Forzando a nala 3.
Nala es sometida.
FORZANDO A NALA 3.
No me podía creer lo que le había hecho a esa mujer en la hamaca de la piscina. No sé qué cable se me había cruzado, pero sólo pensarlo, hacía que mi polla creciera.
Entré en mi habitación. Dani seguía despierto. Roberto, sin embargo, se quedaba dormido siempre nada mas tumbarse. Decidí ducharme e intentar relajarme. Me desnudé y cuando entré al baño, caí en la cuenta de que no estaba mi neceser, y dije:
J.- Dani, hazme un favor, baja al coche y tráeme mis cosas de aseo, que están en el maletero.
D.- Vale Javi. Qué te pasa que vienes para darte una ducha de agua fría? No ha habido suerte con la gritona?
J.- Sin comentarios, baja a por lo que te pido, anda.
Cuando oí por segunda vez la puerta de la habitación, cerré el grifo y empecé a secarme, Dani entró al baño pálido y dijo:
D.- Toma tus cosas de aseo. Sabes Javier? cuando bajaba al coche me he cruzado con la vecina.....volvía desnuda y me ha sacado la lengua!!!
J.- En serio?
D.- Completamente. Solo llevaba el calzado, con el cuerpo y el pelo mojado y los pezones de punta. He alucinado!!
Me puse desodorante y me anudé la toalla a la cintura. Salí del baño imaginando a esa joven desnuda por los pasillos después de haberla forzado.
Dani se metió en la cama, y de repente, empezamos a oir gritar a Nala otra vez. Ésta vez sus gritos eran mas fuertes aún.
No podía creer que aún tuviera ganas de follar con lo que le había hecho en la piscina.
D.- Menuda zorra esta hecha la vecina!!! al novio le ha tocado la lotería. Me da, que no dormimos.
J.- Pues yo esto no lo aguanto. Voy a recepción y que me den otra habitación.
Me vestí y salí hacia recepción. Nala gritaba comentarios sobre la polla de su novio. El conserje estaba leyendo, y le interrumpí.
J.- Buenas noches, quiero que me cambien de habitación.
.- Cuál es el motivo?
J.- Me acompaña?
Tomé camino del ascensor con el hombre del hotel detrás y nada mas abrirse las puertas y entrar al pasillo se escucharon los gritos.
J.- Así no se puede descansar, y nosotros estamos aquí por trabajo.
.- El problema es que sólo tengo una habitación individual en el piso de abajo.
J.- Da igual, deme esa habitación.
.- Tenemos que hacer la cama. Venga conmigo que le doy los dos juegos de llaves, y en 10 minutos vaya a la 110. Me fuí con el conserje y me dió los dos juegos.
Volví a mi habitación. Los gritos ya habían cesado y mis amigos dormían. Salí a la terraza a por mi maleta, ya que por falta de sitio las dejamos ahí al llegar. Mi sorpresa fué que al salir, en la terraza de al lado, estaba Nala vestida sólo por una camiseta blanca que apenas cubría su culo.
J.- No has tenido bastante en la piscina que has tenido que seguir ahora?
N.- No me conoces Javier. Y tu? Qué haces vestido. Te vas?
J.- Si, me voy a otra habitación, hay una zorra en la habitación de al lado que no me deja dormir. Dije con sonrisa viciosa.
N.- Vaya, te voy a echar de menos.
J.- No tiene porqué. Mira, ésta es la llave de mi habitación, puedes ir cuando quieras. Eso si, en cuanto cruces la puerta estarás a mis órdenes. Si no estas interesada deja las llaves en recepción.
La cara de Nala cambió. Cogí el juego de llaves de la 110 y extendí mi mano por encima de la barandilla que separaba ambas terrazas. Nala dudó, estaba nerviosa y cuando alzó la mano ví cómo temblaba. Ese movimiento hizo que su camiseta subiera mostrándome su perfecto coño.
J.- Piénsalo.
Le entregue las llaves y me marche a mi nueva habitación, mientras mis dos amigos dormían.
A la mañana siguiente a las 8 nos levantamos, y nos fuimos a trabajar después de desayunar.
Tras un primer día de duro trabajo, a las 8 de la tarde volvíamos al hotel. Dani y Roberto dijeron de salir. Yo pregunté en recepción si habían dejado la llave de la 110. Al decirme que no, decidí coger un sándwich y una cerveza y cenar en mi habitación, pensaba que Nala aparecería en cualquier momento.
