Follándome a mi ex-novia (II y final)

Fin de fiesta con la guarra de mi ex ....

(El que no haya leído la primera parte pinche en https://www.todorelatos.com/relato/145085/ )

Nada más salir de la discoteca, el frescor de la noche erizó sus pezones, ya de por sí bastante sensibles, de forma que se le marcaban bastante… María quiso disimularlo cruzando los brazos sobre el pecho, pero yo se lo impedí tomándola de la mano como si fuésemos una pareja, acercándola a mí y susurrándole al oído

-          Quieta, putita, quiero que aquellos que se crucen con nosotros vean lo exhibicionista que eres y lo cachonda que estás… y como no te portes bien aún te meto la otra mano bajo la falda

Ella se arrimó contra mi costado metiéndome la mano en el bolsillo trasero del vaquero y palpándome el culo me replicó

-          Joder, que caliente estoy... tengo el coño chorreando y todavía no hemos hecho nada

Yo le mordisqueé la oreja y le dije

-          Pues aún esperarás un rato, que antes de follarte quiero exhibirte un poco más. Pero no te preocupes que hoy volverás a casa contenta, y a tu pareja le van a crecer unos cuernos que va a parecer el padre de Bambi, el muy cabrón

Nada más entrar en las escaleras del parking para recoger mi coche ella no pudo contenerse más, y aprovechando la mínima intimidad que nos brindaba la semioscuridad del rellano se giró para comerme la boca con ansia, como si no hubiese un mañana, abrazándose contra mí, restregando sus tetas por mi torso y gimiendo de gusto y excitación…  no sabría decir cuánto rato estuvimos comiéndonos la boca como animales en celo, metiéndonos mano – ella mantenía una mano sobre mi culo y con la otra sobaba mi polla erecta por encima de la tela del pantalón, mientras yo, también sin medida, había sacado sus tetas fuera por el escote de su vestido para chupárselas mientras metía mis manos bajo su falda y magreaba sus nalgas, todavía firmes pese a la edad-. Finalmente nos detuvimos para recuperar el aliento, rota ya la barrera de la cordura, y con el rostro encendido María me miró a los ojos y me dijo

-          Hoy Ricardo estrenará una buena cornamenta, pero la de tu esposa no le crecerá menos… voy a dejarte tan seco que no se te va a levantar ni aunque la muy zorra te reciba desnuda y a cuatro patas sobre la cama cuando llegues a casa

Yo la arrinconé contra la pared, separé sus piernas con mi muslo, metí una mano por delante bajo su falda, directamente hacia su coño - que encontré más húmedo que el Monzón- y restregándoselo con la mano en su totalidad arriba y abajo, desde los labios hasta el clítoris, le contesté, mientras con la otra mano tapaba su boca para evitar que sus gemidos cada vez más altos atrajeran hacia nosotros visitas no deseadas

-          Zorra, mi esposa será una cornuda, pero tú ni la nombres,  que no eres más que una golfa calculadora y  una perra salida, dispuesta a todo con tal de conseguir un buen trabajo y un buen polvo… el trabajo ya lo tienes, y el polvo te lo voy a echar en un rato. Te aseguro que vas a quedar bien satisfecha,  puta

María, cuya excitación iba pareja a mi magreo de coño, y que tal y como yo recordaba se pone muy cerda cuando ha tomado  un poco de alcohol, empezó poco a poco a gemir más fuerte, y a los pocos segundos se corrió como una guarra encharcando mi mano, con los ojos en blanco y procurando abrazarme en torno a mi cuello porque sus piernas parecían negarse a sostenerla… como sabía que es multiorgásmica y que la noche no hacía sino empezar, la abracé como pude para llevarla hasta mi coche, dejándola espatarrarse en el asiento del copiloto, y procedí a sacar el coche del garaje y encaminarme a un motel de las afueras de mi ciudad cuya clientela se compone exclusivamente del parejas furtivas – casados infieles, jóvenes parejas  sin techo propio donde montárselo , puteros y demás fauna nocturna -, a cuyas habitaciones se accede directa y discretamente desde el parking del mismo, y cuyo recepcionista es además conocido mío de anteriores visitas. De camino al motel, y mientras María se iba recuperando poco a poco, yo le abrí la blusa del todo, le subí la falda hasta las caderas,  dejándola semidesnuda, y pasándole mi aún húmeda mano por la cara le ordené

-          Venga perra,  huele tus jugos del coño, sácame la polla y empieza a comérmela, golfa…

