Formando un imperio de putas
Una joven periodista se mete a puta para poder hacer un reportaje sobre la prostitución. Tercera parte y continuación de Aprendiendo a ser una puta profesional https://todorelatos.com/relato/171619/ mejor leerlo para mayor entendimiento
Una joven periodista se mete a puta para poder hacer un reportaje sobre la prostitución. Tercera parte y continuación de “ Aprendiendo a ser una puta profesional ”https://todorelatos.com/relato/171619/ mejor leerlo para mayor entendimiento
La verdad es de ser puta autónoma era un desafio, tenía claro que me tenía que anunciar en foros de internet y prensa escrita, pero no tenía ni idea de las tarifas..
Investigué un poco y di con una ridícula que se había hecho famosa por unos videos en los que defendía a las “gallines” y que al final resultó ser puta. La prensa la había publicado incluso sus tarifas por lo que decidí poner exactamente las mismas, incluso le tomé prestado el grueso de su anuncio:
«Si quieres transportarte a un mundo diferente, lleno de placeres, yo soy la mujer ideal para conducirte hasta él», agrega. Tengo 25 años, unas medidas de 90-65-90, 172 centímetros de altura y 58 kilos de peso. «Estoy disponible en: Sevilla, Jerez y Córdoba.
Podemos encontrarnos en tu hotel o en un apartamento por horas. Atiendo a caballeros, señoras y parejas. Si lo deseas, también puedo acompañarte en veladas y viajes»
Podemos divertirnos con:
Besos, Cubana, Eyaculación corporal, Fantasías, Sexo oral natural, Lésbico, Lluvia dorada, Masajes, Striptease, Tríos, Club intercambio, Ducha erótica
Mis tarifas:
45 minutos 150 euros
1 hora 200 euros
90 minutos 300 euros.
Cena más compañía 500 euros
Atención a parejas por 400 euros
Noche completa por 1.000 euros
Fin de semana por 3.000 euros
Y con eso y un nuevo teléfono, me puse en marcha.
Me parecía una pasada de precios, cierto es que en una buena noche en el puticlub de la Puebla de Valverde podía levantarme lo que la moza esta en una noche, pero pasándome por la piedra a medio pueblo. Se me hacía raro que alguien pagase esos precios.
La primera noche nadie llamó, pero la segunda noche un caballero hospedado en el hotel Eurostars y que requería mis servicios. Estaba en la ciudad y no quería cenar solo. Le comenté, que la compañía posterior a la cena se limitaba a una hora, lo cual al cliente le pareció bien.
Me encontré a un hombre de 60 años que se encontraba en Sevilla de negocios. Cenamos en un buen restaurante y hablamos un poco de política. Al ver que más o menos cojeábamos del mismo pie la conversación fue muy agradable.
Cogimos un taxi y nos dirigimos a su hotel. Ya en la habitación el caballero que me había acompañado a cenar se convirtió por arte de magia en un autentico cerdo descortés.
- y ahora guarra vas a comerme la pollas – me dijo mientras sacaba un raquítico rabo erecto de su bragueta.
Yo me arrodillé mientras alababa su polla y me puse a chupar. El hombre no aguantó ni 3 minutos mi boca y se corrió en mi cara con un único lefazo.
Me fui al baño a lavarme y sabiendo que a este perfil de clientes la polla no se le volvería a levantar, volví a la habitación desnuda y contoneándome. El hombre me pidió un masaje que se lo di hasta que pasó la hora y recogiendo mi ropa me despedí.
500 euros por un rato, no estaba mal.
Al día siguiente el teléfono volvió a sonar.
- hola – contesté
- hola, ¿Fani?
- Si, ¿en que puedo ayudarte?
- Si, quería contratar tus servicios.
- Si, claro. ¿tenias pensado que quieres hacer?
- Bueno, mi mujer y yo queremos hacer un trio y en vez de buscar a una chica hemos pensado en ti, nos ha gustado tus fotos y queríamos pasar la noche contigo.
- Claro que si, ¿cuándo sería?
- Esta noche, ¿es posible?
- Claro.
- ¿cuánto va a costar la cosa?
- ¿cuánto tiempo?
- Toda la noche.
- En teoría la tarifa son 1400 euros, pero os lo dejo por 1000 euros.
- Me parece bien. Si te parece te esperamos a las 9:00 de la noche en calle XXXX 19. Es un chalet. Por favor se puntual.
- Siempre soy puntual. Ciao.
Lo pensé largamente, ya que iba de freelance y mis clientes iban a ser distintos a los que anteriormente había servido decidí ir a un sexshop y buscar algo de picante a la cita de esa noche. Después de mucho buscar encontré un arnés con una gran polla que no solo iba hacia fuera sino que tenía otra que iba hacía dentro, de manera que a la vez que penetraba a alguien me auto penetraría con él.
