Follándome a mi cuñadita-2

Confidencias y polvazo con mi cuñadita

Tras asearnos preparé una cena ligera y descorché una botella de vino dispuesto a indagar en la vida sexual de mi cuñadita. Tengo que reconocer que me sorprendió bastante cómo se había comportado y la reacción final asumiendo un papel de chica sumisa y obediente. Cenamos rápidamente, envuelto cada uno en una toalla, casi sin hablarnos ni mirarnos a la cara, pero a la segunda copa que serví empezó a soltarse y a contarme intimidades.

  • Jamás hubiera imaginado que te gustara el sexo duro y que aceptaras el papel de sumisa, le dije mirándola fijamente a los ojos.

  • Mira, voy a ser sincera contigo, me dijo envalentonada por las dos copas de vino. Más que sumisa, me encanta que me traten como una puta, asumir ese papel en el sexo, y que me den mucha caña. Cuando me has cogido del moño y me has tratado como una zorra me he mojado al instante…..y no he podido resistirme, la verdad.

  • Joder, vaya diferencia con tu hermana, jajaja. Es lo más sosa del mundo cuando…..

  • Pues si vieras a tu cuñadito te echarías a llorar, me interrumpió de golpe. No sale del misionero…..y si por lo menos tuviera una polla como la tuya. Por no decir que se corre en menos que canta un gallo…..vamos un puto desastre. Por cierto, ¿va en serio lo del divorcio?

  • Sí. Es algo que debíamos haber hecho hace algún tiempo. Lo nuestro se rompió y ahora solo hay rutina y cariño……sin contar que somos completamente incompatibles en casi todo. Ya que estamos de confesiones, ¿por qué has sido tan tocapelotas, metomentodo y calientapollas todo este tiempo?, le pregunté mientras terminaba de servir el vino que quedaba en la botella.

  • Por envidia, me dijo algo ruborizada.

  • ¿Envidia? ¿De qué…? pregunté completamente sorprendido.

  • ¿Recuerdas cuando empezaste a salir con mi hermana, el fin de semana que nos fuimos los cuatro a una casa rural? Pues os vi follar.

  • ¿Y….?

  • Tío, pareces tonto, coño. Pues que te vi comerle el coño a mi hermana, ponerla a cuatro patas y empotrarla a lo bestia, obligarla a que te cabalgara hasta que te corriste…..joder, que tuvo la mosquita muerta más ración de polla en un rato, que por cierto, vaya aguante, que yo en varios meses.

  • Jajajaja, no me lo puedo creer, ¿me lo dices en serio?

  • Pues sí, gilipollas, me dijo roja como un tomate. Siempre he envidiado esa faceta de mi hermana….y encima la tía va y se queja porque cada vez que a su maridito le da por follar, es un rato interminable hasta que se corre…..Vamos, para hostiarla a base de bien.

  • Jajajaja, en serio, esto es surrealista, jajajaja, le dije sin poder contener la carcajada. Bueno dejemos el tema que me va a dar algo de la risa…. ¿Y el tipo del hotel?, le pregunté cogiéndola por sorpresa.

  • Pufff, vaya pregunta…….Anda abre otra botella y te lo cuento.

Hice lo que me pedía, serví un par de copas más y, tras sentarnos en el sofá del salón, empezó a contarme la historia de sus infidelidades.

  • Voy a empezar por el principio. Cuando empecé a trabajar no era capaz de vender casi nada. Este es un mundo donde no hay escrúpulos y los compañeros no existen, solo son rivales que en cualquier momento te apuñalan por la espalda para quedarse con tu parte del pastel. A las pocas semanas de empezar estaba decidida a dejarlo y redacté una carta de dimisión para entregársela a mi jefe de departamento. Cuando fui a dársela coincidí en la puerta de su despacho con el tipo del hotel, uno de los accionistas mayoritarios del laboratorio y…..

  • Y te convertiste en su putita particular, la interrumpí de golpe.

  • Joder, qué bruto eres……pero sí, eso fue exactamente lo que pasó. Me llamó al día siguiente y me citó en su despacho para hacerme una propuesta. Me sorprendió bastante la llamada, pero es un tipo bastante persuasivo y acudí a la cita. Resumiendo, me propuso mover los hilos necesarios para que vendiera todo lo que me propusiera, ascendiendo rápidamente en el trabajo, a cambio de….

  • A cambio de lo que ya sabemos, volví a interrumpirla. ¿Y aceptaste sin más? Quiero decir, ¿y tu marido, tus sensaciones, tus sentimientos? Verás, no te juzgo ni mucho menos, pero me sorprende la naturalidad con la que me lo estás contando.

