Follando con mi abuela
Un chico nos narra cómo su abuelastra, abandonada en el terreno sexual por su abuela, decide iniciarlo en el arte del amor.
Mi abuelo era médico en un pequeño poblado del Estado de Guanajuato, en México, había contraído nupcias por segunda ocasión con una señora, a la que llamaré Martha, con la que había tenido tres hijas, que eran a la postre medias hermanas de mi padre y que eran mis tías, Esther la cual tenía 21 años en el tiempo en que se desarrolla el relato, mi tía Bety que tenía 19 y mi tía Rosita de 18, aunque aparentaba mucha menos edad, Martha en ese tiempo contaba con 39 años de edad y mi abuelo tenía 73, aunque aún estaba muy fuerte aun en esa época, yo tenía 18 años, recién cumplidos, en ese entonces. Cursaba el primer año de bachiller y mi tía Rosita el segundo en la misma escuela que yo. Con la señora de mi abuelo, que venía a ser mi abuelastra, no llevaba muy cordial relación por los prejuicios que mis tíos me habían creado, ya que no vieron con buenos ojos que mi abuelo se hubiese vuelto a casar, yo vivía en la casa de mi abuelo, no sé por qué razón, ya que aún vivían mis padres, pero desde que recuerdo ahí vivía, aunque no llevaba relación cordial con Martha, no le faltaba tampoco al respeto nunca. Un día que llegué del instituto, era jueves, bien lo recuerdo, estaba abatido, eran como las dos de la tarde, traía un reporte que me tenía que firmar mi abuelo y tenía, aparte, que ir a hablar con el director de mi comportamiento, como era jueves, yo sabía que mi abuelo no llegaría hasta entrada la noche, pero no sabía qué decirle ni cómo empezar. Dieron las 3 de la tarde y Martha fue a hablarme para que bajara a comer, entró en mi recámara y yo estaba en la cama, con el radio encendido, pero sin oír la música, y ella me sacó de mis pensamientos diciéndome, ¿bueno qué no escuchas que te estoy hablando para que vengas a comer? ya sabes que es jueves, Pancho (que era mi abuelo) no va a venir, ya lo sabes, y Rosita de seguro está con mis padres (los jueves siempre se iba mi tía con sus abuelos), sólo estamos tú y yo, ya lo sabes, yo me disculpé diciéndole que no había escuchado que me hablaba y me dijo, oye ¿qué tienes?, ¿no crees que ya es tiempo de que seamos amigos?. Cuéntame lo que te pasa, me lo dijo, en un tono tan maternal que me convenció, y decidí platicarle que a otro compañero y a mí nos habían botado desde las 11 de la mañana de la escuela con un reporte que debía firmar mi abuelo y, aparte, ir a hablar con el director, a lo que ella me dijo y ¿qué hicieron?, a mí me dio mucha pena confesarle que habíamos estado espiando a las muchachas, escondidos debajo de una escalera que conducía al segundo piso de la escuela, para verles las pantaletas, ella se río y dijo conque ya andan de curiosos ¿eh?. Yo me desconcerté y ella me dijo, mira para que veas que soy tu amiga yo voy a la escuela mañana a hablar con el director y no le decimos nada a Pancho, y yo temeroso le dije ¿y el reporte?, me dijo, dámelo yo lo firmaré delante del director y disculparé a Pancho por no poder ir, esto me cambió el ánimo y le dije Gracias señora usted sí es mi amiga, entonces me pidió que le platicara cómo había estado lo de la espiada y ya le platiqué, y ella me empezó a decir que era normal a nuestra edad y me hizo una pregunta que me desconcertó, me dijo ¿ya se te para? yo estúpidamente pregunté con un aire de inocencia ¿qué?, a lo que ya no me contestó, me metió la mano en los pantalones y agarró mi verga, hasta que logró la erección, yo no sabía qué hacer, estaba sorprendido y a la vez me gustaba, me quitó los pantalones y los calzones y empezó a darme fenomenal mamada que estaba a punto de venirme, ella también se excitó mucho y sólo se levantó la falda y se hizo a un lado las pantaletas color crema que traía puestas, y sin desvestirse, me montó y empezó a subir y bajar en mi pene, que en menos de 4 minutos, me vine en ella que seguía cabalgando hasta que el pito se me desinfló, luego se bajó y descansó unos minutos, y se empezó a desvestir y también me desvistió a mí, empezando a chuparme las orejas, sacándome el aire de las mismas y metiéndome la punta de la lengua en las mismas, luego me frotaba sus enormes tetas en todo mi pecho, me besó de una manera brutal, me metió la lengua en