Forzada por mi Yerno Podemita 1ª parte

Mi yerno aprovecha la ausencia de mi hija en unas vacaciones en una casa rural para perseguirme y violentarme, me convierte en la victima de sus salvajes deseos incestuosos. RELATO DIVIDIDO EN DOS PARTES.

El miedo se ha apoderado de totalmente de mi.

Me da la sensación de que llevo en este baúl del desván escondida varias horas.

Oscar, mi yerno desde hace dos años me está buscando para violarme, hace un rato ha dejado de gritar mi nombre.

El vecino más cercano está casi a un kilómetro de distancia, por lo tanto por mucho que gritemos nadie nos escucha y la cobertura telefónica es nula.

La decisión de venir a esta casa rural, fue de mi hija Clara, ella pensaba que convivir los tres juntos haría que nos llevásemos mejor entre nosotros, doy por sentado que fue una muy mala decisión.

Clara había tenido que ausentarse una semana debido al trabajo por culpa de un imprevisto.

Así que mi yerno y yo nos quedamos solos.

Mi yerno es de PODEMOS y yo soy del PP, es obvia la dificultad por no decir imposibilidad de que estemos de acuerdo en política.

Las discusiones en casa de mi hija cada vez que los visitaba eran muy acaloradas, porque aunque yo intentase no discutir con mi yerno, este buscaba temas para empezar una disputa dialéctica.

Mi hija Clara siempre ha tenido la esperanza de que a pesar de nuestras diferencias nos pudiésemos llevar  bien, yo no tenía esa confianza, pero al ser mi única hija vine a esta casa para demostrarle que por mi parte haría todos los esfuerzos que fuesen necesarios para la convivencia.

El primer dia a solas con Oscar incluso yo pensé que podríamos llevarnos bien, se le veía distendido, incluso se ofreció a cocinar mientras no estuviese Clara con nosotros.

Como no había televisión y solo se podían escuchar dos emisoras de radio, nos dedicamos a leer, el en su habitación y yo en el comedor.

Ese mediodía hizo la comida, puso la mesa y me llamó para comer.

Oscar empezó a preguntarme por mi vida personal, se interesó sobre todo por mi divorcio del que Clara le había hablado bien poco.

Para no ser menos le pregunté por sus padres a los que solo había visto en dos ocasiones.

Estuvimos comiendo y charlando unas dos horas, nos bebimos una botella de vino, el vino y los diuréticos que llevaba 3 semanas tomándome recetados por mi médico para remediar la retención de líquidos, hicieron que me levantase para ir al lavabo en muchas ocasiones.

En el comedor hay un espejo, en una de las muchas veces que fui a orinar, creo que en la tercera, me fije en el reflejo del espejo que mi yerno me estaba mirando el trasero.

No me lo creí hasta que lo confirme en posteriores visitas al lavabo.

Me sentí halagada porque un chico joven me consideraba lo suficientemente atractiva para mirarme el culo y también avergonzada por ese sentimiento.

Aunque intenté no moverme de diferente, el hecho de verme observada por mi yerno, hizo que me moviese de otra manera, me notaba a mi misma moviendo más las caderas.

Al terminar decidí lavar los platos, Oscar ayudó recogiendo la mesa mientras yo estaba en el fregadero, a pesar de que la cocina no era pequeña, en dos ocasiones Oscar se acercó lo suficiente para rozarse, no le di importancia porque los rozamientos  podían ser del todo accidentales.

Al finalizar el fregado de los platos, volví al comedor a leer, pero me resultaba difícil leer porque tenía la somnolencia tipica de después de comer.

No me apetecía nada pasarme toda la tarde durmiendo, porque por la noche no tendría sueño, así que cogí un MP3 de mi maleta y salí al bosque a dar un paseo escuchando música.

Es sorprendente lo mucho que te relaja un buen paseo con música de Enya.

El paseo duró dos horas, la vuelta la hice a muy buen ritmo, por lo que estaba algo sudada, así que cuando llegue a casa, lo primero que hice fue irme a la ducha.

