Follar en el chat

Después de pasar una tarde aburridísima decidí meterme a chatear, uno de mis hobbies es poner a los tíos cachondos.

Después de pasar una tarde aburridísima decidí meterme a chatear, uno de mis hobbies es poner a los tíos cachondos a través del chat, me lo paso de lo lindo. Pasado un rato, uno de los tíos con los que hablaba me dice que esta en una casa con más amigos y que me pase por ahí, en un principio le sigo el rollo de coña, y resulta que el lugar estaba a no más de 15 minutos de mi casa.

En ese momento no se me pasaba por la cabeza acercarme allí, pero le pedí la dirección, entonces era la 1 de la madrugada, apague el ordenador y me puse a ver la tele. No podía pensar en otra cosa, la idea de estar en una casa a disposición de una pandilla de salidos me ponía a cien, estuve un rato imaginando que pasaría si me acercase por allí, en el fondo deseaba ir pero tenía miedo de lo que me pudiese pasar. Por alguna razón decidí vestirme y arreglarme, solo por si acaso, cada vez me armaba más de valor y pensaba en lo inolvidable que podría ser aquella experiencia. Cuando estuve preparada pensé que ya que lo había hecho tendría que salir, la calle estaba desierta el miedo crecía dentro de mi pero algo me obligaba a seguir, no tarde mucho en llegar al portal, serian las 2 pasadas.

Allí estaba, delante del portal pero sin valor para llamar, pase un par de minutos sin decidirme, pero sucedió lo inevitable, fue como si la parte mas puta de mi tomara control de mi cuerpo. A los 5 segundos contestaron: - ¿Quién es?

-         Soy Silvia, la del chat - Respondí yo.

Pasaron 10 segundos y se abrió el portal, la voz me dijo que subiese, y así hice.

Llegue al segundo piso, y en la puerta me esperaba un joven de unos 19 años, el cual además de ser el dueño de la casa era con el que había hablado a través de el chat. Me presente a todos, en total eran cinco y todos tendrían la misma edad, todos tenían expresiones de incredulidad, no se imaginaban que me presentaría allí, pero a la vez estoy segura de que en el fondo pensaban que habían sido muy afortunados, como si les hubiese tocado la lotería, y pronto empezaron a mirarme con lujuria. Yo tengo casi 18 años, no llego por un par de meses, no soy muy alta pero, tengo un buen cuerpo y no me cuesta conseguir rollos, no había follado desde la semana santa con mi novio del pueblo, desde el verano pasado nos dedicamos a follar como conejos cada vez que nos vemos, de ahí que estuviese tan salida.

La fiesta que tenían montada era sencilla, un poco de alcohol y porros, además el salón era bastante grande y cabíamos todos. Me ofrecieron algo, que yo acepte de buen gusto, estuvimos hablando un rato, y yo me relajé bastante, por un momento tuve la impresión de que intentaban emborracharme, en el fondo pensé que no lo necesitarían para cumplir sus propósitos y rechacé la bebida.

Pasado un rato de hablar y escuchar música cogí el mando y me puse a hacer zapping, estaban echando una peli porno en la tele, cuando pasé, los tres chicos que estaban sentados en el sofá conmigo me pidieron a gritos que volviese atrás, así que les hice caso, el ver un rato la peli porno nos puso más cachondos de lo que estábamos, hasta que se me ocurrió hablar.

-         Lo que pasa es que tenéis envidia de el actor, seguro que no la tenéis tan grande como él.

-         Ja, ¿cómo que no? – me respondió uno – ¿Que me das si la tengo más grande que él?

-         Pss, ¿qué quieres que te de yo? – dije bromeando

-         Mmm, quiero que me hagas una mamada

Ni siquiera respondí si o no a la proposición, rápidamente se bajó el pantalón y la ropa interior dejando su polla erecta al aire, yo estaba paralizada, puse cara de asombro, no por el tamaño del miembro, sino por la rápida acción del chico.

-         Hombreee, no es tan grande como la del actor, pero es bastante grande. – le dije yo

-         Entonces... –y rápidamente saltó otro – Yo también quiero! – y se bajó los pantalones, el otro siguió al segundo y en un momento estaba yo sentada en el sofá y enfrente mía y de pies tres tíos con los pantalones bajados, los rabos de los otros dos eran también grandes, aunque no tanto como el del primero, los tres superaban a el único hombre con el que había follado, no podía resistirme

-         Uff, estáis bien dotados los tres – les dije mientras les miraba como una niña golosa.

-         Vamos a una habitación - dijo uno – me cogió del brazo, y yo sin resistirme le acompañé, los otros dos venían detrás.

