Follando con mi prima Tatiana II

Continuación y final de un fin de semana intenso con mi prima Tatiana, a la que terminé follando en mi casa en una visita que hizo en familia a la capital del país.

Follando con mi prima Tatiana II

Al día siguiente de la gran follada y de por fin haber podido probar el apetecible cuerpo de Tatiana había muchas por hacer, su familia llegaría procedente de su lugar de origen, había reuniones y visitas programadas con otros familiares y por la noche ella, su padre y su hermano irían a ver la presentación que Roger Waters daría en el Palacio de los Deportes, así que andaríamos de aquí para allá.

Yo sólo pensaba en poder estar a solas nuevamente con ella y deleitarme con su figura, por lo que ni tardo ni perezoso me ofrecí para acompañarla a recoger a su familia a la central de autobuses. Mis padres querían ese privilegio pero les hice ver que era mejor que ellos se quedaran a preparar el ajetreado día, argumentando que así podría darle un pequeño tour a mi prima en un ambiente juvenil aprovechando mi conocimiento de la ciudad.

Al final aceptaron y partimos, para lo cual decidí no utilizar el auto para así poder tener concentración absoluta y libertad de movimientos para magrear el culito y las tetitas de mi primita que ese día lucía espectacular, con un pantalón de mezclilla ajustado y una camiseta ceñida alusiva a Pink Floyd, una chamarra de piel y sus clásicos Converse, un atuendo roquero, fresco y juvenil que a me volvía loco.

Salimos rumbo a la terminal de autobuses como dos enamorados, o podría decir como dos críos que apenas están descubriendo el sexo, aprovechando cada oportunidad para tocarnos y besarnos, meternos mano por todos lados; en el transporte público que nos llevaría al metro sentados al final del bus nos acomodamos de tal manera que mientras metía la mano dentro de sus apretados jeans y jugaba con su vagina sobre su adolescente calzón ella iba dándome una deliciosa mamada, iba en las nubes mirando que el conductor no se percatará por el retrovisor.

Fue una lástima llegar a nuestro destino tan rápido, me hubiera gustado llenar esa suculenta boca de mi semen, que se lo tragara y saboreara mi esencia, pero decidí no desesperar, ya habría tiempo, sólo debería ingeniar una manera para tenerla más tiempo a solas, algo se me ocurriría, pensé mientras seguíamos el camino en metro, abrazándonos y sobándonos con poco pudor, con una que otra mirada indiscreta de los demás viajeros.

Ya con la familia completa fue un poco complicado seguir con nuestro idilio sexual, así que esperé a que las cosas estuvieran a mi favor mientras el día transcurría según lo planeado por mis padres, visitas a algunos familiares, comida y volver a casa para que se alistaran para su concierto, al cual yo los llevaría y regresaría a casa; sólo uno que otro beso y sobadas discretas de culo cuando llegamos a casa y nada más, a esperar.

Terminado su concierto me solicitaron pasar por ellos, así que raudo me dispuse a manejar hasta mi familia, ya quería follar nuevamente a mi prima y había ideado un buen plan, que consistía en invitarlos a beber, dejar que el alcohol hiciera de las suyas con mi primo y mi tío, y así quedar mi prima a merced de mi polla.

De regreso a casa era más que evidente que habían ingerido más cervezas de la cuenta al no parar de hablar durante todo el camino y pedirme seguir escuchando a Pink Floyd durante el camino, yo sólo atinaba a mirar por el retrovisor a Tatiana, insinuándole con la mirada lo que le esperaba al llegar; ellos mismos me estaban ayudando a cumplir mi cometido.

Al llegar le comenté el plan a ella y entusiasmada me dijo:

-Venga pues a ponerlos pedos que ya te quiero sentir en mi coño.

Una mirada llena de lascivia fue mi respuesta.

El único inconveniente era mi propia familia, pero al decirles que tendríamos una reunión de primos en las habitaciones de arriba accedieron con la consigna de no subir tanto el volumen y dejar dormir. Así que ahí estábamos escuchando música y platicando de tontería y media, yo ya algo impaciente ya que su hermano no cedía y seguía de pie.

