Folle con una desconocida y mi novia nos descubre
Seduje a una chica en un centro comercial sin que mi novia se enterara o eso pensaba yo
Mi novia se llama Rebeca es una chica de 22 años de edad, es una mujer de contextura rellenita, de piel blanca, de cabello largo y liso de color castaño claro, sus ojos son de color marrón claros, sus labios son carnosos y muy sensuales, sus senos son grandes y firmes, su cintura es firme y delicada, posee un trasero de ensueño firme, durito y muy bien paradito, sus piernas son largas, tornaditas y suaves al igual que el resto de su piel, mide 1,64m de estatura.
Un día mi novia y yo quedamos de ir al cine, cuando llegamos al centro comercial, compramos los tiquetes para la función de las siete de la noche, una vez que adquirimos los boletos, nos quedaban dos horas libres antes de que empezara la película, estuvimos paseando como por media hora hasta que le invite a comer un helado, fuimos hasta la heladería que se encontraba ubicada en la parte alta del centro comercial cerca de donde estaba el cine, pedimos el menú donde se reflejaban las opciones de helados y sus sabores, nos sentamos en unas sillas que habían dentro de aquel pequeño local, en una de las mesas de enfrente que se encontraba detrás de mi novia, había una chica de unos 18 años de edad, no estaba completamente seguro de que fuese mayor de edad.
Aquella chica tenía una pinta de nena putica, de contextura delgada era de piel morena, de cabello largo y rizado, sus ojos eran de color verdes claros, tenía unos labios carnosos y muy sensuales, tenía un rostro angelical con cierto toque de zorra, su cuerpo era muy hermoso, sus senos eran grandes, firmes y duritos, su cintura es fina y delicada, posee un trasero de ensueño, firme, durito y muy bien paradito, sus piernas son largas, tornaditas y muy suaves al igual que todo su cuerpo, mide como 1,67m de estura, la verdad es que esa chica era toda una belleza de mujer, era muy diferente a mi novia, me calentaba por ser de piel oscura, esas zorras son más calientes a la hora del sexo.
La chica tenia puesto un vestido diminuto de color blanco, que le llegaba a medio muslo y apenas cubría sus tetas, era completamente descotado en la parte de arriba, le hacía resaltar la hermosa figura que tiene esa nena, sus tetas querían salir disparadas detrás de su vestido por lo ajustadito que era, su cola se le marcaba muy rico.
Yo trataba de mirar a mi novia lo mas que podía para que no sospechara de que veía a la chica que estaba detrás de ella, cada vez que mi novia miraba el menú aprovechaba de ver a aquella nena y le picaba el ojo, le sonreía y ella hacía lo mismo, ella estaba acompañada por un par de niñatos, nunca supe si eran sus hermanos, amigos o alguno de ellos era su noviecito.
No podía dejar de ver a aquella nena, mi novia estaba dándose cuenta de mis miradas pero no me decía nada, me sorprendía la actitud de mi novia, pude notar que uno de los niñatos que la acompañaba se levanto de la mesa y salió del local, luego la nena se levanta también y se pone a hacer la cola para hacer su pedido y pagar, al ver que iba a estar sola en ese momento le pregunte a mi novia lo que deseaba y me fui hacer la cola también para pedir y pagar.
La cola para cancelar quedaba del otro extremo en donde ni mi novia ni el niñato que la acompañaba podían vernos bien, me coloque detrás de la chica que me gustaba y la salude.
- Hola, que tal me llamo Alejandro – le dije.
- Hola, bien mi nombre es Samanta – me respondió la chica del vestido blanco con una sonrisa.
- Oye… tienes un cuerpazo – le dije.
Ella como que se hizo la que no escucho, yo me le acerque un poco mas sin que mi novia, ni los niñatos que la acompañaban se diera cuenta y como la cajera de la heladería era bastante lenta me daba tiempo suficiente para acosarla.
- Samanta, estas de un buena mi nena – le dije.
Aquella chica se le notaba algo nerviosa, pude ver que cada vez que le hablaba cerca de su oído se mordía disimuladamente sus labios, volvió a hacerse la sorda cuando le dije lo buena que estaba, entonces decidí colocar una de mis manos en su cola y comencé a sobárselo descaradamente. Ella al sentir mi mano en sus nalgas volteo a verme, se le veía que aquello le parecía divertido.
