Folle con un vagabundo para salvar mi tesis

En eso escucho una voz rasposa, algo afónica que me dice: “Hola cosita rica, mmm que bien hueles, haremos una cosa tú me darás todas tus cositas y yo te dejare ir, ¿Qué te parece?”

ESTE ES MI PRIMER RELATO, ME LLEVO MUCHO TIEMPO DECIDIRME A ESCRIBIRLO Y AUN MÁS A ENVIARLO

ESPERO Y LES GUSTE.. .

Una chica sale tarde de clases en la universidad, no se imagina lo que tendra que hacer esa noche para salvar su tesis, algo que ni ella misma creeria que podria causarle tanto placer.

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Otra vez salía tarde de la universidad; mis padres me matarían si pierdo el autobús, pero que hacerle si el profe a último minuto quiso adelantar tema solo porque el muy desgraciado tenía que salir de la ciudad a que sabe qué. Lo más seguro es que como siempre se iba a ir a poner pedo con sus amigos, como si una no viera las fotografías que sube a sus redes sociales, maldito perro como él tiene coche y no tiene que espera el transporte para llegar a su casa, lo peor es este clima, con el aire que está haciendo y tener que caminar por una calle oscura y solitaria, ¡Dios! corriendo el peligro de que me pase algo, lástima que Charlie no vino a clases, él siempre me da ratie a mi casa, no le cuesta nada somos vecinos; aun no puedo creer que sea guey, con lo papi que esta es una reverenda lastima.

De repente escucho pasos detrás de mí, demonios me da un terror voltear a ver que es, porque si es un ladrón me robaría mi laptop y eso no puede pasar, ahí tengo todos mis trabajos, mi tesis que tanto me ha costado realizar y estoy a una nada para terminarla. Pero por otra parte si es otro estudiante me sentiré como estúpida al momento que mire mi cara de pánico.

De un momento a otro, justo al pasar a lado de un callejón, siento que alguien me toma del brazo y me jala hacia las profundidades de la oscuridad; no me da tiempo de gritar, en menos de un segundo siento que una mano callosa y maloliente me cubre la boca y una parte de la nariz, casi no puedo respirar. Siento que me estrello contra una barda, aprieto con todas mis fuerzas mi maletín, pone una mano en mi espalda baja, justo antes de que empiecen mis nalgas, siento su aliento en mi oreja y parte de mi mejilla.

En eso escucho una voz rasposa, algo afónica que me dice: “Hola cosita rica, mmm que bien hueles, haremos una cosa tú me darás todas tus cositas y yo te dejare ir, ¿Qué te parece?”

Yo comienzo a temblar, siento mis ojos arder, trato de balbucear una respuesta pero no puedo, lo único  que hago es hacer un movimiento negativo con mi cabeza. Sé que tal vez no me entiendas, pero cuando le has invertido 4 años de tu vida a un trabajo tan importante no puedes simplemente rendirte de buenas a primeras y dejar que un maldito vagabundo te lo arrebate.

Recarga su cabeza a un lado de mi cien y puedo calcular que es bastante más alto que yo, de su garganta sale una risa que no sé cómo interpretar.

“¿Crees  que tienes alguna maldita oportunidad de salir de esta zorra?”

Trato de relajar mi cuerpo, vamos que no he tomado cursos de psicología para dejarme manejar por un imbécil, supongo que al relajar mi cuerpo y darse cuenta que no trato de forcejear me hace ganar terreno, porque el deja de presionar mi boca con su mano, no la retira por completo, pero por lo menos ahora puedo articular palabras. Así que no pierdo mí tiempo y antes de pensarlo le suelto:

“Podemos hacer otro tipo de cambio”

Pasa un tiempo en total silencio, considerando mi propuesta.

“¿Qué tipo de cambio?”

