Follando con mi doctor 2
Le había dado un ultimátum a Damian, ahora solo necesitaba desconectar. Sergio y Victor hicieron que mis pensamientos se dispersasen por una noche y todo empezó en el autobús.
Después de aquel encuentro en su consulta, mis vistas a Damian se centraban en eso, en follar. A veces probábamos posturas nuevas o creábamos situaciones para ponernos más cachondos.
De su consulta, pasamos a vernos en su casa cuando su novia no estaba, habíamos follado en todos los rincones de esa preciosa casita a las afueras de la ciudad y yo cada vez necesitaba mas de el, necesitaba sentirme querida, pero ser la única. Así de claro se lo deje la noche antes de presentarme en su casa, pero el no tenia suficiente conmigo, la necesitaba a ella también. Los motivos de presentarme en su casa a aquellas horas el sábado eran aclarar la situación, no pensaba ser el segundo plato de nadie y necesitaba mirarle a los ojos y decírselo.
Mis ojos empapados en lágrimas se ocultaban de la mirada de Damian, de sus ojos también llorosos. Nos fundimos en un calido abrazo, que seria el ultimo hasta que el decidiese algo.
-Adiós- Le dije sin mirarle a la cara.
-No me dejes Moni, no podré soportarlo- Ahora era él el que lloraba y me abrazaba mas fuerte.
-Lo siento… Pero tienes que decidirte. Se que me quieres y que la quieres mucho a ella también, pero no podemos vivir así eternamente- Yo hablaba mientras me iba apartando de sus brazos, que luchaban por no soltarme- Ya sabes donde encontrarme, tienes mi número. Si no me llamas antes del martes sabré que has elegido estar con ella y nunca mas nos volveremos a ver.- Le sonreí y le di un beso, un último beso.
Ahora iba caminando calle abajo, pensando en todo lo que había pasado. Lo pensé durante mucho rato hasta llegar a una parada de bus. Justo a tiempo. Subí corriendo y me senté en la última fila. En el autobús solo había dos chicos mas aparte de mi, estaban sentados dos filas mas adelante que la mía y cuando el bus se puso en marcha se giraron para hablar conmigo.
-Hola guapa- Me dijo el más bajito de los dos. Tenia un pircing en la nariz y pelo corto, su amigo no me miraba aún.
-Hola- Esos chicos me intimidaban un poco, así que decidí no ser una grosera.
- ¿y tu por aquí tan sola?- A la vez que lo decía su mirada recorría mi cuerpo, el escote de mi vestido, se centró en mis tetas un buen rato y sonrío.
-Voy a salir, mis amigas me esperan al final de la línea- Le mentí, pero me estaba asustando así que decidí montarme un farol a ver si me dejaba en paz. No habia nadie esperando al final del trayecto.
-A vaya jajaj ¿Cuántas sois? Lo mismo a alguna le interesamos- Ahora el chico miró a su amigo, le dijo algo al oído y se giraron los dos. El amigo era mas guapo, moreno de ojos azules, más alto y más moreno.
-Todas tienen novio lo siento- saqué mi teléfono he hice como que le mandaba un mensaje a alguien.
-Pues que pena… Aunque bueno a mi me gustabas tu- Se levantó del asiento y se puso a mi lado. Su pierna derecha rozaba la mía y su brazo me rodeaba el cuerpo- Me llamo Sergio- Me miraba a los ojos y eso me intimidaba- Y ese de allí es Victor, acércate tío, no seas mal educado- me agarró de la mano y hizo que me sentara en medio de los dos, ahora ambas piernas rozaban con las de ellos, sus brazos me rodeaban y sus caras estaban muy cerca de las mías. Sus ojos recorrían mi cuerpo desnudándome con la mirada.
-Yo… Yo… Mónica- Estaba muy nerviosa y esos dos chicos no dejaban de rozar sus piernas contra mi de tocarme el pelo y sus miradas… sus miradas me ponían muy cachonda, tenia mucho calor y no dejaba de tocarme el pelo.
-Ufff Mónica no te toques tanto el pelo, que nos pones malos, mira- Sergio agarró mi mano y la colocó en su paquete, yo no sabia que hacer, me quedé parada. Al ver que no reaccionaba, su amigo, Victor hizo lo mismo con mi otra mano. Las tenían bien marcadas en los pantalones y parecían bien grandes y gorditas. Pensar en las no hizo otra cosa que ponerme aun mas cachonda. Imaginarme comiéndome una polla que no era la de Damian, no me hacia gracia. Pero la situación podía conmigo.
Ahora sus manos rozaban mis rodillas, Subían por mis muslos y tocaban el borde de mi vestido y lo recorrían con sus dedos, dos chicos tocándome las piernas mientras me besaban en la mejilla me acariciaban el pelo y me susurraban en la oreja.
-Que guapa vas, tus ojos me enamoran, tienes un cuerpo estupendo…- Frases que hacían que me olvidara de todo y solo pensara en ellos, en esos dos chicos con los que al bajar del bus y ver que había mentido, fui a tomar unas copas a un bar que ellos conocían.
