Forzada por el padre de su novio

Romina, una joven aun estudiando, mientras su pareja se encuentra de viaje, resulta forzada por Patricio, el padre de su novio, en su propio apartamento.

Romina llevaba de novio con Richard desde hacía más de cuatro años. Se habían conocido cuando ella aún estaba en la escuela de secundaria, y ahora ella se encontraba Instituto. Habían pasado unos años, y mientras su novio se graduó en un módulo de formación de instalador eléctrico, ella aun permanecía en el Instituto.

Richard había alcanzado ya los veinticuatro años y se encontraba trabajando. Por el contrario, Romina recién había cumplido los dieciocho años y se hallaba en último curso en el Instituto y no tenía claro si cuando terminara ese año iría a la Universidad o realizaría algún grado profesional o intentaría buscar un trabajo.

Su novio la había convencido para ponerse a vivir juntos, habiendo alquilado una casa en el centro de la ciudad y bastante cerca del domicilio de los padres de su novio.

Romina era una chica con una buena figura física, pelo castaño, ojos azules, con una cara bastante bonita y muy sensual, de caderas bien moldeadas, más bien delgada, casi plana de vientre, pechos más bien pequeños, y eso sí, unas nalgas tan perfectas que era imposible no fijarse en ellas. Por supuesto ya no era virgen, aunque lo hacía con su novio en la mayor parte de las ocasiones con preservativo, pero, cuando sabía que no estaba en sus días fértiles lo hacían a pelo, ya que su novio decía que disfrutaba más. Ella evitaba no quedarse embarazada antes de tiempo, por ello siempre estaba en peligro constante, ya que a veces Richard se ponía tan excitado que no esperaba ni a colocarse el condón.

Normalmente cuando acudía al Instituto la llevaba Richard en su coche, y luego pasaba a recogerla para almorzar juntos, ya que había una cierta distancia hasta el apartamento donde residían.

Ella se llevaba muy bien con la madre de Richard, una mujer bastante sencilla, de unos cincuenta y cinco años, con la que desde el principio congeniaron bastante bien. Por el contrario, la relación con el ancestro de su novio era bastante tensa. La sola presencia de este le causaba nerviosismo. Patricio, que así se llamaba el padre de su novio, pasaba por ser un hombre que aparentaba bastante serio, algo brusco en sus modales, bastante autoritario hasta el punto de que todos en la casa lo respetaban con cierto temor. Ella sentía que hasta su propio hijo se amilanaba ante su padre.

Ella era una chica muy tranquila, e intentaba no contradecir al padre de su novio, con la finalidad de evitar cualquier problema con el mismo. Aquel hombre, que pasaba por ser un pater de familia bastante serio, había sido captado por Romina con miradas hacia su trasero y sus piernas en varias ocasiones. Cierto, que no lo hacía frente a sus familiares, pero no se cortaba cuando se hallaban solos. La joven se sentía que aquellas miradas tenían un cierto componente lujurioso. Pese a la seriedad que aparentaba aquel hombre, ella percibía algo de temor, era como si el padre de su novio la deseaba. Por supuesto, nunca se lo llegó a comentar a su novio.

La realidad es que Patricio, pese a su edad, era un hombre que se conservaba muy bien, con una altura superior a 1.80, más bien delgado y con buena apariencia física. Los ojos azules que poseía habían cautivado a más de una mujer. Su propia pareja le había confesado que su padre tenía fama de haber sido bastante mujeriego, según indicaciones de su madre.

Estando, así las cosas, una noche al llegar a casa, Richard le manifiesta que la empresa lo había enviado a realizar unos trabajos fuera de la ciudad, lo que requería estar ausente durante casi una semana. Richard le comento que había quedado con su padre en que el mismo recogería para llevarla al Instituto y traerla de vuelta a casa. Su padre se encontraba jubilado, ya que había llegado a un acuerdo con su empresa y le habían concedido una jubilación anticpada a los sesenta y dos años, pero garantizándole el sueldo hasta cumplir la edad de jubilación.

-¿ Pero Richard?. No era necesario. Puedo coger el bus. ¿Por qué comprometiste a tu padre? le contestó la joven algo molesta. La realidad es que no le apetecía nada que el padre de su pareja la fuera a buscar.