Pasé el resto del día leyendo hasta que dieron las siete, me duche, cené algo y cogí un taxi hasta la dirección facilitada.
Una tarjeta metida en un sobre en el telefonillo con mi nombre me llamó la atención. Abrí el sobre.
- Por favor, sube al piso de arriba, habitación del fondo. Tienes un sobre en la entrada con los 1000 euros.
La casa era preciosa, se notaba que era gente de dinero. Cogí mi dinero y subí al piso de arriba.
Un hombre realmente atractivo me recibió iba sin camisa pero con los pantalones puestos.
- hola Fani, soy Pedro hablamos esta mañana.
- Si encantada.
- Hemos empezado sin ti. Si te parece te guiaré lo que quiero de ti esta noche.
- De acuerdo.
Entre en el cuarto y una mujer de unos 40 años estaba atada semi sentada en la cama con las piernas abiertas, los tobillos atados a cada lado de los pies de la cama y los brazos en los laterales del cabecero. La espalda la tenía apoyada sobre un almohadón que a su vez apoyaba en el cabecero de la cama. Una maquina que salía desde los pies de la cama y de la que salía una vara que acababa en una polla se la follaba despacio. La mujer tenía los ojos tapados y empezaba a agitarse. Llevaba unos auriculares me imaginé que con música.
- déjala un rato, acaba de empezar, la quiero muy caliente para cuando entres en escena. Ponte una copa y desnúdate.
Bajé al salón y busque ron en el mueble bar, me desnudé en un baño que encontré y volví en pelotas a la habitación.
- perdona, no te he preguntado si querías.
- Gracias, ya tengo una – me dijo señalando la mesita de noche – ponte cómoda.
El hombre cogió el mando a distancia y le dio cera al aparato que aumentó su velocidad. La mujer empezó a convulsionarse.
Se corrió a gritos y su marido dejó el aparato a toda hostia entrando y saliendo de su coño. No me dejó entrar. La desató, le hizo darse la vuelta, puso el almohadón en su cadera dejando su culo levantado y perforó su ojete con el aparato y volvió a poner el aparato en marcha.
- vamos, tenemos unos 10 minutos hasta que se corra, Vete chupándomela un poco - me dijo mientras dejaba el mando a distancia, se sacaba la polla del pantalón y se sentón en un sillón.
Me arrodillé y empecé a chupársela mientras le barajaba los cojones. El me agarraba de la cabeza acompañando mis movimiento. No quiso correrse y cuando su mujer se corrió a auténticos berridos, me apartó amablemente y llevó hasta la cama.
- la voy a soltarla. Quiero que te pongas delante de ella abiertas de piernas. Cuando le quite el antifaz quiero que vea tu coño nada más ver.
Me coloqué en posición y cuando la mujer pude ver y vio mi coño se lanzó a chupar, que digo chupar, a devorar mi raja. Fue una sensación increíble. Desde Ernesto el fin de semana en el que había perdido mi virginidad, nunca había recibido una comida de coño, y menos de una mujer.
A pesar de la caña que la chica estaba recibiendo la mujer me estaba matando de placer.
Nos corrimos las dos a la vez, y sin darme tiempo de continuidad, el hombre, apartó la maquina, soltó a la chica, me hizo darme la vuelta y me penetro a lo perrito. El hombre calzaba una buena polla y eso se apreciaba.
El hombre me estuvo dando con fuerza durante unos minutos, para mi sorpresa la chica se puso delante mía abriendo sus piernas y dejó su coño a la altura de mi boca. Era el primer coño que chupaba, pero ciertamente lo chupé. Fue una sensación rara, sobre todo por que era algo que ni siquiera había entrado en mis planes. Debí hacerlo bastante bien por que la mujer se empezó a retorcer de placer
El hombre no llegó a correrse, me apartó y penetró a la chica, la cual puso los ojos en blanco y empezó a correrse a gritos.
Me levanté y me puse el arnés, yo sería la siguiente en follármela, para mi sorpresa el hombre me vio y me pidió ser él el penetrado.
No me lo pensé mucho, apunté la polla de goma al culo de mi cliente y lo penetré con fuerza
- dame duro Fani mi amor – me dijo.
Yo le agarré de la cadera y empecé a darle con fuerza. Era maravilloso ver como el hombre se follaba a la mujer y yo le follaba a él además de follarme a mi. Estuvimos así durante 15 minutos y nos corrimos a modo de explosión en cadena. Primero ella, al segundo él, y por último yo me corrí como una adolescente.
Caímos el uno sobre el otro sin despenetrarnos. Nos quedamos tirados más de media hora hasta que el hombre habló.