mi paladar, yo la sentía casi en mi campanilla, bajó al cuello, ya estaba yo excitado nuevamente cuando me mamó el palo ricamente y me puso su panocha en la boca, ordenándome Mámamela tú también a mí, yo empecé a lengüetearla torpemente, esa era mi primera experiencia, me dijo Saca toda tu lengua y métemela, así lo hice y ella me agarraba de los puros pelos y me arrimaba más a su panocha, hasta la nariz me hizo meterle, después de unos 15 minutos de que me tuvo mamándosela se vino en mi boca, la sentí y me volvió a montar y me dijo Vas a ver cómo el segundo palo va a estar mejor que el primero, y así fue, subía y bajaba, mientras sus enormes tetas brincaban sueltas, duró como 15 minutos hasta que yo me vine y ella también, cayó sobre mí y me abrazó, metiendo sus manos por debajo de mis axilas, y apoyándose en mis hombros, moviéndose muy fuerte hasta que se me desinfló el pito, todavía se vino dos veces, descansó nuevamente toda su humanidad en mí, me quedé dormido por el ajetreo, pero una nueva mamada me despertó aproximadamente una hora después de que me quedé dormido, me chupaba la verga apoyando la punta de su lengua en la rajada de mi pito y dándome unos lengüetazos en la cabeza del mismo que pronto estaba firme de nuevo mi palo y, otra vez, me puso su chocha en la boca y luego de volverse a venir en mi boca, ordenándome tragara sus jugos, me dijo Dame lengua por el culo, yo sólo obedecí y luego me dijo Dale duro papacito, y se acomodó mi verga en su culo, la cual se fue, sin ninguna dificultad, hasta la mitad y luego me dijo Empuja, empuja, métela y sácala, como no me movía al ritmo que ella quería, sin zafarse, se dio vuelta para quedar encima de mí nuevamente dando juego a un ritmo vertiginoso, subía y bajaba y me puso mis manos en sus tetas ordenándome No las sueltes ni las aprietes mucho Dimas, hazlo con cariño, tuvo dos fenomenales orgasmos que me vacío en mis vellos, lo sentí y me dijo Vente pronto que me matas, y en un rato corto me volví a venir en su culo, cayendo ella en mí, sin zafarse, mamándome las tetas y chupándome las orejas, hasta que mi pito se desinfló y salió solo de su culo, escurriendo de semen. Me dejó descansar un rato, cuando nuevamente me lo empezó a chupar rico y me puso su panocha en mi boca para que le hiciera nuevamente el trabajito, ya estaba adquiriendo un poco de práctica y logré hacerla venir, esta vez, un poco más rápido que las anteriores, pero pedí más mientras ella mamaba toda mi verga, y esta vez me dijo Como ya estoy cansada y tú todavía no sabes montar ahora así, me subió encima de ella y se colocó mi palo en su vagina ardiente, el cual se fue hasta el fondo en el primer intento y luego que lo tuvo adentro me pasó las piernas por atrás y me abrazó como lo había hecho antes y empezó a moverse, yo sentía ya arder los hombros pero no podía decirle que me soltara, pues se movía tan rico, además de que movía las piernas tan rápido por atrás de mis caderas que pronto nos volvimos a venir los dos juntos, luego nos metimos a bañar por iniciativa de ella y ahí todavía me dio tremenda mamada que me hizo venirme en su boca, saliendo de bañarme me dijo Descansa, ahorita te traigo la cena, cuando yo estaba quedándome dormido por el cansancio, alcancé a escuchar que iban a ser las ocho de la noche, hasta entonces no me di cuenta del tiempo que había transcurrido haciéndole el amor a mi abuelastra, o mejor dicho haciéndomelo ella a mí, desperté un poco después al sentir un fuerte ardor en mi pubis, era mi abuelastra con una navaja depilándome todo mi pubis, yo le pregunté que qué hacía y me dijo Este es mi trofeo, mi niño, ahora que te inicié lo tendré muy bien guardado, lo cual me causó un tremendo ardor por tres días seguidos, hasta que me fui acostumbrando, me dijo que una amiga suya le platicó que eso les hacía a los muchachos que se metían con ella, diciéndome Pero tú Dimas no te preocupes, sólo tú serás mi amante porque ¿sabes? tu abuelo me tiene muy abandonada en este terreno y tú lo sustituirás, pero éste también será nuestro secreto ¿te parece? y así seguimos por 5 años todos los jueves los primeros dos años y luego casi cada tercer día, hasta que me pilló con una hermana menor de ella, pero eso se los cuento en otra ocasión y también cómo estrené a dos de mis tías.