-Es que no me gusta que vayas tan temprano sola, es peligroso. Ya he quedado con él, y me ha dicho que no habrá problema .

Ella no quiso contradecir a su pareja, pero intuyó que iba a resultar un suplico para ella. Así, a mañana siguiente de la marcha de Richard, su suegro la vino a recoger al apartamento.  Durante el trayecto se dio cuenta de las continuas miradas que le propinaba aquel a sus muslos, especialmente cuando al sentarse, se le subía un poco la falda. No obstante el progenitor de su pareja, no intentó nada con ella. La joven se confió, pese a saber que aquel hombre no dejaba de mirarla y desearla. Pasaron los tres primeros días y nada ocurrió. Al cuarto día, la chica se levantó bastante lujuriosa. Llevaba varios días sin estar con su novio, y al no tener sexo se encontraba sumamente caliente. Estaba tan excitada y nerviosa, que en una de ella se miró en el espejo y se dijo: “ joder Richard,… tenías que estar aquí, necesito un polvo ”.

Para colmo, cuando intentó ducharse se dio cuenta de que la llave del grifo de la ducha estaba estropeada. Ella no entendía nada de reparación de fontanería. Maldijo el que su novio no estuviera allí en ese momento, el  sí sabría arreglarlo. Solo se pudo lavar un poco en el lavabo ya que estaba a punto de llegar el padre de su novio para llevarla de nuevo al instituto.

Al llegar al instituto, en el momento de destrabar el cinturón de seguridad, la falda que la joven llevaba puesta se trabó dejando al descubierto algunas partes del cuerpo de la joven. El suegro, estuvo atento y no le pasó desapercibido los hermosos muslos que quedaron a la vista, y hasta las propias braguitas rosa que llevaba. Romina se puso bastante nerviosa e intentó taparse para evitar la mirada penetrante de Patricio a sus intimidades. Cuando logró destrabar la falda, en un instante su mirada captó el bulto que se había formado en el pantalón del hombre. Sintió un estremecimiento en todo su cuerpo al darse cuenta de que aquel energúmeno se había excitado al contemplar su cuerpo.

Pese a todo, mientras entraba en el Instituto, una vez que se alejó el suegro en el vehículo, notó que la situación la había dejado algo cachonda. Aunque no simpatizaba con el padre de su novio, el que éste hubiera visto sus propias braguitas, consiguió levantar en la joven un morbo especial hasta el punto de que, sin quererlo noto que sus braguitas se habían mojado. Tras acudir al baño y secarse observó la rajita de su coñito, dándose cuenta de que aquella inflamación evidenciaba que estaba caliente. No estuvo muy concentrada durante las clases, e incluso le llamaron la atención en dos ocasiones.

Durante el recreo llamo a su novio y comentó la avería en la ducha. No pudieron hablar mucho ya que estaba entrando en clase y el empezaba de nuevo su trabajo. A mediodía, mientras regresaba en el coche con su suegro, escucho como aquel le preguntaba: - Romina, ¿me ha dicho mi hijo que tienes la ducha estropeada? ¿Por qué no me dijiste nada? - .

- Ay Patricio. No sé, …eso es cosa de mi esposo. ¡Cuando él llegue la arreglará!

-¿Cómo? ¿Vas a estar sin ducharte hasta que regrese mi hijo? Aún quedan unos días.

-ya lo sé. Le contesto ella como resignada.

Al pasar cerca de una ferretería, la joven observo como el suegro se detuvo y entró en una ferretería, regresando con un juego de regadera de la bañera. Ella no le dijo nada. Pero, se quedó preocupada. No deseaba por nada del mundo que aquel hombre entrara en su apartamento estando ella sola. Sabía que no iba a ocurrir nada, y que aquel hombre no se atrevería hacerla nada, pero presentía una sensación extraña.

Al llegar, él se bajó también y le dijo: - venga, vamos a arreglar ese grifo.

Ella no dijo nada. Tampoco quería ofender al padre de su novio. Conocía su carácter autoritario y como se ponía cuando le contradecían. Ya dentro, ella dejó su maleta y los libros, y le enseñó el baño. Patricio rápidamente comenzó a sustituir el grifo, y, cuando lo tuvo arreglado, comprobó que salía agua perfectamente.

- bueno ya está arreglado. Ahora puedes ducharte . Te espero fuera por ver si tienes algún problema para solucionarlo.