María  bajó mi cremallera, sacó mi dura polla fuera, y empezó a pajearme lentamente con una mano, mientras con la otra se pellizcaba los pezones, restregaba su coño en el cuero de la tapicería, y de nuevo caliente como una perra  se la metió en la boca hasta la campanilla y empezó una mamada tan furiosa como incómoda por las circunstancias

Hubo suerte: ni nos salimos de la carretera – aunque un par de volantazos sí que di en momentos de máxima excitación- ni nos encontramos control policial alguno – aunque sí nos cruzamos con un par de coches que juraría que algo intuyeron de lo que estaba pasando-, nada más entrar en la habitación llamé a recepción, encargué una botella de champagne y  ya con una idea fija en mi perversa mente le dije a Luis, el recepcionista, que subiese en cuanto recibiese un mensaje mío en el móvil, y que entrase sin llamar y sin hacer ruido. Sin llegar a la cama la empotré contra el espejo del  recibidor, la levanté en vilo y María me agarró la polla y ella misma se la enfiló en el coño…  Lo cierto es que uno no está para prolongar semejantes hazañas físicas, así es que la llevé rápidamente a la cama, la puse a cuatro patas  mirando al cabecero… empecé a nalguearla, un poco más fuerte cada vez, mientras que me desnudaba y preparaba unas rayas de coca para ponernos aún más a tono . María  aspiró la suya tan hábilmente como recordaba vérselo hacer hace veinte años, y por fin la agarré por las caderas desde atrás, le restregué mi glande húmedo por los labios del coño y le pregunté

-          Bueno zorra, tú dirás que prefieres que te folle primero, el coño o el culo, pero no te preocupes, que tendremos  tiempo para todo

María giró su cabeza, me miró por encima de sus hombros y dijo

-          Métemela primero por el coño… la primera corrida es siempre la más abundante, y ahora mismo estoy tan caliente que no me importaría que me preñases

Yo, tranquilo al respecto pues hace unos años me hice la vasectomía, pero excitado de oírla hablar así, se la metí sin pausa pero sin prisa hasta el fondo – debía de ser cierto que últimamente follaba poco, pues su coño aunque encharcado se notaba estrecho, y nada más llegar al fondo – gimió de gusto, satisfecha la muy puta- empecé un mete-saca brutal cuyo ritmo marcaban mis cachetadas y le contesté

-          Así que quieres que te preñe, puta, y supongo que además querrás que Ricardo cargue con el niño como suyo y coronar así sus cuernos, ¿eh, golfa?

El alcohol, la coca y la excitación tenían a María fuera de sí, más que gemir mugía como una vaca a la que estuviese montando un toro semental, sus tetas se balanceaban  colgando con los pezones duros y enhiestos como ubres, su coño encharcado hacía chof, chof cuando mi pelvis chocaba con él mientras se la metía hasta los huevos… otro nuevo orgasmo estaba de camino, y con voz ronca acertó a contestarme

-          Síííí… préñame y que el imbécil cargue con el niño… es muy orgulloso, y sé que antes que la vergüenza pública de que sepan todos que es un cornudo  preferirá la humillación privada de saberse engañado...

Yo aún no me había corrido y también estaba a mil, pero sabía que María estaba a punto, y en esos momentos era capaz de todo, por lo que me detuve, saqué la polla y rebuscando en mis pantalones saqué mi teléfono móvil y le dije

-          Me parece bien preñarte, así es que te voy a rellenar bien de leche, putón…

Acto seguido se la saqué, la giré sobre la cama y en la posición del misionero empecé de nuevo con el duro mete-saca hasta que al poco ella se corrió gritando como una loca… boqueaba como un pez fuera del agua, tenía los ojos entrecerrados y  la mirada ida, pero yo no le daba tregua y seguía reventándola hasta que cuando ya no pude más le grité

-          Toma puta, préñate…. Agggghhhh

Con todos los días que llevaba sin descargar tenía los huevos bien cargados, así es que le solté media docena de lechazos bien largos en lo más profundo de su coño… María gruñía de gusto, aplastada bajo mí, medio ida… y cuando al cabo de un rato tuve fuerzas para estirarme fue para coger el móvil y grabar un primer plano de su coño  - que tenía el pelo recortado, por cierto- a partes iguales rojo por la excitación y brillante por los fluidos que lo envolvían cerrándose lentamente como una ventosa tras la retirada de mi polla… al cabo de unos momentos se entreabrió de nuevo y dejó escapar grumos blanquecinos de mi semen. Yo, sin dejar de grabar, le dije

-          Furcia, nada de desperdiciar mi semen… recógelo con los dedos y cómetelo

