Follándome a la recién estrenada secretaria
Juan y SOnia vuelven de Barcelona despues de haberse follado ala ex de Juan.
Segunda parte de Me gusta follar con mujeres chillonas , mejor leérsela antes para entender mejor este, aunque se puede leer sin hacerlo.
Volvimos a Madrid después de la reunión descojonándonos de mi ex mujer ahora metida a puta. Ni la propia Sonia se podía creer lo malévola que había sido con ella, desde luego ni yo mismo me creía la mala hostia que había soltado la dulce Sonia.
Me comentó que esa semana estaba sin marido pues se había tenido que ir en un viaje de negocios.
- a lo mejor esta noche te llamo, depende lo cansada que este – ahí quedo todo.
No tenía un día demasiado liado: revisar unas cosas, hacer unas llamadas telefónicas y por ultimo ser presentado a la nueva secretaria que acabamos de contratar. Yo no me meto en esas cosas menores, es Sonia la que se encarga, por lo que cuando entró Susana por la puerta de mi despacho era la primera vez que la veía en mi vida.
La chica no estaba nada mal; aunque era una cría. No llegaría ni a los 25. No le hice mucho caso, la verdad es que no me apetecía nada darle ni un discurso ni nada parecido. Todo eso ya se lo daría Sonia.
Me fui de la oficina antes de las ocho. Conduje hasta casa y cuando estaba a punto de ponerme una copa y coger un libro llamó Antonio. Un amigo de juergas de los últimos tiempos. No le costó mucho convencerme de que me duchase y saliese con él a cenar.
La verdad es que la cena fue poco gratificante. Me contó sus problemas de pareja, en la empresa e incluso de salud. Estaba yo para poco consuelo por lo que le propuse tomarnos una copa y nos olvidásemos de los problemas.
- solo una, mañana tengo una reunión importante.
- De acuerdo, solo una.
Cruzamos Madrid hasta acabar en una bar de moda aunque con poca gente. Pedimos una ronda y empezamos a charlar. Después de unos minutos la copa y la conversación empezaba a decaer, fue cuando sentí una mano en mi hombre.
- ¿Juan?
Me di la vuelta y ante mi estaba una chica vestida para matar que me resultaba familiar.
- ¿Nos conocemos? - dije
- Si, uy, perdón. Si Don Juan, soy Susana Pérez, la nueva secretaria de su empresa.
- Ah, si perdona Susana, no te había recocido fuera de la oficina. ¿Celebrando el nuevo trabajo?
- Si, he salido con unas amigas a celebrarlo. ¿Y usted?
- De tu, por favor, aquí y en el trabajo.
- Perdona. ¿Has salido a celebrar algo?
- Como no sea que ayer vi a mi ex mujer, y lo digo por lo de ex.
- Ah, eres divorciado.
- Efectivamente.
- Pues ven que te voy a presentar a mis amigas.
Ante mi, tres chicas de la misma edad que Susana, también vestidas para matar, lo cual encantó a mi amigo Antonio, me fueron dando besos.
Pedimos una ronda para todos y empezamos a hablar con las chicas. Susana no me dejaba ni un segundo solo y cada vez que una de sus amigas se acercaba las enviaba a hablar con Antonio.
Antonio con más cara que espalda acabó de olvidarse de sus problemas y se retiró con una de las chicas. Las otras dos no tardaron en darnos una excusa y dejarnos solos. Para cuando me quise dar cuenta Susana metía su lengua en mi boca. Pensé que ya no tenía edad para lotes en un bar, por lo que pedí la cuenta y le dije que si quería que la dejaba en casa.
- ¿y no me invitas a una ultima?
- ¿dónde quieres ir?
- En tu casa seguro que tienes algo – en un segundo tuve que decidir si me quería follar o no a una veinteañera, algo que por cierto, no suelo hacer.
- De acuerdo, pues vamos a mi casa.
