Forzada a ser un juguete sexual (2/2)
El vicioso psiquiatra, continúa aprovechandose de la técnica creada por él para seguir cometiendo todo tipo de perversiones para disfrutar él y sus amigos... Esta es la segunda parte de cómo la utiliza y el gran provecho que saca de ella.
Forzada a ser un juguete sexual
Capítulo 2.- Siguen los efectos de la hipnoterapia.
Julia no podía entender por qué comenzó a excitarse cuando pensó en su próxima sesión con el Dr. Martin... Tal vez era por los extraños y eróticos sueños que tenía casi todas las noches.
A menudo se despertaba sorprendida al encontrar su mano metida dentro de sus bragas y sus dedos húmedos… Casi podía ver su polla, la cabeza en forma de cúpula, las venas que corrían por su grueso tronco y el par de pelotas colgando, hinchadas, con su semen preparado para escupírselo a ella.
En sus sueños, se vio obligada a masturbarle la polla con sus manos… Y una vez incluso soñó que lo hizo con sus pechos… Su gran polla, estaba metida entre ellos, moviendo sus caderas hacia atrás y adelante como si se la estuviera follando... Cada vez que se corría, su cara recibía su semen… Los líquidos calientes goteaban en su boca y por eso siempre creía tener en ella el sabor salado de su semen.
Esto que soñaba noche tras noche ya le había pasado de forma real en sesiones anteriores, aunque su memoria no lo recordaba por efecto de la hipnoterapia… En estos momentos deseaba ansiosamente ir a la sesión de hoy y se fue temprano a ella.
Mientras estaba esperando en el vestíbulo, otra chica, casi de su edad, salió de su despacho... Tenía una mirada muy serena en su rostro y un brillo sonrojado en sus mejillas… Le sonrió a Julia cuando pasó y luego se volvió hacia el Dr. Martin, diciendo:
"Gracias Dr. Martin… Me siento mucho mejor."
"De nada… Nos vemos en la próxima sesión, por la tarde.”
“Julia... Entra… Te veo muy bonita hoy", le dijo.
"Gracias Dr. Martin"… Y ella fue a sentarse en su silla habitual.
"No, ahí no… Creo que estarás más cómoda en el suelo, Julia… Ahí hay más espacio para que te estires y lo que vamos hacer."
"Pero ..."… Y se encontró sentada en el suelo antes de que pudiera siquiera pensar en protestar, sintiéndose un poco incómoda allí.
El Dr. Martin tiró una almohada en el suelo, diciéndole:
- "Ponte esto detrás de tu cabeza para que quede levantada y acuéstate."
Ella obedeció… Y de inmediato vió al Dr. Martin arrodillarse junto a ella.
- "Arquea tu espalda para mí… Saca hacia arriba esas hermosas y grandes tetas que tienes", le ordenó, con una mirada viciosa en sus ojos.
Y ella, así lo hizo… Mirando hacia abajo vio como había levantado descaradamente sus pechos hacia arriba, sin que esa fuera, en absoluto, su intención de hacerlo.
- "Pídeme que te los toque, Julia... Quieres que mis manos acaricien tus tetas y que tu coño se mojé por ello."
Al oír la palabra ‘coño’, ella apretó sus muslos, sintiendo que se mojaban sus pantalones por la gran cantidad de flujo que producía... Le entró deseos de poder frotarse el coño sin importarle si el doctor Martin la estuviera mirando o no… De hecho, esta idea la hacía ponerse más húmeda... Ella arqueó todavía más su espalda hacia arriba para que sus pechos se mostraran más prominentemente y le dijo:
- "Por favor, Dr. Martin… Juegue con mis tetas", avergonzándose de sus propias palabras.
Ella se estremeció cuando las grandes manos del Dr. rodearon sus pechos, gimiendo cuando sintió que sus pezones se endurecían… Le pidió que se los apretase fuerte sin ni siquiera entender por qué se lo estaba pidiendo... Y el Dr. Martin lo hizo… Se los apretó tanto que sintió como si fueran a explotarle… Luego, ruborizándose mucho, le pidió que le apretase sus pezones… Y no sabía por qué se lo decía.