Ella me miró con los ojos entrecerrados, tan agotada como viciosa, y sin apartar la mirada recogió el semen con su mano y se lo llevó a la boca tragándoselo glotonamente… yo me acerqué a su cara, y poniendo ante ella mi polla semierecta y pringosa la agarré del pelo y le ordené

-          Muy bien perra, ahora limpia mi polla y ponla de nuevo en forma para el segundo asalto

Mientras ella comenzaba a pasarme la lengua por mi polla, yo aproveché para enviarle un whatsapp a Luis, el recepcionista

-          “Sube rápido a la habitación, deja el champán en la cubitera y métesela a la perra que encontrarás chupándomela sobre la cama…”

Al cabo de apenas un par de minutos, y porque estaba alerta, oí un leve ruido en la puerta del pasillo, del que María no se percató concentrada como estaba en ponerme la polla a tono otra vez… Luis asomó la cabeza por la puerta de espaldas a nosotros, e invitándole a entrar le indiqué con gestos que se la metiera a ella por detrás…. María no se percató de nada hasta que se sintió agarrada por las caderas y penetrada por detrás. Asustada hizo ademán de girarse, pero yo la sujeté apoyándome sobre sus hombros,  mantuve mi polla – de nuevo dura como el hierro- en su boca y le dije

-          Tranquila, es un amigo de confianza, que aumentará tu placer… Si quieres parar no tienes más que golpear el colchón  con la palma de la mano  y nos iremos, pero te recomiendo dejarte llevar y gozar del morbo de tener dos pollas para ti a la vez, cerda…

Al cabo de unos segundos María comenzó de nuevo a succionarme el rabo con la boca, mientras yo se la metía hasta la campañilla y le decía a Luis

-          Venga, dale duro a la putita, que le guste que la follen duro y la hagan correr como el cabrón de su marido no sabe

El se echó a reír y contestó

-          Se nota que es bien caliente la muy zorra, pero está toda llena de leche y prefiero metérsela por el culo… ¿tu crees que le gustará?

-          Seguro que sí, le dije, que ya hace años cuando empecé a follármela de jovencita tenía el culo tan petado como el coño, de lo viciosa que era, y además joder es como andar en bicicleta, nunca se olvida…

Luis se la sacó del coño a María, que quedó un tanto tensa, nerviosa y a la espera, pero él fue paciente y poco a poco le fue lamiendo  el esfínter para lubricarla, metiéndole lenta y sucesivamente uno, dos y  hasta tres dedos - que previamente lubricaba en su encharcado coño- para a continuación abrirle las nalgas con sus manos y meterle lentamente su verga – del tamaño de la mía pero menos gruesa- hasta el fondo de su culo… En cuanto la tuvo toda dentro empezó con un metódico mete-saca, cada vez más duro, que al cabo de un rato llevó a María a un nuevo orgasmo, acallado por mi polla ocupando su boca. Cuando él estuvo a punto dijo

-          Cómo me ponen las guarras casadas que buscan una buena follada y luego vuelven con los maridos bien satisfechas como si no hubiesen roto un plato en su vida

Yo me reí, notando mi eyaculación también próxima y le dije

-          Esta no está casada, pero para el caso es lo mismo. Venga, vamos a rellenarle de leche los agujeros que le faltan para que la devuelva a casa sin ropa interior y cubierta de lefa como un pastel de crema, que tú tienes que volver al trabajo y yo a casa con mi familia…

Al cabo de pocos instantes los tres alcanzamos un orgasmo unísono y brutal, quedando tirados sobre la cama. Luego de un buen rato, empezamos a salir del sopor – María rezumaba semen por todos sus agujeros, pero por morbo no la dejé ducharse- y abandonamos la habitación a la vez que Luis, que no nos la cobró, ni tampoco el champán. De camino a su María estaba espatarrada sobre el asiento, medio grogui por el alcohol, la droga, el cansancio y los orgasmos… al llegar a su casa de madrugada la acompañé a su portal y allí le dije

-          Me considero una persona de palabra, así que el trabajo sigue en pie para ti, aprovecha la oportunidad. Me quedo con tus bragas como trofeo de guerra . De haberte quedado preñada de mí olvídalo, pues  tengo la vasectomía hecha, y además de ninguna manera querría tener un hijo de puta,  ja ja ja. Si me molestas a mí o a mi familia colgaré el vídeo de mi móvil en internet y te arruinaré la vida – de no ser así lo guardaré sólo para mí-. Así que si alguna vez vuelves contactar conmigo  que sea para que te folle como la putita viciosa que eres, serás solo mi juguete sexual, y nada más. Y saluda al cornudo de mi parte…

-

FIN

Daniel    golfoyvicioso@gmail.com