Los otros dos desafortunados estaban en otra habitación con el ordenador, uno fue a avisarle de que no molestaran. Me llevaron a una cama de matrimonio, quitó la colcha y me arrojó violentamente sobre ella. Ya estaban los tres dentro y se iban quitando la ropa, yo estaba a mil.

Terminaron y uno se dirigió a mi: -Te quitas la ropa o es que te tenemos que ayudar. – Pero... – dije yo. –Ni peros ni nada – me replicó, y se acercó a mi ponindome la polla en la cara. Venga, hazme una mamada.

Yo estaba sorprendida, los chicos amables con los que hablaba antes se habían convertido en cerdos machistas y me trataban como una puta, que en realidad es lo que era, pues ¿a que había ido sino allí?. Tuve un poco de miedo por un momento por lo que me pudiera pasar, pero en el fondo me sentía más excitada por la situación, mis bragas estaban ya muy húmedas.

Decidí dejarme llevar y aparte los ojos de su cara y miré de nuevo a su grandioso rabo, sin pensármelo más lo agarré y empecé a mamarlo gloriosamente. La sensación de placer que recorrió mi cuerpo en aquel instante fue increíble, es mentira lo que se suele decir de que solo disfrutan los hombres cuando le hacen una felación, pues yo disfrutaba como un cerda y gemía en mis adentros.

Los otros dos empezaron a sobarme por todos lados, aquello me ponía más a cien, intentaban todo tipo de artimañas para quitarme la ropa, pero debían de ser demasiado torpes, así que paré por un minuto y me desnudé completamente, y rápidamente volví ansiosa a la tarea que me llamaba. Se la estaba mamando divinamente, el tío me llamaba de todo, aquello me gustaba cada vez más. Los otros después de manosearme los pechos y el cuerpo entero decidieron hábilmente pasar a algo mayor, así que uno abrió mis piernas y empezó a comerme el coño, con el primer lenguetazo creí que me moría del placer, además noté que la polla que tenia en mi boca estaba apunto de explotar, él me avisó y la saqué de mi boca, su corrida fue tremenda, llegó hasta la pared.

Ahora podía gemir libremente, yo estaba apunto de estallar también, y sin poder predecirlo me vino un orgasmo espectacular, me corrí en la cara del que me comía el coño. Se levanto, limpiándose un poco, no le había sentado nada bien. Será puta – dijo – ahora me la vas a comer y no la vas a sacar hasta que te hayas tragado toda mi leche.

No tenia otra opción, además tenia muchas mas ganas de marcha, asi que le agarre bien en miembro y me lo metí en la boca. Los otros dos se habían apartado un poco y observaban la escena, el tío me agarró fuertemente del pelo y empezó a menear mi cabeza, la verdad es que me hacia allgo de daño, pero no me importaba. Paró por un momento y pude deleitarme con su rabo, pero pronto volvió a agarrarme y esta vez empujaba mi cabeza más violentamente, se notaba que estaba cerca de correrse y yo estaba casi ahogándome con su rabo. Cuando definitivamente se corrió una enorme cantidad de su leche chocaba y bajaba por mi garganta, casi me desmayo en ese momento, no pude saborear ni una gota de su semen, me lo tragué todo.

Les suplique algo de beber, pues tenia la boca algo seca, el que faltaba se ofreció, pero con la condición de correrse dentro de mi boca también, así que se repitió de nuevo la escena, aunque este no me trató tan bruscamente y pude disfrutar más y a la hora de correrse lo hizo desde fuera, apuntando a mi boca, la cual recibió gran parte de su líquido que pude saborear, aunque no fue completamente preciso y me mancho la cara, con ayuda de mis manos todo acabo en mi boca.

-         Bueno, ahora te tendremos que follar – dijo el primero. En ese momento me di cuenta de que algo se me habia olvidado, los condones, pero para fortuna de todos el anfitrión tenia una caja

-         Oh, si por favor, follarme ya – respondí como una perra. Necesitaba ser penetrada ya, estaba increíblemente cachonda.

Así que me el primero me hizo que le pusiese un condón, me empujó sobre la cama y abrió mis piernas, yo le pedía que no se demorase más, que entrase en acción. Así que me la metió hasta el fondo y empezó a follarme, lentamente al principio y subiendo el ritmo, como mandan los cánones, yo gemía como una puta y pronto tuve un orgasmo. Cambiamos de posición, me puso a cuatro patas y comenzó a embestirme, para entonces, uno se había dado cuenta de que mi boca estaba libre, y se acercó para que se la mamase mientras que el otro me seguía follando, era la primera vez que lo hacia con más de un hombre a la vez, pero siempre había sido una de mis fantasías.

