Follando con el novio de mi mejor amigo

Mi amiga karla se va de viaje y yo me aprovecho para follarme a su novio que tiene un pene de encanto!

Hola, me llamo Fabiola, soy una mujer rubia, muy guapa, con un par de hermosos pechos naturales y un buen trasero, mi cara es muy linda también. Tengo 25 años y vivo independizada desde los 18 ya que mi papá nunca se interesó en mí y mi mamá vive su vida como una adolescente sin control.

El regalo de cumpleaños de ambos para mí fue una hermosa casa, amplia, con 3 habitaciones con baño independiente y uno común para toda la casa.

Debido a esto, y a que me sentía muy sola al principio y la casa me quedaba grande decidí invitar a mi mejor amiga Karla a vivir conmigo. Ella aceptó gustosa ya que era la oportunidad para ella de tener la libertad que siempre había querido.

(En la foto: yo izquierda y Karla derecha)

Karla tenía un novio llamado Raúl, no era el chico más guapo del mundo pero tenía un encanto especial, era todo un caballero, amable, atento y respetuoso, no solo de su novia, sino de todas las mujeres y eso lo hacía atractivo.

Raúl pasaba bastante tiempo en nuestra casa, aunque casi nunca hablábamos porque siempre estaban encerrados en el cuarto de Karla, a veces podían oírse los ruidos de la cama y los gemidos de ambos, en esos momentos, yo me iba al baño principal que estaba cerca de la habitación de Karla y me masturba oyendo aquellos sonidos tan excitantes ya que de momento me encontraba soltera.

Unos cuantos meses después a Karla se le ofreció una oportunidad de viajar por 1 mes fuera del país a recibir una capacitación de su trabajo, la cual ella aceptó con gusto. Antes de partir me dijo que le dejaría su llave de la casa a Raúl y que él estaría llegando todos los días a alimentar a Roxy que era su mascota, una bella chihuahua que apenas tenía cuerpo, ya que no confiaba en mí para esa tarea. Le dije que no había problema y así quedo todo arreglado.

Los primeros días ocurrieron con normalidad. Raúl llegaba como a las 6 de la tarde, alimentaba a Roxy, limpiaba sus desastres y jugaba con ella un momento, luego se despedía y regresaba a su casa. Hasta el viernes, que fue el día en que todo comenzó a cambiar para ambos.

Raúl llegó a la hora de siempre, yo estaba distraída pensando en que ponerme para salir esa noche por lo que no escuché la puerta al abrirse, salí despreocupadamente de la ducha principal, ya que el agua caliente del baño de mi cuarto no funcionaba, solamente llevaba mi pelo envuelto en la toalla, y el cuerpo totalmente desnudo, mis pechos todavía ligeramente salpicados de gotitas de agua se movían al compás de mi caminar y mi vagina recién depilada se veía preciosa e inmaculada. Me detuve de golpe al ver a Raúl parado a media sala con su rostro poniéndose cada vez más colorado. Me tape lo que pude con las manos y él se apresuró a irse a la habitación de Karla como todo un caballero, desviando la mirada de mí para no incomodarme y disculpándose una y otra vez. Yo no pude ser tan disimulada como él y lo miré fijamente mientras caminaba con dificultad debido a la erección que se le notaba aun con el pantalón, esa visión prometía una estupenda polla atrapada en esos calzoncillos y ante este pensamiento mis pezones se pusieron como piedras y mi rajita comenzó a lubricar; hacía ya un mes que no estaba con un hombre. Raúl se encerró en el cuarto de Karla por más tiempo del acostumbrado, seguramente cascándose una paja en mi honor, y eso fue lo mismo que yo hice antes de cambiarme, me toqué pensando en aquel hombre tan amable y encantador, un hombre prohibido para mí. Después de la rica sesión con mis propias manos tomé la resolución de que aunque sea una sola vez, tenía que probar el pene de aquel hidalgo, tan correcto y gentil. Me puse una tanga blanca, una minifalda y un top y me dispuse a salir a bailar con mis amigas, pero en toda la noche no abandoné aquella idea que había hecho nido en mi mente: ¡me follaría al novio de mi mejor amiga!

Decidí poner mi plan en marcha al siguiente día, pero ni sábado ni domingo Raúl apareció por la casa. No podría evitar llegar en las 3 semanas que faltaban por lo que decidí no andar con sutilezas y ser directa con él y con lo que deseaba.

