Follando con mi tio César
-¿Te gusta mi culo tío?, Es virgen nadie ha entrado por ahí, nunca, ¿quieres ser el primero?
Mi amante, mi amor, mi vida eres tu, querido tío César
Bueno esta historia, es verdadera, me la ha contado una de las personas que he conocido a través de TR, y que me ha pedido que la haga llegar a todos, así que ahí va.
Los nombres lógicamente los he cambiado, pero quiero que sepáis que el resto es tal y como ella me lo ha descrito.
Me llamo Helena, tengo dieciséis años, y lo que quiero contar es algo que me ocurrió cuando tenia doce años, y que cambió el resto de mi vida.
Había llegado Agosto y con el las vacaciones de verano, nosotros, mis padres y yo, vivíamos en Madrid, debo decir que soy hija única de un matrimonio que se aman tiernamente y que siempre han sido unos grandes folladores, que nunca se han cortado y que desde mi habitación les oía una noche si, y la otra también como gozaban, sus grititos, risas y gemidos llegaban hasta mi habitación consiguiendo con eso, que mi imaginación ya de por di muy fructífera, aun lo fuera más y no me costaba lo mas mínimo imaginar a papá y a mamá follando como locos, lo que me ponía a mil y había logrando que desde los nueve años me tocara siempre que podía, llegando a ser una maestra en esos menesteres tanto que conseguía muchas veces correrme en menos de tres minutos.
También debo decir que me tenia que pajear al menos tres veces cada día para calmar esos hervores que sentía en mi juvenil sexo, yo pensaba muchas veces que cuando fuera mayor me volvería una ninfomana como mínimo , ya que siempre estaba con mis manos en mi conchita y cada vez me gustaba más, además de que ya no era virgen, pues había descubierto el placer de meterme por el coño, y por el culo todo tipo de pepinos y zanahorias, que luego me encantaba poner otra vez en la nevera y ver como a la hora de la comida, mis padres los degustaban.
Pues bien, como iba contando había llegado Agosto y como cada año, mis padres y yo, íbamos a pasarlo en casa de mi abuela, en el País Vasco, mi abuela vivía en un típico caserío de aquella zona, acompañada de mi tío César, un mocetón de veinticinco años, alto, grande y muy fuerte, que era hermano de mi padre, Enrique, que también era como su hermano de grande pero mas delgado que mi tío César.
Ya teníamos los bártulos en el coche, cuando llamaron a mi padre de la clínica donde trabaja, (es ginecólogo) avisándolo del inminente parto de una de sus pacientes que además presentaba severos problemas ya que el bebé que iba a nacer se presentaba de nalgas, en un momento papá decidió que mamá y yo fuéramos marchando para la casa de la abuela y que el iría en avión al día siguiente, que ya nos diría la hora de llegada para ir a recogerlo al aeropuerto de Bilbao, y así lo hicimos.
Cuando después de unas horas de conducir, llegamos a la casa de mi abuela, me pareció como un sueño, debo decir que adoraba el sitio, el paisaje tan bonito y bucólico, y la paz que se sentía en aquel lugar, además de que dentro de la propiedad corría un río de aguas frescas y limpias que hacían mis delicias, cuando iba a bañarme en el junto a las amigas del pueblo.
Cuando Nana me vio, se quedo sorprendida, me dijo que parecía mucho mayor que mis doce años, que estaba echa toda una señorita, y que pronto me pretenderían todos los chicos de Madrid, (amor de abuela), pensé yo, pero mi madre le dio la razón y le dijo que si que había crecido mucho y que además yo ya era mujer.
Mi tío César no estaba, había ido al pueblo que estaba a unos dos kilómetros para arreglar no se que asuntos en el Ayuntamiento, pero dijo la abuela que no iba a tardar pues estaba loco por vernos, "Sobre todo a ti", me dijo, "Ya sabes cuanto te quiere, tu padrino".
Mamá le dijo a la abuela que quería descansar un poco después del viaje que luego bajaría a la cocina y prepararían una buena comida, así que subimos a las habitaciones.
