Follando la sandalia de la amiga de mi hija
Justo como a mí me gusta, fetiche de pies y masturbación con chancletas hawaianas femeninas. En homenaje a un gran autor de esta página, que aunque ya no veo que publique más sus relatos, hace unos años conocí sus historias de fetichismo por chanclas de mujer y me hice admirador suyo.
FOLLANDO LA SANDALIA DE LA AMIGA DE MI HIJA
Relato tomado de la web y traducido por mí del portugués al español.
DIARIO DE UN FETICHISTA DE PIES
3 de diciembre de 2011 - Ayer una amiga de mi hija vino a visitarla. Amanda tiene 19 años y es una niña preciosa, morena clara, bajita, de pechos sobresalientes y trasero vuelto hacia arriba. Pero son sus pies los que más llaman la atención a un pervertido fetichista como yo: perfectos, hermosos, sexyes... Cuando me encuentro con Amanda intento fingir naturalidad, pero no puedo dejar de mirar sus pies que siempre muestra, con chanclas.
Ayer no fue diferente. Amandita estaba casi desnuda con unos pantalones cortos que desaparecieron enterrados en su culo y una mini blusa que dejaba su vientre plano sobresaliendo.
Había dejado sus sandalias en la puerta y estaba descalza. Traté de disimular mi erección, pero cuando miré sus pies descalzos, un poco bronceados por el sol fuerte y con la pequeña marca ligera de las correas de las sandalias, quedé casi sin aliento y tuve que hacer un esfuerzo para mirar hacia otro lado. La saludé formalmente y corrí a mi habitación para esconder mi erección debido a esos delicados pies.
Saqué mi polla y comencé a masturbarme, pero eso no me satisfizo. Recordé las sandalias hawaianas blancas con rayas rojas que había dejado en la puerta y tuve una idea. Agucé el oído y escuché a las chicas hablando en la habitación de mi hija. Salí en silencio por la parte trasera de la casa y di la vuelta al frente.
Mi casa tiene un muro alto y nadie podía verme desde la calle. Las sandalias de goma estaban en la puerta, se asemejaban a la forma del pie que las usaba. Tomé la chancla izquierda y la llevé a mi nariz, inhalando ese perfume mágico, una mezcla de goma y un ligero aroma a pie femenino . Mi pene se puso duro de nuevo. Tomé la otra chancla y metí la polla entre las tiras, follándome la sandalia como si fuera el estrecho coño de Amanda. Lamí y olí una mientras "me follaba" la otra con una excitación que es difícil de imaginar. Aceleré mis movimientos mientras imaginaba entrar en Amanda al mismo tiempo que lamía sus pequeños pies. Eyaculé fuerte entre las tiras, manchando las sandalias con mi espeso semen.
Aún aturdido por el orgasmo, me di cuenta de lo que estaba haciendo y del riesgo que corría cuando escuché un ruido detrás de la puerta. ¿Alguien me estaba mirando? Con rapidez limpié, dejé las sandalias y corrí hacia la parte trasera de la casa, donde me tomé un tiempo para recuperarme.
Amanda se fue poco después. Tuve que disfrazar otra erección cuando la vi ponerse la pequeña sandalia que yo acababa de follar. Curiosamente, la chica dudó antes de poner su pie derecho, pero terminó metiendo las tiras entre sus dedos. Fue excitante ver a ese lindo pie pisar mi esperma.
Cuando estuvo en la puerta, se volvió y me miró con picardía. ¿Vio algo? Todavía tengo una erección cada vez que recuerdo esa tarde loca. ¿Tardará Amandita en volver?
Tuve que hacerle algunas pequeñas modificaciones pero se respeta el texto original. Espero lo hayan disfrutado.
Saludos