Como ¿va a esperar fuera? – le contesto ella nerviosa.

- si, yo soy de los que necesito comprobar que las cosas funcionan. No me gusta que digan que soy un chapucero . - le contesto con voz grave, y dando a entender que no se marcharía hasta que ella saliera del baño.

La chica, bastante nerviosa, se metió en el baño y pasó el pasador y comenzó a ducharse. Tenía a su suegro fuera, esperando a que ella terminara. Se había puesto tan nerviosa, que se había olvidado de buscar la ropa que tenía que cambiarse. De hecho, siempre se duchaba y salía con la toalla puesta. Pero ahora, su suegro estaba fuera, y ella solo poseía la toalla.

Ni siquiera había buscado unas bragas nuevas. Pensó en volver a colocarse la ropa sucia que traía, pero seguro que aquel se enfadaría y le llamaría de todo. Por ello, tras secarse con la toalla, se dijo: - joder se me olvidó traer la ropa. ¿Cómo voy a salir ahora?... no tengo ni bragas .

Estaba nerviosa, y en el fondo toda esa situación la excitó. Llevaba días sin follar, se sentía acalorada, no sabía ni siquiera si estaba ovulando, pero lo cierto es que se notaba caliente. Saber que su suegro la iba a contemplar únicamente con la tolla anudada por encima de sus pechos, fue suficiente morbo para notar que su coño se humedecía. Sumamente nerviosa, abrió la puerta y salió, y como sospechaba, allí estaba su suegro esperándola.

Patricio, al ver salir a su nuera portando una simple toalla por toda indumentaria, instintivamente su mandarria se increpó, emergiendo claramente formando un tremendo bulto en su pantalón. Patricio observó a la joven de arriba abajo. La joven noto el brillo de sus ojos. Era como si pretendiera comerse solo con la mirada. Al momento escucho como le preguntaba: ¿ Qué tal? ¿Ha habido algún problema?

-No. claro. Funciona bien… gracias.

Pero el hombre seguía delante de ella. La joven se agitó al verificar como el hombre había bajado su mirada hacia sus piernas, ya que sus muslos dejaban ver más de la cuenta, dado que la toalla era algo corta. Entonces escucho sorprendida que le decía: - Romina. Eres una muchacha muy bonita. Mi hijo ha sabido escoger bien.

-gracias, Patricio. Le contesto, con cierto nerviosismo. Joder, el padre de su novio la estaba cortejando.

Pero, su sorpresa fue mayúscula cuando aquel le indica: -“ He pensado muchas veces en como serías completamente desnuda”. ¿Seguro que tienes que ser un verdadero bombón? -

¿Como? Pero..Patricio. ¿Por qué me dice eso? ¡Soy la novia de su hijo !.

- Ya. Pero, yo soy un hombre también. Y, claro está. También tengo mis deseos. Y ahora me apetecería “verte desnudita como Dios te trajo al mundo” . –le espetó el hombre.

-¡¡ Pero que dice...!!. Le contesto ella aterrada. ¡ Esta loco!…Creo que debe marcharse. ¿Cuándo venga su hijo le comentaré lo que me está diciendo?  – le contesto ella entre nerviosa y temerosa.

Patricio, no hizo caso a tal amenaza, y por el contrario se fue acercando hasta ella. Romina intentó regresar al baño, pero antes de conseguirlo, el hombre tiró de la toalla que llevaba puesta, logrando arrancársela totalmente, con lo cual la joven quedo completamente desnuda ante el: - oh que hace… no pude…. O voy a gritar, debe salir.

Ella, al encontrarse totalmente en pelotas ante el padre de su novio , intentó huir hacia su dormitorio, pero el hombre rápidamente la siguió y logro interceptar el cierre de la puerta, y, forzando un poco, logró entrar también en el dormitorio.  Nada más traspasar la puerta la cerró con pasador.

- pero ¿que pretende hacerme? Le juro que voy a gritar - le dijo ella ahora, completamente asustada.

grita si quieres!. Diré que fuiste tú la que me sedujiste . - le contesto el mismo, acercándose más hasta donde estaba.