La abuela me dijo:
-Helena, espera, que tengo que decirte una cosa, antes de que subas a tu habitación, verás, tu tío, la ha arreglado, la ha pintado y hemos comprado muebles nuevos de esos macizos que tanto te gustan a ti, además de otra cosa.
-¿Qué cosa Nana?, va dímelo por favor.
-Nada, yo no te digo nada, vamos arriba y tu misma lo verás.
Cuando llegue a mi habitación de siempre, Nana me cogió del brazo y me dijo:
-No señorita, a partir de ahora dormirás más arriba.
Subimos hasta la buhardilla, cuando mi abuela abrió la puerta no pude evitar dar un grito de alegría, mi tío había arreglado la habitación, de tal manera que mas parecía un apartamento que la habitación de una niña, estaba todo el suelo recubierto de madera, la cama estaba en otro nivel del suelo, y era una cama grande, de matrimonio, con una hermosa colcha de color blanco, al igual que los visillos que cubrían las ventanas, que daban a los campos que conducían al río, todo lo que veía a mi alrededor era de color verde esmeralda, me emocione tanto que me eché a llorar de felicidad, y no me di cuenta de que mi tío César nos miraba desde la puerta de la habitación.
_Hay Nana, esto es maravilloso, que sorpresa, no se que decir, ¿Es MIA de verdad? ay abuela!!! que bonita, que hermosura ay gracias de verdad, cuando venga el tío le voy a comer a besos como a ti ahora mismo.
Mi abuela se reía mientras yo la besaba con todo mi corazón, ella se sentía feliz de verme así de contenta, de pronto una voz dijo:
-Vaya por Dios, así que todo para la abuela, ¿Eh? Y el que ha trabajado como un loco todo el invierno, nada de nada, hummm.... no se si enfadarme.
-Tío!!!!, que alegría, gracias por esto, te quiero mucho, mucho, mucho.
Mi tío abrió sus enormes y poderoso brazos me abrazo con fuerza, me dio dos besos y luego apartándome de sí me dijo:
_Por Dios Helena, estas enorme, que alta y que guapa, tienes suerte de que yo sea tu tío que si no te echaba los tejos ahora mismo, jajjajjjaa.
Su risa fuerte y poderosa, me hizo sonrojar.
Entonces la abuela dijo que iban a irse a bajo que descansase un poquito, que después de comer desharíamos el equipaje.
Cuando salieron de la habitación me tiré en la cama, que estupendo era, desde ella podía ver todo el hermoso paisaje que me rodeaba, me sentía en la gloria, tan bien que me arrullé y me quedé medio dormida, no sé cuanto tiempo llevaría así cuando subió mi tío, y me despertó.
_Venga dormilona, que ya está la comida preparada, venga lávate la cara y a comer.
-Hola tío, me he quedado dormida, ven siéntate un momento aquí a mi lado, quiero darte las gracias otra vez por todo esto, es el mejor regalo de toda mi vida.
-Sabia que te iba a encantar, cuando lo estaba haciendo pensaba en ti, e imaginaba tu carita cuando la vieras, y chica no me equivoqué, era todo un poema ver tus ojos brillando como estrellas, de la ilusión, hasta me has emocionado, y no te digo nada de la abuela!!!, venga vamos a comer que me muero de hambre ¿ Y tu?.
-También-le dije- tengo hambre de loba.
Bajamos a comer, estuvimos comiendo y riéndonos de todo, pero la verdad es que yo echaba de menos a papá estaba loca por que viniese y poderle enseñar la habitación, mamá estaba en el secreto y ya había visto por Internet lo que había echo mi tío de aquella vieja buhardilla.
-¿Mama tu lo sabias? ¿Y no me dijiste nada de nada?, Ay mamá como eres ¿eh?.
-Claro mi vida, no te dije nada y entre la abuela y yo decidimos las cosas de la ropa, las cortinas y la colcha, y todas esas "cositas" que hacen de tu habitación un sitio tan bonito.
-Jo, mamá eres la ostia!!!!.
