Follándome a una pedazo de hembra en la gasolinera
Voy a cachondo a la gasolinera y me follo a una maruja calentona como su marido no lo hace.
Si ya se que todo el mundo pone que su historia es real, aunque a mi pocas veces me lo parecen, pero bueno a riesgo de que no me creas, te digo que esta historia es real.
Era verano hace unos 3 años, cerca de las 10 de la noche y volvía a casa con un calentón importante después de estar toda la tarde con una amiga, que tiene la mala costumbre de decirme que no cuando le digo de follar. Es una mujer rara, por que siempre me dice que no pero nunca se enfada cuando se lo digo, y al final siempre quedamos otro día. Algún día no muy lejano tiene que caer, o debo dejar de verla, pero vamos al grano.
Iba con mi coche y pasé por la puerta de la gasolinera donde suelo ir bastante ya que me pilla cerca de casa y del trabajo. Estaba bastante cerca de quedarme en la reserva así que decidí parar y repostar.
Como estaban a punto de cerrar me di prisa para poder entrar dentro en la tienda y que la chica no me atendiera desde un cristal, cosa que hacen por seguridad de noche, y que no me gusta nada.
- ¿Se puede pasar todavía?
- Claro que si hombre, todavía faltan 5 minutos para que llegue mi relevo.
Había tenido suerte, era la maruja con cara de guarrilla. Mide aproximadamente 1,60, tendrá unos 45 años, buenas tetas caderas anchas y un culazo que aunque ya ha pasado su mejor época, a mi todavía me pone. Como toda buena mujer lo sabe y siempre que me atiende ella se regodea y pone posturitas para que la mire y me ponga "contento".
Mientras miraba su canalillo, siempre lleva un par de botones desabrochados, miré de reojo la portada de Interviú donde salian las 2 gemelas del programa de televisión, perdidos en la tribu. El programa era una mierda, pero lo veía de vez en cuando por esas dos gemelas que estaban bastante buenas aunque me parecian algo flacas.
- ¿Te gustan eh? Me dijo ella.
- Pues si la verdad, aunque son un poco flacas.
- Pues ya me gustaría a mi estar como ellas.
- Seguro que es todo photoshop. Además tienen unos pezones un poco pequeños.
- Yo creo que están bien.
- Seguro que tú los tienes mejor.
Quizás me había pasado con esa pregunta velada, pero estaba calentorro, y me fastidiaba que siempre que estaba con ella me buscara solo para que le subiera el ego. Si realmente era tan cachonda que lo demostrara de una vez, y vaya si lo hizo.
- Los tengo mas grandes si.
- Pues eso mejores.
- ¿Los quieres ver?
Me dijo esto desabrochándome otro botón. Jodo menuda sorpresa, esta tía está mas caliente que yo. Entre el calentón de por la tarde y este, tuve una erección al instante. Como hacía calor iba en pantalones cortos, por lo que ella podía ver el bulto de mi pasión.
- Ya ves como me he puesto solo con la idea, aunque como me las enseñes voy a necesitar una gomas y no llevo pasta para todo.
- Solo te he dicho enseñártelas no que fueramos a hacer otra cosa, que soy una mujer casada.- Decía esto mientras sonreia como si estuviera avergonzada. Menuda zorra, pero esta no se me escapa.
- El problema es que si tu me enseñas tus tetas, yo en agradecimiento tendré que enseñarte mi polla, y en cuanto la veas, necesitaremos esas gomas.
- Mucho confias en tu paquete.
- El que avisa no es traidor.
Total que la buena mujer salió del mostrador y me dijo:
- Aparca tu coche fuera del surtidor y vuelve a entrar por la puerta de empleados así no te verá la cámara de seguridad. Ahora mismo te abro. -Mientras salía hacia mi coche me embargó el subidón que me da siempre cuando voy a follar, que muchas veces es mejor que el polvo en si. Aparqué el coche fuera de la estación de servicio y me fuí hacia la entrada de personal donde mi mujer madura me esperaba.
- Esperame en el baño de mujeres mientras voy a hacer la caja.- Cuando pasé a su lado y le di la espalda, ella me tocó el culo. La mujer quería marcha y vaya si la iba a tener.