- Te voy a follar Samanta, vas a disfrutar – le dije.
- Para ya, se van a dar de cuenta nuestros acompañantes – me dijo Samanta.
A Samanta se le notaba muy asustada por lo que sucedía, yo también estaba un poco preocupado porque si mi novia se llegaba a enterar era capaz de armar un tremendo escándalo y terminaría con nuestra relación, sin pensar que los acompañantes de esa hermosura me daría la paliza de mi vida.
- Me encantaría metértela por ese culito, que lo deberías de tener bien cerradito nena – le dije al oído mientras me le pegaba un poco mas disimuladamente.
Notaba que cada palabra que salía de mi boca la estaba poniendo más cachonda, yo volví a sobarle la cola, pero esta vez fui un poco más lejos porque me pegue más a ella y le comencé a restregar mi paquete por su colita.
- Samanta, debes de tener el coño bien mojadito – le dije.
Samanta cada vez que podía me miraba y me sonreía, le gustaba mucho la situación. Yo me pegue más a su cuerpito para que notara mi tremenda erección en su colita de niña puta. Observe todo el local y como nadie nos estaba viendo, aproveche de subir mis manos lentamente por su cintura hasta llegar a sus hermosos senos, luego comencé a acariciarle sus tetas por encima del vestido suavemente y después con un poco más de fuerza. Llego el turno de Samanta de pedir lo que quería y de pagar, así que pare de manosearla y trate de relajar un poco mi calentura, yo cancele y ordene después que ella lo hizo y cada quien fue a su mesa.
A mi novia y a mí se nos hizo la hora de ir a ver nuestra función, al entrar al cine nos dimos cuenta de que la sala estaba completamente llena, pero nosotros teníamos nuestros asientos reservado, así que fuimos hasta la última fila y ubicarnos en el rincón de lado derecho, al llegar nos acomodamos en nuestros lugares y nos pusimos a ver la publicidad y a charlar de cosas tribales hasta que comenzó la película. Las luces se apagaron por completo, nos dimos cuenta de que ya estaba por comenzar la película, deje en un asiento que tenia al lado las palomitas y mi bebida, ya habían transcurrido como diez minuto de haber comenzado la película. Cuando de pronto veo que unas personas que se acercan y tuve que quitar las palomitas y mí bebida de aquella butaca para dar chance de que se sienten los que estaban llegando, al voltear a ver me lleve la sorpresa de encontrarme con Samanta, ella me vio y se sonrió, se sentó justo a mi lado, yo estaba realmente sorprendido nunca me imagine encontrármela en la misma función.
Después de media hora de película, mi novia se recuesta sobre la butaca de una forma que me da la espalda, al ver que mi novia no estaba pendiente me atreví en colocar mi mano en la pierna de Samanta, pude ver que la nena volteo a verme y yo le pique el ojo, dentro de la sala estaba completamente a oscuras y los niñatos que se encontraban a su lado no podían ver lo que sucedía por debajo de su acompañante, le acariciaba sus piernas muy suavemente, fui acercando mi mano poco a poco hasta le entrada de su coño, ella estaba de un cachonda porque mientras mi mano se acercaba a su cueva abría ligeramente sus piernas por su cuenta.
Mis manos buscaban el coño de Samanta hasta que lo pude sentir, tenia puesta una braguita la cual se encontraba muy mojadita, estaba de un caliente su vagina, la mirada de Samanta se encontraba perdida en la película tratando de disimular su excitación, comencé a pajearla con movimientos circulares por encima de su tanguita, ella se tensaba y al mismo se mordía sus labios de lo excitada que estaba. La frotaba muy despacio para alargar el morbo y la excitación, era una delicia masturbarla, ella se retorcía y se arqueaba disimuladamente para que sus acompañantes no se dieran cuenta.
Samanta volteo a verme y hacerme gesto de que parase, pero yo no le paraba a su petición así que seguí masturbándola, ella comenzó a morderse sus labios y sujeto mi brazo fuertemente, me clavaba sus uñas, comenzó a convulsionar, sacudirse y temblar, todo lo trataba de hacer disimuladamente, ella estaba teniendo un tremendo orgasmo hasta que sentí sus líquidos calentitos en mis dedos, pareciera que se hubiera orinado. Yo quite mi mano de su entre pierna y me lleve mis dedos a la boca para saborear sus líquidos, ella estaba como un poco exhausta, me miraba como saboreaba sus flujos, Samanta se mordía sus labios y me miraba con una cara de putica.