-Niña!!!!-dijo la abuela-¿Pero que palabras son esas?, Hay que ver con esta juventud!!!!.
Nos pusimos a reír todos, menos la abuela, que nos miraba severamente, segundos después al ver la algarabía que se había montado, hasta ella se puso a reír, casi no oímos el teléfono, era papá nos decía que llegaba al día siguiente a las tres de la tarde, César dijo que el iría a buscarlo y me pidió que le acompañara le dije que si.
Esa tarde mi tío había quedado con unos amigos en el pueblo, yo llamé a una de mis amigas de allí, Belén y quedamos también para aquella tarde, mi tío me iba a llevar al pueblo para verla y después ya nos encontraríamos, era fácil, el pueblo era tan chiquito, que por fuerza habíamos de toparnos, con el y su cuadrilla de amigos.
La verdad es que yo miraba a mi tío y me preguntaba si tendría alguna novia, suponía que a un chico como él, tan guapo y joven no le faltarían chicas para irse con el a follar, seguro que lo hacia mas que un mono, entonces empecé a mirarlo de otra manera, mire sus largas y fuertes piernas, su culo prieto y redondo, sus músculos poderosos, y por fin le eché una ojeada a su entrepierna, y me imaginé que debía de tener una buena polla, pensé que me gustaría verla y me prometí a mi misma que le espiaría para verla, ese verano ese era mi objetivo, ver la polla de mi tío César.
Cuando íbamos hacia el pueblo en la moto de mi tío, me abracé a él con fuerza, pegando mis pechos en su espalda, lo hice a mala fe, esperando que el los notara, y mis manos se agarraron con fuerza a su cintura, pero con tan "mala pata" que en un momento y aprovechando un socavón mis manos cayeron de forma accidental sobre su paquete, el dio un respingo, pero no dijo nada y seguimos hacia el pueblo, allí me dejo en casa de Belén, que ya me estaba esperando.
Cuando nos vimos nos abrazamos y nos dimos un par de besos, que ganas teníamos de vernos!!, cuantas cosas que contar!!, así que después de saludar a su madre, fuimos a dar un paseo, fuimos hacia el bosque que había allí, nos sentamos debajo de un hermoso y frondoso árbol, que daba una sombra estupenda, allí Belén me dijo una cosa:
-Helena, tengo que decirte una cosa, me gusta mucho tu tío, esta buenísimo.
-Si ya te entiendo, hoy me lo miraba y también lo he pensado, esta jamón!!!
-No veas, me encantaría meterle mano, ¿Has visto ese culo?, madre mía!!!, está para morderlo.
-Belén esta noche te tendrás que hacer una paja a su salud tía.
-No sabes las que me hago pensando en el Helena, mira es que sólo de pensarlo me pongo burra, ya estoy hasta mojada.¿A ti no te pasa?.
-Si pero..., hasta esta noche no me puedo tocar, bien tocada, así que me tendré que joder y aguantar.
-¿Tienes ganas de tocarte, ahora?
-Si, pero tengo miedo de que venga alguien y nos vea.
_Entonces, ven y sígueme, conozco un sitio al que no va nadie, si quieres allí nos tocamos hasta que nos corramos las dos, ¿Nunca lo has hecho con otra chica?, digo tocarte.
-Claro, en el colegio, con alguna amiga, lo hacemos una primero y la otra después así mirando nos ponemos mas calientes.
¿Pero nunca te ha tocado una chica aquí?-Mientras me decía esto puso su mano sobre mi pantalón, encima de mi coño.
-No nunca, pero me lo imaginado muchas veces mientras me hacia pajas.
Entonces ella, se acerco a mi y me dijo que la siguiese, que si quería hoy me enseñaría, he de decir que Belén tenia la misma edad que yo, pero por lo visto, no solo se contentaba con pepinos y zanahorias, sino que también se había llevado al huerto a mas de uno y de dos, incluso me dijo que se había tirado, al hermano de su padre que tenia casi cuarenta años, y que tenia una polla enorme y grande.
Yo estaba mas salida que el pico de una plancha, Madre mía!!!con la Belén, no sabia nada la tía!!!.
