Follando durante una videollamada
Mi amiga Chel me hace una videollamada y me dejo follar el culo mientras hablo con ella.
Hola, me llamo Elena, como bien sabéis, tanto a mi marido Javier como a mi nos gusta contaros experiencias que hemos tenido, pero la verdad es que hace tiempo que no hemos contado ninguna, ya sea por unos motivos u otros.
Ya nos hemos descrito físicamente muchas veces y seguimos igual, aunque con esto del coronavirus nos ha costado mantenernos en forma, jejeje.
El jueves por la tarde, acababa de ducharme, estaba envuelta en una toalla de color azul cielo mientras me secaba el pelo, cuando la puerta del baño se abrió y apareció mi marido con mi teléfono móvil sonando, mi amiga Chel me estaba llamando por video llamada, apagué el secador y me puse a hablar con ella.
Javi seguía en la puerta mirándome mientras yo hablaba con Chel, le miré y pude observar cómo me miraba desnudándome con sus ojos, con mi mano levanté la toalla dejando al descubierto mi coño durante unos segundos y volví a taparme, al poco se me acercó y metió su mano por debajo de la toalla, apretándome suavemente el culo, yo me giré y le guiñé el ojo.
Teléfono en mano, continuaba la video llamada con mi amiga, mientras Javier escondido detrás de mi seguía tocándome el culo, sus dedos pasaban entre mi culo, rozando mi agujero y provocándome los primeros escalofríos.
Tras un rato jugando con mis finas y duras nalgas, me giré apoyando mi trasero en el borde del lavabo, separé las piernas un poco y con la mano que tenía libre levanté la toalla dejando de nuevo mi tesoro a la vista.
Mi marido lo entendió a la primera, se agachó poniéndose de cuclillas y comenzó a besar los alrededores de mi coño poco a poco acercándose al lugar deseado.
Su lengua recorría despacio toda mi rajita de arriba abajo suave y lentamente, la introducía de vez en cuando en mi vagina jugueteando dentro, alternando con unos grandes lametones sobre mi clítoris.
Me estaba encantando, sentía como cada uno de sus movimientos me producían una magnifica sensación mientras yo seguía hablando con Chel.
Su lengua cada vez me producía más placer, mi cuerpo se aceleraba y yo intentaba disimular lo mejor posible, pero el placer cada vez era mayor y el ritmo de Javi aumentaba por momentos.
Mi mano derecha mantenía el teléfono enfocando mi cara por encima de mi marido mientras que con mi mano izquierda le cogí del pelo apretándole contra mi coño mientras él seguía chupando sin parar, acercándome cada vez más al orgasmo.
Estaba a punto de correrme, así que le aparté bruscamente la cabeza para que parara mientras seguía con la conversación, me giré lentamente, dejé el móvil con mucho cuidado sobre el lavabo enfocando hacia el techo, apoyé las manos y coloqué mi cabeza para que chel pudiera seguir viéndome, mi cuerpo inclinado con las piernas separadas pedía a gritos que me follaran sin decir ni una sola palabra.
Javi se puso de pie, oí como sus pantalones caían al suelo, sentí como con su polla acariciaba mi encharcado coño, lo rozaba una y otra vez, yo estaba deseando que me penetrara ya, pero él seguía jugando, provocándome una sensación de ansia, mis pezones estaban durísimos, hasta que noté como la punta de su empalmado miembro estaba entrando por mi agujero, lenta y fácilmente, cada vez más profundo, ya estaba por fin dentro de mí.
Yo seguía hablando, pero mi mente cada vez estaba más en mi coño, mi piel se erizaba por el placer que mi marido me estaba dando cada vez que me insertaba su polla, una y otra vez, despacio para no hacer ruido, a la vez que sus manos apretaban mi cintura por encima de la toalla.
No me estaba follando duro ni rápido, pero me tenía a cien, mi coño emanaba líquidos en abundancia, mi cuerpo ya se movía inconscientemente hacia delante y hacia atrás intentando acompañar los movimientos de mi marido.
Ya hasta mentalmente desconectaba de lo que Chel me estaba contando, mi mente pensaba en mi cuerpo, que estaba al rojo vivo, era yo misma la que aumentaba el ritmo, quería que Javi me follara más rápido.
Estaba súper cachonda, llevé mi mano derecha al nudo de la toalla que tenía a la altura de mis pechos y me lo solté, la toalla se abrió quedándose apoyada en mi espalda, la agarré y la tiré al suelo dejando mi cuerpo totalmente desnudo.
Apoyé mi mano en el cuerpo de Javi haciéndole parar, me cogí mi nalga derecha abriéndome el culo mostrándole por donde quería que siguiera penetrándome, él lo entendió, sacó su polla embadurnada en una mezcla de mis jugos y su saliva y la colocó en la entrada de mi puerta trasera.
Me puse de puntillas para facilitarle la misión, noté como su glande estaba empujando sobre mi agujero, mis pezones parecían que iban a separarse de lastetas, deseaba que comenzara de una vez a follarme el culo, con mis dos manos intentaba separar mis nalgas lo máximo que podía para ayudarle más todavía.