De repente sentí su mano por mi paquete, ágilmente desabrocho mi pantalón y saco mi polla que estaba bien erecta, comenzó a masturbarme rápidamente, cada tanto ella volteaba para ver a los que la acompañaba, mientras que yo comencé a acariciar a mi mujer para que no se volteara ni sospechara de que la tenia olvidada, Samanta me hacia una paja fenomenal, me jalaba el cuero de arriba hacia abajo, yo estaba tan excitado que no dure mucho en correrme en su mano, la muy perra tapo con su mano la corrida para que no se desparramara por ahí. Yo tome una servilleta que tenia junto con las palomitas y me limpie como pude, mientras me limpiaba vi como la muy putica se saboreaba mi semen.
Después de lo ocurrido seguimos viendo la película tranquilamente como si nada hubiese pasado, no podía concentrarme en la peli así que le dije a mi novia de que iría al baño porque tenía muchas ganas de orinar, al levantarme le hice seña a Samanta de que me siguiera disimuladamente, la espere fuera de la sala como unos diez minutos hasta que al fin salió.
- Me gustas mucho Samanta, tengo la polla tiesa otra vez y es por ti nena – le dije.
La rodee con mis brazos y la abrazaba dulcemente mientras le restregaba mi paquete bastante abultado por medio de sus nalgas, se le notaba a Samanta lo cachonda que estaba.
- Que hermosas téticas tienes nena, casi no me caben en las manos, que grandes y ricas son – le dije.
A la muy perra se le notaban sus pezones erguidos y duritos a través de su lindo vestido. Ella cerraba sus ojos, le gustaba como la tocaba, ella me tomo de la mano y la apretaba mientras se arqueaba restregándome su hermosa cola contra mi paquete, yo comencé a acariciarle su culito por encima del vestido hasta que poco a poco me acerque a su entre pierna y baje hasta el final de su vestido, le empecé a tocar la parte interna de sus muslos.
- MMMMMMM – Samanta emitió un sonido de su boca.
- Que piernas tan bellas tienes, están de un suave – le dije al oído.
Después de estar acariciándole sus piernas por un par de minutos, comencé a hurgarle su braguita, tenía muchas ganas de quitársela, Samanta me adivino la intención y trato de separarse de mí, estábamos en un rincón de la parte de afuera de la sala de cine y cada tanto ambos nos percatábamos de que nadie nos estuviera observando o se acercara.
- Detente por favor, que nos pueden descubrir y podemos meternos en un problemón – me dijo Samanta.
Yo seguía con mi idea de sacarle su braguita, así que metí mis manos por debajo de su vestido y se lo subí dejando sus hermosas nalgas al descubierto, agarre con mis dedos los tirantes de su braguita y se los fui jalando hacia abajo, la situación era muy morbosa, los dos estábamos asustados y excitados a la vez, le baje su braguita hasta los tobillos dejándola desnudita de la cintura hacia abajo, con su vagina expuesta, rápidamente le acomode el vestido para taparla y termine de quitarle su braguita.
Había conseguido quitarle su linda tanguita, luego la comencé a oler, su tanguita estaba mojadita y su olor era de un divino, estaba impregnada de su corrida anterior.
Me guarde su tanguita en el bolsillo de mi pantalón y volví a meter mis manos por debajo de su vestido y comencé a acariciarle sus piernas, su muslo y sus nalguitas que estaban de un suave, me estaba divirtiendo con esa nena, era una tremenda hembra, cualquier hombre o chico desearía estar en mi lugar, me iba a follar a tremenda chiquilla.
- MMMMM que rico me tocas, estoy muy acalorada Alejandro – me dijo Samanta.
- ¿Tienes calor nena?... vamos a apagar ese fuego – le dije al oído.
Seguía con mis manos en sus muslos, fui subiendo mi mano lentamente hasta su entre pierna, antes de llegar pude notar como emanaba calorcito su vagina, la chiquilla estaba de un caliente, una vez que llegue a la entrada de su coño note que estaba muy mojadita, le sobe sus labios vaginales sin llegar a penetrarla, ella se arqueaba del placer, yo acerque mi boca hasta su oído y le di un leve mordisco en el lóbulo de su oreja.