Llegamos a un sitio, como una cueva que no se veía cuando ibas andando pero ella sabia como entrar y allí nos metimos.
Lo tenia todo preparado, allí tenia una manta, unos cojines y hasta un consolador escondido en una bolsa, luego me contó, que aquí venia alguna vez con alguna amiga o con alguno de los tíos que se estaba follando y que por eso lo tenia todo tan "preparado".
Entonces me dijo:
_Desnúdate, que quiero ver como estas echa, venga sin miedo, somos dos chicas, tenemos lo mismo, más grande o más pequeño, pero lo mismo.
-Es que me da un poco de vergüenza, ¿Por qué no te desnudas tu primero?
_Vale, primero me quito la blusa, ¿Ves?, mira que pechos mas bonitos tengo, ¿Has visto mis pezones?, tócalos Helena, mira como se ponen duros solo con pasar la mano, anda pásame la lengua, no te preocupes no me harás daño, luego te lo haré yo a ti, así suave, que bien lo haces nena, espera que me quiero quitar el pantalón.
Que rico era lamer los pechos de mi amiga, eran mas pequeños que los míos, pero eran muy bonitos, me gustaba meterme su pezón el boca y mamar de el, cuando se quito el pantalón vi que no llevaba bragas, y así de pronto me quede parada, ella sonrió, y abrió su coño para que lo viera.
-Nunca habías visto un coño así de cerca no Helena??, anda acerca tu cara a el, mira que rosadito es por dentro, y mira el clítoris ya lo tengo hinchado, anda pasa la lengua como antes por las tetas pero ahora aquí.
Lo hice, que bueno estaba, no me imaginaba que tuviese tan buen sabor, ella se sentó en mi cara y no tuve mas remedio que seguir lamiendo aquello tan bueno, ella gemía, y me pedía más y yo lamía como una posesa, hasta que por fin pegó un grito y se corrió, me dejo la cara llena de su orgasmo, parecía un tío corriéndose.
Luego me dijo:
-Ahora te toca a ti, venga desnúdate, vaya par de tetas tienes, Helena son mas grandes que las mías, y tus pezones son negros, que grandes, déjame que los chupe.
Yo estaba más que dispuesta a que chupase y que hiciese lo que quería, esto era muy diferente a lo que hacia en el colegio con mis amigas, pensé, es mucho mejor, y cuando ella metió sus manos en mi coño, salté como si tuviese un muelle en el culo, Dios!!!, que bueno, quería más y ella bajo hasta mi sexo y me hizo lo mismo que yo había echo antes, que bueno era sentir una lengua en el coño, me encantaba, creo que me corrí en menos tiempo que nunca.
Salimos de allí, después de eso, ya que se nos hacia tarde, pero quedamos en que nos llamaríamos y quedaríamos para perdernos todo un día en la cueva, donde podríamos dar rienda suelta a todas nuestras ganas de joder.
Cuando llegamos hasta el lugar donde habíamos quedado con mi tío, César nos miró de forma extraña, seria porque veníamos muy rojas, pero no dijo nada, se despidió de Belén y volvimos a casa.
La verdad es que yo estaba cansada, pero también muy excitada y el echo de ir en moto con mi tío aun me ponía a mil, tenia ganas de que llegase la noche y masturbarme pensando en lo que había pasado esa tarde con Belén.
Cuando por fin decidimos que ya era hora de irnos a la cama yo estaba más que dispuesta, al llegar a mi habitación , me desnudé y mirándome al espejo recorrí con mis manos todo mi cuerpo, abrí mi sexo para verlo, y descubrí lo hermoso que era, me pareció una flor, como una orquídea, y empecé a acariciar ese botoncito que tanto placer me daba, mientras me estaba acariciando pensaba en mi tío, en como seria tenerlo dentro de mi.