Aunque me pareció notar que se habían movido la ropa de mi maleta, en especial la bolsa de la ropa interior usada, se lo achaque a mi anterior búsqueda del MP3.

Oscar no salió de su habitación hasta la noche y lo hizo para hacer la cena.

Aunque a mi me gusta la comida picante, la carne con setas que hizo para cenar quizá tenía demasiado, lo que hizo que en vez de una botella de vino, esa durante la cena nos bebiesemos dos botellas de vino.

Seguimos hablando de temas personales, hasta que llegamos al tema de los hijos, entonces me hizo la primera confesión.

  • Alejandra, no utilizamos ningún tipo de medida anticonceptiva desde que nos casamos y Clara no se ha quedado embarazada, en cuanto volvamos nos haremos un estudio de fertilidad, ya que creemos que alguno de los dos es estéril.-

dijo Oscar con tristeza. * Oscar, espero que no tengáis problemas a ese respecto, pero siempre hay soluciones.

Me dio algo de lástima, porque parecía muy afectado, así que le cogí la mano, después me levanté y me lleve los platos para lavarlos.

Oscar llevó a la cocina los platos y cubiertos que quedaron en la mesa, se acercó rozando mi cadera con su paquete y me cogió del hombro como lo haría con un amigo.

  • Alejandra, me alegro mucho de que no discutamos, tengo la impresión de que la idea de Clara para que nos llevemos bien está funcionando a la perfección.-

después de decir esto Oscar se fue al comedor.

Al salir de la cocina, me propuso quedarnos hablando o jugando al algun juego de mesa, pero sinceramente a mi no me apetecía y además estaba muy cansada, así que le prometí que mañana o pasado mañana me quedaría hasta tarde.

El segundo y tercer dia practicamente fueron un calco del primero en todos los aspectos.

El tercer dia antes de salir a pasear deje la bolsa de la ropa sucia, en una posición que recordase posteriormente, es mas deje una doblez en la bolsa, porque tenía la sensación de que era registrada por Oscar en mi ausencia.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando me di cuenta de que en efecto se había movido mi bolsa de la ropa interior.

Mire dentro de la bolsa para ver si me faltaba alguna braga o sujetador.

No me faltaba ninguna braguita, pero volverlas a poner en la bolsa, note una de ellas algo húmeda.

Termine de quedarme de piedra cuando note que había una pequeña gota de semen en una de mis braguitas blancas, lo supe por el característico olor del esperma, con el cual no tenía contacto desde hacía varios años, para ser más específicos desde que me divorcie.

Cuando mis amigas hablaban de sus orgasmos las pocas veces que nos reuniamos en mi casa y estábamos algo achispadas con la lengua muy suelta, sentía bastante envidia porque yo nunca había conseguido tener uno.

No me masturbaba por que me producía mucha vergüenza y sentimiento de culpa, a mis 56 años mi educación religiosa estricta ha hecho que el tema del sexo sea prácticamente un tabú.

Ahora tenía la seguridad de que mi yerno me deseaba, y eso me hacía sentir  bien por saber que todavía era atractiva para un hombre joven y tambien me hacia sentir culpable por sentirme bien por ello, era un sentimiento altamente contradictorio.

Pero me negaba a sentir vergüenza, era mi yerno el que se había masturbado a escondidas con mi ropa interior, el debía estar abochornado por su vicioso comportamiento, no yo.

Así que tomé la determinación de saber hasta qué punto era capaz de llegar esa noche, por mi experiencia como edil del PP en el ayuntamiento, sabía que los de PODEMOS no tenía principios, es más se enorgullecian de ello con las siguientes palabras de Groucho Marx, que hacían suyas:

“Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros”.

Tenía a mi hija Clara en mente, cuando volviese se lo explicaría todo, pero debía dar el beneficio de la duda a mi yerno y permitirle una explicación, antes de mandar la relación de mi única hija al traste.