- tendremos que comer algo, ¿no?
El hombre se levantó y salió de la habitación. Volvió con fruta y zumos para beber.
Estuvimos hablando un rato y 15 minutos después la chica y yo estábamos haciéndole una mamada al chico. Yo aun no sabía si la mujer era de pago o no, algo que no supe hasta una semana después.
La chica fue la primera que cogió esa dura polla y se la metió en su coño, yo me dediqué a tocarle las tetas y en un momento dado a comerle el clítoris a ella y los cojones a él.
Estuvimos follando toda la noche. Me folle a los dos clientes con mi arnés, en ocasiones con el dándole a ella a la vez, en otras siendo sometidos cada uno de ellos por mi.
La traca final vino cuando la chica se puso el arnés y me hizo subir en aquella polla que yo misma había llegado. El chico viniendo por detrás me penetró el ojete. Me encantaban las dobles penetraciones y vi las estrellas del placer hasta que los tres nos corrimos a la vez.
El hombre me acompañó a la puerta y además de darme las gracias, me preguntó si realmente me había corrido.
. por supuesto – contesté - disfruto de mi trabajo – dije y salí de la casa.
Los siguiente días salvo uno, atendí a un par de empresarios que querían echar un polvo, salí a cenar con un par de personas y para mi sorpresa atendí a una señora entrada en años que disfruto de mi lengua y cuerpo.
- hola, Fani – me dijeron al constatar mi teléfono del trabajo.
- Si
- Soy Paco, pasaste la noche del pasado jueves con mi mujer y conmigo
- Ah, claro Paco, ¿cómo estas?
- Muy bien, ¿y tu?
- Estupendo ¿en que te puedo ayudar?
- Bueno, el sábado que vienes damos una fiesta en mi casa y vienen tres parejas más.
- Si
- Y bueno, queríamos contratarte y además de eso pedirte un favor.
- Si esta en mi mano.
- Buenos, queríamos traer cuatro chicas, y quería saber si te podías encargar tu
- Claro, no veo problema.
- ¿Precio?
- En mi caso os dejo el precio anterior, pero a las chicas hay que aplicarles la tarifa.
- ¿qué es?
- 1400 por chica y noche.
- Estupendo, te lo daremos cuando lleguéis.
- Perfecto. ¿hora?, ¿dirección?
- Te lo mando todo por mail.
Y eso hizo hora y media después.
No conocía a nadie, pero sabia por donde empezar. Para darle un poco juego busque chicas jóvenes, españolas y con cara de no haber roto un plato en internet en Córdoba. Cuando las hube localizado fui a Córdoba a hablar con ellas. De las tres chicas con las que hablé dos se apuntaron y una pasaba de ir a Sevilla.
Al día siguiente después de follarme a un empresario de hostelería, quedé con una chica local de la ciudad y le convencí que nos acompañase.
A las tres les ofrecí 750 euros por pasar la noche y llegamos aun acuerdo de colaboración por el cual ese sería el precio cada vez que las llamase.
Fue una noche largas y llena de morbo. En un momento dado las ocho mujeres en la orgia organizada por Paco o penetramos o éramos penetrada. Me sonreí para dentro.
Aquella noche había sacado 2950 euros y una cantidad ingente de orgasmos.
Seguí con mi trabajo de puta, pero cada semana recibía más llamadas de amigos de amigos de Paco y su mujer en el que me pedían chicas o horas. Antes de darme cuenta tenía a doce chicas que de alguna manera cada semana trabajaban para mi. Personalmente atendía a los clientes nuevos, a los muy importantes y sobre todo llevaba las relaciones post orgia con los participantes. La verdad es que en pocos meses empecé a viajar mucho, a Madrid de vez en cuando, incluso participé en una orgia donde le lamí el culo a un muy amigo de mi padre y este después sodomizó el mío. Estaba segura de que nunca diría nada por que él quedaría en peor lugar que yo.
Como en todo negocio quien tiene un cliente, tiene un tesoro, y no podía permitir que las chicas que colaborarán conmigo se llevasen a mis clientes. Evidentemente subí las tarifas, cada chica tenía un precio, me hice una app donde mis clientes podían elegir quien participarían en sus juegos.
Tenía le articulo escrito, tenía fotos, conversaciones grabadas, polvos grabados, y todo lo que un periódico podría querer para sacarlo tanto en papel como online, pero llevaba seis meses en Sevilla y cada mes recibía más de 130.000 euros en comisiones y si ponía el coño a pasear podía subir a 180.000. No lo dudé mucho, ¿quién quiere una carrera incierta en periodismo cuando puede tenerlo todo dirigiendo un creciente impero en el mundo de la prostitución.
A tu parecer dejo que hice finalmente.