Así que fui hacia el baño y entré. Aunque dentro de la estación se estaba muy bien por el aire acondicionado, la verdad es que iba bastante sudado, pues me había pegado toda la tarde en una terraza. Me quité la camiseta y me lavé las axilas. Los testículos y mi pene esperaba que me los lavara ella y si podia ser con saliva mejor.
- ¿Se puede saber qué haces?- Me dijo poco después la cajera.
- Asearme un poco para no oler a sudor.
- Me encanta como huele un hombre después de un largo día. El olor me pone a tope.
- ¿Todavía más? Creía que eso no era posible.
- Pues no te queda nada por ver jovencito.
- Para empezar tus pezones, ¿no?
Cuando iba a seguir desabrochando sus botones la paré.
- Por si no te habías dado cuenta soy muy fetichista con los pezones de las mujeres, así que antes de verlos me gusta fantasear un poco más con ellos. ¿Podrías quitarte primero el sujetador sin quitarte la camisa?
- ¿Eres un rarito de esos?
- Ya te digo.
En vez de molestarle me hizo caso y empezó a quitarse el sujetador por la espalda, terminándolo de sacar por el hueco que dejaba el canalillo, mientras que con la lengua jugaba con sus labios como si estuviera a punto de comerse algo sabroso. Todo esto lo hacia mientras me miraba a los ojos. Madre mía que dura me la había puesto. Una vez terminado tiró el sujetador al suelo.
Toda esa escena también debió gustarle a ella, pues se marcaban muy bien su pitones en su blusa. Me acerqué para palpar esas dos tetazas con esos pezonazos enormes.
- Creo que ahora mismo podrías cortar diamantes con tus pezonazos.
- ¿Te gustan?
- Me encantan.
- Mi marido ya no los toca nunca.
- Menudo maricón, pues no estás rica ni nada.
Mientras mi mano derecha aplastaba una de sus tetas, y mi pulgar masajeaba su enorme pezón, mi mano izquierda masajeaba ese culazo que tanto me ponía.
- ¿También te pone mi culo?
- Buff casi tanto como tus tetazas.
- Pero es muy gordo.
- Ahora te enseño yo algo gordo de verdad.
- Jajajaja.
Con ese cuerpo, vale su mejor época ya había pasado, pero podía poner muy cachondo a un hombre todavía, como mi polla afirmaba. Es una lástima que una mujer esté todo el día cachonda o con una polla de plástico por que su marido sea incapaz de apreciar lo que tiene en casa. Pero yo no iba a cometer ese error, así que di un paso más.
Empecé a comerle la boca, mientras notaba como se le iba acelerando la respiración. Bajé hasta su cuello, poniendo especial cuidado en pasar solo la lengua y no los labios para evitar dejar un chupetón en su cuello y evitar posibles problemas con el marido. Seguí bajando mi cabeza hasta llegar a sus tetas esas grandes mamas que me volvían loco, y eso que todavía no las había visto sin ropa. Cuando estaba sacando una para lamerla y verla la tia va y me dice:
- Oye que solo te las iba a enseñar y esto se esta yendo de madre.
Despues de lo palote que estaba y lo que le gustaba me soltaba eso. Maldita educación católica franquista.
- No te gusta ¿o qué?
- Si pero está mal.
- Lo que estaría mal sería quedarnos así.- Dejé mi mano derecha libre, abrí mis piernas y apoyé mi polla en su pierna izquierda.- Sería una pena que no cataras esto.- Mientras con mi mano libre bajé hasta su coño y metiendo la mano a través del pantalón y el tanga noté lo mojado que estaba.- No le diré a nadie lo guarra que eres, y tampoco que te dí lo tuyo y lo de tu prima.
- ¿De verdad no dirás nada? Que mi marido conoce a mucha gente y si se entera nos mata a los dos.
- Tranquila mi guarrilla será nuestro secreto.
- Me encanta que me llames eso.
- Ya lo se a todas os gusta. Como esto.- Rapidamente le bajé los pantalones y le di un azote en el culo.
- Si joder como me pone.