Así que esa noche decidí quedarme después de cenar, cuando se lo dije mientras lavaba los platos, me volví a tocar el hombro y se rozo, y me comento lo genial que sería.

Cuando termine y me fui al comedor, tenía puesta música Chill-Out en uno de esos altavoces cilíndricos que venden en los Locutorios y tiendas de móviles de bajo precio, la realidad es que sonaban muy bien para ser tan pequeños.

  • Alejandra, tenemos unas cartas, un dominó y un ajedrez.-

comentó Oscar. * Si te parece voy a buscar algo para beber, ¿vino?. -

dije yo,él contesto que si con la cabeza, en el espejo del comedor podía ver claramente como mantenía fija su mirada en mi trasero mientras me dirigía a la nevera.

Oscar cogio la botella y los vasos llenando estos hasta casi colmarlos.

  • Oscar, pretendes emborracharme

.- le solté con una sonrisa. * Alejandra, perdona es que tengo sed, espero que no te importe, por cierto, ¿A qué jugamos?.

Cuando era una adolescente y hasta casi los 21 años jugaba con mi padre al dominó, en el que era todo un experto, pero eso no impedía que le ganase bastante a menudo, así que elegí este juego, asumiendo que tenia mas posibilidades de ganar a mi yerno.

Cuando empezamos a jugar me di cuenta de que era lego en ese juego.

La primera partida la gané yo, simulando esfuerzo, la segunda se la deje ganar para que se confiara.

  • Alejandra, ¿le puedo hacer una pregunta personal?.
  • Pues claro, Oscar.
  • ¿Cómo es que no se ha vuelto usted a casar?, Alejandra.
  • Quizás porque no he encontrado a la persona idónea, también porque mi experiencia matrimonial no fue nada positiva.-

le conteste con toda sinceridad. * Me parece extraño verla sin pareja, siendo usted tan atractiva, Alejandra.-

me contestó Oscar, entre tanto volvía a llenar los vasos hasta arriba. * ¿Me estas tirando los tejos?, yerno.-

dije yo, con una sonrisa y con cierto rubor en parte generado por el vino y en parte por mi propio atrevimiento en la contestación. * Noooooooo, Alejandra.-

Contestó algo apurado Oscar, mientras yo perdía adrede otra partida al dominó. * Cómo decías que soy atractiva, Oscar. * Y lo es, Alejandra. * Ahora que estamos solos, yerno, ¿que parte de mi cuerpo crees que es la que más puede atraer a los hombres?. * Alejandra, me está poniendo usted en un aprieto.

Otra partida perdida, llevaba dos pérdidas,la próxima la ganaria para disimular.

  • Alejandra, le propongo un juego, cada vez que ganemos podemos hacer una pregunta y el otro está obligado a contestar, ¿le parece bien?.
  • Puede ser divertido, Yerno.-

conteste con una sonrisa expectante.

Ahora estamos más metidos en la partida, ya no hablábamos mientras jugábamos, esperábamos al final de la partida.

Gane yo, y le dije que me contestara a la anterior pregunta.

  • Su culo y su cara, Alejandra.

Otra partida, le deje ganar, el me pregunto lo mismo que yo a el.

  • Creo que tu cara y tus hombros, por ese orden.

Oscar volvió a llenar los vasos y fue a buscar otra botella.

No hubo ninguna pregunta realmente atrevida hasta 6 partidas y medio vaso de vino después.

  • Alejandra, ¿le gustaría jugar a las prendas?.
  • Oscar, creo que deberíamos irnos a dormir, esto no es correcto.
  • Perdone, Alejandra, era simplemente para darle mas emocion a las partidas.

Pensé durante unos segundos, que debieron parecerle eternos a Oscar.

  • De acuerdo, pero en cuanto el primero se quede sin prendas, nos vamos a dormir, Oscar.
  • Perfecto.-

contestó él con una sonrisa de oreja a oreja que a duras penas pudo intentar disimular.

Para darle emoción y para saber hasta dónde era capaz de llegar, fui perdiendo zapatillas y calcetines.