  • Tengo que reconocer que cuando me lo propuso mi primera reacción fue tortearle la cara y salir del despacho dando un portazo. Pero, como te he dicho antes, es un tipo bastante persuasivo y me dibujó bastante bien el mundo de lujo al que podía acceder. Y, por otro lado, asumir el papel de puta de un tipo que podía ser mi padre…..la verdad es que en ese momento me daba la excitación y el morbo que el pichafloja de mi marido no me ofrecía. No sé si se arriesgó o se dio cuenta de lo que estaba pasando por mi cabeza, pero en un momento dado se levantó, cerró el despacho por dentro y, colocándose a escasos centímetros de mí, yo aún sentada, se bajó los pantalones y el bóxer y me dejó su polla, no muy grande, pero sí bastante gorda, a la altura de la boca. Mientras se la comía hizo un par de llamadas para que cerrara mi primera gran venta al día siguiente.

  • Joder, qué fuerte. Y hasta ahora, ¿verdad?

  • Pues sí. Los dos nos aprovechamos. Él tiene a su putita, su juguete particular para hacer lo que no puede con su esposa…..aunque últimamente, ya ni con viagra, jajaja. Y yo…..pues también. Una vida de lujo, bastante dinero, el morbo de la situación….

  • Pero te falta esto, ¿verdad?, le dije quitándome la toalla y enseñándole la tranca completamente tiesa apuntando al techo. Anda, deja la copa y vamos al dormitorio que te vas a hartar de polla.

Le quité la toalla y la rodeé por la cintura conduciéndola por el pasillo mientras le besaba el cuello con lujuria, provocándole un gemido de placer. La dejé pasar primero a la habitación para fijarme bien en su culito, redondo, firme y, tras darle una buena palmada, pude comprobar que bastante duro. La tumbé bocarriba en la cama y me coloqué entre sus piernas dispuesto a comerme el coñito perfecto de mi cuñada, un bocado que llevaba bastante tiempo queriendo disfrutar. Me coloqué sus piernas en los hombros y me dispuse a devorar el manjar que tenía expuesto delante de mí. Con dos dedos le abrí los labios y apareció una cueva rosada y brillante, húmeda por los jugos que ya empezaba a destilar. Antes de pasar a la acción observé su sexo con detenimiento, fijándome en las diferencias con el de su hermana. Éste era de labios mucho más finos y rosados que el de mi ex, de labios gruesos y de color marrón oscuro. También, el interior de la cueva de mi cuñadita era bastante más estrecho y rosado y, por último, el clítoris que tenía delante era como dos veces más grande que el que ya tantas veces había visto y me había comido. Cuando me acerqué para empezar a devorarlo aspiré su aroma y fue como una descarga de feromonas que hizo que me excitara más aún, si cabe, de lo que ya estaba. Olía a puro sexo, a hembra en celo deseosa de una buena estaca que la hiciera disfrutar a tope. Con su olor en mi mente acerqué la lengua a su raja y la pasé por todo el coño, abarcándolo por completo y recogiendo sus primeros jugos. Tras varios lametazos de arriba abajo, desde el clítoris hasta el ojete, me entretuve en su botón del placer, rodeándolo con los labios y chupándolo como su fuera un pequeño chupachups.  Lo sorbí, lo chupé, le di pequeños mordiscos y lo lamí a base de bien, provocando que mi cuñadita empezara a gritar de placer.

  • ¡DIOS, QUÉ RICOOOO! ¡JODER, QUÉ GUSTOOOOOOOOO!!!!!! ¡SIGUE, SIGUE, SIGUE, NO TE PARESSSSSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!

Viendo que estaba a punto de correrse acompañé la comida de clítoris metiendo dos dedos en su cueva y follándomela con ellos al máximo ritmo que pude. Tras un par de minutos, puso sus manos sobre mi nuca y me la hundió sobre su chocho mientras gritaba como una loca que se corría.

  • ¡YA, YA, YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!! ¡SÍ, SÍ, SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ!!!!!!!!!!!!!! ¡ME CORROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Quedó derrengada sobre la cama, con las piernas abiertas, jadeando mientras buscaba aire y temblando durante varios minutos, estrujando las sábanas con ambas manos mientras pequeñas réplicas la sacudían y provocaban que se encogiera como un ovillo. Me tendí a su lado, abrazándola y asombrado por el orgasmo que había tenido, en comparación con los de la hermana.

  • Joder, vaya corrida, le dije mientras la besaba. Me has dejado la cara empapada, como si me la hubieras meado. Venga, te toca, le dije poniéndome bocarriba en la cama con la polla apuntando al techo. ¡A cabalgar putita!, le solté mientras le daba una buena palmada en la nalga derecha.