- ¿Y esto?-
Y no pudiendo resistir más y con miedo a que volvierá a echarse atrás, saqué sus tetas, y mientras las levantaba con mis manos me di un momento para verlas. Eran grandes preciosas y los pezones eran enormes, desde la punta del pezón muy oscura hasta las aureolas un poco más claritas. Tenían el tamaño perfecto para mi boca, así que decidí darles un buen repaso, comiéndomelos, chupándolos y mordiéndolos. * Eso todavía más, sigue y no pares.
Ahora ella directamente gemía y con sus manos buscaba mi paquete. Como ella se había hecho la estrecha y para no dejarla mandar al menos hasta que no me la follara una vez le quité sus manos y las pase a mi culo. Dejé de comer esas tetas tan ricas para decirle:
- Has sido una chica mala así que tendrás que ganártela.
- Pero yo quiero polla.- Es el peligro de estas mujeres, una vez rompen con lo "moral" se quieren quitar la represión en una sesión de sexo muy salvaje.
- Y la tendrás pero cuando yo diga.- Pensando que era un juego lo intentó otra vez.- Te he dicho que todavía no. - Y volví a quitarle la mano. Seguí trabajando sus tetas hasta que noté por sus suspiros y su respiración agitada que estaba a punto de irse. Paré y le lamí el canalillo, para lubricarme la cubana que me iba hacer esa mami. La verdad es que me apetecía mucho metersela pero sabía que con lo cachondo que estaba desde hacía horas, y que hacía varios días que no descargaba, me iba a correr rápido.
- ¿Tu marido se folla tus tetas?
- No, solo sabe meterla a lo misionero muy de vez e cuando y terminar en 3 minutos.
- Pues yo pienso follármelas ahora.
Me saqué la verga y la puse de rodillas. Escupiendo directamente entre sus senos rocé mi miembro en esa piel tan tersa, mientras con mis manos aprisionaba sus tetas sobre mi pene.
- Joder que rica estás puta.
- Me gusta tu polla cabrón.
No habían pasado tres minutos cuando noté que me iba a correr, así que paré de follarme esas tetas para darle con la mano. Ella al ver lo que iba a pasar abrió la boca con ansia y me dijo:
- Lléname mi boca con tu semen.- Pero yo como soy mala persona había decidido correrme en su cara. A casi todas las mujeres les gusta que te les corras en su boca, pero solo a unas pocas zorras les gusta que lo hagas en su cara. Para mi es un acto de dominación primitivo, como de marcar el territorio, y es por eso que a las chicas "comedidas" no les gusta. La verdad es que a esta le encantó, y como iba cargado me dió para manchar su cara y esas tetas que me habían puesto a mil.
- ¿Te gusta que te manche?
- Si aunque preferia comérmelo.
- Manchar es para las guarras, ¿quieres ser mi guarra?
- Si, soy tu guarra pero quiero que dures más que duras lo mismo que mi marido.
- Eso te lo prometo mi guarra, y cuando acabe contigo no te acordarás de ese maricón. Ahora limpiame la polla con tu boca.- Sin esperar un momento mi tetuda favorita metió mi pene flaccido en su boca. Sus labios carnosos bajaban y subían mi glande, mientras sus manos masajeban mis huevos y mi culo. En un momento estaba preparado para una segunda entrada.
- Buff, que bien la comes mira como me has puesto otra vez. ¿Le comes a menudo la polla a tu maridito ?- Haciendo una pausa en su magnífica felación me contestó:
- No no le gusta mucho.
- Pero ¿cómo es posible que no le guste esa boca, esa lengua, esaa....? - La verdad es que la había vuelto a coger con ganas y mi maruja la come genial.- Pues si no se la comes a tu marido, a alguien si, por que la chupas de miedo.- Volviendo a parar me respondió:
- No solo he probado un par de veces con mi marido, pero he leido por Internet en una página de mujeres como hacer una buena mamada y mi compañera Ruth me dijo como las hacía ella.- Madre mía que mal repartido está el mundo, yo currandomelo con las mujeres y condenado a tener solo sexo de manera exporádica, y el marido de esta pedazo hembra aburrido de ella y pasando de su culo, su boca, sus tetas.Nota mental intentar que Ruth me la coma también.
- Pues yo agradezco tu esfuerzo por ser una buena zorra y ahora te lo recompensaré con un buen polvo.
