Forzada en clase
Me forzo, delante de todos los alumnos y prometio aprobarlos si no decían nada ...
- Forzada en clase -
Cerré los ojos un par de segundos, tratando de concentrarme al máximo posible, tenía que terminar de leer ese texto si quería volver a sentarme en mi mesa, al final de clase, lo mas alejada posible de el. Pero su mano no dejaba de rozar mis muslos una y otra vez y eso, claramente, me despistaba.
- Continua -
Invito el, el profesor, mi amargura desde que llegó. Continué leyendo, pero realmente no prestaba atención a las palabras, mi verdadera atención estaba en mis piernas. Como de costumbre, me tocaba salir a leer los textos, según el, tenía una voz preciosa y morbosa y era fácil entender si yo leía. Como hoy no quería leer, había mentido, diciendo que se me había olvidado el libro y a consecuencia ... el me dijo " ven a mi mesa y ponte delante de mi, lee del mio ", fue peor el remedio que la enfermedad. Así que allí estaba yo, delante de 20 alumnos de mi clase, de pie tras la mesa del profesor, con el detrás, acariciando con disimulo mis muslos.
Al principio, había pensado en quejarme, pero dejar ver a mis compañeros que ese profesor abusaba de mi, era darles una razón para pensar que mis altas notas, se debían a los favores sexuales que podía hacerle, poca gente aprobaba su asignatura y yo, por desgracia, era una de ellas. Me gustaba mucho la economía y me resultaba fácil, pero aún así, declarar públicamente que ese profesor me metía mano, era un suicidio escolar.
- Vamos, continua -
Escuche que decía, no me di cuenta de que me había vuelto a quedar callada, tratando de escapar de sus caricias, a consecuencia de esto, le dio la escusa perfecta para acercar aun mas su cuerpo al mio.
- claro, estas incomoda, así no puedes leer, no te preocupes, siéntate -
Sin que yo pudiera evitarlo, sus manos se posaron sobre mis caderas y haciendo una fuerza excesiva, me sentó sobre sus rodillas. Instantáneamente me puse colorada, vi como mas de un alumno se quedaba tan o mas alucinado que yo ...
- Ahora, continua -
La voz me tembló a la hora de volver a leer, quería acabar cuanto antes, mientras antes lo hiciera, antes acabaría de ese horror. Sus manos pasearon por mi cintura y volvieron a mis muslos, los cuales ahora, podían ser accedidos con mayor facilidad, otra cosa que maldije enormemente, fue el llevar falta ese día.
Sus manos, ambas, bordearon mis rodillas, cerré las piernas de golpe tratando de escapar a sus caricias pero el hizo fuerza hasta que consiguio entreabrirlas lo suficiente para colar una mano entre ambas piernas y acariciar el interior de mis muslos, apretando suavemente, como si me castigase por querer rechazarle.
Trague saliva, mi voz oscilaba lo suficiente como para que la gente no continuase la lectura y nos mirase, por suerte, la mesa del profesor, era todo un bloque de madera y no se veía que pasaba bajo ella, pero por mi cara y por mi voz, seguro que intuían algo
- ya he terminado -
Temblé, quise levantarme pero no me dejo, sus manos acariciaron mi vientre bajo mi camiseta, ¿porque me torturaba de aquella manera? quería gritar, insultarle, pegarle ... pero desde luego, no era la mejor opción, no allí, delante de mis compañeros de clase
- Bien, continua con la pagina siguiente -
Su voz era calmada, sus uñas comenzaron a arañar mi vientre sin herirme, pero haciendo la suficiente presión como para saber que en cualquier momento podría herirme. Indefensa, continué con el siguiente texto, era una tontería, nadie estaba atento a mis palabras, solo a mis gestos y a mis muecas, tenía ganas de llorar, pero tuve que hacer de tripas corazón y ser lo suficientemente fuerte como para salir de aquello sin montar un escándalo.
Ahora, sus manos subían y bajaban por mi espalda, ¿acaso no se daba cuenta de que 20 alumnos estaban viendo como me estaba forzando?