- "Todo esto sería más fácil si estuvieran desnudos... ¿No quieres mostrarme tus bonitos pechos desnudos?", le preguntó.
El Dr. Martin apartó sus manos esperando mientras la miraba a los ojos, viendo la confusión interna que ella tenía.
No… Julia no quería, pero, sin saber por qué, ya se había sentado y sus brazos levantaban el suéter, enseñando el sostén de encaje negro que llevaba puesto hoy.
"Por favor, no me obligues a hacer esto", le dijo ella arqueando de nuevo la espalda y ofreciéndole sus pechos todavía con el sostén.
"Tócamelos", suplicó ella.
"Primero debes quitarte tu sostén, Julia… Ya te he dicho que quiero que estén desnudos para mis dedos"… Al Dr. Martin le encantaba ver la confusión en sus ojos mientras ella luchaba contra sus propios impulsos.
Ella movió sus manos detrás de su espalda, encontrando el cierre y rápidamente lo desabrochó, viendo como su sostén se soltaba… Con sus manos retiró las cintas de los hombros dejando que se deslizasen por los brazos… Sus ojos le suplicaron pero no logro nada… Al mirar hacia abajo vio sus pechos desnudos tiesos, y con lujuria le dijo:
- "Ahora, por favor, tócamelos", suplicó de nuevo, empujando hacia delante sus tetas desnudas ante él.
Las manos del Dr. Martin apretaron sus pechos… No lo hizo como un amante, sino cómo un vicioso… Sus dedos tiraron de sus pezones y se los pellizcó repetidas veces… Temblores recorrían su cuerpo incesantemente… Arqueaba su espalda para que dispusiera de la mejor forma posible de sus tetas a pesar del dolor que le causaba.
Notaba como su coño no paraba de segregar fluidos… Quería luchar contra todo esta humillación que estaba sufriendo y no quería degradarse más, pero de su boca salieron estas palabras:
- "Por favor, chúpalos… Por favor."
Ella vio cómo la cabeza del Dr. Martin se movió hacia abajo, sintiendo sus labios húmedos envolver uno de sus pezones hinchados… Su cuerpo tembló y un suave gemido salió de su boca.
El Dr. Martin lamió con su lengua la punta endurecida de uno de sus pezones para poco después comenzar a chuparlo... Ella, con sus manos le sostuvo su cabeza y le ofreció lo mejor que pudo sus pechos para que se los chupara como si estuviera amamantándolo.
Julia se estremecía cada vez que la cabeza del Dr. se movía de un pecho al otro y su coño segregaba cada vez más flujo… Le dolía por la fuerza con que se lo hacía pero el dolor desaparecía rápidamente cada vez que su boca pasaba de una teta a la otra.
El Dr. Martin se echó hacia atrás, mirando sus pechos adolescentes, brillando de su saliva… Sus pezones estaban ahora de un rojo oscuro, hinchados de lujuria… Podía verlo en sus ojos y su cuerpo excitado.
- "Desabrocha tus jeans y tira la cremallera hacia abajo, Julia... Déjame ver tus preciosas bragas."
A Julia ya no le importaba nada… Sus dedos se movieron rápidamente hacia sus pantalones vaqueros, desabrochando y bajándose la cremallera para que el Dr. Martin pudiera ver la braga pequeña azul oscura que llevaba puesta hoy… Ella ya no podía contener su excitación.
- "Levanta el culo y bájate tus jeans hasta las rodillas, Julia… Déjame ver ese precioso coño que tienes dentro de tus bragas.”
Quería que ella actuara como una puta, desnudándose lentamente para él, degradándose a sí misma.
Julia, se bajo los pantalones vaqueros hasta donde se lo ordenó mientras sus pechos desnudos se movían hacia arriba y hacia abajo… Al mirar hacia abajo vio entre sus piernas, sus bragas ya húmedas… Estaba humillada por ser tratada así y avergonzada de cómo su cuerpo la estaba traicionando sin oponer resistencia alguna.