Todas las demás partidas fueron perdidas por el, hasta que se quedó con los boxer, aunque intentaba no fijarme, parecía tener un tremendo pene que se perfilaba en el boxer, parecía que le iba a salir el prepucio por la pierna izquierda.

Para disimular y no humillarlo, perdí la partida y me tuve que quitar la sudadera.

El hecho de poder verme delante de él en sujetador, lo excitó sobremanera y su pene se definió aún más en los boxer, el prepucio estaba a milímetros de salir del boxer.

Cuanto más intentaba no mirar, más difícil se me hacía.

Última partida, tenía mis dudas, entre dejarle ganar otra partida y quitarme los pantalones de chándal, para darle vidilla y un poco de dignidad o ganarle e irnos cada uno a nuestra cama.

Mi decisión al final, fue la de terminar todo lo antes posible, ya habia llegado la cosa demasiado lejos.

Le gané la última partida.

Se levantó decidido del sofá, pero con algo de vergüenza.

  • Oscar, no hace falta que te los quites, ya está.
  • Alejandra, el juego es el juego y debe terminarse correctamente.

A continuación se dio la vuelta y me dio la espalda, yo seguía sentada en el sofa, por un momento pensé en irme, sin embargo podía más la curiosidad.

Se quito los boxer y debo reconocer que tenía un bonito culo sobre todo si lo comparamos con el de mi Ex-marido.

Lentamente se dio la vuelta,  a medida que iba apreciando el tamaño del pene, pensaba en los caballos, mi Ex tenía trece centímetros a lo sumo 14 centímetros, Oscar daba la sensación de tener el doble o más.

Y estaba totalmente erecta, y estaba tan cerca de mi cara que solo con alargar la mano la podía tocar.

A pesar de tener un hombre desnudo cerca de mí no estaba nada excitada, para ser sinceros, en ese momento estaba pensando en mi hija Clara que es más menuda que yo, tanto en altura como en anchura, con ese instrumento dentro de ella, ¿le haría daño?.

  • Oscar, gracias por el entretenimiento, me voy a dormir, es muy tarde y estoy cansada.-

diciendo esto me di la vuelta y me fui para mi habitación.

Cinco segundos más tarde tenía los pantalones y las braguitas bajadas a la altura de las rodillas y Oscar me estaba tocando los pechos por encima del sujetador.

Mi degenerado yerno me había bajado los pantalones y si no le ponía remedio me iba a violar allí mismo.

  • En el ayuntamiento todos los compañeros decían que eras una calientapollas y estoy viendo que tenían toda la razón, Alejandra esta noche voy a acabar con tu racha de calientapollas.

Me había quitado el sujetador casi rompiendolo, el chándal y las bragas ya estaban en el suelo.

  • Oscar, antes de hacerlo contigo, me gustaría ver de nuevo tu tremendo pene.-

me sentí muy extraña diciendo estas palabras, porque era como si las estuviera mencionando otra persona.

Cuando me di la vuelta, sin querer toque su pene, Oscar dio un respingo.

  • Apreciada suegra, puedes tocarla si así lo deseas.

Y la toque, tenia un terso tacto y una temperatura muy agradable, fui acercando mi mano hacia la base de su pene y golpee con todas mis fuerzas sus testículos.

Se dobló sobre sí mismo de dolor, circunstancia que aproveché para salir corriendo desnuda por la casa.

Me consegui esconder y él empezó a chillar, cuando se le pasó el dolor de testículos.

  • Zorra Pepera, estaba seguro de que harias alguna cosa para estropear el pollazo que te voy a pegar.
  • Cuanto más tiempo tarde en encontrarte más caliente estare, esto solo está postergando lo inevitable, la conclusión de todo esto es que voy a follarte.
  • Puta Pepera, ya no me duelen los huevos, pero tú sin embargo te vas a pasar una semana sin poder andar con las piernas juntas, te lo garantizo.
  • Cuando les hables a todas tus amigas del PP sobre mi polla, vendrán como locas a follar conmigo, pero tu seguiras siendo siendo mi coñito preferido.
  • Deberías salir antes de que me enfade aún más, cuanto más cabreado esté más me costara controlarme para no reventar tu precioso culo.
  • Seguro que sigues siendo virgen del culo.