- Si os mantenéis quietos y callados, aprobado general -
Sonrió con declividad en la voz, de nuevo, quise gritar, no podía ser ... esa era la asignatura mas difícil, la que mas suspensos tenía ... si ellos le hacían caso, iba a forzarme allí, delante de todos ellos, todos me entregarían por un misero aprobado
- continua -
Repitió una vez mas dirigiéndose al texto del libro, tenía la garganta tan hinchada que no era capaz de seguir, sus manos viajaron hasta el broche de mi sostén y lo soltó de forma rápida, note como mis pechos se liberaban de la presión del sostén y como sus manos, volvían a mi vientre y subían hasta mis pechos. Notaba mis pezones erectos, pero no precisamente por la excitación, quizás por la vergüenza de saber que todo el mundo me observaba, que estaba indefensa.
- Continua te he dicho -
Su voz se volvió dura a la vez que sus dedos pellizcaron mis pezones de tal forma que me hizo sentir mucho dolor, los estrujo y tiro de ellos, un gemido de dolor escapo de mi boca y eso pareció gustarle, porque volvió a repetirlo con mas fuerza, aunque miraba hacia adelante, no era capaz de ver la cara de mis compañeros. Intente leer y tal como volví a hacerlo, dejo de herirme y volvió a acariciarme.
Sus manos volvieron a mis piernas, intente juntarlas de nuevo pero sus manos volvieron a mis pezones y me hirieron nuevamente, las abrí, no quería sentir aquel dolor tan agudo
- bien -
Susurro pegando su boca a mi espalda y empezando a morder mis hombros por encima de mi camiseta, notaba detrás de mis nalgas como algo comenzaba a crecer, algo duro y palpitante, sentí un gran terror ... ¿hasta donde sería capaz de forzarme?
Sus manos volvieron una vez mas a mis muslos, ya abiertos, aunque temblorosos, y los araño superficialmente, sobre todo la zona interna. Paso sus dedos por mi sexo, por encima de mi tanga y sentí como traba profundamente
- Estas caliente y todo -
Susurro mordiendo mi nuca, ¿caliente? claro que no estaba caliente, para nada estaba excitada, aunque seguramente mi sexo no sabía diferenciar cuando iba a disfrutar y cuando iba a ser forzada, para el, todo era placer, incluso el sexo de las tías tenía pensamientos propios.
Note como se contraía cuando hizo presión con sus dedos acariciando el borde de mi tanga, me aferre al borde de la mesa queriendo escapar pero mordio mi nuca fuerte, de modo que solte otro gemido de dolor, eso había dolido.
Sus dedos, ágiles, retiraron el borde de mi tanga y acariciaron mis labios exteriores, perfectamente depilados, me gustaba estar depilada, era mas cómodo e higiénico.
- Como una niña pequeña -
Me estremecí, pensé que volvería a morderme, pero esta vez, me lamió la nuca hasta llegar a mi oreja, sentía su abultado bulto presionando mis nalgas y su torso empujándome hacía adelante. Me empujo tanto que note como el borde del escritorio del profesor se me clavo bajo el pecho, en las costillas, se levanto, retirando la silla de un golpe y dejándome medio recostada en la mesa, su mano derecha, siguió acariciando mi sexo, aun sobre mi tanga, su mano izquierda hizo algo que me dio terror, escuche como su cremallera comenzó a bajarse.
Mire al frente, la mayoría de los alumnos miraban impactados la escena, ¿es que nadie iba a ayudarme? al parecer, no. Pude ver como mas de uno, empezaba a acariciar sus penes erectos, era repugnante ...
- Bien, esto es lo que pasa cuando pido que alguien lea y no lo hace -
El profesor era un hombre maduro, de unos 40 años aunque siempre me había parecido sexy, aunque ahora, me parecía un monstruo al que iba a matar cuando todo eso acabase. Su mano derecha se metió al fin bajo mi tanga y empezó a acariciar mi clítoris, lo note abultado e hinchado y para mi fastidio, excitado.
Su mano derecha, subió mi falda y empezó a azotar mis nalgas produciéndome dolor. Pego su cuerpo al mio haciendo que la mesa me golpease los muslos y me doliera. Siguió azotándome, tan fuerte que volví a gemir, de dolor, siempre de dolor. Sus dedos apretaban mi clítoris haciéndome gritar mas aun, estaba apunto de comenzar a llorar, ¿porque me pasaba esto a mi?