Ella se estremeció cuando la mano del Dr. se movió lentamente hacia abajo hasta alcanzar la banda superior de sus bragas y ver algunos pelos del pubis aparecer en su carne… Ella no sabía cuánto tiempo más podría soportar aquella agonía de degradación continua.
El Dr. Martin metió sus dedos por debajo de la banda superior de sus bragas y los deslizó hasta que llegó a su pubis… Sintió cómo ella movió sus caderas hacia arriba para que sus dedos la tocasen ahí.
"¿Quieres que te toque tu coño, Julia?"
"Nooo", murmuró ella, pero su mano la bajó hacia donde la tenía el Dr. Martin colocándola sobre ella y presionándola hacia abajo a la vez que levantaba sus caderas para que le tocara su coño… Tembló mucho cuando sintió que el dedo del Dr. Martin corrió por su raja, sin tocar su clítoris, pero éste lo movía rápidamente entre sus labios carnosos, separándoselos… Ella estaba muy avergonzada porque sabía que él había descubierto cuán húmeda estaba ya que sus dedos estaban muy impregnados con sus jugos vaginales… Ella podría estar protestando, pero su coño definitivamente deseaba sus dedos allí.
El Dr. Martin la observó mientras ella intentaba separar más sus piernas pero sus pantalones se le impedían… La expresión de angustia en su rostro lo indicaba… Pronto él sabría si a ella le gustaba tanto el dedo corriendo por su raja como su gran polla haciéndole lo mismo.
- "Quítate los vaqueros, Julia."
La observó quitarse rápidamente los jeans, cogerle su mano y colocársela de nuevo en sus bragas, con los ojos abiertos de lujuria... Sus piernas ahora estaban muy abiertas, dándole acceso completo a su sexo.
Julia no se explicaba cómo podría estar actuando como una puta, quitándose los pantalones ante él y metiéndole de nuevo ella misma, sus manos, dentro de sus bragas… Casi se corrió cuando sintió que los dedos del Dr. Martin volvían a tocarle su coño, esta vez con sus muslos muy separados para que tuviera el mayor acceso posible a su raja… Respondió a esto, moviendo sus caderas hacia atrás y hacia adelante, permitiendo que los dedos del Dr. le frotaran bien su coño y le separaran sus labios vaginales.
"Aaaah", gimió cuando los dedos del Dr. encontraron su abertura apretada… Dos de esos dedos se hundieron fácilmente dentro de su coño porque sus jugos los embadurnaron bien.
"Ahora tus bragas, Julia… Quítatelas… Muéstrame ese lindo coño que tienes", le ordenó el Dr. Martin… Sus manos casi le rasgaron las bragas cuando palpaba su apretado coño.
Ella sabía que una vez que se las hubiera quitado, no habría nada que le impidiera a él seguir violando su cuerpo, sintiéndose avergonzada de estar desnuda sin comprender por qué seguía obedeciéndolo… Lo miró a los ojos mientras sus manos se movían hacia sus bragas, agarrándolas con fuerza y bajándoselas mientras él observaba cada movimiento que hacía.
- "Buena chica… Ahora levanta tus piernas y sepáralas… Abre tu coño para mí… Quiero vértelo bien."
Sus ojos la miraron mientras ella vacilaba… Finalmente sus piernas se movieron hacia arriba, y lentamente comenzó a separarlas… Sus labios vaginales también se separaron y le mostraron su interior rosado y húmedo brillando... Él sonrió... Ya era hora de follarla.
- "Saca mi polla, Julia."
Ella lo miró asustaba porque sabía que se la iba a follar... Sin poder hacer nada, sus manos se movieron hacia sus pantalones, desabrochándolo, bajándole la cremallera y con su mano le sacó su tiesa gran polla, moviendo el tronco de arriba y abajo hasta que lo escuchó gemir suavemente, complacido por lo que ella le estaba haciendo y el placer que le estaba brindando.
- "Bájame los pantalones, Julia."