Dentro del baúl del desván donde estaba escondida, escuchaba todas sus palabras y como cada vez estaba más y más cerca.

Lo que más me atemorizaba era pensar en lo doloroso que debía ser penetrada por ese colosal pene en un lugar en el que nunca antes había sido penetrada.

Desde que estaba huyendo de mi yerno, notaba que mi vagina estaba muy mojada, nunca antes había estado tan húmeda, dentro del baúl hacía calor, pero los fluidos que rezumaban de mi vagina no eran precisamente sudor.

Escuche la puerta del desván y cerrarla de un golpe seco como las otras.

Le oía moverse por todo el desván y después escuche la puerta, pegó otro portazo.

Durante lo que me parecieron horas estuve dentro del baúl, hasta que consideré seguro poder salir.

Cuando salí noté el frescor del aire en mi cuerpo sudado, era un alivio salir del Baúl.

  • Inmejorable, estas toda sudada, asi te follare mejor, suegra.

Mi depravado yerno me había hecho pensar que había salido de la habitación cerrando la puerta y quedándose dentro.

Seguía desnudo y verme desnuda empezaba a hacer efecto en esa especie de pene de caballo que tenía.

Con una mano me cogió del pelo y con la otra me introdujo un dedo en la vagina y se lo chupo.

  • Que sabor mas rico tiene el coño de mi suegra la Pepera.

Me llevo a su habitación a rastras y me ato los brazos y las piernas, lo hizo dejandome abiertas las piernas y los brazos.

Intente resistirme y golpear de nuevo sus testículos, pero esta vez no estaba de mi parte el factor sorpresa, así que no lo conseguí.

Dio varios paseos alrededor de la cama, observando con detenimiento.

  • Realmente esta mucho mas buena que muchas jovencitas, intenta disfrutar de esta noche, yo ya lo estoy haciendo, Alex, ¿Te puedo llamar Alex?.
  • Oscar, te voy a denunciar por lo que me estás haciendo.-

le dije con toda la autoridad que pude en mi actual situación. * A ver, Zorron Fascista, cuando acabe contigo, ten por seguro que me pediras mas, que digo, me lo acabaras implorando, por favor follame, soy tu guarra.-

contestó Oscar con una sonrisa en la que no se presentía nada bueno. * Alex, sabes que a tu hija la conocí exactamente en la misma posición en la que estás tú ahora, qué curioso, madre e hija follan de la misma manera con su yerno y marido la primera vez.

Ese comentario me había dejado perpleja y el lo noto en mi cara, pero si le preguntaba el ganaria.

  • Alex, querida y deseada suegrita, si te portas bien te dire como conoci a nuestra amada Clara.-

esta vez lo dijo con un tono muy chulesco.

Dicho esto, empezó a acariciarme con una suavidad extrema, con un contacto muy leve en mi piel, empezó por mi ombligo y haciendo una especie de círculo rozaba mis pechos y el principio de mi vello púbico.

Mi pezones se pusieron erectos y sentía como todo el vello de mi cuerpo se erizaba.

No quería que el pervertido podemita que tenía por yerno, supiese que me estaba excitando, mentalmente me resistía a sentir cualquier tipo de placer con este degenerado, pero mi cuerpo y mi naturaleza tenían una opinión contraria.

Mientras mi yerno me acariciaba el lóbulo de la oreja, acercó su cara a mi ombligo y me lo beso, la barba de 3 dias al contacto con la piel de mi abdomen, hizo que me mojara inmediatamente.

Sentía un placentero calor que parecía salir de mi útero.