Sin ningún tipo de reparo, note como agitaba su pene contra mis muslos y como lo coloco entre mis nalgas para masturbarse con ellas, movía sus caderas de adelanate hacia atrás, provocandome un dolor intenso cada vez que la mesa se clavaba en mis muslos.
La gente, frente a mi, se masturbaba, las chicas tocaban los penes erectos de los chicos, pude ver incluso como alguna estaba haciéndole una mamada a otro, que era eso, ¿una orgía? ME ESTABAN FORZANDO
Sus dedos empezaron a acariciar la entrada de mi cuerpo hasta que de golpe, dos de sus dedos se metieron sin reparar en mi dolor
- Estas mojada, eres una grandiosa calentorra -
Me insulto cogiéndome del pelo y haciendo que mi cabeza mirase hacia el techo, coloco su miembro erecto en la entrada de mi ano y de un golpe seco lo metió de golpe.
Grite como nunca antes había echo, sentí como me desgarro, era la primera vez que hacían eso con mis nalgas y dolía, dolía muchísimo, pero a el no le importo, lo disfrutaba, movía su cuerpo de adelante a tras, dentro de mi ano, sin importarle que yo estuviera llorando de dolor y de humillación. Me soltó el pelo y con ambas manos, empezó a penetrarme mi sexo, podía notar 4 dedos dentro, des de su mano izquierda y dos de su mano derecha, no era nada placentero, no lo estaba disfrutando, era horrible
De pronto, dejo de moverse y me giro, me forzó los hombros hasta que mis rodillas débiles toparon contra el suelo y sin darme explicación alguna, introdujo su asqueroso y duro miembro en mi boca, quise morderle,pero el vio mis intenciones y me cogió del cuello, como si fuera a ahogarme
- vamos, de ti depende -
Lo dijo como si mi vida dependiese de lo que mi boca hiciera en su miembro, seguía llorando de dolor y humillación, pero comencé a chupar cuando note que sus dedos impedían la entrada de aire en mi cuello, como yo no movía la cabeza, el movió las caderas, haciendo que su cuerpo entrara y saliera de mi boca, asfixiándome, llego un momento que se movía tan rápido, que me sentí mareada, el sabor era asqueroso, salado y asqueroso.
Cuando pareció estar satisfecho con el sexo oral, me cogió de nuevo y me tumbo sobre su mesa, clavándome los libros en la espalda, de forma brusca.
- Martinez, ven -
Llamo, el no tardo en venir, era uno de los que se estaban masturbando
- Disfruta chavalote -
Rió, martines me cogió de los pechos y trato de meterme su miembro en mi boca, era asqueroso, quise defenderme pero el profesor me abrió las piernas y me metió su miembro de una sacudida brutal, desvirgandome e hiriéndome de nuevo.
Martinez se echo hacia adelante y empezó a morder mis pezones, era tan doloroso ...
Todo se volvió borroso, quizás por el dolor, quizás por la angustia, solo podía notar como mancillaban mi cuerpo, delante de la presencia de todos mis compañeros de clase, como el maduro pene de mi profesor profanaba mi cuerpo una y otra vez, como mi compañero, Martinez, mordia mis pezones mientras agitaba su pene contra mi mejilla, lo peor de todo fue cuando empece a escuchar gemidos, ¿acaso todos lo estaban disfrutando?
Todos gemían, el que mas, el profesor, que movía su cadera contra mi interior de forma cada vez mas rápida, de pronto, note algo cálido y asqueroso manchando mi cara
- NO -
Grite, Martinez estaba corriéndose en mi cara, el profesor aumento la velocidad hasta que también se corrió, en mi interior, humillándome mas aun.
Araño mis piernas mientras se vaciaba dentro de mi y gemía, aun sacudiéndose ..
Poco después, la sirena sonó, marcando el final de la clase
- Bien, todos aprobados, marchaos -
Poco a poco todos se corrieron y dejando sus fluidos esparcidos por clase, se marcharon, yo me encogí, me hice un ovillo y el profesor se vistió, estábamos solos
- Suspendida, por ser la única que no colaboro, mañana te are una recuperación, haber si eres capaz de estar a la altura -
Y sin decir mas, se marcho, dejándome desnuda y herida sobre su mesa ...