Follaté a mi marido

Una fiesta termina de la forma más inesperada para un marido con muchas inquietudes.

FOLLATÉ A MI MARIDO

La fiesta de celebración de la boda de nuestros amigos era de las que dan que hablar durante varios años. Los novios habían alquilado un complejo rural para toda la familia más cercana y para los amigos un hotelito a unos pocos kilómetros de distancia del complejo. Nosotros estábamos alojados allí junto con otras parejas y personas, no conocíamos a nadie excepto a los novios y enseguida nos hicimos amigos de los demás, muchas risas, buena conversación crearon un ambiente muy agradable.

Entre los invitados teníamos de vecino a un chico de unos 30 años que iba solo y que era amigo de la novia, lo conocimos en el ascensor cuando nos disponíamos a ir al complejo rural y teníamos los coches uno al lado del otro en el parking, nos dijo que él no bebía nada y que si queríamos podíamos ir con el sin ningún problema, los dos como nos gusta bebernos alguna copa nos miramos y dijimos al unisonó que sí.

La verdad es que Tony era muy agradable y amistoso de esa clase de personas que caen bien a todo el mundo, en la boda tanto él como nosotros no conocíamos a nadie así que en principio estuvimos los tres juntos, en una de las conversaciones  nos comentó que estaba solo porque hacía unos meses lo había dejado con su novio, cosa que me sorprendió porque no hubiera dicho que era gay ni de lejos.

Como decía la fiesta fue de menos a más y todo fueron bailes, chistes, bromas y demás, pero después de todo el día a toda marcha y con un par de copillas de más decidimos irnos al hotel y claro volvimos en el coche con Tony. Yo me senté delante con Tony y mi mujer detrás, la verdad es que iba bastante más contenta que yo y mis ojos se abrieron como platos cuando sin más le suelta a Tony: - Tienes condones en la habitación?.

Mi cara era un poema y me volví preguntándole qué decía. Y pasándole el brazo por el pecho le dijo con voz muy melosa en la oreja – Me gustaría que te follaras a mi marido.

La mosca que llevaba se me pasó de repente y me puse colorado como un tomate, Tony sonrió y poniéndome una mano sobre la pierna le respondió:- No sé lo que pensará tu marido pero esto no dice lo contrario. Dijo pasando suavemente su mano por mi abultado paquete.

Mi mujer se volvió hacia mi oreja y me dijo:- Siempre has querido que te follara un tío no? Pues aquí tienes tu oportunidad, yo no me voy a pederr detalle así que disfrútala al máximo porque conmigo no se volverá a repetir.

Llegamos a la habitación y Tony fue a recoger los condones a su cuarto, mi mujer mientras tanto me mandó a que me duchara. O con unos nervios exagerados me metí en la ducha con la polla como un cacahuete, en ese momento no me veía capaz de hacerlo pero justo en ese momento la mampara se abrió y Tony entró conmigo en la ducha, era un autentico adonis, alto, muy moreno, totalmente depilado, muy musculado y entre las piernas le colgaba un instrumento realmente grande. Yo soy un tío bastante normal y no hago deporte habitualmente, a su lado me dejaba a la altura del barro.

Tony suavemente me dio la vuelta y me puso de espaldas, en mis nalgas noté como su polla me daba pequeños roces, sus manos llenas de jabón empezaron a masajear mi pecho y su boca me daba pequeños besos en mis hombros. Me dejé llevar y noté como mi polla comenzó a reaccionar, su polla totalmente erecta se colocó entre mis glúteos y una de sus manos agarró mi polla que me empezó a masturbar. Estaba en la gloria y mis caderas se movían instintivamente como queriendo enfocar la punta de su rabo en el interior de mis muslos.

Me había olvidado totalmente de mi mujer a la cual intuí entre el vapor del baño y la mampara sentada sobre el lavabo totalmente desnuda masturbándose.

En eso me volví hacía Tony, nuestras pollas duras como una piedra chocaron como si brindaran y en ese momento le besé, nunca hubiera pensado en hacerlo pero la delicadeza con la que me estaba tratando me quitó inhibiciones.

Nos besamos apasionadamente durante un rato mientras nuestras manos jabonosas recorrían mutuamente nuestros cuerpos.