Susana se quedó boquiabierta viendo el tamaño de la misma. Me pidió ir al baño y cuando salió estaba totalmente desnuda. Me beso estilo guarro, bajo una mano a mi paquete y me susurró al oído.
- haz lo que quieras conmigo.
- ¿cómo mandarte a casa?
- No seas malo… como reventarme con esto que tenemos aquí – dijo mientras apretaba mi paquete con la mano.
Susana se arrodillo ante mi, saco mi polla y se la metió en la boca. Estaba claro que no era la primera que mamaba en su vida, se le notaban horas de experiencia mamando pollas.
Me lamió la polla durante largos minutos hasta que decidí que ya era hora de empalarla. La llevé al cuarto la puse a cuatro patas.
- ¿qué quieres que te haga?
- Lo que quieras, hoy es nuestra noche. Hoy soy tuya y mi cuerpo esta para servirte.
Joder con la cría. Agarré mi polla y se la metí de un golpe seco en lo más profundo de su intimidad. Susana dio un respigo y un largo suspiro.
Susana gemía a cada pollazo que le daba, hay que reconocer que la tía tenía kilómetros encima y sabía como hacer disfrutar a un hombre.
Le di la vuelta y la volví a penetrar mientras en mi móvil entraba un whatsapp que no atendí.
Susana clavaba sus uñas en mis nalgas mientras todo mi esplendor entraba y salía de su aguado coño. Ella gemía tanto que casi no oí el timbre de la puerta.
- joder que horas – dije en voz alta mientras paraba de follármela.
- No abras.
- Tengo que abrir, a esta hora seguro que es importante
Me puse una toalla alrededor de la cintura y salí a la puerta. Sonia con una cara de achispada que no podía con ella me miraba sonriendo al otro lado de umbral.
- pues nada, que al final salí y cuando mi acompañante me dejó en la puerta de casa, pensé. Yo lo que necesito de verdad es una buena polla, y me pregunto si aquí me la darán…
- Bueno Sonia, hay un único problema.
- ¿Cuál?
- En mi cama ahora mismo hay una chica abierta de piernas.
- ¿Qué no soy yo?.
- No, tu estas aquí, ella esta ahí.
- ¿Y la zorra esa no querría compartirte?, mejor aun. ¿No la dejarías compuesta y sin polla y te vendrías conmigo a follar a mi casa?
- Déjame que le pregunte.
Dejé a Sonia en la puerta y me dirigí a la habitación.
- Susana, es una vieja amante.
- ¿y?
- Quiere saber si te importa que se nos una.
- Ummmm, la verdad es que es tentador, una locura, pero tentador
- ¿Y bien?
- Nunca he estado con una mujer, me encantaría que me comiese el coño una, me han dicho que en ello somos las mejores. SI me come el coño mientras yo te como la polla encantada de probar.
Volvía a la puerta ya sin toalla.
- Sonia, dos cosas
- Dime
- Primero. Creo que la conoces. Segundo exige que le tienes que comer el coño lo primero.
- ¿Si? – dijo Sonia mientras se desnuda sin siquiera cerrar la puerta – ya veras
Sonia entro en la habitación, Susana la espera de pie, empujó violentamente a la cría en la cama y se subió sobre su cara dejando su abierto y sudado coño en la cara de la chica.
- quien me vas a comer el coño eres tu a mi.
Y efectivamente, la buena de Susana no le quedó más remedio que empezar a lamer por primera en si vida vez un coño, en este caso el de su jefa.
Sonia se tocaba las tetas mientras daba explicaciones a Susana de cómo comer una almeja como dios manda. No pensaba quedarme de pasmarote, por lo que me puse de pie al lado de Susana y metí mi polla en la boca de mi subordina Sonia.
Sonia me chupaba la polla como podía, la comida de coño la estaba matando de gusto. Se la saque de la boca y se la volví a meter a la cría en su depilado coño. Susana estaba empezó a dejar de chupar con agilidad el coño de Sonia, los gemidos que le provocaba mi nabo no permitían que se desempeñase en su labor mamadora como hubiese sido necesario.