El que me follaba acabo por correrse, y sin cambiar de postura, al que se la estaba mamando se puso un condón y paso a metermela, y el que estaba libre puso su rabo a mi disposición, yo no me podía negar a nada, así que se la chupé igualmente. De vez en cuando lo dejaba para gemir libremente. De nuevo cambiamos de posición, ahora yo me coloque encima y botaba como una cerda, mientras el otro se puso de pie sobre la cama para que pudiese seguir chupándosela, yo seguía disfrutando de lo lindo, y el que me estaba penetrando se corrió, así que de nuevo cambiaron los papeles, pero esta vez solo me follaba uno. Este último era más duro de pelar, probamos varias posturas, pero tardó un buen rato en correrse, yo tuve dos orgasmos por lo menos.

Para entonces yo ya estaba más que satisfecha. - Ha estado bien – les dije. Pero para sorpresa mía aun querían más.

-         Todavía no te hemos dado por el culo, cerda. – Me dijo uno.

-         No por ahí no, nunca me lo han hecho por detrás – le respondí.

La verdad es que la idea me parecía repulsiva, me lo habían propuesto un par de veces, pero yo me había negado rotundamente. Claro que estos parecían no aceptar un no por respuesta, y a la vez la curiosidad de probar algo nuevo me invadía, al final acabe accediendo.

Así que uno empezó a lubrificarme y a ir metiendo los dedos para que mi pequeño agujero se fuera dilatando, por ahora me parecía agradable, pero una vez que creyó que estaba lista se dispuso y me la metió de un golpe, el dolor que sentí en ese instante fue increíble, pero el dolor se fue disipando y cada vez sentía más placer. Cada vez mi agujerito se hacia más grande y los gritos de dolor se convirtieron en gritos de placer, mi culo estaba al rojo vivo, creía que me iba a estallar, cada vez aceleraba más el ritmo, mientras que los otros dos nos observaban. Para mi sorpresa el que me sodomizaba se dirigió a los otros... – ¿A que esperáis? Vamos a joderla los tres a la vez. Sus palabras me excitaron muchísimo, un escalofrió recorrió mi cuerpo.

Rápidamente se situaron en posición, uno se colocó debajo mía y me senté sobre su polla, mientras que el mismo seguía dándome por culo, el otro hizo que se la mamase a duras penas. Me sentía llena por todas partes. Los tres se fueron turnando de posiciones, así hasta que todos me habían dado por el culo un buen rato, yo disfrutaba inimaginablemente, tenia tres rabos para mi sola, y tuve un par de orgasmos más.

Según iban terminando se iban corriendo sobre mi, cuando ya lo habían hecho todos uno saltó... – Bueno, ahora les toca a los otros dos, ¿no?. Yo estaba cansadísima y no tenia fuerzas para follar ilimitadamente, así que les suplique que me dejaran ducharme y dormir, y por una vez ellos accedieron. Mientras me duchaba escondieron mi ropa, así que no me quedó otro remedio que dormir en bolas.

Al día siguiente, cuando desperté, no podía creer lo que había hecho, además ahora tenia mucha vergüenza, me quedé un rato despierta meditando sobre todo lo que había pasado y fui perdiendo el miedo, asi que me levanté definitivamente, los otros cinco ya estaban despiertos. Fui hacia donde estaban ellos y les dije – bueno, ¿qué hay para desayunar? – uno me respondió – Para ti, rabo, además estos dos no disfrutaron ayer de ti, cerda.

Lo tenían preparado para que les hiciese una ronda de mamadas en cuando me levantase, así que se me sentaron en el sofá y fueron pasando uno a uno, todos hicieron que me tragara toda su leche, y más aun, para que me devolvieran la ropa les tuve que preparar el desayuno, aunque mi ropa interior nunca la volví a ver, se la quedaron como trofeo. Cuando me había despedido de todos y me disponía a irme, uno de los de la noche pasada me agarro y me puso en el suelo, me dijo que no se podía aguantar, que me tenia que dar por culo por ultima vez, así que me bajó el pantalón y comenzó a penetrarme por detrás, mi culo seguía dolorido de la noche pasada, y no le costo nada meterme la polla y tomar un buen ritmo, pronto comencé a gemir. Esta vez se corrió dentro de mi culo, me dio una palmada y me dijo. – Ahora te puedes ir. Sorprendentemente los otros no quisieron hacer lo mismo y me dejaron ir.

Llegue a mi casa, me limpié bien y pude descansar al fin.

Aquella experiencia me pareció irrepetible, cada vez que pienso en aquel dia me excito muchísimo. Además desde entonces estoy obsesionada con el sexo anal. No he contado a nadie esta experiencia, y no he vuelto a ver a aquellos chicos, pero necesitaba compartirla con alguien, esta es la razón de que la haya escrito. Ojala algún día se vuelva a repetir.