En cuanto oyó eso dejo de mamar y se tumbó en el suelo. La verdad es que me daba pena que una cachonda así tuviera que buscarse una polla que le de placer tirada en el baño de su trabajo. Si tuviera ahora 20 años no pararía de follar y siendo como es de cachonda todos los hombres y algunas mujeres irían a intentar follarla. Pero bueno su vida es como es y lo único que podía hacer era darle el mayor número de orgasmos. Como había decidido que queria convertirla en una folla-amiga, quisé ponerla aún mas cachonda para que se corriera varias veces y tuviera dependencia de mi. Todavía llevaba el tanga puesto así que fui hasta allí.
- ¿Sabes que uno de mis olores favoritos es el del fujo femenino?
- ¿No te huele muy fuerte?
- No, me encanta como le huele el coño a una mujer cuando está cachonda.-Sin tardanza acerque mi cara a su cueva del placer y toque con mi nariz su tanga y aspiré. Un olor profundo a hembra salida llenó mi cabeza y me puso todavía más cachondo de lo que estaba, asi que a través de su tanga metí mi nariz en sus labios y me dejé llevar. Mi zorrita arqueaba su espalda y gemía diciendo cosas como:
- Cabrón no me metas la nariz y fóllame de una puta vez.
- Todavía no. Si quieres ser mi puta tendrás que aprender que esto nos gusta por igual a los dos, y solo por que seas la mujer no vas a poder elegir como,donde y cuando follamos. Así que tendrás que esperar un poco más.- Me encanta hacerme el duro con las mujeres que me follo, así que dejé, no sin pena, de oler el coño de esta mujer, y me centré en lamer los muslos de mi mujer, los dedos de los pies,volver a sus pechos, su cuello... hasta que un momento después, mi maruja cachonda me apartó,se incorporó y poniéndose de rodillas me dijo algo así como:
- Por favor te lo suplico, fóllame ya,necesito que me folles por favor.
Ahora si que se lo había ganado. Me levanté y terminé de desnudarme. Mi polla estaba más dura de lo que había estado nunca, saber que era yo quien mandaba me ponía a 1000.
-Ahora es cuando sacas el condón que no puedo pagar mami, y me lo pones con la boca. De su pantalón de trabajo, que estaba por el suelo, sacó un paquete de 12 de durex sensitivos. La abrió y sacó una goma, que abrió a la velocidad del rayo. Tenía ganas de que se la metiera, y yo de meterla, así que antes de darme cuenta, ya tenía la goma puesta, y mi gasolinera favorita me la estaba chupando otra vez. La verdad es que la idea era tentadora, pero esta zorra se merecía disfrutar, así que me la quité de encima. Ella se hechó al suelo para hacer el misionero, pero esta pedazo de hembra se merecía algo mas, así que la levanté del suelo. Cogiéndola del culo la apoyé en la encimera del lavabo y le abrí las piernas. Le quité el tanga muy despacio, hasta sacarselo por los pies.
- Nena, tu tanga chorrea.
- Es que nunca he estado tan caliente.
- Hoy vuelves a casa sin bragas, este tanga me lo quedo yo para olerlo cuando quiera.
- Vale pero fóllame ya joder.- Clavó sus uñas en mi culo y me acercó hacia ella. Cogió mi polla como nunca lo había hecho ninguna y sola se penetró hasta que mis huevos chocaron contra ella.- Si por fin, nunca me había gustado tanto solo metérmela.-La cogí por la parte de atrás de los muslos, para abrirla y levantarla un poco mas y empecé a bombear como un loco. Creo que hasta ahora nunca me había metido en una vagina tan mojada, solo tengo que decir, que el lubricante de la goma, en este caso estaba de mas. Lo que empezó con suspiros y grititos se iba poniendo más caliente por momentos. Mi polla salía de su coño, y cada vez que entraba de nuevo un grito de placer rematado con insultos como "cabrón" "hijo de puta" o alabanzas a mi pene salían de su garganta.
No se cuanto tiempo estuvimos follando, creo que poco, cuando mi zorrita gritó:
- Hijo de putaaaaa, cabrón queeeeee polvazoooo.- Y clavándome las uñas en la espalda, hasta hacerme sangre se corrió. La verdad es que me hizo daño, pero el rollo sado me gustó. Como todavía me faltaba un rato para correrme otra vez, seguí metiéndosela.