El Dr. Martin vio como sus ojos se abrieron de nuevo ante esa nueva orden recibida, sabiendo que su cerebro no podía controlar lo que sus manos estaban haciendo… Él, levantó sus caderas hacia arriba y ella le bajó sus pantalones… Su gran polla quedó libre, moviéndose hacia arriba y hacia abajo.
Ella vio una vez más que su polla era muy grande… Que su cabeza tenía un tono rojo oscuro… Que el grueso tronco estaba surcado de venas gruesas... Y mientras ella veía eso, bajó sus manos hacia abajo y le palpó las enormes pelotas que colgaban bajo de su gran polla.
Aunque ella no quería, su cabeza se acercó a la gran polla y su boca se abrió para recibirla sintiendo un sabor agrio, ya conocido... Sus labios atraparon la cabeza bulbosa y su lengua comenzó a moverse a su alrededor dentro de la boca… Ella se puso roja cuando él la miró, imaginándose cómo debía verse, con la polla en la boca, temblando y sacudiéndola… ‘¿Cómo podría estar chupándole la polla como si fuera una enorme piruleta? ’, pensó totalmente degradada y humillada.
El Dr. Martin estaba satisfecho con ella… La mirada de angustia de sus ojos mientras su boca chupaba con entusiasmo su gran polla, le encantaba.
‘ Es seguro que a ella no le gusta esto, pero tiene que hacerlo ’, pensó él, mientras veía como su boca tragaba su polla y su lengua jugaba con entusiasmo sobre el tronco que llenaba su boca completamente... Él empujó con sus caderas y observó cómo la cabeza de su polla deformaba los lados de sus mejillas.
- "Traga más, Julia."
Ella sintió su polla empujando más dentro de su boca… Temió esa orden y quiso desobedecer, pero su cabeza se movió hacia adelante, tratando de metérsela más y se atragantó cuando le llego al inicio de su garganta provocándole arcadas y lágrimas que corrían por su cara.
Levantó la vista hacia el Dr. Martin, que con una sonrisa en su rostro le indicaba que tendría que meterse más adentro la enorme cabeza bulbosa de su polla, a pesar de la asfixia y las arcadas que sufría.
El Dr. Martin sabía que placer que le estaba dando a su polla con la boca era casi tan bueno como el un coño apretado.
- "Relájate, Julia... Ábrete bien las piernas... Es hora de perder tu virginidad y aprender a follar."
Ella no quería... Había luchado mucho tiempo para preservar su virginidad… Luchando contra su propia familia… Su hermano y su padre siempre lo intentaron… Incluso los chicos de la escuela… ‘¿Cómo iba a permitirlo ahora? ’, pensó.
Este hombre mayor, el Dr. Martin, no tenía ningún interés por ella a excepción del sexo… Luchó contra los deseos y sentimientos inexplicables que la impulsaban a esta depravación pero no podía.
Su boca aún tenía el sabor de los fluidos salados que segregaba la polla del Dr... Ella miró hacia abajo y vió su cuerpo desnudo… Sus pechos erguidos… Sus pezones tiesos... Miró más abajo, viendo que sus piernas se abrían de par en par… Sus labios vaginales se separaban… Sus jugos lubrificaban la entrada al interior de su coño y se escapaban por la gran cantidad que estaba produciendo.
El Dr. Martin agarró el tronco de su polla y lo frotó hacia arriba y hacia abajo para lubrificarlo con las secreciones del coño de Julia.
Él, apenas podía ver en el coño de ella, el agujero oscuro y apretado de la entrada… Veía sólo una pequeña hendidura... Pero su polla pronto cambiaría eso.
Arrodillándose entre sus piernas, el Dr. Martin, se las cogió, las empujó hacia arriba, le hizo doblar sus rodillas, inclinó sus piernas hacia fuera y así su sexo quedó completamente expuesto.
- "Ábrete todo lo más que puedas y déjeme ver bien ese coño virgen que voy a desflorar."