Sentía como su miembro se hacía cada vez más hueco dentro de mí, sinceramente no me dolía, entraba como cuando un cuchillo corta la mantequilla, su polla empapada ya estaba totalmente dentro, mi culo ya se había dado de sí.
Sentí un gran placer, incluso se me escapó un pequeño gemido del que Chel no se dio cuenta, Javi me agarró por la cintura, mi culo se había tragado su pene, él estaba quieto mientras yo me movía adelante y atrás follándome su duro miembro.
Poco a poco fue subiendo sus manos hasta mis pechos, con la palma rozaba suavemente mis duros pezones, jugaba con ellos, me apretaba las tetas como si amasara pan, bajó su mano derecha hasta depositarla en mi coño acariciándome el clítoris suavemente, no sé ni cómo era capaz de hablar con Chel mientras todo esto me sucedía, la excitación que mi cuerpo desprendía era increíble, quería más y más.
Mi marido llevaba ahora el ritmo de la penetración, yo había dejado de moverme y me centraba en disfrutar de cómo me follaba el culo, de sentir esa presión cuando me empujaba y ese alivio cuando la sacaba.
Su mano dejó de acariciarme el clítoris, bajó hasta la entrada de mi vagina y metió dos dedos, era como si me estuvieran follando dos hombres a la vez, uno por delante y otro por detrás, que delicia, mi cabeza me producía pensamientos que creaban más placer todavía, más morbo si cabe, mi cuerpo lo notaba y lo plasmaba poniéndome todos los pelos de punta.
Mi respiración se aceleró, ya no era capaz de hablar apenas, ni de centrarme en la video llamada, Javi me follaba el culo con más agresividad y sus dedos entraban y salían de mi coño con gran rapidez.
Mi mente no dejaba de imaginar que me estaban follando dos hombres a la vez, mi cuerpo empezó a perder fuerza, mis brazos me pesaban y mis piernas apenas aguantaban de pie, notaba como el orgasmo llegaría en breve, ya no podía apenas disimular, así que apagué la video llamada como pude y me centré en disfrutar.
Por fin puede gemir a gusto, sin tener que frenarme, Javi ya me follaba sin piedad, los golpes de su cuerpo contra mi culo sonaban con fuerza al igual que sus dedos emitían un claro sonido cuando impactaba contra los chorros de líquido que cubrían mi coño.
Coloqué mi cuerpo para sentirme lo más cómoda posible, pero estaba siendo muy intenso, lo que al principio eran gemidos casi pasaron a ser gritos de dolor, mi marido seguía embistiéndome brutalmente, lo cual me estaba produciendo una mezcla de placer y dolor casi igual.
Mi marido gruñía, seguía partiéndome el trasero con fuerza, el teléfono comenzó a sonar de nuevo, otra vez Chel me estaba haciendo una videollamada,lo silencié, ya solo se escuchaba como vibraba, con cada embestida que me propinaba todo mi cuerpo se sacudía irremediablemente, me sentía como un títere manejado por el ansia y el deseo de correrse de Javi.
Su mano izquierda me apretaba con fiereza la cadera, su respiración más fuerte se mezclaba con mis gritos, me avisó que se iba a correr, a mí me faltaba poco para hacer lo mismo, de repente sentí como los chorros de semen saltaban y se depositaban dentro de mi culo sin que Javi dejara de penetrarme ni por delante ni por detrás, yo le pedí por favor que no parase.
El teléfono por fin dejó de vibrar, yo estaba al borde del orgasmo, mis agujeros seguían siendo follados, el del culo muy lentamente pero el dedo seguía masturbándome rápidamente, notaba los chorros de semen dentro de mí, mi cuerpo comenzó a convulsionar, mis fuertes gemidos eran la expresión del placer que estaba sintiendo en esos momentos.
Abrí más mis piernas, mi coño chorreaba como si de una cascada se tratara, aunque la polla de Javi ya no estaba tan dura, sus dedos me martilleaban sin parar hasta que por fin logré llegar al orgasmo, me corrí como hacía tiempo, cantidad de jugos salían de mi coño resbalando por los dedos y la mano de Javi.
Apoye los brazos y la cabeza en el lavabo, estaba exhausta, mis piernas temblaban todavía, Javi sacó los dedos de mi chocho y me los llevó a la cara, sin apenas fuerzas simplemente abrí la boca y se los relamí, saboreando mis propios jugos.
Notaba como el semen salía de mi culo resbalando por mi cuerpo al igual que de mi coño seguían cayendo los líquidos por mi pierna.
De nuevo el teléfono volvió a sonar, pero yo no tenía fuerza ni para cogerlo, lo dejé sonando un buen rato hasta que por fin dejó de sonar.
Por fin me puse erguida, Javi me volteó, llevó su lengua a mi pezón lamiéndolo lentamente, su boca jugaba con mis tetas alternando con largos lametazos, bajé la mano a su polla totalmente parada para jugar un poco yo también, tras algunos de minutos nos metimos en la ducha para limpiarnos los restos de la batalla que habíamos vivido.
Fue brutal, estoy deseando repetirlo, aunque pasé unos días con molestias, mereció la pena, para mí y para él también.
javieryelenasomos@hotmail.com