- Que caliente y mojada estas, ya vas a ver lo bien que la vamos a pasar ‑ le dije.
Yo seguía jugando en la entrada de su vagina, apenas y tenia algunos pelitos, la frotaba poco a poco hasta que le introduje el dedo medio sin ninguna dificultad, mi dedo se deslizo todo muy fácilmente.
- OOOOOOOOOOHHHH – soltó un leve gemido.
Samanta estaba muy sudada, me dijo la verdad de que tenia calor, con mi otra mano le sobaba su linda cola, después subí esa mano hasta las tetas y las apretuje con cierta intensidad, yo estaba manoseando aquella mujer en un lugar público con riesgo hacer descubierto.
Le seguía introduciendo mi dedo en su estrechito coño, le proporcionaba un placer enorme. Me percate de que alguien se aproximaba y la deje quieta y tratamos de disimular otra situación, Samanta estaba entregada a mis deseos.
La persona que nos interrumpió el momento se acerco hasta nosotros y nos pregunto donde quedaba la entrada al cine, yo rápidamente le explique que estaba del otro lado y me di cuenta de cómo miraba a Samanta algo lujurioso mientras le daba la información, una vez que aquel sujeto se alejo volví al ataque, ella se apoyo en un barandal que estaba allí cerca de nosotros se puso a observar todo el centro comercial desde allí, nosotros estábamos a un lado de la salida de la sala del cine, ese lugar era muy apartado y pocas personas caminaban por allí.
Yo me arrodille detrás de Samanta sin que se diera cuenta, le subí su vestidito dejando sus nalgas fuera, luego le pase mi lengua por todo el medio de sus hermosas nalgas, ella cerro sus piernas, levanto un poco mas su colita, después de ver tal acción me calentó mas y con mis manos le separe un poco sus nalguitas, le pase nuevamente mi lengua húmeda por todo el medio de esas nalgas, en especial le di varios lengüetazos a la entrada de su ano que estaba bien cerradito y limpio, Samanta estaba totalmente entregada ella me sujeto con una de sus manos y me hundió mas mi cara en medio de sus ricas nalguitas.
Le chupaba desde la entrada de su ano hasta la entrada de su vagina, mi lengua al hacer contacto con su concha Samanta dio un pequeño grito de placer. Exploraba su rico coño, ella abría más sus piernas, jugaba con su ano y su vagina, note como la muy putica se agarro fuertemente del barandal y comenzó a moverse fuertemente como si tuviera un cosquilleo intenso, hasta que derramo nuevamente sus fluidos en parte de mi cara.
- AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHH – gimió Samanta.
Yo me retire debajo de sus nalgas y me levante del suelo, mientras me saboreaba sus ricos fluidos, me limpie un poco la cara con la tanguita que tenia de ella en mi bolsillo, le acomode su vestido y me acerque hasta su oreja.
- Qué coño mas delicioso tienes putica, tengo mi polla bien dura con ganas de penetrarte – le dije.
Me baje el cierre de mi pantalón y saque mi polla bien dura sin que se diera cuenta me acomode por detrás, le subí el vestidito nuevamente y coloque mi polla tiesa en medio de sus nalgas, se la restregaba con unas ganas de penetrarla, Samanta bajo una de sus manos y me agarro la punta de mi tranca con sus dedos y comenzó a jugar con ella. Yo no perdía tiempo y se la restregaba una y otra vez por todas sus nalgas, yo comencé a morderle y lamerle el cuello a esa chiquilla putona, ella estaba de un cachonda y deseosa de que la penetrara con mi polla, Samanta me masturbaba con su mano, me jalaba el cuero de arriba hacia abajo dándome una increíble paja.
Ya no aguantaba más, quería penetrarla de inmediato antes de que acabase la película y saliera mi novia con los acompañantes de Samanta.
- Quiero meterte mi polla, follarte bien duro putica – le dije.
- Aquí no papito, llévame a otro lugar me da miedo hacerlo aquí – me dijo Samanta.