Con sus ojos, Julia le rogaba que no se lo ordenara, pero sus piernas no obedecían, abriéndose lentamente y sintiendo sus rodillas empujando hacia afuera sus tiernos muslos… Miró hacia abajo y vio sus piernas abiertas obscenamente y sus labios vaginales tan abiertos que podía ver su interior rosa.
Ella lo miró… En su mano llevaba la gigantesca polla con su cabeza ya brillando con el pre-semen que le salía lentamente… Ella no podía creer lo grande que era… incluso era más grande que cuando ella se lo masturbó... ¡Nunca encajaría dentro de su coño!
"¡Nooo… No me hagas esto!... No me jodas", dijo ella en señal de protesta.
"De acuerdo... Lo vas a hacer, tú... Quiero que con tus manos cojas mi polla y frotes la cabeza gruesa, arriba y abajo de tu raja jugosa… Verás que agradable sensación tendrás... Sé que tu coño está mojado y quieres que te folle.”
Julia se incorporó, alargando las manos en busca de su polla mientras le decía:
- "Nooo, no puedo hacer eso."
Pero sus temblorosas manos abrazaron con fuerza su gruesa polla… Era tan gruesa, que apenas podía envolverla y la movía arriba y abajo lubricándola con sus jugos y con el líquido pegajoso salía de la punta de la gran polla y que facilitaba podérsela menear.
"Ahora frótala arriba y abajo de tu hendidura mojada, Julia."
Con una de sus pequeñas manos acercó la gran polla a la hendidura de su coño y comenzó a deslizarla fácilmente arriba y abajo… Gimió y gritó mientras observaba como se iba a degradar ella misma, mientras notaba como seguía fluyendo jugos de su coño.
- "Sí, Julia, tu cuerpo lo quiere… Deja que el pequeño orificio de tu coño sienta mi polla en la entrada… Es hora de que pierdas tu virginidad... Mete mi polla en tu vagina."
Ella, inconscientemente alzó sus caderas intentando, con dolor, meterse la gran polla dentro de su coño… Sintió que su vagina se estiraba para que entrase dentro de ella, gruñendo mientras se abría lentamente.
"AAAGGH", gritó ella, subiendo sus caderas y empujando la dura polla del Dr. dentro de su coño… La gruesa cabeza de la polla estaba resbaladiza por los jugos de ella y finalmente al forzarla logró metérsela dentro de ella a pesar de tener su vagina muy apretada.
"¡No te muevas!", le ordeno… Julia gritó sabiendo que el final de su virginidad estaba cerca y sus ojos se llenaron de lágrimas.
"Qué apretado y caliente coño tienes, Julia… Ahora empuja otra vez, déjame hundir mi polla dentro de tu coño virgen."
El Dr. Martin sonrió mientras la miraba… Ella intentaba explicarse por qué estaba haciendo eso, temerosa al sentir por primera vez una polla dura y palpitante en la entrada de su coño virgen.
Sus caderas se movían en círculos, con la gruesa cabeza de la polla del Dr. ya metida en su apretado agujero... Era muy grande todo y lo peor de todo es que ella sabía que se la iba a meter toda dentro de su coño… Eso fue verdaderamente aterrador.
Julia sintió que sus caderas se levantaban del suelo, arqueándose para recibir la gran polla... No pudo evitarlo… Sentía que su vagina era forzada lentamente a engullir la enorme polla, abriendo sus piernas cada vez más, para que se fuera incrustándose hasta el fondo de su coño virgen.
- "¡¡NOOO… Es demasiado grande!!", gritó… Su rostro mostraba su angustia mientras se follaba a sí misma por primera vez, obligada por un poder invisible que controlaba su cuerpo... Todo lo que logró fue que el Dr. le sonriera, mirando entre sus piernas.
El Dr. Martin observó cómo el coño de Julia tragaba lentamente su polla, sintiéndola golpear y pararse ante la pequeña barrera que era su himen, sabiendo que pronto la rompería… Mejor aún… Sería ella la que lo haría y así siempre recordaría que perdió su virginidad, voluntariamente, con un hombre mayor.