Nos emborrachamos y bailamos los tres juntos. Sergio bailaba delante de mi, se acercaba me besaba en le mejilla y me acariciaba la cara, nuestros cuerpos se rozaban por delante y sus manos acariciaban mis tetas disimuladamente. Victor por detrás, me agarraba de la cintura y mi culo rozaba con su polla que cada vez la tenía mas grande, había mucha gente en ese sitio y pasábamos un poco desapercibidos, aunque algunas chicas intentaban ligar con Sergio, él las apartaba y venía hacia mí. Hacia un ademán de darme un beso, pero nuestros labios aun no se habían juntado, con los de Victor tampoco. Ellos recorrían mi cuerpo con las manos con la mirada, me hacían sentirme deseada y todo ese fuego que llevábamos en el interior lo descargamos mas tarde en su casa, compartían piso.
En una de las habitaciones había una cama bastante grande, las persianas estaban bajadas y no había ni televisiones ni armario, solo una cama gigante en medio. Entramos en la habitación como pudimos, íbamos muy borrachos y no éramos conscientes de la mitad de las cosas que hacíamos. Me estiré en la cama y ellos dos me iban quitando el vestido, me besaban las piernas el tanga la barriga, el sujetador hasta dejarme completamente denuda, ahora yo les desnudaba a ellos y veía en sus caras las ganas que tenían de follarme los dos juntos.
Empecé a chuparle la polla a Sergio, se la comía entera, me la metía en la boca y jugaba con mi lengua mientras su polla llegaba hasta el fondo, me daban pequeñas arcadas pero conseguí metérmela entera, me estaba follando la boca mientras Victor me besaba la espalda, me comía el coño y pasaba su lengua por mi culo, yo estaba a cuatro patas con las piernas bien abiertas y su lengua recorriendo mi culo y mi coño, me ponía muy cachonda.
Cuando Sergio la tenia bien dura, decidió cambiar de postura, quería follarme así que ahora mi boca se comía la polla de Victor, repitiendo los mismos gestos, aunque la de éste, era mas grande y mas gorda y no me cabía entera. Sergio me estaba comiendo el coño, lubricándolo antes de meterme la polla. Cuando lo hizo empecé a gemir como una perra, me estaba follando fuerte y eso me gustaba, mientras tanto yo hacia crecer la de Victor, me sentía como una puta con dos pollas dentro de mi, así que decidí tomar las riendas. Le dije a Sergio que quería las dos pollas dentro de mi, mientras miraba a Victor y así se hizo. Uno me la metió en el culo mientras el otro me follaba el coño. Sentir las dos dentro de mi, hizo que me corriera enseguida, pero ellos seguían fallándome sin parar, nos pasamos un buen rato así y con la borrachera que llevábamos no aguantaron mucho mas, sacaron sus pollas de mí y me agaché, se corrieron en mi cara, en mi boca y goteaba por mis tetas y mi abdomen. Eso era lo que mas me gustaba su leche. Dormimos los tres abrazados.
Al día siguiente, cuando desperté estaba sola desnuda en la cama, estaba la persiana cerrada y no veía nada, había ropa por todas partes y me dolía mucho la cabeza, cogí la primera camiseta que vi y me la puse, había unos pantalones cortos por ahí, no sabia de quien eran pero me daba igual, me los puse. Cuando salí de la habitación estaban los dos en la cocina.
-Buenos días princesa- Los dos me miraron y me sonrieron.
-Buenos días- Me acerqué a ellos, me coloqué en medio y agarrando ambos culos con las manos les di un beso, primero a Victor, y luego a Sergio que me agarró de la cintura y convirtió un beso de buenos días en un beso ardiente, Victor algo celoso se acercó a nosotros, me agarró de la cintura y tiró de mi, ahora el quería mis labios.
Después de ese pique entre amigos, desayunamos pensando en todo lo que habíamos hecho anoche, lo bien que lo pasamos y miramos las fotos que nos habíamos hecho en el bar. Después de ese día no quise quedar mas con ellos, hasta saber que pasaría con Damián. A pesar de todo lo que había pasado, seguía pensando en el, lo amaba con locura y si me decía que no, no podría soportarlo.
Ya era martes, faltaban 30 minutos para mi cita con él, si no me llamaba antes de las 6 significaba que todo había terminado, que nunca mas hablaría con el ni le besaría. Menos cuarto, no sabia nada de él aún, no llamaba no tenia mensajes, ya pensaba que lo tenia todo perdido, me estaba quitando los zapatos cuando el teléfono sonó.
-¿Sí?- Casi no llego a cogerlo. MI voz sonaba agitada.
-Hola… ¿estas bien?- ERA SU VOZ!!! Me había llamado, sonaba algo apagado pero no importaba, me había llamado.
-Sisi perdona, es que no llegaba a coger el teléfono y he tenido que venir corriendo- Silencio- ¿tu estas bien?-
-Mejor que nunca.
No hablábamos, no decíamos nada, no entendía porque me había llamado y estaba tan serio.
-Bueno, si me has llamado es porque… ¿me quieres?- Una lagrima amenazaba con salir disparada.
-Aunque no te hubiese llamado te querría igual. Pero sí, te he elegido, y ahora quiero que vayas a la puerta de tu casa y me abras por favor, no puedo aguantar un minuto mas sin abrazarte. Te he echado tanto de menos.
Al abrir la puerta allí estaba el, con un ramo de rosas y llorando los dos nos besamos, nos abrazamos y follamos como nunca antes lo habíamos hecho, allí en medio del pasillo, en el salón en la cocina, por toda mi casa. Le amaba y ahora era solo mío.
De Sergio y Victor no supe nada nunca más.
FIN