- Ya puedes parar que ya me he corrido.
- Ya lo se, pero yo no.
- Te apaño con la boca.
- Estoy probando si eres multiorgásmica.- Mientras seguía bombeando. La verdad es que ella había perdido interés al correrse, pero a mi me seguía gustando rozarme dentro de cueva mojada y caliente.
- Y yo que se, mi marido como muchísimo hace que me vaya una vez, la mayoría de las veces me apaño con este.-Y me levantó el dedo corazón como si me mandara a tomar por el culo.- Así que no lo seeeeeee.- Ese suspiro solo podía ser de placer.
- Muy bien mi zorra está visto que también eres multiorgásmica.
- Joder que bien me follas, ya me vengo otra vez.
Y se vino. De su cueva salía flujo, no solo era multiorgásmica sino que se corría como un tio.
- Perdóname.
- ¿Por qué?
- Me he corrido, que verguenza, eso nunca me pasa.
- No hay nada que perdonar, eso quiere decir que lo he hecho bien.
- Ya te digo cabrón.
Paré de follármela, pero mi polla todavía estaba dura. Ella me cogió y me dio un beso. Me han besado mejor otras veces, pero nunca me han dado un beso tan "guarro", mi perra agradecía el placer recibido con un beso en el que descargaba todo el estrés y la falta de un buen polvo en toda su vida, pero ella se equivocaba si creía que esto había acabado. Todavía tenía la polla dura, y un agujero que si no me equivocaba no le habían roto nunca.
Bajé hasta su encharcada vagina, y fui recogiendo con mis dedos pulgar y corazón el flujo que quedaba en sus muslos. Volví a meter mis dedos en su vagina para impregnar mis dedos del mejor lubricante que existe.
- No sigas, no creo que pueda volver a follar en un buen rato y tengo algo de prisa. Dame un segundo para recuperar el aliento y te apaño para que te corras bien.
- No quiero excitar tu clítoris de nuevo, pretendo humedecer otra cosa.- y sin darle tiempo a pensar, metí mi dedo corazón en su culo, que como esperaba cerró rápidamente.
- Quita. Ahí no, nunca lo he hecho por ahí,seguro que duele.
- Si no lo cierras no duele.- Mientras intentaba seguir metiéndolo.
- No eso no.- Paré de meter el dedo, y le di la vuelta para habalarle directamente a los ojos.
- Te atreves a follar con un desconocido en tu puesto de trabajo, por que tu marido no hace que te corras, te sale bien, y tienes el mejor polvo de tu vida ¿no es cierto?
- Si .
- ¿Y no te atreves a seguir experimentando? No hay que llegar hasta el final si te duele. Déjame probar y si no te gusta me apañas de otra manera.- Ya veía en su cara que estaba cambiando de opinión solo me quedaba utilizar el miedo como arma.- A mi me gusta mucho el griego y lo hago con todas mis amigas de primera. Si no quieres hacerlo... .- El creer que me podía perder le hizo ceder y darse de nuevo la vuelta.
Se volvió a abrir de piernas para que siguiera cogiendo lubricante y me puse de nuevo a la faena. Su culo no acostumbrado a estas lides me oponia algo de resistencia, pero después de un momento la cosa parecía ir mejor, incluso mi mujer empezaba a suspirar.
- Lo ves, como te gusta.
- Es una sensación rara.
- Ya verás cuando entre lo otro y no mis dedos.
- Despacio por favor.
- Tranquila tú marcarás el ritmo.
Ya introducía el dedo corazón y anular y mi zorrita estaba a punto.
- ¿Me das otra goma?
- Claro que si mi amor.
Me quito la otra goma y me puso la nueva con más delicadeza que la vez anterior. La notaba más tensa pero estaba decidida a que le abriera su tercer ojo.
Saqué mis dedos de su culo, y decidí pasarlos a pocos milimetros de su nariz.
- Así hueles mi puta, ¿te gusta?
- Si me encanta.- Mis dedos chorreantes se los metí en la boca.
- Así sabes mi puta, ¿Te gusta?
- Siiiiii.
- Relájate que alla voy.
Con toda la tranquilidad que me fue posible, aunque me quedaba poca, fui introduciéndome en ella poco a poco.