Hizo que su polla se moviera dentro de ella, sintiendo sus paredes vaginales aferrándose fuertemente a toda su gran polla... Tuvo que luchar contra la necesidad de correrse porque notaba cómo la vagina de Julia respondía apretándose y aflojándose sobre su dura polla, masajeándola sin parar.
"Prepárate para empujar con fuerza cuando te lo diga, Julia", le dijo sacando lentamente la polla de su coño hasta dejarla apenas metida en la entrada de su agujero apretado, preparado para la auto-desfloración.
"¡¡Ahora, Julia!!", le gritó.
Su voz la asustó… El tono exigente la obligó a subir sus caderas con una urgencia que no podía entender… Ella apretó los dientes, sabiendo que su polla rasgaría su himen, tomando para siempre su virginidad por la fuerza, una fuerza mental invisible que irradiaba por todo su cuerpo conduciéndola a las profundidades de la depravación.
- "AAAAH", gritó ella apretando los labios… Su grito amortiguado, no anulo el dolor que sintió sus entrañas… La gran polla del Dr. Martin le había roto su himen por el fuerte golpe de sus propias caderas y la gran cabeza gigante le llego hasta el fondo de su coño.
El Dr. Martin quedo muy satisfecho… El grito que había escuchado tantas veces, cada vez que desfloraba a una joven virgen, casi lo hizo correrse… Sus labios se apretaron fuertemente contra los de ella, asegurándose de que no se perdiera el excitante momento cuando ella perdió su virginidad.
El Dr. Martin vio lágrimas en sus ojos cuando ella se dio cuenta de lo que le había sucedido y le sonrió cínicamente.
‘ He estado rechazando a muchos chicos de mi edad que intentaban desvirgarme y ahora se la he entregado a un hombre mayor, que no la amaba y que sólo quiere follarla… Y para empeorar las cosas, yo lo he ayudado’ , pensó horrorizada por ello.
Volvió a la realidad cuando sintió que la polla dura y gruesa del Dr. comenzaba a moverse dentro de ella… Era él, que empezaba a follarla… ¡Uff!, la sentía enorme… Su coño se aferraba a ella al metérsela cada vez más profunda… Y al sacársela, el dolor fue el mismo… Luego, al volvérsela a meter, casi se quedó sin aliento.
Al Dr.Martin le encantó la expresión de su cara cuando la follaba... Sus labios estaban apretados con fuerza… Sus ojos casi miraban sin expresión mientras la bombeaba con su polla, sintiendo la tensión de sus paredes del coño agarrando su polla... Incluso ella le permitió un mayor acceso, abriendo más las piernas.
- "Abre más las piernas, Julia… No te preocupes… Te sentirá bien en un minuto… Sólo debes acostumbrarte a tener una gran polla dentro de ti."
La escuchó gruñir mientras empujaba más fuerte… Más de la mitad de su polla estaba dentro de ella, que reaccionó comenzando a mover sus caderas cada vez más rápido.
Las poderosas manos del Dr. le agarraron sus piernas por detrás de las rodillas y se las empujó hacia arriba, quedando muy abierta para él... Ella miró hacia abajo y quedó sorprendida al ver como la gran polla del Dr. se metía y salía de su apretado coño.
- "AGGH", gritó ella mientras inconscientemente empujaba sus caderas hacia adelante, sintiendo las pesadas pelotas del Dr. Martin golpeando en su ano... Nunca se había sentido tan llena y temblando de placer al sentir sus paredes vaginales apretándole su polla enterrada profundamente dentro de su coño caliente.
El Dr. Martin sacó lentamente su gran polla de su coño, un coño que se aferraba a ella como si no quisiera que se fuera… La saco hasta que sólo la cabeza quedó dentro de ella… Su agujero vaginal la sujetaba impidiendo que la sacase… Él, miró hacia abajo y su polla lucía brillante por los flujos de ella… Mas de 15 cm esperaban en la puerta para metérsela de nuevo… No quiso decepcionarla y dando un fuerte golpe de cadera se la clavó toda entera.