Resoplando, sin recuperar completamente el aliento, aceptó el envite y en un rápido movimiento se colocó a horcajadas sobre mí, cogiéndome el rabo por la base y frotándoselo por todo el chocho. Tras restregárselo varias veces por toda la raja empezó a darse golpecitos en el clítoris mientras cerraba los ojos y suspiraba “joder, qué polla, mi hermana es imbécil por desperdiciar esta tranca” “ufff, vaya herramienta gasta mi cuñadito”. Una sonora palmada en la nalga izquierda hizo que se dejara de preámbulos y tras morderse el labio inferior soltó un “vamos allá” y, tras apoyar las manos sobre mi pecho, se dejó caer lentamente sobre mi estaca hasta que su precioso culito topó con mis pelotas. Se quedó quieta unos segundos, con la boca abierta, acostumbrándose al tamaño de lo que se había clavado y, poco a poco, empezó a subir y a bajar por mi polla resoplando y gimiendo de gusto “uff, qué polla, estoy llena”, “joder con mi cuñadito, qué gustazo, cabrón”.

  • ¿Te gusta cómo te folla tu cuñadito? Te voy a rellenar de polla, putita mía, le dije provocándola mientras amasaba sus perfectas tetas.

  • ¡Sí, joder, sí! ¡Dame más, dame más!

A los pocos minutos subía y bajaba por mi tranca a un ritmo endiablado, dejándose caer con brusquedad sobre mis huevos, pegando unos culazos increíbles. Estaba tan mojada que el ruido de chapoteo que hacia cada vez que se la clavaba resonaba en todo el apartamento, confundiéndose con sus gritos de placer.

  • ¡SÍ, SÍ, SÍ, QUÉ RICOOOO!!! ¡MÁS, MÁS MÁS, DAME MÁSSSSSS!!!!! ¡FÓLLATE A TU CUÑADITA, REVIÉNTAMEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Viendo que estaba completamente desatada, empecé a acompañar sus subidas y bajadas con movimientos de cadera, hundiéndole al máximo la polla en cada embestida que le daba. En pocos segundos se tensó por completo, se salió de mí con un movimiento felino, quedándose sentada sobre mi pecho mientras se frotaba el clítoris a toda velocidad y se corrió, literalmente, a chorros, empapándome la cara, el pecho y las sábanas.

  • ¡YYYYYYYYYYY……..YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! ¡YA, YA , YAAAAAA, ME CORROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Se quedó un par de minutos convulsionando y soltando pequeños chorritos de líquido espeso y caliente, hecha un ovillo sobre sí misma mientras jadeaba empapada en sudor. Sin darle tiempo a recuperarse la coloqué a cuatro patas en el borde de la cama, con el culo en pompa y abierta de piernas. Me coloqué de pie detrás de ella y, apuntando en su raja, se la clavé de un solo golpe hasta que mis pelotas toparon con su culo. La sensación de taladrar ese coñito perfecto, estrecho, caliente y encharcado hizo que empezara a bombear cada vez a más ritmo, empotrándola a lo bestia con cada embestida. A los pocos minutos se dejó caer apoyando las tetas sobre la cama, se agarró fuertemente a las sábanas con ambas manos y se dejó taladrar a conciencia, como una marioneta en mis manos, mientras balbuceaba sobre lo que estaba sintiendo “joder, qué polvo”, “vaya aguante”, “dios, qué rabo”……

Al oírla la incorporé tirándole del pelo y me acerqué a ella para hablarle al oído.

  • ¿Te follo mejor que tu maridito? ¿Y mejor que el viejo? ¡Responde puta!!!!!

  • ¡Sí, sí, síiiiiiiiiiiiii!!!!!!!!!!!!!! ¡Dame más, dame mássssssssss!!!!!!!!!!!!

Le solté el pelo y me agarré a sus caderas para imprimir todo el ritmo que pude a la follada. En el apartamento sólo se oía el golpeteo de mis pelotas sobre su culito “PLOF, PLOF, PLOF” y las palmadas que iba dando alternativamente a sus nalgas, haciendo que fueran tomando un color rojizo que contrastaba con el tostado de su piel. Tras embestirla duramente durante un buen rato noté que me iba a correr, le pregunté dónde quería la descarga y tras gritarme “¡NO SE TE OCURRA SACARLA AHORAAAAAA!”, sentí cómo me tensaba por completo, cómo toda mi energía se concentraba en mi polla y tras gritar como un loco que me corría empecé a soltar descargas de leche caliente en su estrecho coñito.

  • ¡ME CORROOOOOOOOOO! ¡TOMA PUTA, TOMAAAAAAAAA! ¡TE VA A SALIR POR LA GARGANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Al notar las descargas se dejó caer sobre la cama, conmigo empalado, gritando que se corría de nuevo.

  • ¡OTRO, OTRO, OTROOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!! ¡SÍÍÍÍÍÍÍÍÍIÍ, QUÉ RICOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Caímos exhaustos sobre la cama, resoplando, empapados en sudor y saboreando el placer que nos habíamos dado mutuamente. Tardé más de quince minutos en salirme de ella y, al hacerlo, un riachuelo de semen y fluidos le resbaló por los muslos empapando las sábanas. Me abracé a ella por detrás y nos quedamos dormidos, agotados por el esfuerzo realizado.