  • Oscar, por favor, para, para de una vez.
  • Apreciada suegra, no parece decirlo usted muy convencida, me he fijado en sus pezones y en su piel, y lo que estoy haciendo no parece disgustarle lo más mínimo, si no todo lo contrario, ahora vamos a hacer la prueba del dedito.-

con una lentitud que considere exasperante o más bien mi cuerpo, Oscar después de hablar, me acarició por encima de mi vello púbico y acercó un dedo rozando mi clítoris, y me lo introdujo en la vagina, escuchandose un ruido de chapoteo, me di cuenta de que me estaba mordiendo el labio inferior. * Alex, Alex, Alex, este chochito está preparado para ser ensartado, pero sería muy grosero por mi parte follarmela sin los necesarios preliminares, ¿No Cree?.

Opte por el silencio, poco más podía hacer.

A continuación cogió un par de cojines y me los puso debajo del trasero, para levantar mi pelvis, con lo cual dejaba a su merced mi vagina, puso su cara delante de esta y empezó a lamer.

Nadie me había hecho esto antes, mi ex lo había intentado, pero a mi me daba mucha vergüenza que me chupase ahí.

Me costaba mucho no gemir, resistirme, no tenía muy claro si me gustaba más que metiera su lengua en mi vagina o que le diese besitos y lengueteos circulares a mi clítoris.

Mi yerno empezó a pasar su nariz por la mata de vello de mi pubis.

  • Querida suegra, ante coños como el suyo a uno le entra glotonería, se lo estaría comiendo durante una semana.-

dijo Oscar totalmente convencido, aunque mi cuerpo pedía que no parase.

Volvió a meter su cara y su lengua en mis partes íntimas esta vez con más intensidad y esta vez sumó sus dedos a las caricias.

Con sumo cuidado me introdujo dos dedos en la vagina y los movía hacia arriba, el movimiento me recordaba a cuando estás trabajando en un ordenador portátil y no tienes ratón, y lo solucionas pasando los dedos por las superficie táctil del Touchpad.

A pesar de mi resistencia se me escapó un bufido y un gemido.

Mi cuerpo me estaba dominando, no me podía creer que mi cuerpo me traicionase.

Pero el acto de suprema traición y de abochornamiento fue cuando llevaba unos cuantos segundos acariciandome dentro de la vagina, de súbito me entraron unas ganas de irresistibles de orinar y me daba la placentera sensación de que mis caderas se disolvian, es muy difícil de explicar esa sensación.

A continuación me entró una especie de risa cansada y mi vagina empezó a soltar un liquido trasparente a chorros, como si me estuviera orinando.

Nunca en mi vida había sentido tanto placer, la sensación era como un calambrazo de placer que te convulsionaba todo el cuerpo, desde el dedo gordo del pie hasta la cabeza.

No pude reprimir un chillido de placer.

  • Joder, es la segunda vez que lo consigo, acabo de provocarte un squirting ,querida suegra, ahora lo podre conseguir con Clara.

Estaba avergonzada por no haber podido dominar a mi cuerpo, me sentía violada, había llenado a Oscar de un líquido parecido a la orina y no había podido disimular mi placer.

La cara y el pecho de mi yerno estaban húmedos de ese líquido, Oscar pasó sus manos por el pecho y comenzó a pasarse las manos por su colosal pene, pringandolo con mi eyaculacion femenina.

  • Apreciada y deseada suegra, ha llegado su momento, me gustaría que me hiciese una mamada antes de penetrarla, pero por su cara de rabia, creo que sería capaz de morder mi polla y aprecio mucho mi herramienta para perderla tontamente.

Con el líquido restante, se preocupo de embadurnar bien su prepucio, cuando terminó se puso de rodillas y apunto su pene a la entrada de mi vagina.

De forma suave, casi tierna empujo hacia adentro, yo notaba como iba entrando dentro de mi sin ningún tipo de dolor, porque mi vagina estaba muy lubricada, sin embargo, debido al grosor de su pene percibía como mi cuerpo por dentro se abría milimetro a milimetro, me notaba muy estrecha.