La tome del brazo y la lleve a los baños del centro comercial, siempre estaban solitarios, cuando llegamos ciertamente estaban vacios, no había nadie, nos metimos en el baño de damas porque el sanitario de hombres siempre esta cochino, aquella chiquilla estaba tan caliente que me empujo sin darme tiempo a ponerle el pestillo a la puerta para que nadie entrara, no le di importancia ni ella tampoco. Yo le metía mano por todos lados, esta vez lo hacía sin ningún impedimento, nos besamos alocadamente, jugábamos con nuestras lenguas, metía mi mano por debajo de su vestido y le acariciaba el coño.
- Métemela papito, métemela ya por favor – me rogaba Samanta.
Yo me baje los pantalones junto con mis bóxers dejando mi polla al aire, mientras que Samanta me quito la camisa, yo tenía una tremenda erección, le fui bajando el cierre a su vestido, y se lo quite por completo, dejándola toda desnuda en frente de mi, tenía un cuerpo espectacular aquella chiquilla, no perdía detalle observando y tocando cada parte de su cuerpo.
- Que cuerpazo tienes Samanta – le dije.
Yo la contemplaba se veía muy linda desnuda, mi polla palpitaba de la excitación, la tenia bien dura, deseaba penetrarla lo más rápido posible, para disfrutar todo su cuerpo, Samanta se agacho enfrente de mí y comenzó a jugar con mi tranca, la sujeto como si fuese un palo y me masturbaba rico, luego acerco su boca y saco su lengua y me la paso desde abajo hacia arriba, yo deliraba del placer, cerré mis ojos cada vez que me daba lengüetazos largos para controlar mi erección.
- Qué rica polla tienes papito, envidio a tu novia – me dijo Samanta.
- Y tú la chupas como toda una puta, que delicia – le dije.
Como que mis palabras la calentaban aun más, porque me sonreía y se esmeraba más en chupármela, actuaba como toda una puta, ella jugaba con mi dura tranca, tardaba en metérsela en su boca, hasta que después empezó a darme una mamada monumental, mi polla desaparecía dentro su boca, la muy putica se la tragaba toda, su cabeza se movía en forma de vaivén, de vez en cuando se la sacaba toda y me observaba y me sonreía maliciosamente.
- Que rico como me la comes, eres toda una putica Samanta – le dije.
Ella seguía chupando mi pija como toda una experta, estuvo un buen rato comiéndome mi tranca, luego le saque mi polla de su boca y me metí en uno de los privados, baje la tapa y me senté sobre la taza.
- Levántate del suelo perra y siéntate aquí putica – le ordene.
Samanta obedeció como toda una niña buena, se incorporo rápidamente, se coloco en frente de mí dándome la espalda y abrió sus piernas todo lo que pudo, al mismo tiempo se sujetaba con sus manos de las paredes, yo la tome con una de mis manos por la cintura y con la otra mano me agarraba la polla para dirigirla a la entrada de su vagina, ella se fue sentando lentamente, cuando sentí que la entrada de su vagina toco la punta de mi polla se la restregué de arriba hacia abajo por sus labios vaginales, el cuerpo de Samanta se estremecía de una forma muy sensual, hasta que de un solo golpe se sentó sobre mi polla, sentí como mi tranca desaparecía dentro de su vagina, el gustazo que sentía era increíble, tenía un coño bastante estrechito.
- AAAAAAAAAAAHAAAHHHHHHHH que delicia – gemía Samanta.
Ella empezó a cabalgar sobre mi tranca bien dura, disfrutaba ver como desaparecía en su rico chochito, era increíble aquello, entraba con tanta facilidad, Samanta estaba tan cachonda y tan mojada que le entraba toda, yo le apretujaba las tetas mientras ella subía y bajaba penetrándose por sí sola, sudábamos como locos, ella volteo su cabeza hacia atrás y nos besábamos muy excitados.
- Que rico me follas papito, sigue así – me decía Samanta.
Yo la tocaba por todo el cuerpo, le pellizcaba sus pezones mientras me la follaba, estábamos muy excitados follando en el aquel sanitario de damas, de pronto note como Samanta volvía a sacudirse para volver a tener otro orgasmo.
- OOOOOOOOHHH AH OOOOOOOOOHHH – gimió ella.
De pronto de haber tenido su orgasmo se levanto un poco exhausta, yo me levante junto con ella y la hice sentar arriba de los lavados, comencé a jugar con sus ricas tetas, se las estrujaba con mis manos, las lamia y se las pellizcaba, después de jugar un buen rato con sus tetas se la clave de golpe, volví a embestirla pero esta vez se la clavaba más fuerte.