Pasadas unas cuantas horas por fin llegó el momento anhelado, ella se levantó para ir al baño y su hermano comenzó a cabecear con su trago aún en la mano, signo inequívoco de que había por fin claudicado, la noche terminaba para él y era mi turno de divertirme a costa de su hermanita, mis hermanos hacía rato que ya se habían acomodado en sus respectivos espacios asignados así que era el momento de la acción.

Acomodé a mi primo en mi cama y extendí una colchoneta en el cuarto de mi hermano, el cual está conectado sólo por un marco sin puerta, en donde yacía mi hermana y hermano en un estado claro de la borrachera no los haría levantarse hasta altas horas del siguiente día; le dije a mi prima que se quedará en la colchoneta y que yo me iría al sillón de la sala pero ella me insistió en quedarme con ella:

-Estás loca-repliqué-todos están aquí y se dará cuenta tu hermano.

-Mi hermano cuando ronca de esa manera no se levanta hasta el otro día- era la confirmación que deseaba, estaba tan caliente y deseosa como yo de pasar una intensa noche follando.

Fuimos ambos al aseo a lavarnos los dientes y una vez ahí comenzamos a liberar el deseo contenido durante todo el día, de los besos pasamos a las intensas caricias, le bajé el pantalón a las rodillas me excité aún más si es eso posible, unas braguitas tan inocentes y juveniles contrastando con su atuendo rocker y de chica ruda, unos calzoncillos blancos y tan sencillos sólo adornados con un moñito rosa al frente, que dejaban ver una mancha de fluidos y su rajita a través de la tela.

La puse contra el lavabo y detrás de ella me dispuse a arrimar mi pene en su suave culo mientras le metía una mano en sus bragas sintiendo la humedad de su coño y con la otra luchando por entrar debajo del sujetador y masajear esas tetitas puntiagudas; eran jadeos cada vez más intensos, la llené de besos en su nuca, cuello y lóbulos mientras ella se contoneaba como poseída sobre mi pene. Instantes después sentí que se avecinaba su orgasmo al tallarse frenéticamente contra mi verga por lo que aceleré el masaje sobre su clítoris y le introduje un dedo en su ya encharcado coño, hecho que hizo que se tambaleara y apretará las piernas con una fuerza que pensé me lastimaría la mano la cual termino llena de su corrida.

Al recuperarse de su corrida se volteó y después de darme un buen morreo libero mi polla y se hincó para metérsela en la boca, lo cual agradecí acariciando su cabello y su cara, se veía tan tierna tragando y dándole lengüetazos a mi pene que un sentimiento de ternura mezclado con lujuria hizo que el glande se viera de una manera desconocida hasta entonces, hinchado, lleno de sangre, pareciera que iba a reventar, por lo cual me contuve haciéndola parar y diciéndole que si seguí así me correría, algo que quería hacer pero dentro de ella.

La llevé a la improvisada cama y continuamos comiéndonos las bocas mientras poco a poco nos íbamos deshaciendo de la ropa restante, quedando desnudos y acariciando cada rincón de nuestros cuerpos, ella encima y yo dándome un festín con sus caderas y culo y mamando de esos volcancitos a punto de hacer erupción, con sus pezones tan tiesos, mamaba y tiraba de ellos, los estrujaba y sentía como eso la volvía loca, como con cada mordisco o lamida la intensidad de sus jadeos aumentaba así que era el momento de la verdad.

Así como estábamos en esa posición se acomodó y se dejó caer sobre mi verga sin siquiera avisar, un ligero chasquido fue lo único que se escuchó al acoplarnos y comenzar ese sube y baja por mi tronco, el salpicar de sus fluidos sobre mi abdomen y piernas, y besos que se iban transformado en mordidas por la intensidad del momento, follar con tu prima y que a un costado y del otro lado de la pared se encuentren tus hermanos y el de ella respectivamente es algo que no tiene precio, la sensación de hacer algo prohibido y el temor a ser descubierto en cualquier momento te ponen terriblemente caliente que pareciera no hay mañana.