Me la folle durante un largo rato hasta que empecé a notar como mis huevos pedían paso. Sonia conocía mi cuerpo mejor que yo y solo por oír mi respiración sabía lo que iba a pasar. Se retiró de la boca de la chica, se dio la vuelta y ante las quejas de Susana, sacó mi polla del agujero y arrastrandome tirando de ella se la metió en el coño.
Susana no se cortó un pelo. Se subió en la cara de Sonia y esta no solo empezó a lamerle su raja sino que le metió un dedo en el culo y empezó a masturbarla analmente con el.
Al principio Susana ponía caritas al notar tal invasión de su intimidad, pero poco tiempo después empezó a gemir como loca. Me follé a Susana hasta que estaba de nuevo a punto de volver a correrme
- dale por el culo – me dijo Sonia.
La saque de su coño y haciendo que Susana se pusiese en posición, se la empecé a meter con cuidado.
- despacio por dios – dijo la joven.
- Dale sin miedo – dijo Susana – por como dilató, a esta se lo han roto muchas veces.
Me costó un poco, pero finalmente la penetré hasta el fondo. Empecé a moverme dentro de sus intestinos hasta que ambos empezamos a vibrar de gusto. Susana le hizo poner su boca en su entrepierna y volvió a recibir una forzada comida de coño.
Le llené los instintos de lefa después de varios orgasmos de ella y cuando Sonia entraba en el clímax total. Caímos los tres como una montaña de carne encima unos de los otros.
Nos quedamos en esta posición unos momentos. Susana acariciaba con sus uñas mis huevos, Sonia respiraba junto a mi oído.
Susana fue la primera en levantarse. Empezó a vestirse mientras Susana se acomodaba en la cama al lado mío.
- Cenicienta, vístete que mañana tienes que estar a las 8 en la oficina –dijo Sonia
- Entro a las 9 Sonia
- No, mañana te quiero allí a las 8 – le replicó su jefa.
Susana quiso hacer algún comentario, pero la prudencia le hizo callarse.
Sonia se despidió con su típico pico, Susana me dio un tremendo morreo.
Dormí como un lirón y no aparecí en la oficina hasta las 11 de la mañana. Ya sabéis aquello que decía José Manuel Lara – si tienes una empresa y no puedes llegar a las 11 ni tienes una empresa ni tienes nada.
Atendí unas llamadas importantes, devolví otras, respondí unos mails. A eso de la una fui a la cocina del despacho a ponerme un café. Me encontré a Sonia.
- ¿Qué tal esta mañana?
- Pues con un poco de clavo, un poco de dolor muscular y un poco cansada. ¿Y tu?
- Como dios, ¿Y Susana?, ¿cómo llegó?
- Pues cosas de la juventud. La chica llegó como una rosa. Quien hubiese dicho que se había dedicado a beber y a follarse a su jefe el día anterior.
- ¿Y donde anda?
- La despedí hace 3 horas. Según llegue lo hice.
- ¿Y eso?
- Si eres tan inconsciente de irte a la cama con tu jefe el primer día, para este trabajo no vales. Aquí hay que tener cabeza.
- Si, estoy de acuerdo contigo, pero no olvides que tu te fuiste a la cama con el mejor cliente de tu empresa el primer día.
- Si, es cierto, pero no me pillaron, esa es la gran diferencia, yo a la zorrita esa la pillé.
- ¿Y no serán celos?
- ¿Celos?, si tuviese celos hace años que me hubiese ido de aquí, o dejando a mi marido para tenerte en exclusiva. Ha sido un tema 100% profesional.
- En eso también tienes razón.
- Por cierto – dijo Sonia.
- Dime.
- La semana que viene tenemos viaje a Barcelona
- ¿Y tengo que ir yo?
- Quiero que vayas. Tengo ciertas cosas pensadas para Paqui.