Estaba equivocado, Nala no apareció por mi habitación. Ni el viernes ni el sábado. De hecho no la veía por el hotel y les pregunté a mis amigos si la escuchaban gritar, y nada, se la había tragado la tierra.
Hasta que llegó el domingo.
En principio nuestro plan era ir a la piscina ya que no trabajamos, pero a las 10 de la mañana, mientras dormía, me despertó la puerta de mi habitación.
En un principio pensé que era el servicio de habitaciones y cuando vi entrar a Nala, me sorprendí.
N.- Hola.
J.- Hola, por fin has venido.
N.- Si, quería hablar contigo.
Me levanté de la cama y me dirigí a ella. Nala bajó la mirada hacia mi paquete para deleitarse con la erección matinal.
J.- Aquí no hay nada que hablar. Si éstas aquí sera a mis órdenes, y con mis condiciones.
Me fui acercando a ella. Llevaba una falda negra, camiseta de tirantes y sandalias a juego.
J.- Desnúdate, deja solo tus bragas y ponte de rodillas.
N.- Joder, Javier, sólo he venido a hablar contigo.
Sin mediar palabra, le di un bofetón en toda su cara. Ella, lejos de protestar, se puso firme y levantó su cara. La agarré del cuello con mi mano y la empujé contra la pared.
J.- Aquí no has venido a hablar, has venido a hacer lo que yo diga. Así que desnúdate.
Tras decir esto mientras con una mano la tomaba del cuello, con la otra la di otra bofetada.
Entonces reaccionó, dejó la llave en la mesa y empezó a sacarse la ropa, sus tetas eran perfectas y sus pezones se notaban duros.
Cuando su única prenda era un tanga negro, la ordene:
J.- Súbete a la cama y ponte a cuatro patas. Mirando al cabecero.
Tardó 2 segundos en subirse a la cama. Tenía un culo perfecto que en esa postura se disfrutaba mas aún.
Fui a por una mochila que llevo a todos mis viajes, donde guardo los preservativos y algunos juguetes eróticos. Saqué una bala vibradora con mando a distancia, bajé el tanga de la joven hasta dejarlo en sus muslos y empecé a tocar su culo. Primero sus nalgas, las masajeaba y apretaba, hasta que las abrí para deleitarme con su agujero. Escupí en su culo y ella dio un respingo. Metí un dedo dentro y gimió, lo saqué para volver a escupir, y así varias veces hasta que coloqué la bala en su ano y la metí dentro. Ella gritó de placer. Subí su tanga y le ofrecí mis dedos.
J.- Déjalos bien limpios!!
Empezó a lamer mis dedos, con vicio y la volví a ordenar:
J.- Cada vez que entres por esa puerta, te desnudarás y arrodillarás esperando mis órdenes. Cada vez que quieras caminar, lo harás a cuatro patas como la perra que eres. Está claro?.
N.- Muy claro.
J.- No te oigo!
N.- Muy claro!!
J.- Bien, ahora ven hasta la silla.
Nala se bajó de la cama. Tenía que recorrer 3 metros hasta llegar a una silla. Le dí al mando de la bala por primera vez, mientras ella iba a gatas. Se paró de repente y su ojos se cerraron de placer mordiendo su labio.
J.- Ve a la silla.
Nala a duras penas intentaba moverse pues con la vibración dentro de ella, le costó mucho llegar a la silla. Cuando lo hizo, apoyó sus manos. Y yo le di fuerte al mando, mientras ella se agarraba y se retorcía.
J.- Siéntate, y no se te ocurra correrte sin mi permiso.
Coloqué sus piernas en las patas de la silla y las até. Después, sus manos las llevé tras el respaldo de la silla y las até también.
J.- Voy a ducharme.
N.- Me vas a dejar así? Suéltame.
Dijo gritando.
Me acerqué a ella. Tomé uno de sus pezones, y lo pellizqué con todas mis fuerzas, con la otra mano pulsé el mando, y vi su cara de vicio. Tras unos segundos así, bajé mi mano hasta el tanga y acaricié la tela que cubría su coño. Mis dedos se mojaron de lo empapada que estaba.
J.- Porqué te quejas? Has visto que estas chorreando? zorra......
Llevé mis dos dedos llenos de flujos a su boca, y ella empezó a lamer. Fuí más duró aún y los metí hasta su garganta, no sólo dos, sino cuatro dedos, provocando una arcada enorme. Todo ésto con el botón pulsado. No la daba opción, la tenía a mis órdenes.
J.- Y ahora voy a ducharme.
