Footing

El footing de los domingos encuentra un nuevo atractivo inesperado que lo hace mas atractivo

Ese domingo por la mañana como casi todos los domingos fui a un parque muy grande en mi ciudad a hacer un poco de deporte, correr una hora y hacer gimnasia. Lo cierto es que había oído que en esa zona había “buen rollo” nunca había visto nada aunque tampoco había ido nunca a buscar nada más que un buen suelo para correr y aire limpio.

Ese día, como siempre, dejé mi coche en la zona de parking, hice mi hora de footing y estaba haciendo ejercicios de estiramiento cuando apareció un tío andando y empujando una mountain bike como cientos que pasan por esa zona. Aunque no podía ver su mirada porque llevaba gafas de sol pero sentí como se me mirase. Yo si le miré un poco descaradamente y pude ver, cuando se  alejaba, que miraba hacia atrás. Como digo sentí algo dentro de mí que me aceleró el pulso.  Al cabo de un rato, ya había terminado mi gimnasia y me fui a una zona un poco retirada para hacer un pis antes de coger el coche y volver a mi casa. La zona está un poco alejada y pero permite ver al otro lado de una especie de vaguada. Al llegar vi que él estaba enfrente al otro lado de la vaguada y mirando claramente hacia donde yo estaba; él sus gafas de sol y su bici.

Entonces tuve ya el presentimiento de que podía haber algo. Avancé un poco para que pudiera verme con claridad, me baje las mallas de correr hasta medio muslo para hacerle bien visible mis “cositas”, cuando acabe, ya medio morcillón, me di la vuelta para que me viese el culito y una vez subidas las mallas, me di la vuelta  y me metí entre unos arbustos pero mirando hacia atrás para ver si venia, pude ver que se subía a la bici y se ponía en movimiento. Me  quede esperando en la zona que era bastante discreta y haciendo como si hiciese gimnasia. La verdad es que estaba bastante nervioso porque nunca había tenido una experiencia de ese tipo y, para ser sincero, tampoco la había buscado nunca.

Bueno el, caso es que pasado un poco de tiempo que me parecieron eterno veo aparecer al ciclista buscando…… Me encuentra y me entra diciendo que si conozco bien el parque porque anda buscando una zona que le han recomendado para trabajar duro con la bici le dije donde se encontraba lo que decía que buscaba.  Estuvimos un rato hablando de las diferentes zonas del parque sin nada trascendente hasta que me dijo:

“Es que este parque es muy grande, hay de todo y  hasta me han asegurado que hay sitios en los que se liga”

Ya parecia que la cosa empezaba a ponerse bien. Le conteste que sí que creía que se ligaba en alguna parte.

“Ya que veo que conoces esto bien, ¿Me podrías decir en donde se liga?”

“Pues si tú quieres aquí mismo”

“No sé si me has entendido lo que busco”

“Claro que te he entendido y te repito que  si quieres puedes ligar conmigo.

Por fin, me encantaría hacérmelo contigo, llevo un buen rato observándote y tengo que decirte que estas bien rico”

“Por favor, dime rica; me encanta que me traten como a una damita”

“Bueno mi dama, ¿quieres que pasemos un ratito agradable tu y yo?

“Claro que sí pero vamos a tener que buscar una zona más discreta porque a estas horas los alrededores del parking  están llenos de papas con los niños, pero no te preocupes que como te dije conozco bien el parque y vamos a un sitio tranquilo donde no nos molesten. Por cierto, ¿tienes condones?”

No, no esperaba esto y no he venido equipado.

Bueno pues entonces solo te hare un trabajito manual.

Pues me parece muy bien, sobre todo sexo seguro.  Vamos a donde tú quieras.

No pusimos en marcha. El con una mano llevaba la bicicleta y con la otra me cogió de la cintura. En seguida le anime, “¿Porque en vez de llevarme de la cintura no bajas un poco la mano y me das un magreo en este culito tan rico que tengo para ti y nos vamos poniendo cachondos los dos?”

Dicho y hecho, bajo la mano y me empezó a sobar las nalgas y de vez en cuando me frotaba el ojete y me presionaba con la punta de un dedo., total que me puso más cachonda de lo que ya estaba. Yo, de vez en cuando le daba un a pasada manual por delante para mantenerle bien calentito.

Llegamos a un sitio que me pareció bien y le dije que iba a por él y me baje la cremallera de la sudadera y   le dije que me sobara las tetas. Me dio la vuelta y con las dos manos me magreaba las tetas y a la vez se restregaba contra mis nalgas. Llego un momento que lea dije que parara porque me parecia que estaba a punto de correrse.

Muy obediente, me abrazo y empezó a sobarme, yo en ese momento baje las manos y vi a través del short, que ya estaba bien caliente, así que se lo bajé, le liberé  la polla que tenía buen tamaño sin ser exagerada con una buena fimosis y empecé a meneársela muy despacito, subiendo hasta tapar todo el capullo y bajan do hasta dejárselo descubierto. Como era de esperar, empezó a gemir con los ojos cerrados y le vino el gusto enseguida con jadeos y un tsunami de lechecita caliente. Me dijo que llevaba más de un mes sin follar con su mujer, porque estaban cabreados, que era la primera vez que se lo hacía con, un tío y que había estado muy nervioso y que por eso se había corrido tan pronto. Nos sentamos en el suelo y le dije que hacerlo con un hombre era mucho mejor que con una tía, porque nos conocíamos mejor y sabíamos cómo darnos más gusto y que se lo demostraría porque yo también estaba muy caliente y que me podía hacer lo que quisiera.  Empezó a tocarme por encima del short y me dijo que ya notaba que la tenía bien dura.  Como veía que estaba un poco cortado y yo ya tenía ganas, me la saqué y le dije que me diese gusto. Se escupió en la mano para mejor lubricarme y empezó a meneármela con bastante habilidad yo le animaba y le decía

“Así mi vida dame gustito y ordéñame toda mi leche, que bien me lo haces”

Tarde un poco en correrme pero la verdad es que me lo hizo disfrutar bastante.

