Follándome a un joven puto. El Coleccionista

Un hombre al que le sobra el dinero decide contratar a jóvenes chaperos para disfrutar de sus fantasías.

¿Qué hace uno si no tiene que trabajar, te sobra el dinero y vive solo? Pues seguro que se te acaban de pasar por la mente una infinidad de cosas, desde una vida contemplativa o dedicada al arte sin presiones de ningún tipo a una vida de fiesta y lujos con todas las posibilidades que hay entre medio. ¿Pero en mi caso? Yo ya saboreé todo eso, y lo único que me completa ahora mismo es el dulce roce con una piel cuidada y depilada. Saborear los labios de un chico que bese con pasión o sentir mi polla dentro de un culo terso y suave.

Porque a lo largo de mi vida sí, he tenido relaciones como todos, pero no han sido… de ese nivel… ya sabes. Mi físico tampoco ayuda mucho. Algo de cuerpo, ya me estoy empezando a quedar calvo, mi polla, aunque no está mal, no es que sea la gran cosa  Pero por suerte pocas cosas no puede hacer el dinero así que mi nuevo pasatiempo es coleccionar. Coleccionar erotismo, pasión y lujuria con los chicos más guapos que pueda conseguir.

Aquí tengo al primero. Lo encontré en Telechaperos, en Gran Canaria. Oliver, 26 años. Un chico limpio de tez blanca, delgado y de aspecto joven, pelo corto castaño y con una polla perfectamente recta de unos 19 centímetros. Su culo me pareció de lo más interesante. Completamente depilado y voluminoso, en una de las fotos que parece que se las sacó con algún fotógrafo profesional lo muestra eróticamente. ¿Habrá follado con ese fotógrafo? No me imagino a alguien resistiendo a esa preciosidad por muy profesional que sea.

Investigando en su perfil encontré su Twitter: @Oliverzet Una joya. Si hasta entonces me convencía, ahora me he quedado prendado de este joven chapero y actor porno amateur por lo que parece. Videos de folladas, mamadas, de cruising,...

No aguanté más, me moría por follarle y había un hotel perfecto que ya había usado otras veces. Así que con el calentón en mente le llamé inmediatamente.

-  Hola buenas tardes vi tu anuncio en Telechapero me podrías informar sobre tus servicios y precios? Muchas gracias

  • Buenas. Sí claro, tengo sitio y me desplazo sin problema. Cobro si es de activo: 50 media hora y 80 la hora y si es de pasivo serían 70 media y 100 la hora

  • Perfecto, de vez en cuando me gusta evadirme y desconectar mientras se disfruta con chicos guapos como tú, claro.

  • Jajaja, gracias.

  • ¿Hoy puedes?

  • Sí, estoy libre

-  Genial, pues me gustaría sin prisas, suave...más en plan romántico pero luego ir aumentando hasta ser intenso.

  • Vale perfecto.

  • ¿Una horita entonces?

  • Si si y una duda. Se te puede follar fuerte, me encantan los culos depilados firmes y con volumen como el tuyo.

  • Sí, me encanta que me follen duro, no tengo problema con eso.

  • Vale genial, pues el lunes, ahora te envío la dirección del hotel donde quedaremos.

Llegué bastante antes al hotel. Limpio, lujoso y un ligero olor a un agradable perfume afrutado. Perfecto para una buena follada.

Le hablé a Oliver y esperé paciente a que llegara  la habitación. En mi mente empecé a imaginar todo lo que podría hacer con él. Siempre me pasaba lo mismo cada vez que quedaba con un chico nuevo, pero desgraciadamente me podía la excitación y acababa no durando mucho.

Alguien tocó la puerta interrumpiendo mis pensamientos y, a la vez, un mensaje de Óliver, lo que significaba que era él. Abrí y allí estaba. Era igual de guapo que las fotos. Llevaba un suéter de punto y un vaquero, le quedaba muy bien, realzaba su esbelta figura. Le invité a la cama y nos sentamos en ella. Me tocó la pierna con suavidad dando el primer paso. Se notaba que estaba acostumbrado a esto. Le seguí el juego masajeando su muslo y nos tumbamos en la cama. Me puse sobre él y le fui desnudando lentamente mientras nos besábamos. Dejé al descubierto su torso, levemente definido. Pasé mi mano sobre él, era tan suave como lo imaginaba. Pasé el dedo por el pezón y gimió, lo cual me excitó y no pude evitar acercar mis labios y empezar a besarle y lamerle los pezones. Esto le puso infinitamente cachondo pues notaba como su rabo presionaba contra el vaquero queriendo salir.  Mientras seguía besándole y lamiéndole el torso, cuello y cara, le fui quitando los pantalones con lado de dificultad, Pero al bajarlos, junto a los boxer, salió rebotada una poderosa polla. Tal y como estaba en las fotos de sus cuentas. Recta, dura, perfecta. bajé mi boca y saboreé una de las pollas más suaves y cálidas que había mamado.