Yo sonrío por dentro, este ya lo tengo bien tomado. Mira para que me entiendas yo no soy una chica común y corriente, gracias a la genética de mi familia fui brindada por unas nalgas muy notables, alzaditas, redondas, esas que cuando las miras te dan ganas de enterrar tu cara en ellas y morderlas, a eso súmale que tengo mi cintura bastante marcada, sobre todo por las tremendas caderas que poseo, unas piernas carnosas pero de piel fina, unos pechos medianos pero levantaditos, con unos pezones pequeños con un todo rojo quemado, vamos una delicia o por lo menos eso es lo que siempre me dicen en la calle.

“Puedo hacerte un favor y tú me haces otro a mi…”

Meneo mi culo y le rozo la polla, dejo mi trasero paradito y siento como se va poniendo duro, no sé por qué pero me comienzo a sentir calientita, hago movimientos lentos y de su pantalón se siente una polla que me empieza a asustar, no se cabra en mí, soy algo estrecha. El maldito perro suelta un gemido y la mano que mantenía cerca de mi boca va bajando poco a poco, va recorriendo mi garganta, va justo arriba de mis tetas y estoy malditamente segura que ha de sentir mi corazón a mil, Dios solo espero que piense que es por miedo y no por la puta calentura que me está dando esto. Su mano llega a una de mis tetas, como traigo un suéter ligero estoy segura que puede sentir mi pezón paradito.

“Esto es lo que quieres putita, eeeh! Quieres que te coja como la perra que parece que eres a cambio de que no me lleve tus cosas?”

Dios no puede ser que un callejero como él me esté poniendo como una perra en celo, más  con esa forma de hablarme, me estoy dejando llevar por las ganas de follar, está bien que tenga más de un año sin una polla dentro de mi conchita, pero, ¿en serio, con un vagabundo? De mi garganta no sale más que un gemido al sentir como comienza a imitar estarme follando desde atrás y sentir su verga tan grande clavarse entre mis nalgas.

“Haremos el trato putita, te la meteré como la cochina zorra que eres, te daré polla por la boca, por el culo y me vendré dentro de tu conchita, ¿te parece justo el trato?

De lo caliente que estoy mejor ni me lo pienso y le digo que pero de ya.

“Si, cógeme, métemela por donde se te antoje, lléname de tu lechita calientita que nunca en mi vida me había sentido más puta que ahorita”

El comienza a masajear con una mano mis pechos y la otra la recorre a hacia el frente, a mi vagina y por encima de la ropa comienza a frotarme en lo que sus labios se entretienen con mi cuello. Mierda siento que mis piernas no podrán sostenerme, nunca pensé que pasaría esto, yo una niña de casa, bien portada, nada noviera ahora entregada a los deseos de un perro sin hogar que hasta hace un momento solo quería robar mis pertenencias.

Sus dedos desabrochan el botón de mis jeans y baja el cierre, mete una mano y me acaricia por encima de mis braguitas.

“Oh maldita putita pero mira lo mojada que tienes ya tus braguitas, ves como un perro vagabundo como yo te pone como perra en celo? Mmmm quieres que te la meta verdad, pero primero tu princesa me las vas a mamar, pero quiero que sea la mejor puta mamada que hayas dado en tu vida de mierda, ¿entendiste?”

“Si, sí, yo te la mamare, te daré la mejor mamada de la puta historia, pero prométeme que me la meterás, dale a esta perra su ración de carne y hueso”

Me volteo y por la poca luz que hay no puedo verle la cara, pero la verdad me importa una mierda su puta cara, solo quiero meterme ese trozo de carne en mi boca y sentir lo dura y calientita que esta por mí, así que ni me la pienso y me pongo de rodillas, le desato el nudo del cordón que sostiene sus pantalones mugrosos, se los bajo con todo y todo, llevada por el hambre que tengo de comerme su polla, en eso se asoma ante una tremenda tranca tan grande y gruesa que instintivamente gimo y me estremezco solo de imaginarla dentro de mi conchita.

Saco de mi bolso mi botella de agua, gracias Dios por hacerme una adicta al agua, se la enjuago y al mismo tiempo lo voy masturbando, lo siento caliente, tan grueso, tan largo, mierda ya no puedo más la necesito dentro de mi boquita carnosita.