Ya era un poco tarde así que fuimos hasta el parking y  le dije que si quería que nos viéramos otra vez, me dijo que por supuesto que sí, quedamos en ese mismo lugar el próximo domingo pero más pronto, que habría menos gente y tendríamos tiempo y sitio más discreto para disfrutarnos. Así quedamos.

Llegó el siguiente domingo, yo estuve toda la semana pensando como darle una sorpresa agradable si es que venía, porque no lo tenía claro, igual se arreglaba con su mujer y no quería saber nada conmigo, pero había que arriesgarse porque me apetecía mucho hacérmelo después de una buena carrera.

Llego el domingo, me puse un chándal en lugar de las mallas que llevaba el domingo anterior para poder llevar mi sorpresa. Llegué al lugar de la cita con un retraso de cinco minutos de las nueve como habíamos quedado. Allí estaba él en el parking, nos encontramos fácilmente porque a esa hora (las nueve de la mañana) no había casi nadie. Nos saludamos dándonos la mano y le propuse ir, él en bici y yo corriendo, a una zona un poco alejada para evitar posibles mirones. Aceptó y nos pusimos en marcha, el pedaleando y yo corriendo. Cuando llegamos a la zona, obviamente estaba totalmente desierta y buscamos un lugar súper discreto. Paramos y me acerque  para preguntarle si tenía condones, él había traído y yo también, así que no había problema para hacer lo que quisiéramos y las veces que quisiéramos. Me intentó meter mano, pero no le dejé, le dije que no fuera impaciente, que tenía una sorpresa que darle. El tío se puso un poco en guardia porque supuso, como me dijo luego, que a lo mejor  sacaba una navaja y le atracaba, pero se quedó esperando donde le dije. Me fui detrás de unos arbustos a salvo de su mirada y me quité el pantalón del chándal y apareció lo que iba a ser la sorpresa: unas braguitas de encaje blancas  y un liguero y medias de negras.. Me subí las medias, me las sujeté con el liguero y me aparecí a mi chico, que se quedó con la boca abierta

Se vino a mí como un torete. Bajándose el short y dejando  al aire .una polla en erección dura como el hierro apretándose contra mí, y metiéndola entre mis muslos, justo debajo de mis huevos y moviéndose como si me estuviera follando. Como vi lo caliente que iba le dije que había que poner una gomita, se la puse con la boca y volvió A la posición anterior, se abrazó a mí y con la polla  entre mis mus

“¡¡Que  gusto me das, cacho zorra, te voy a dar toda mi leche!

No duró mucho, se vino llenando bien todo el depósito de la goma y dejandome con la calentura, pero todavía era temprano y yo esperaba algo más, la verdad es que yo estaba loca por comerle la polla y que se corriese en mi boca aunque fuese con un condón puesto.

Pasaron unos pocos minutos, mientras jugueteábamos y me daba un buen magreo de mis nalgas y yo le acariciaba los huevos y la polla y se le empezó a poner  morcillona. Yo no quería perder tiempo y estaba loca por disfrutar de su polla así que empecé a chupársela pidiéndole que me dejara hacer, que íbamos a disfrutar como locas. Le sujeté la polla con una mano y empecé a hacerle todas las maravillas con mis labios y mi lengua, lamiéndole alrededor del capullo y chupando como si fuera un helado mientras con la otra mano le acariciaba los huevos y el perineo. Enseguida se le puso bien dura, gemía y suspiraba y me decía que nunca había disfrutado tanto, la verdad es que yo también estaba disfrutando de su preciosa verga. Le puse una goma para seguir hasta el final sin tener que parar. Como ya se había corrido una vez tardo bastante en correrse mientras yo me puse como una loca con una calentura más que mediana. Por fin después de musitar y jadear “Mi vida lo que estoy disfrutando” me empujó la cabeza y me la metió hasta la garganta y tuve que hacer esfuerzos para que no me dieran arcadas. Se movió como si me estuviera follando y me dijo por segunda vez, toda su leche. Yo estaba como una perra en celo y se la seguía chupando para que no se ablandara, pero se ablandó.

“¿Y tú, como estás? Enseñamé tu pilila.”  Me daba un poco de vergüenza pero me bajé el short y le enseñe mis vergüenzas que estaban bien tiesas y me dijo “Tenemos que hacer algo, no te puedes ir así”

“No sé qué me quieres hacer" Le pregunté un poco mimosa

“Bájate los pantalones” Le obedecí, me abrazo y me dijo, “Te voy a castigar por haber sido tan puta” y me  dio dos azotes bien fuertes, le miré algo sorprendida y me dijo que me tenía que castigar por las pajas que se había hecho durante la semana pero que luego me daría un premio por el placer que había sabido darle. Me puso a cuatro patas con mi culito en pompa y me propino unos azotes más hasta que me puso las nalgas bien coloradas  y luego me dijo,

“Date la vuelta y ponte delante de mí  de pie, ponte un condón”

Naturalmente le obedecí e hizo algo que yo esperaba, se arrodilló y me le chupó. Con la calentura que yo llevaba me vine en un pispas, porque además el cabrón la chupaba bien.

Así que todos los domingos a la nueve de la mañana estamos citados en el mismo sitio y pasamos un buen rato aunque todavía no me ha follado. Lo espero