Vio cómo Julia respiraba entrecortada con los ojos en blanco tratando de enfrentarse a su primera follada... No tuvo tiempo de recuperarse porque el Dr. se la sacó de nuevo y se la volvió a meter… Y así estuvo durante largos minutos mientras observaba como sus tetas rebotaran en su pecho, abierta de piernas para su placer.
Julia miraba avergonzada de cómo estaba tan expuesta, de cómo aceptaba esta situación y de cómo comenzaba a sentirse bien… La gran polla del Dr. Martin se deslizaba dentro y fuera con facilidad… Su coño empezada a acostumbrarse a tener algo muy grande dentro de él y esto era muy diferente de cuando se masturbaba ya que al moverse la polla, le excitaba su clítoris mucho mejor que sus dedos.
Ella apartó la mirada del Dr. Martin, no queriendo ver su mirada cuando él sintió que ella respondía a los golpe de polla que le daba a su coño... Ya no era su control mental, ella lo estaba disfrutando.
El Dr. puso sus manos debajo de su culo, agarrando cada nalga con fuerza y forzándola a levantarse aún más, con lo cual los golpes de su gran polla los daba con mayor facilidad sobre su resbaladizo coño... Luego, bajó su cabeza hacia su pecho y con su boca buscó y encontró sus pechos… Ella arqueó la espalda para ofrecérselos y él comenzó a mamar como si fuera un bebe a la par que se la follaba.
- “Aaaah”, gimió ella, sin preocuparse más, sabiendo que no podría durar mucho siendo follada de esa forma… Sus ganas por correrse eran tremendas.
El Dr. Martin se movía de un pecho a otro… Con una mano frotaba un pezón y con su boca chupaba el otro, manteniendo su cuerpo tremendamente excitado… Quería hacer que se corriera, sintiendo que su cuerpo respondía muy bien a todo lo que le estaba haciendo.
Él, metió su polla lo más profundo que pudo en su coño, mamó el pezón y apretó el otro pezón con la mano al tiempo que un dedo de su otra mano se movía sobre su ano y comenzó a tocarle su pequeño agujero… Ella quiso apartarlo pero algo en su interior, una vez más, le impidió poder hacerlo.
- "Nooo… Por favor… Nooo", gritó incapaz de evitar que él se saliera con la suya... Ella se retorció al sentir el dedo apretando la entrada de su ano, recibiendo una sensación de hormigueo a lo largo de su columna vertebral… Julia no quería que la tocara allí, temiendo lo lejos que iría, pero no podía detenerlo… Sus brazos no estaban dispuestos a moverse para detenerlo, esperando el momento inevitable en que él forzaría su dedo hacia adentro.
El Dr. Martin sentía el coño de Julia apretándole su gran polla y la tensión que éste tenía, lo ordeñaba involuntariamente, sabiendo que no podría aguantar mucho y se correría pronto… Ella también se correría pronto... Y su dedo empezaba a sentirlo dentro del ano.
- "Ahora quiero que te metas la polla con fuerza, Julia", le dijo sonriéndole mientras su dedo entraba lentamente en su ano, viendo la expresión que tenía su cara al forzarle su pequeño agujero con su dedo grueso... Ella se arqueó tratando de escapar del dedo, al tiempo que empujaba la polla lo más profundo que podía dentro de ella.
Sintió un extraño dolor en su ano cuando su dedo entró entero dentro de su recto y también lo sintió cómo lo movía doblándolo y girándolo… ¿Por qué le estaba haciendo esto a ella?, se preguntaba, sin saber que su objetivo era ir preparándola para utilizar ese agujero y obtener placer con ello a pesar de saber el dolor que le causaría.
"Córrete conmigo, Julia", gritó mientras sus pelotas se vaciaban de semen pasando a su polla enterrada profundamente dentro de ella y rociando sus entrañas con su leche caliente y salada.