Durante un rato jugué con mi lengua y su glande, él me había empezado a desnudar también, poco a  poco y sin dificultar la mamada me dejó, como yo a él, completamente expuesto. Obviamente yo no era ni la mitad de guapo ni está la mitad de bueno que él, aparte que le duplicaba en edad (y en verdad, un poco más). Pero eso, en ese momento, no fue impedimento para que ambos disfrutáramos.

Me aparté un poco para observarme, pero él lo entendió como que le ofrecía mi polla y empezó a mamarmela. Lo hacía muy bien, mamaba, chupaba y lamía con maestría tragándose mi polla hasta el fondo sin problemas.

Yo no podía más y, en esa postura, mamándome a cuatro patas, dejaba su culo expuesto a  mis deseos. Empecé a sobárselo con ambas manos, era igual de suave que el resto de su cuerpo. Y el ano lucía perfecto y con ganas de jugar, así que, dejándole a cuatro, le rodeé y empecé a comerle el ano. Se ve que le gustaba pues gemía de nuevo. Yo estaba emocionado. Se lo comía con ansias hundiendo mi cara en su culo. Estaba muy limpio y hasta tenía un aroma agradable. Se veía que era de los que cuidaba hasta el último detalle.

Oliver alargó la mano y sacó lubricante y condones de una mochila y, mientras aún estaba con el beso negro, me los ofreció con cara de pillo. Se ve que quería pasar a la acción.

Me puse el condón mientras le besaba y él continuó poniéndome el lubricante que tenía olor a frutos rojos. Le coloqué al misionero pues quería verle su linda cara mientras le penetraba.

Él con la mano que me había puesto lubricante, se colocó lo que sobraba en su ano y, levantando levemente el culo me lo ofreció. Le penetré con cuidado mientras él gemía y mostraba el morbo en su cara. Le hice un gesto que entendió y me correspondió y se la terminé de meter toda.

Estaba cálido, apretado y húmedo. Nos besamos mientras tenía mi polla en su interior esperando un poco para que se acostumbrara.

Pero no pude aguantar mucho pues del calentón que llevaba sentía que iba a explotar, así que empecé a follarle. Primero con suavidad, sintiendo cada movimiento al son de sus gemidos. Luego fuí aumentando el ritmo hasta follarle todo lo fuerte que podía. Sus nalgas jugosas y voluminosas rebotaban con mi pelvis marcando el ritmo de nuestra pasión.

Le agarré del cuello y con la otra mano de su polla mientras le follaba todo lo fuerte que podía. Él jadeaba poniendo una carita que sólo me daba ganas de darle con más fuerza.

Paré, salí y le puse a cuatro para empezar a cabalgar como un auténtico toro. La verdad que nunca pensé que ya a esta edad podría moverme así, pero este culo, esa carita… me había devuelto a mi juventud. Agarrándole el culo con las manos se lo abrí para follarle más profundo, más duro. Estaba quedándome sin aliento pero lo estaba disfrutando tanto que no podía más. Y, con unos últimos sonoros estampidos, agarrándole con fuerza, me corrí en un orgasmo que hacía tiempo que no experimentaba.

Me dejé caer, dejando mi cuerpo totalmente apoyado sobre su espalda y disfrutando del orgasmo aún con mi polla dentro.

Le acaricié la cara y le di un beso afirmando con mi cara que me había complacido con creces.

Miré la hora, faltaba poco para que se agotara el tiempo. Así que saqué mi polla medio desempalmada ya provocando un último gemido a Óliver. Le hice un gesto para que no se moviera, quería contemplar su figura, recién follasa sobre la cama. Me quité el condón y se lo tiré sobre el culo manchandole con mi semen que empezó a escurrir por el glúteo y gotear sobre la cama. Me encantaba.

Me vestí, cogí el dinero y se lo tiré dejándolo caer al lado de su cara y en un último vistazo, salí de la habitación completamente complacido.