Me lo tomé con calma, me duché, afeité, lavé los dientes, y de vez en cuando hacía que vibrara la bala en su culo. Cuando terminé, salí desnudo. Verla allí a mi voluntad me provocó una erección enorme.
Teníamos una conversación pendiente, y ahora sus mejillas estaban rojas, sus pezones duros y era evidente que estaba excitada.
J.- Alguna vez te habían tratado así?
N.- Nunca.
J.- Te gustó lo que ocurrió el otro día en la hamaca? El ser violada era tu fantasía?
N.- No. Fuiste un hombre despreciable. Yo no tengo esas fantasías.
Me sentí fatal con aquellas palabras, es cierto que algo me arrastró a forzar a aquella mujer, pero en el fondo siempre tuve la sensación de que le gustaba.
J.- Y qué haces aquí? Porqué has venido a mi habitación? Porqué me has provocado desde que me viste?.
Nala no contestaba.
J.- Contesta!!. Que haces aquí? La grité.
Nala me miró angustiada, suspiró y bajó la vista hacia el suelo y finalmente soltó:
N.—En realidad no lo sé, pero no lo he podido evitar.
Se puso roja como un tomate, estaba avergonzada, contrariada. Era hora de sacar a la sumisa orgullosa que ni ella misma sabía que era. Era el momento de que se aceptase.
Sin dudar me acerque a Nala, acaricié su mejilla aún roja por mis bofetadas, y desaté sus manos, después me agaché y desaté la cuerda que había en sus piernas, y la dije:
J.- Márchate, deja la llave en la mesa y no vuelvas por aquí.
Ella no se movía de la silla. En el fondo le encantada como la trataba, era sumisa, le gustaba ser sometida y dominada, pero aún no quería aceptarlo.
J.- No te vas? Márchate.
Ella seguía inmóvil.
J.- Vas a hacer algo, ponte de pié, lleva tu mano hasta tu coño y dime como está.
Ella no hacia nada.
J.- OBEDECE!!.
Muy despacio se puso de pie, ella miraba mi polla erecta, metió su mano dentro de su tanga, y cuando la sacó me mostró dos de sus dedos. Estaban empapados.
J.- Mírate, no lo puedes evitar. Eres sumisa, te gusta sentirte humillada, sometida, dominada. Aceptalo.
N.- Yo no soy así, tengo novio y estoy encantada con el.
Ya me cansé de tanta tontería, no iba a permitir más mentiras. Arrastré a Nala y la tumbé boca arriba en la cama, me senté a hocajadas encima de ella y agarré sus manos por encima de su cabeza.
Me miró desafiante, y aplasté mi boca contra la suya. Ella respondió.....lo estaba deseando la muy zorra.
Mordí sus labios, los succioné con violencia....ella arqueaba el cuerpo buscando mas contacto.
Cogí cinta americana y até cada una de sus muñecas a cada uno de sus tobillos y a su vez inmovilicé sus piernas bien abiertas atándolas al cabecero de la cama.
Nala me miraba expectante, con los ojos entrecerrados, mordia su labio inferior. Pulsé el mando de la bala vibradora olvidada dentro de su culo, haciéndola pegar un respingo.
J. Y ahora, vamos a jugar al juego de la verdad....
Con delicadeza, abrí los labios chorreantes de su coño, dispuesto a dejarla anhelante y deseosa. Metí la nariz en su agujero y acaricié con la punta su clitoris arrastrando una buena cantidad de fluidos hasta él.
Nala empezó a retorcerse. Saqué su clítoris del capuchón y me dediqué a tentarla con suaves caricias.
Ella temblaba, gemía, movía sus caderas buscando mas fricción. Estaba al borde del orgasmo, lo notaba.
J. Bien Nala, buena chica, ahora vas a contestar a todo lo que te pregunte, y sólo aceptaré la verdad, me sigues?
N. Si.
J. Tenías la fantasía de ser forzada?
N. Ya te he dicho que no!!
Me estaba mintiendo, su cuerpo no decía lo mismo que su boca, metí dos dedos en su coño hasta el fondo, bruscamente, al mismo tiempo la crucé la cara en un sonoro bofetón y su coño apretó mis dedos en respuesta. Aquello la llevaba al límite.
Agarré su cara y la forcé a mirarme
J. La verdad, Nala, la verdad.
Nala suspiró y sentí cómo se relajaba dentro de mi mirada, no pudo negarlo más, y contestó rendida y avergonzada:
N. Si
J. No te oigo!!! Era tu fantasía? Me provocaste para conseguirlo? CONTESTA!!!
N.Si, joder, SI!!!!