La cara de placer de Oscar mientras me miraba a los ojos era una mezcla de alegría y tristeza.

Cuando note que sus testículos tocaban mis nalgas, supe que todo ese pene ya estaba dentro de mi.

Mi yerno empezó a moverse dentro de mí, hacia delante, hacia atrás.

Notaba como mis mejillas se sonrojaban por el placer, sabía que mi cuerpo me iba a traicionar de nuevo.

Fue en ese momento en el que tome la determinación de dejarme llevar, de disfrutar del momento y no pensar en las consecuencias de lo que estaba pasando.

Mi yerno empezó a tocarme los pechos, también daba agradables pellizcos a mis pezones rosados.

A veces bajaba la mano y revolvía entre mi vello púbico, pero en ningún momento interrumpió su movimiento de mete y saca.

Unos 15 segundos después, tuve mi primer orgasmo “Normal”, chille con todas mis fuerzas, por unos segundos pensé que me iba a morir de placer, fue de tal su intensidad que sobrecargo todos mis sentidos.

No acababa de recuperarme de quizás la experiencia más placentera de mi vida, cuando mi yerno cambio de cara, me dio una última embestida y resopló.

Me cogió de las caderas y apretó hacia mi vientre, en una especie de intento de introducirla más adentro y luego se dejó caer encima de mis pechos, totalmente exhausto.

  • Suegra, esta es con mucha diferencia la corrida más potente que he tenido hasta ahora, serás mi guarra preferida.

Y dicho esto sacó su colosal pene de mi vagina, se levanto y salio de la habitación.

Notaba los labios de mi vagina llenos de semen y de mis propios fluidos, Oscar me había dejado en la habitación con las piernas abiertas.

Escuche la ducha y empecé a reflexionar sobre todo lo que había pasado.

No entendía porque me habia dejado asi desnuda y abierta,tampoco tenía muy claro que haría mi yerno conmigo a partir de este momento.

Oscar entró en la habitación y se sentó con una silla delante de la cama mirando mi vagina, estaba vestido con un pijama.

  • Está usted preciosa así, Alejandra, me quedaria asi para siempre, mirandola.-

comento jocoso. * Oscar, ¿Porque me has hecho esto?. * Querida Suegra, Desde el primer dia que la vi, la he deseado, acaso cree que con buenas palabras me la hubiese conseguido follar alguna vez. * Posiblemente no. te agradeceria que me soltases-

Le conteste. * Suegra, no me gusta adelantar acontecimientos, pero en un gesto de gratitud por lo bien que lo hemos pasado le adelantó que seguirá usted atada hasta que vuelva nuestra querida Clara.

Le pedí por favor que me soltase, que no lo iba a denunciar, se lo jure y se lo perjure, pero no sirvió de nada.

  • La voy a soltar para llevarla a la bañera, se va a dar usted un buen baño relajante y se limpiara bien su coñito para el segundo asalto.

En unos minutos estaba de pie, con una mano me tenía cogida del pelo, esta vez con más suavidad y con la otra me daba palmadas en el trasero, lo cual me estaba excitando y confieso que si hubiera sido más brusco todavía me hubiese excitado más.

Me había preparado la bañera, cuando me metí en ella la temperatura era la perfecta, antes de que yo la pudiese coger mi yerno agarro la esponja y la mojo en el agua, con gran delicadeza empezó a frotarla por mi cuerpo, primero por la espalda, luego los hombros y el cuello, despues se paso a mis piernas, evitando mis entrepiernas.

Cuando empezó con mis pechos, empecé a notar  como se empitonaban mis pezones, los frotaba por debajo,por encima y trazaba círculos con la esponja en mis aureolas.

Cuando terminó con mi pecho, bajo haciendo tranquilos Zigs-Zags hasta mi ombligo, y allí empezó a frotar mi vello púbico y mi vagina.

Abrí las piernas para permitir que accediese de mejor manera y porque me estaba excitando.