Me eché en la cama para seguir acariciándome e imaginar que era el quien me lo hacia, me metí un dedo en el culo, pues sentía mucho placer al hacerlo, en mis fantasías era el quien me lo hacia, y era el quien ahora me metía su pene mientras furiosamente me metía los dedos dentro de mi coño, para aumentar el placer que sentía, hasta que me corrí, como una loca tuve que ponerme un cojín en la boca para no despertar a todos con mis gemidos, cuando acabe, me pareció oír un ruido, al otro lado de la puerta, me levante sigilosamente y abrí de golpe, cual no seria mi sorpresa al encontrarme con mi tío, que se estaba pelando su polla con frenéticos movimientos.
Cuando me vio, se quedó mirándome con los ojos como platos, yo le miré y le sonreí y en ese momento, mi tío eyaculó, me quede mirando como salía un torrente de semen de su hermosa polla, era tal y como yo la había imaginado, grande, con una cabeza morada enorme y gorda, no se cuanto media lo que se es que era como yo quería que fuese.
Después de su corrida, mi tío me miro, creo que estaba avergonzado, así que tire de el para que entrase en mi habitación, aquella que el había echo para mi, aun llevaba su polla fuera del pantalón pero se estaba encogiendo, sin decir ni media palabra le senté en el borde de la cama y cogiendole la polla empecé a hacerle una mamada como siempre había soñado, el quería quitarme de ahí, pero yo no le deje, y enseguida aquello empezó a crecer aun mas dentro de mi boca, le chupe todo su balano de arriba abajo, le lamí sus cojones llenos de espesa leche, hasta me atreví con mi lengua a acariciar su hermoso agujero cular, a todo me atreví, hasta que me note como mis jugos caían por mis muslos, y sin hablar me senté sobre su polla iniciando mi primera cabalgada sobre un hombre, el no decía nada y se dejaba hacer, hasta que sentí que me venia un gran orgasmo, me mordí la boca para no gritar, y al mismo tiempo, sentí como mi tío me llenaba por primera vez, de su espeso y caliente semen.
Luego le bese en los labios, y el me devolvió el beso, lentamente, nuestras lenguas se enredaron y fue un beso apasionado, un morreo de campeonato, le dije en el oído que se fuera que mañana hablaríamos, así lo hizo.
Al día siguiente me desperté temprano, había dormido como una Diosa, al bajar a la cocina me encontré con César, nos miramos, y nos acercamos, el quería decir no se que, yo me acerque a el y empecé a besarle, por los labios por el cuello, mientras mis manos iban directamente a su polla que con tal recibimiento empezaba a crecer como buscando el aire que le faltaba dentro de aquel pantalón tejano, oímos la voz de la abuela y nos separamos, cuando Nana entro en la cocina nos miró y sonrió, nos dijo que nos sentáramos que nos iba a preparar un buen desayuno, que por la cara que hacíamos, seguramente nos haría mucha falta, luego volvió a reírse y procedió a preparar la comida.
Le dije a mi abuela que me apetecía mucho ir a bañarme al río, ella me dijo que si, que podríamos ir todos, pero que recordásemos que esa tarde teníamos que ir a buscar a papá al aeropuerto, así que cogimos los trastos y nos fuimos para allá.
La verdad es que me hubiese gustado más ir con mi tío solos pero..., paciencia, quedaba aun mucho verano, así que puse buena cara y marchamos al río, allí nos pasó la mañana volando, la abuela había preparado bocadillos para todos comimos allí, y después fuimos a casa para vestirnos y César y yo irnos a buscar a mi padre, teníamos que salir pronto pues teníamos más de una hora y media de carretera, y además teníamos los dos muchas ganas de hablar.
Nos metimos en el coche, mamá quería venir con nosotros, pero la abuela la convenció para que se quedara con ella para preparar una cena exquisita para papá, le sonreí mientras decía esto y me subí en el coche rápidamente .
César encendió el auto, y enseguida me dijo:
-Helena lo de ayer...oye, no sé como pedirte perdón.
-Perdón de qué tío, lo que hicimos lo hicimos los dos, yo también estaba allí, ¿recuerdas?, la verdad es que no había dejado de pensar en ti en todo el día y aun más después de la mañana que tuve con Belén.