"NOOO", gritó corriéndose mientras el Dr. Martin tenía un dedo metido totalmente en su culo... Su orgasmo le provocó un tremendo tembleque, sintiendo cómo su vagina se llenaba con su esperma caliente, disparado profundamente en su coño… Esta fue la primera vez en que sintió fluidos disparados profundamente dentro de su coño, antes virgen… El dedo del Dr. Martin quedo dentro de su culo, mientras ella seguía moviendo sus caderas, sacudiéndose hacia adelante y hacia atrás, hasta alcanzar un segundo orgasmo, mientras la polla del Dr. continuaba expulsando semen en su interior.
El Dr. Martin finalmente se dejó caer sobre Julia… Sacó el dedo de su culo con un fuerte ¡ploff!, que la avergonzó… Luego, sacó su polla de su coño, mirándola sonriente al ver cuan humillada se sentía por todo lo que le hizo… Sin decirle nada, se levantó y salió de la habitación, dejándola desnuda en el suelo... Ella rápidamente se vistió y se fue, sin lavarse.
Volviendo de nuevo a la pista de baile, que fue dónde interrumpimos el relato para explicar el proceso de hipnoterapia y sus resultados, vemos a Julia bailando, al Dr. Martin, controlándola y al grupo de hombres disfrutando visualmente de la joven.
- "Quiero que bailes desnuda… Cuando me hagas una señal, me uniré a ti porque quiero seguir disfrutando de tu cuerpo… No me canso nunca de follarte", escuchó Julia que le decía a través del pinganillo.
Ella, temblando y aterrorizada, se bajó de inmediato las bragas, quedando desnuda ante todos ellos… Su afeitado pubis les proporcionó una visión muy clara de su coño… No podía evitar nada porque de alguna manera el Dr. Martin controlaba su cuerpo… Sus piernas y caderas continuaron moviéndose al ritmo de la música y los ojos de los hombres, la devoraban.
Ya desnuda, se fue hacia el poste metálico que se elevaba desde el piso como un símbolo fálico gigante y puso sus piernas a ambos lados de él y presionó su coño sintiendo el objeto duro entre sus labios vaginales… Ya lo había ensayado todo en muchas ocasiones con el Dr. Martin… Los jugos que segregó humedecieron el palo a la vista de todos, mientras bailaba, jodiéndolo como si fuera una polla tiesa.
Julia temía que cuando la canción terminase, el Dr. Martin le dijera que tendría que entregar su cuerpo para que disfrutasen de él... Ya fue muy duro para ella cuando el Dr. Martin la había desvirgado y luego se la había follado durante los múltiples ensayos aquí con él.
En esta ocasión le había dicho que unos hombres querían ver su espectáculo y hacer con ella algo diferente… Querían sodomizarla… Querían metérsela por su estrecho ano.
Ella ya sabía lo doloroso que eso sería… Los dedos del doctor Martin ya se los metía ahí y le dolió siempre mucho… No sabía si podría soportar una polla en su culo... Pero ahora no tenía tiempo para pensar en eso… Ahora debía mostrar su culo, separando las nalgas para que los hombres vieran con todo detalle su orificio anal que pronto lo utilizarían… Estaba temblando cuando lo hizo.
El Dr. Martin se limitó a sonreírle y su cuerpo actuó exclusivamente para él olvidando momentáneamente al resto de hombres que la miraban y complacerle en lo que le estaba pidiendo.
Mas tarde, con una expresión confusa en su rostro, mostró las partes más íntimas de su cuerpo a unos hombres que no conocía de nada y a los que veía como se acariciaban sus pollas pensando la suerte que iban a tener de poder disfrutar sexualmente de esta encantadora jovencita, que les ofrecería su boca y su ano para que se corrieran dentro.
Y cuando la música cesó, Julia le tendió la mano al Dr. Martin y éste la ayudó a bajar llevándola ante los seis hombres y, apartándose, la dejó que uno a uno disfrutasen de su cuerpo como mejor les apeteció mientras él la miraba y le sonreía.
Ya tendría tiempo de volver a disponer de ella y degradarla todavía más si ello era posible, lo cual pensaba, sería muy, pero muy difícil, por todo la serie de degradaciones que le estaba haciendo.
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