- Dios pero que placer papito – me dijo.
Yo seguía con mis embestidas contra la vagina de esa chiquilla.
- Chica tu noviecito sí que sabe follar, que envidia te tengo, AAAHH AHH – dijo Samanta.
Al escuchar sus palabras gire mi cabeza, me quede inmóvil al ver a mi novia parada en la entrada de los sanitarios, Samanta me besaba por el cuello y me rodeo con sus piernas por mi espalda y me empujo contra ella para que la siga follando, al ver que mi novia no se movía, no sé porque no le di mucha importancia, más bien verla ahí de pie viéndonos me calentó mas y seguí penetrando la vagina de aquella zorra.
- No pares, no pares papito, dame más duro – me dijo Samanta.
Yo no pude aguantar más y me corrí dentro de la vagina de aquella chiquilla putona, le llene su vagina de mi semen calentito, saque rápidamente mi polla de su coño y comencé a masturbarme para botar mis últimos chorros en sus tetas y vientre.
Termine de follarmela, los dos estábamos bastante agotados, mi polla se puso flácida, voltee hacia la entrada de los sanitarios y me lleve la sorpresa de que mi novia permanecía allí, no se había movido, iba a acercarme para hablar con mi novia y explicarle lo inexplicable, pero Samanta me sujeto del brazo y me lo impidió y se arrodillo enfrente de mí para meterse mi polla en la boca.
- La polla de tu novio me gusta, esta de un rica cabrona, se la voy a poner dura otra vez para que me estrene mi culito y veas como lo hace en tu cara de estúpida – le dijo Samanta a mi novia.
Al escuchar sus palabras me excito de nuevo, logrando ponerse mi polla bien dura dentro de la boca de Samanta, ella al ver que mi tranca estaba tiesa se arrodillo en el suelo y me pidió que le diera por el culo, yo me arrodille detrás de ella y me escupí mi polla, también le escupí la entrada de su ano para restregarle mi saliva por su cerradito culito con mi dedo.
Coloque la punta de mi polla en la entrada de su ano y empecé a taladrarle suavemente su culito, lo tenía bien cerradito me costó meterle la cabecita de mi tranca, una vez que le metí la punta de mi polla me fui abriendo espacio dentro de su cerrado culo. La muy putica de Samanta chillaba del dolor, pero poco a poco se la fui introduciendo, note como se resbalaban por sus mejillas un par de lágrimas, ella gemía del dolor, mi novia veía y escuchaba muy atenta a todo.
- Relájate un poco más, ahora vas a ver cómo te la meto toda en ese hermoso culito – le dije.
La sujete fuertemente del cabello y de un empujón se la clave toda a esa perra, Samanta se desvanecía en aquel piso, apenas podía estar inclinada, estuve un par de minutos dentro de su culito sin moverme, hasta que ella se arqueo sola nuevamente.
- Sigue papito, rómpeme el culo, mirad a tu novio como me folla pendeja – decía Samanta.
Yo seguía sus instrucciones y comencé a embestirla mientras le jalaba sus cabellos, me estaba follando a esa chiquilla de lo lindo, ella gemía fuertemente para que mi novia escuchase lo bien que la estaba pasando conmigo, insultaba a mi novia, era increíble lo excitada que estaba la perra esa, pude ver como mi novia se tocaba su entre pierna yo no aguante mas y me corrí dentro de su culo, mis piernas no daban mas y caí encima de Samanta todo sudoroso.
Nos quedamos tirados un par de minutos en aquel sanitario de damas, me levante y me coloque mi ropa, antes abrocharme el pantalón me dieron ganas de orinar, iba a entrar a un privado pero Samanta tirada en el piso me dijo que le limpiara con mi orina, yo no dude en hacerlo y le eche mi orina por todo su cuerpo.
Después de haber recibido mi orina se levanto y agarro un pote vacio que había allí y se limpio lo mas que pudo, se coloco su vestido sobre su sucio cuerpo, una vez que estábamos listo los tres salimos de aquel sanitario, Samanta me dejo su tanguita con su número de teléfono en el bolsillo de su pantalón y se desapareció entre la multitud.
Yo me fui con mi novia a casa el cual ninguno de los dos dijo ni una palabra en todo el trayecto.