Salimos de las duchas totalmente empalmados y mi mujer nos esperaba con una toalla, no perdió la oportunidad y se puso a secar a Tony mientras yo me secaba solo.

-No te aproveches tanto que es gay y me has dicho que hoy es solo para mí, le dije sonriendo.

-Como voy a perder la oportunidad de sobar semejante cuerpo, una no es de piedra, dijo agarrando su enorme polla por la base, - toma comete esta fruta ya o te la quito.

Allí mismo me arrodillé en la alfombra, agarré suavemente aquella preciosidad y me la metí en la boca, mi lengua la humedeció de la punta  a la base, mis labios rodearon aquel  enorme capullo e intenté por varias veces que me entrara entera en la boca, Tony agarró mi cabeza y acompaño mi ir y venir por su enorme miembro mientras jadeaba y disfrutaba de la que era mi primera mamada a un tío.

Me cogió de la mano y me llevó a la cama mientras mi mujer se sentaba en la butaca de la habitación totalmente abierta de piernas y totalmente mojada, su coñito chorreaba  flujo y su mirada era de autentica zorra, estaba disfrutando y eso a mí me hacía sentir mucho más cómodo.

Tony me tumbó en la cama y se colocó para hacer un 69 conmigo, nos ladeamos sobre un costado y nuestras bocas abrazaron nuestra respectivas pollas a la vez, nuestras lenguas jugaban con nuestro capullos, huevos y de vez en cuando se adentraban en la zona interior de nuestro muslos, yo seguía un poco las acciones que Tony hacía, durante un buen rato estuvo lamiendo con gran maestría mi ano el cual yo mismo notaba como se iba dilatando suavemente al paso de la punta de la hábil lengua de Tony.

Con el rabilo del ojo vi a mi mujer en pleno frenesí con un dedo en el clítoris y con otro de la otra mano bajo sus muslos en el culo, estaba frenética la cachonda de ella.

Yo me dejaba hacer y en eso Tony se incorporó y cogió un condón, yo estaba bocarriba, Tony me levantó las piernas y se acercó a mí clocándolas sobre sus hombros.

-Tranquilo, te lo voy a hacer muy despacio. En eso mi mujer se acercó a nosotros y con un bote de lubricante en la mano se lo echó sobre la palma de la mano y embadurnó la polla de Tony y mi agujero, se quedó allí junto a nosotros no queriendo perderse nada de lo que iba a suceder.

Tony apoyó la punta de su polla sobre mi esfínter y muy despacio empezó a empujar, noté como cada centímetro de aquella enorme polla iba abriéndose paso en mi apretado agujero, mi boca se abría como queriendo que otra del mismo tamaño me follara la boca, mis gemidos tendrían que estarse oyendo por todo el hotel y en eso noté la cadera de Tony chocar contra mis muslos. Paró de moverse y me pidió que me relajara, lentamente empezó a salir y entrar suavemente dentro de mi culo, sus embestidas cada vez eran más rápidas y yo notaba como sus testículo chocaban contra mis glúteos, la follada eran tremendamente profunda, yo notaba en la boca del estomago la punta de la polla.

Tony con mis piernas arriba a garró mi polla y como si de la suya se tratase la empezó a masturbar mientras seguía follándome el culo. Sus embestidas cada vez eran más intensas y mi polla estaba a punto de estallar. En eso me corrí intensamente los chorros de semen que salieron de mi polla me llegaron a la cara y el pecho y la guarra de mi mujer, que no había perdido detalle se agacho y comenzó a lamerlos como nunca lo había hecho, incluso mi polla recién corrida la limpió con su lengua, con toda mi lefa en la boca me besó y compartimos mi corrida justo en el momento que noté como la polla de Tony se hinchaba más dentro de mi culo y se corría mientras me empotraba contra la cama.

Nos quedamos los tres abrazados, gimiendo y acariciándonos mientras la polla de Tony siguió dentro de mi culo durante un buen rato. Nos despedimos de Tony por la mañana y le agradecimos la noche tan buena que nos había dado con una mamada matutina a dos bocas, los dos compartimos como dos autenticas lobas su polla y la leche que le quedó después de la follada tan buena que tuvimos.