Romina, pese a estar asustada, en el fondo se encontraba excitada, ya que permanecía como su madre la trajo al mundo, totalmente en pelotas, ante el padre de su novio. Fue retrocediendo hasta tropezar con la cama cayendo sobre la misma de espaldas. El hombre llego hasta ella, se quedó quieto a la altura de la cama, y sin decir palabra, comenzó a soltarse la correa el cinturón dejando que su pantalón cayera al suelo. Romina quedo impresionada al contemplar el bulto que formaba el slip, lo que hacía suponer que la tranca de aquel hombre debía ser considerable.

-pero ¿qué hace? ¿Por qué se ha bajado el pantalón? - dijo ella, queriendo aparentar ingenuidad, aunque intuía claramente lo que pretendía el padre se su novio

-¿acaso no quieres ver el regalito que tengo entre mis piernas ? le manifiesta aquel sonriendo.

- Por favor no siga. Está loco. No cometa una locura…soy la novia de su hijo . Debe salir de casa .

Vamos preciosa. ¿Sabes que mi mujer apenas hace el amor? Llevo más de dos semanas sin echar un buen polvo. ¡Y tengo  las pelotas llenas de  leche acumulada! Añadiendo…¿ Y sé, tú llevas varios días sin sexo?. ¿seguro que estas bien deseosa? Le dijo el tocándose el slip, mostrándole el bulto.

- Por favor.  No siga… además…. No me cuido. Y creo que estoy en mis días fértiles . – le dijo ella asustada, haciendo una confesión, que tenía por objeto recapacitar a Patricio a fin de que desistiera. Pero, no contó con que aquella confesión, lejos de amilanar aquel hombre fue como un acicate más para desear poseer a la joven.

La joven intentó levantarse, pero el hombre la sujetó diciéndole: Tranquila preciosa. Al tocar su cuerpo, el hombre constató cierto calor en el cuerpo de la misma, diciéndole: ¡ Ya veo que estas caliente! Eh putita. Y encima llevas varios días sin follar. ¿Seguro que necesitas un buen polvo?

-pero que dice? ¡ni lo intente!

El hombre como si tomara el cuerpo de una muñeca, la tomó en paseo y la volvió a depositar boca arriba sobre la cama. Acto seguido se desprendió del slip que llevaba, dejando al aire sus genitales. La joven abrió los ojos como platos ante la visión que se le mostraba: “un enorme cipote como jamás había visto”.

No daba crédito a lo que veía. El padre de su novio portaba un pene bien largo y bastante grueso, algo rugoso, marcado claramente unas potentes venas, que concedía aquella verga una impresión de un pene descomunal. La joven observó que ya aparecía el glande casi descapullado. ¡ Jamás había visto algo semejante! En las pelis porno había visionado algunos penes grandes, pero siempre pensó que las mismas estaba trucadas.  Pero, el pene que ahora tenía delante era algo monstruoso. Igualmente, fijo su vista en los grandes testículos que portaba el mismo, a la par de proporcionados que su verga. Valoró que aquelle verga era casi el doble de la de su propio novio.

-oh Dios. ¿Qué me quiere hacer con eso?… Por favor tapase… No se atreva…me hará daño…. ¡Oh dios la tiene enorme! …dijo ella sin poder contenerse. En el fondo, a pesar del miedo que aquella tranca le concedía, su vagina comenzó a dilatarse y mojarse ante la visión de esta.

-Ya veo que te ha gustado p utita. “Esta es la polla de un buen macho”. ¡Hoy vas a disfrutar .!- le dijo él terminado de desnudarse completamente, quedando en pelotas ante la joven.

Romina se dio cuenta del tremendo cuerpo de su suegro, muy superior al de su hijo. Y, en comparación con el de ella, se dijo para si, que parecía el de un gigante y ella una enana. Pero lo más que sorprendía a la joven era aquellos tremendos atributos masculinos.

Ella intentó bajarse de nuevo de la cama, con la intención de huir, pero el hombre la sujetó por los pies, y tirando de ellos la atrajo hasta él, hasta colocarla muy cerca del borde de la cama. Había tirado de ella como si fuera una muñeca, lo que le demostró el poderío de aquel hombre.

-No déjeme. suélteme… por favor …contesto forcejeando, mientras el hombre, tomando las piernas por los tobillos de la joven, la abrió en forma de tijera. Ahora la joven, sin poder evitarlo, le estaba mostrando al padre de su novio, completamente su desprotegido coño.

CONTINUARA