Soltó una pequeña lágrima, y retomé la estimulación hasta que volvió a estar al borde del orgasmo. Ella sudaba, gemía, se retorcía
J. Te gusta que te escupan?
N. No
J. Abre la boca
Bofeton
J. Abre la boca!!!
Abrió la boca y escupí en su interior. Nala temblaba, lloraba,
N. Si!!! Oh Dios, si
J.buena chica, Relájate, aún no vas a correrte, hasta que no tenga toda la verdad
N. Mmmmm
Nala respiró hondo y asintió con la cabeza.
J.así me gusta
Seguí torturándola, acariciandola lo suficiente para tenerla deseosa, pero sin llegar al orgasmo.
J. Te gusta que te azoten?
N. Si
Tenía los ojos cerrados, intentando mantener la concentración.
J. Mírame, Nala.....
Tuve que dar una palmada en su coño para conseguirlo. Ella salió de su sopor enfocando su mirada en mi.
N. Por favor, necesito correrme.
J. Pronto, lo estás haciendo muy bien.
J. Te gustó el otro día cuando te marqué con mi meada?
Empezó a mirar al vacío......recordando, y una pequeña sonrisa de zorra se dibujó en sus labios.
Por fin me miró a los ojos, alzó la cabeza orgullosa y contestó con rabia en la mirada
N. SI!!!
Acelere la masturbación, incrementé la potencia de la bala y metí dos dedos en ella en forma de gancho, buscando su punto sensible
Se notaba que no aguantaría mucho mas
N. Por favor......
J. Por favor qué?
N.Por favor Javier, necesito correrme!!!
Dos bofetones
J. Prueba otra vez, seguro que sabes a qué me refiero, pide permiso correctamente!!
N. Por favor Señor, deje que ésta zorra se corra para Usted, se lo suplico!!
Me dejó sin palabras, impactado, no podía imaginar que conseguiría que se rindiera de tal manera.
Mi polla estaba dura como una piedra con su súplica. Así que me acerqué a ella y restregué mi polla en toda su raja embadurnándola en sus fluidos.
J. Muy bien mi zorra, puedes correrte cuando quieras y todas las veces que quieras
Apunté la polla en su entrada y de una estocada se la metí hasta el fondo.
Automáticamente empezó a correrse en un orgasmo explosivo, que la hizo convulsionar, retorcerse y gritar como una posesa.
Su coño me apretaba la polla de una manera infernal. Empecé una cabalgada potente, sin descanso. Cuando estaba a punto, paré.
Cogí unas tijeras y corté sus ataduras, estaba laxa, sin fuerzas, la masajeé las muñecas y los tobillos para aliviar su dolor y finalmente acerqué mi polla a su boca.
J. Abre
Nala, complaciente abrió la boca, sujeté su cabeza por el pelo y guié la mamada. Tenía una boca espectacular. Forzaba su garganta al límite y dejaba mi polla dentro hasta que le sobrevenía una arcada. Iba alternando la mamada con bofetadas.
Nala estaba otra vez caliente y dispuesta, sólo para mi
La puse a modo perrita y expuse sus nalgas, las sobé, las azoté y finalmente las abrí. La cuerda de la bala ya inactiva asomó. Y con delicadeza la saqué.
Apunté en la entrada y empecé a penetrarla poco a poco, haciendo pausas para que se fuese acostumbrando.
Nala soltaba quejidos y bufidos, y cuando sentí que su esfinter se relajó inicié un mete saca tan lento como intenso. Con cada estocada ella emitía sonidos guturales desde el fondo mismo de su garganta. Estaba ida, abandonada, entregada.
Acelere el ritmo y la agarré por el cuello controlando tambien su respiración
Cuando noté que se iba a correr por la presión de su esfinter, me dejé ir yo también soltando numerosos azotes en su culo.
Nala me miraba toda ida, desbocada, pero con una enorme sonrisa en su cara.
Nos fuimos a la ducha, nos lavamos el cuerpo el uno al otro, recorriendo todos los recovecos.
Antes de que saliera de la habitación, se llevó una última orden: mañana, a las 9 de la noche vendría, sin ropa interior, sin prejuicios, con la mente abierta y dispuesta a obedecer en todo y disfrutar.
En respuesta, ella me sacó la lengua burlona y me guiñó un ojo....
Y eso me dió una idea para nuestro próximo encuentro.
CONTINUARÁ.
JA
Responder a todos