-¿Con Belén dices?, ¿Qué paso con ella?.
Le conté a mi tío con pelos y señales todo cuanto habíamos hablado y echo mi amiga y yo, mientras se lo iba explicando el resoplaba, estaba muy empalmado, se le notaba un bulto enorme en el pantalón, entonces le dije que como teníamos tiempo parase el coche en algún sitio escondido que allí le contaría más cosas aun, era mentira pero tenia ganas de volver a ver y tocar esa hermosa polla que me tenia como loca.
Mi tío no quería, así que le puse mi mano, sobre su paquete y le dije que si no paraba le iba a decir a mi madre que me había intentado violentar, el me dijo que eso era chantaje, le dije que tenia razón, pero que ese verano tenia que ser para mi o iría con la historia a toda la familia, el me dijo que era una mala puta, pero que haría lo que yo quisiera.
Se de sobras que era una excusa, para caer en la tentación, pero nos gustaba el juego, el me decía que me veía como a una cría, que yo era muy joven, que si tal y que si cual, entonces le respondí, si le había follado bien la noche pasada, el dijo que si, y le respondí si le había parecido una niña, el evidentemente, dijo que no, así pues le conteste, ¿A que vienen tantos remilgos tío?.
Aparco pues en un sitio en medio de unos árboles, entonces le conté otra vez la historia con Belén pero esta vez lo hacia desnudándome, y mientras lo hacia me iba tocando los pechos o el coño, depende, salí del coche y el me siguió, me eche sobre el capo, y le dije:
-Tío, sácate la polla, quiero verla, quiero que te masturbes para mi, mientras yo lo haré para ti, tócatela por favor.
-Eres una pequeña zorra, Helena, ¿La quieres ver?, Mira aquí la tienes, ¿te parece bastante rabo para ti, pedazo de putón?, sigue tocándote el coño, me pones como un loco, que bien lo haces cabrona, sigue así, que yo vea como te metes esos dedos, más adentro Helena, con fuerza, Dios!!!, que puta eres, y eso que eres una niña.
-¿Te gusta tío?, anda¿ Porqué no me comes el coño, como hizo ayer Belén, a ver quien me lo hace mejor?, sigue así, que bien lo haces..., sigue tío...así...así....
El después de mamarme el coño, me dio la vuelta y me empezó a lamer mi agujerito.
-¿Te gusta mi culo tío?, Es virgen nadie ha entrado por ahí, nunca, ¿quieres ser el primero?
-Si, te voy a follar por todos los lados, primero te follare por el coño y cuando te hayas corrido te follare por detrás, pero antes chupamela, como ayer, eres una gran mamona, venga así, despacio, que no quiero correrme.
-Que hermosa es tu polla tío, la quiero toda para mi, venga follame, que tengo fuego en el coño, así fuerte, más fuerte, sigue...sigueeeeeeeeeeeee, me corrooooooooo, ay mi amor me corrooooooo, si tioooooo, siiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
-Ahora por detrás.
Note como mi tío me iba metiendo muy lentamente su polla por aquel agujero, que nadie antes, excepto mis dedos y algún que otro pepino, había llenado de aquella forma, primero me hizo daño, pero mientras lo hacia me acariciaba de tal forma que hacia que me relajara y poco a poco me fue metiendo todo aquello dentro, disfruté mucho, pero no obstante prefería su polla en mi coño ó en todo caso su juguetona lengua.
Creo que el lo notó, porque sacándomela del culo, me la volvió a meter por delante, y acabó dentro de mí, cuando acabamos nos vestimos rápidamente, ya que se nos hacia tarde para ir a buscar a mi padre, pero llegamos a tiempo, justo para ver como aterrizaba su avión, que como siempre venia con retraso.
Fue un verano estupendo el que pase con mi tío, además de que al volver a Madrid, prometimos no dejar de estar de alguna manera en contacto y si no iba yo a casa de Nana, venia el a Madrid y siempre encontrábamos un lugar donde vernos y hacer el amor, y digo hacer el amor, porque actualmente, somos pareja a pesar de la diferencia de edad.