  • Suegrita, se esta usted mordiendo el labio, es muy mala, pero que muy mala, pero le tengo que limpiar bien su cuerpo y no puedo acceder a su culo, así que sea una buena perra y póngase en la posición de perra.

Mire a mi yerno implorando que no me humillara de esa manera, pero Oscar no se planteaba ni por asomo

tener algo de indulgencia para conmigo, así que me cogió de un brazo y del costado para darme la vuelta, cosa que hizo con cierta violencia.

Me estaba dando cuenta de que cuanto peor me trataba mi yerno más me excitaba y tengo la seguridad de que el lo sabia.

  • Como eres tan guarra y no me haces caso cuando te doy una orden, te voy a tener que castigar, suegrita.

En la posición de perrito en la que estaba, esperaba que mojase la esponja y empezase a limpiarme la raja del culo y mi coñito (que raro me parecía no decir vagina, pero cuanto me calentaba decir esas palabras).

En vez de hacer lo que estaba esperando, sin quitarse el pijama se metió en la bañera, se bajó los pantalones y tal como saco su gran polla me la introdujo en mi mojado coño.

Cuando empezó a empujar tuve que cogerme en los bordes de la bañera porque lo hacía con mucha fuerza.

Nunca me habían follado en esta posición y la verdad es que estaba gozando mucho simplemente con la situación, estaba súper excitada, me sentía llena de hombre y satisfecha, pocas veces en mi vida había tenido esa sensación de plenitud, de sentirme viva.

El sonido del agua chapoteando, el ruido de palmadas cuando el cuerpo de mi yerno impactaba con mi culo, mis propios gemidos estaban convirtiendo la experiencia sexual en un placer para todos los sentidos.

Absorta estaba yo en el placer de recibir la polla de mi yerno cada vez con más fuerza y por qué no decirlo con más violencia, Oscar me volvió a sorprender dándome aún más placer.

Mi yerno en la posición en la que estábamos empezó a juguetear  con mi clítoris con una mano, sin cambiar el ritmo de sus embates.

A mi yerno en esos momentos le hubiera dado cualquier cosa que me hubiese pedido, incluso hacerme de PODEMOS.

Sin embargo, Oscar no había terminado con sus sorpresas, con la mano libre cogió algo del aparador del baño.

Noté que mi yerno dejaba caer un líquido en mi culo, sobre todo en la raja, notaba como caía y mojaba su pene y mi vagina, instantáneamente la penetración se hizo mucho más suave, aunque no era necesario puesto que yo ya estaba muy lubricada.

En cuanto me llegó el olor supe que era aceite Johnsons, durante unos segundos más Oscar vacío el  envase en mi trasero, casi todo el contenido lo dejó caer en mi esfínter.

  • Querida suegra, sabes porque te estoy echando aceite corporal en tu culo.

Los planes de mi yerno estaban más que claros, intuía que me iba a sodomizar.

El terror que me producía el hecho de ser penetrada por tan descomunal pene por un lugar tan delicado y estrecho hizo que tuviese un orgasmo casi de inmediato (estaba descubriendo que la emoción del miedo me ponía muy cachonda) , cuando Oscar noto que curvaba mi espalda y yo me agarraba mas fuerte aun a los bordes de la bañera supo que me había corrido, un instante después mi yerno vaciaba gran cantidad de semen en mi interior.

Saco con cansancio su pene de dentro de mi y salio de la bañera chapoteando todo el suelo.

Se quitó el pijama mojado y con una toalla se secó todo el cuerpo.

Antes de salir del baño, se dio la vuelta y me dijo:

  • Mañana por la mañana viene Clara, me hubiese gustado atarte a la cama esta noche y follarte mas veces, pero prefiero no arriesgarme, asi que te dejo que te limpies para mañana y decidas si sigues queriendo denunciarme, espero que no lo hagas, pero si lo haces, estoy tan satisfecho que creo que todo estoha valido la pena.

Y se fue a su habitación.

    • FIN DE LA PRIMERA PARTE -