?

-         Si tranquila muy suavemente. Mientras decía eso busqué el broche de su jean y comencé a zafarlo.

-         Me la tiene que meter muy despacio, me lo promete.

-         Si se lo prometo. Bajé sus jeans y agarré su culo por encima de sus calzones. Ella me seguía besando con muchas ganas. Le ayudé a quitar sus zapatos ella se quedó en pantys. Eran color fuccia y algo anchos, la llevé hasta la cama y nos acostamos. Entonces se los bajé, ella me ayudaba con sus manos. Su cosita apareció ante mis ojos tenía una mata de pelos abundante pero bien recortados, su rajita se insinuaba delgada en medio de su pelambrera.

-         Quítate la ropa, quiero verte me dijo. Entonces me desnude, ella no me quitaba los ojos de encima. Me acerque sin quitarme los boxers. Ella se levantó un poco y me los bajó.

-         ¡uff! ¿Esa cosota tan rica es la que me va a meter? La agarró entre su mano y comenzó a frotarla. Levantó su mirada y me preguntó:

-         ¿Me dejas besarla un rato?

-         Claro le dije, me acerque a ella, pase mis piernas sobre su cuerpo y puse mi pene a la altura de su boca. Ella comenzó a darle besitos suaves en la punta, luego de arriba abajo, me miraba y se reía y continuaba.

-         Que bonita y que dura está. ¿te gustan mis besos?

-         Sí, me gustan mucho.

-         Quiero hacer algo más ¿puedo? - Claro que si le respondí. Entonces se agachó y comenzó a chupármela suavemente. Primero la cabeza y luego fue bajando y aumentando el ritmo, luego apretaba sus labios y bajaba casi hasta la base metiéndosela en la boca. Yo estaba volando.

-         ¡Ummm que rica! Dejo de chupármela y se acostó.  Me puse sobre ella, quería metérsela pero decidí acariciar su rajita, estaba húmeda y calientita, jugué con mi dedo, me agaché y comencé a darle besos por sus piernas muy cerca de su pubis, entonces ella abrió las piernas y pude ver su rajita bien abierta. Inmediatamete comencé a chupársela y a dale lengua en su pepita que estaba bien grande y provocativa.

-         ¡Ahhhhhh, uyyy que me haces, dios, dioos!  Se la chupe un buen rato. Pero ella me jaló hacia su cuerpo.

-         Ven, dame esa cosa, clávamela ya.

-         Comencé a metérsela muy suave pero estaba bien mojada y entró completamente.

-         Asssi todaaa, todaaaa, uffff, ay dios.

-         Comencé a darle ella me tomó de los brazos mientras miraba como se la metía. Aumenté poco a poco el ritmo.

-         !Assi, assi, dame, píchame assi, píchame, píchame papito ricooo assssi!

La puse de un lado y comencé a metérsela en esa posición mientras agarraba sus tetas.

-         Ayy que bueno me das mi vida, dame, méteme esa pichota, que dura esta mi amor assi. Luego la voltee un poco y quede sobre su espalda, se la metí así un rato mientras ella seguía gritando y diciendo palabras calientes.  Sentía su culo gordo y redondo bajo mis testículos. La jalé hacia atrás y la puse en cuatro y seguí dándole.

-         Uyy papi, que rico pichas, que rico que me estas cogiendo, dame así.

Me agaché y cogí sus tetas, sentía que ya me venía y aceleré un poco.

-uff yaaa, me tiens a punto le dije.

  • Si, si, espérate, subete asi, quiero que te vengas así, entonces dio la vuelta y me puso sobre ella.

  • Dale échamela donde quieras, puedes dármela adentro, no hay problema. Me dijo mientras me acariciaba la cara.

  • Siii assi, quiero que te vengas adentro de mí, quiero esa lechita caliente en mi cuca, dame, dámela.

-¿si, me la vas a echar adentro? Tranquilo que no hay peligro me insistía.

  • ¿La quieres adentro? Le pregunté

  • Si dámela, dámela quiero tu lechota, quiero ese polvazo tuyo ¡lléname, lléname de lecheeee¡

Entonces no aguanté más se la metí bien profundo y se la fui sacando suavemente mientras me veía dentro de su vagina.

-         Ahhh yaaaa, que ricoooo, como la sientooo. El último chorro se lo di casi en la entrada de su rajita. Se la volví a meter suavemente. Ella me agarro las nalgas y apretó hacia ella.

-         Yaaaa, agggghh, sus ojos se pusieron blancos, me di cuenta que se estaba vieniedo. Enpujo su cabeza hacia atrás y se quedó como paralizada pero tensa un rato.

-         Ahh, ¡dios, dios! Uffff, que vista tan rica, me la sacaste mi amor, que lindo. Me atrajo hacia ella y me beso, Me acariciaba la cabeza mientras me daba besos y me decía.

-         Me la diste que rica, sentí toda esa lechota calientica y me hiciste venir papasote rico.

-         Le gustó le pregunte?

-         Ufff, nunca me habían pichado tan rico. Que cosota más rica que tienes. Entonces me miro a los ojos.

-         ¿Qué se siente haberse pichado a tu tía ah? Sinvergüenza. Me dio unas suaves nalgaditas.

-         Delicioso, tía estas riquísima.

-         ¿Si te gustó cogerte a tu tía? ¿es nuestro secreto no?

-         Nos abrazamos y nos quedamos dormidos un rato.

Al rato depertamos desnudos, nos dimos un beso. Comprobamos que aún era temprano. Entonces me preguntó.

-         ¿Que pasó con las fotos?

-         ¿Quieres más? le dije.

-         Si, unas bien pornográficas me respondió mientras agarraba mi pene que ya se había vuelto a endurecer.

Continuara.