Forzada en la madrugada
Que bien sienta una buena corrida calentita en la madrugada...
Esa noche domía plácidamente a su lado, sin saber que su polla estaba a reventar... cuando él, sin mediar palabra alguna, tapó mi boca con una de sus manos y desde atrás pude sentir como metía su dura polla. En ese momento me desperté, me asusté, sentí dolor y me encantó el sentir que necesitaba mi coñito y le volvía loco usarlo cuando lo necesitaba. Me vuelve loca saber que despierto sus más sucios instintos...
No me dejó hablar en ningún momento, sólo me susurraba que yo era suya y mi coño también y que por ello lo estaba usando a su antojo. Toda esa situación me ponía super cachonda. Me folló con fuerza mientras lamía mi cuello con ese hambre de mí que tanto le caracteriza.
De pronto la sacó, me puso boca arriba y él se puso encima de mí de rodillas. Yo lo veía masturbándose encima de mi cara y en ese momento me dijo: "ahora vas a tragarte toda tu leche", abrí mi boca, esperando desesperada a que llegara ese momento, me tocaba los pechos y la sentí caer en mi boca, en mi pecho, esa gran corrida sólo para mí. La saboreaba mientras recogía con mis manos el resto que había quedado en mis tetas para llevarla a mi boca. Mientras, él contemplaba con placer como me alimentaba de él, como saboreaba con placer aquella corrida inesperada.
Me incliné y suavemente limpié bien su polla con mi lengua, uff me encanta hacerlo...
"Ahora ya puedes dormir bien follada" me dijo.
Vaya que sí, bien follada y alimentada.