Mmmmm , mierda santa que cosa más rica, esta tan caliente, sabe tan dulce, si me la quiero tragar entera; supongo que lo he de estar haciendo  muy bien porque lo escucho gemir, se la mamo y al mismo tiempo lo meneo con mi mano, la saco de mi boca pero sin dejar de masturbarlo le lamo los huevos y me los meto como puedo  a la boca, están tan hinchados, de seguro llenos de lechita para mí. Paso mi lengua por entre sus huevos y voy bajando justo a ese lugar que queda entre sus huevos y su culo, lo siento estremecerse y no sabes el placer que me invade, me siento como poseída, quiero que se dé cuenta que en su puta vida encontrara a una mujer como yo, que ninguna fulana por más guarra que sea lo devorará como yo; regreso a su polla y se la sigo mamando, despacio, despacio y luego rápido, hasta el fondo de mi garganta, nunca pensé que me cupiera tanta, pero eso está bien, entonces no tendré problemas al metérmela en mi conchita.

Me toma del cabello, lo siento todo loco, me jata y me levanta estampándome otra vez contra la barda, acerca su boca a la mía y siento su aliento jadeante contra mi cara.

“Mierda, la puta madre que te pario, nena te la comes como ninguna, estuve a punto de venirme en esa garganta tan caliente que tienes, pero no, ni creas que con solo una mamada te vas a librar de mí, ahora sigue tu culito, ¿quieres que te folle por el culito putita?”

“Hijo de puta dame por donde quieras pero dame, que ya no aguanto más estoy chorreando como nunca

Mierda, me besa y no cualquier beso, un beso con lengua, mordida y todo; con mis manos le tomo la cabeza y lo empujo más hacia mí, es el beso más caliente que me han dado.

“Putita tu estas hecha para mi”

En eso me voltea y otra vez estoy de frente a la barda, me baja los pantalones con todo y bragas, me acaricia las nalgas, me da unos pequeños azotes y me las estruje.

“Oh! Dios es muy bueno conmigo, pero mira nada más las nalgotas que me voy a tragar”

Se agacha detrás de mí y comienza a besar y morder mis nalgas, con sus manos abre mis cachetes y lo siento justo ahí, en mi ano, ohh jodido demonio en mi vida me habían besado el culo, se siente tan jodidamente bien que me siento mojar aún más, comienza a meter un dedo dentro, luego dos, luego tres putos dedos metidos en mi culo y yo no puedo dejar de gemir como la puta que me estoy enterando que soy y no me importa.

“Putita estas lista para recibir mi polla? Ni para que pregunto si mira te caben tres dedos y sigues gimiendo”

Saca los dedos y siento como mete la punta de la polla, hijo de puta que mierda de delicia, va poco a poco y yo me siento de puta madre, no puedo parar de gemir, mierda si supieras lo bien se siente estarías igual que yo. De repente me la deja ir todo y yo me siento tan llena comienza a follarme como un perro a su perra, y así me siento como una perra deseosa.

“Perrita vamos a darte por la concha que no creo durar mucho más y me quiero venir dentro de ti”

Me la saca y así volteada me hace arrodillarme, y me la mete por mi conchita, estoy tan mojada que solo se escucha el chapoteo de nuestros sexos al unirse, tengo tanto calor, siento que me voy a quemar, ya no siento el  aire ni el frio solo  su deliciosa polla entrando y saliendo de mí,

“HIJO DE PUTA! YA NO PUEDO MÁS!”

Y la mierda de todas las mierdas me vengo como nunca en mi vida, él lo siente, siente como mi vagina comienza a tragarse su polla como si de mamar se tratara y se corre dentro de mí, me la mete hasta el fondo y deja ir todo su semen y lo siento calientito llenarme. Después de unos minutos se levanta y me dice:

“Vamos puta que tu pase ya está pagado, y vaya que si no está más que pagado”

Y se va, me deja en ese callejón sucio, oscuro con mi concha rebosando de jugos y semen mezclados, tirada en el suelo, tan malditamente satisfecha que ni yo me la creo, pero eso si con mi laptop y mis cosas.

Logre salvar mi investigación, conseguí un orgasmo de gusto, si acaso lo único que perdí fue al perro autobús.