Después de un rato en el que ella llevaba todo el ritmo de la penetración y después de tener un orgasmo más se tiró sobre mi pecho y fue mi turno, afianzado a sus caderas comencé un brutal mete y saca que me hizo ver las estrellas, quería llenarla, llegar lo más adentro posible, en cada embestida se la dejaba ir hasta el fondo y ella sólo berreaba de placer, babeando mi cara u hombro, parecía en otro mundo, casi inconsciente por el placer recibido mientras yo seguía bombeándola como una bestia, ya sólo preocupado por mi propio placer y en meterle un dedo en ese culito moreno que tenía a mi disposición.

Bien lubricado por todos los fluidos que emanaban de ella poco a poco fui introduciendo un dedo en su estrecho culo, mientras sentía como chocaba con mi pene que seguía llenándola de carne, ella ni se inmutó por lo que me aventure a meter otro dedo por su apretado agujero a lo que ella, perdida en sí misma, sólo movía las caderas de forma descontrolada, así hasta que otro orgasmo llegó, su cuerpo comenzó a convulsionar y entre sus espasmos y por la manera tan deliciosa en la apretada y succionaba mi verga terminé resoplando como toro y con un alarido incontenible descargué dentro de ella varios lechazos, jamás había sacado tanto semen y jamás lo había sentido tan caliente, era lo que había provocado la situación en su conjunto.

Después de un rato en el cual mi prima volvió mentalmente mi polla comenzó a desinflarse y todos los fluidos se escurrieron por mis piernas, apestaba a sexo y me sentía pegajoso y sudado, así que pasándole su blusa me dispuse a partir, dándole un beso en la boca y pensando en que quería más y más de ella, probar su culo y follarla en más posiciones. Confiaba en que se presentarían más ocasiones en el futuro y con ese pensamiento bajé al sillón, no sin antes robar su hermoso calzón y tenerlo a la mano para futuras pajas cuando ella partiera.

Al otro día todos nos levantamos tarde después una jornada tan agitada, su autobús partía por la noche e infortunadamente ya no tuvimos ocasión de poder seguir con nuestros juegos sexuales al estar todos casi todo el día en la sala, sólo tuvimos ocasión de hablar sobre un posible embarazo y acordamos que al llegar a su ciudad compraría y tomaría una pastilla de emergencia para que no sucediera nada.

Por la noche me ofrecí nuevamente a llevarlos, fue un momento raro el de la despedida, risitas nerviosas, abrazos a los tíos, apretón de manos con el primo, un poco de remordimiento por haber follado a su hija y hermana pero con ganas de más y algo de congoja ya que no tenía certeza de cuando volvería a verla nuevamente.

Finalmente abordaron el bus que los llevaría de regreso a casa, ella la última en subir. Al hacerlo se volteó y desde el parabrisas me regalo una sonrisa tan hermosa que aún conservo en mi memoria, fue algo más allá del sexo, si cargada de lujuria pero también el sello de jamás, ni ella ni yo, olvidaríamos esos intensos días; me lanzó un beso y se perdió en el corredor del autobús.

Escribo esto ya que hace poco fue su cumpleaños y sólo me quedó felicitarla vía redes sociales, no nos hemos vuelto a ver desde ese día y nunca más hablamos sobre lo sucedido, saludos y felicitaciones en los cumpleaños y hasta ahí, ella vive en Alemania, se graduó y entre a un programa de ONU, le va bien y sigue luciendo espectacular, el tiempo asentó sus caderas y piernas, aún de vez en vez sacó la prenda íntima robada y viendo sus fotos actuales rememoró nuestra historia de pasión.

Respondió mi mensaje unos días después, tanto se puede decir en unas cuantas líneas, ahora sé que ella también quisiera verme otra vez...