El lunes, como sospeché, Raúl volvió a aparecer, yo estaba en el ordenador de la sala chateando por el msn, vestida simplemente con una licra para hacer ejercicio y una camiseta blanca, no llevaba sostén y mis pechos se marcaban muy bien contra la tela, mi trasero se veía impresionante y mi diminuta tanga también se marcaba contra la tela de licra. Raúl entró y saludó amablemente como siempre, yo me levanté y lo saludé más efusivamente, le ofrecí algo de beber, él se desconcertó pero aceptó, me fui hacia la cocina moviendo mi trasero más provocativamente y regresé con dos sodas heladas – hace mucho calor – dije, pasando la lata de gaseosa por mis frente y mi cuello, algunas gotas transpiración fueron a caer directamente a mi blusa blanca, transparentándola en aquellos puntos donde aterrizaban, una cayó cerca de mi pezón izquierdo, que se puso durísimo por el frío del agua, yo hice como si nada pasaba – y ¿cómo está Karla? La extraño mucho y seguro que tú también – le pregunté – está muy bien, disfrutando mucho. Y claro que me hace falta, nunca habíamos estado separados tanto tiempo – respondió tomando un poco de confianza, poco a poco se le notaba más desenvuelto – seguramente es difícil, yo ya llevo un mes sin novio y me hace falta la compañía de un buen hombre – dije haciéndome un poco la inocente pero picarona – seguramente a vosotros 2 también os hace falta el contacto físico, no crean que no los he oído gozar en el cuarto picarones, no puedo negar que yo también lo he disfrutado – Raúl volvió a ponerse como un tomate – siempre le digo a Karla que trate de ser más discreta, que tú podrías oírnos, pero cuando está excitada pierde toda la razón jejeje – me dijo y se rió un poco apenado. – Karla es bastante caliente, seguramente le está haciendo falta es sexo por allá, y ¡¿cómo no?! Si el viernes alcancé a ver algo de tu polla, parece que pasa bien atendida con semejante pedazo de pene – le dije descaradamente y él se apenó más – ¿me dejas verlo? – le dije suplicante – te prometo que no le diré nada a Karla, además tú ya me viste a mí y si quieres puedo volverte a enseñar lo que quieras todos estos días que estemos solos – se lo dije como suplicante – no lo sé, me parece algo fuera de lugar – dijo él – anda vamos, nadie se va a enterar, por favor – me levanté sensualmente y le meneé los pechos frente a su cara y quitándole la soda de las manos, tomé una de ellas e hice que me apretujara una teta, esto rompió su resistencia, ya que comenzó a tocarme con más ansias, me apretaba mi pecho, pellizcaba mi pezón por encima de la blusa. A como pude le desabroché el pantalón y bajé su cierre, metiendo mi mano en sus bóxer para sacar aquel tremendo miembro que palpitaba y se endurecía en mi mano. Era increíble, por lo menos de unos 21 cm en completa erección, su glande enorme, comencé a masturbarlo de pie frente a él, Raúl ya utilizaba ambas manos para magrearme las tetas, me sacó la derecha de la blusa y comenzó a mamármela, pasaba su lengua por toda mi aureola y envolvía fuertemente el pezón con ella para luego succionar, lo halaba con fuerza, lo ponía entre sus dientes y yo sentía como si me estuvieran electrocutando y sobaba con más intensidad su polla, la apretaba con firmeza y subía y bajaba mi mano por todo el tronco, la cabeza se le estaba poniendo roja y brillante de líquido pre seminal, mi vagina se estaba lubricando también.

Me arrodillé frente a él quitándole por completo el pantalón y tuve ante mi vista aquel pene en todo su esplendor, sus testículos eran hermosos, grandes y sin un solo vello, parecían dos deliciosas nueces, dirigí mi lengua a ellos y comencé a lamerlos con lengüetazos largos y lentos, subí nuevamente por su tronco, lamiendo cada milímetro de polla, podía sentir las curvas y protuberancias de sus venas en mi lengua y al llegar a su cabeza probé el sabor que ya tenía más de 30 días sin degustar, posé mis labios sobre su glande y me empujé poco a poco para que la misma presión de su pene fuera abriendo mi boca, sentía entrar su polla, cuando llegué a la mitad no podía más, y comencé a mamar lentamente, me sacaba todo su pene de la boca para pasarle mi lengua y luego volvérmelo a comer. Raúl me manoseaba como podía, me agarraba fuertemente del pelo y me hundía más el caño en mi boca, hasta que lo sentí en la garganta, sin darme cuenta me lo había tragado todo, me costaba respirar y mis ojos estaban cegados por lágrimas, pero estaba gozando como nunca. Raúl se puso de pie, me quitó la camiseta y comenzó a follarme por la boca, jamás había yo mamado así, su polla me embestía por la boca, introduciéndose hasta lo más profundo, la sentía chocar en el cielo de mi boca y en el fondo de mi garganta, mis pechos se balanceaban sin control al igual que mi melena rubia. De pronto sentí como su pene se hinchaba y a un tremendo chorro de lefa me bañó la garganta, caliente y espesa, me cortaba la respiración, tuve arcadas cuando Raúl sacó por completo su falo y tres chorros más fueron a parar directo a mis tetas, como un hermoso collar de perlas.

Caí rendida al suelo tosiendo, llorando y escupiendo semen, y el caballero que me había cogido por la boca no perdió tiempo y despojándome de la licra y la tanga me abrió las piernas totalmente para oler mi rajita, siempre limpia y bien depilada, comenzó a jugar con mis labios vaginales con sus dedos, abriéndolos, acariciándolos suavemente. Yo estaba totalmente húmeda por lo que no hubo dificultad en recibir el dedo índice y medio del novio de mi mejor amiga dentro de mi raja, los movía con maestría, tocando y estimulando cada rincón de mi vagina, los espasmos me recorrían de arriba abajo en oleadas calientes y frías al mismo tiempo, tirité de placer cuando su lengua áspera se posó en mi ombligo y bajó lentamente por todo mi vientre y mi pubis hasta llegar a mi rajita que lamió con pasión, metía su lengua hasta lo más profundo, atrapaba mi clítoris entre sus labios y hacía remolinos sobre él con su lengua, sus manos acariciaban de nuevo mis peras, cuando sentí como desde mi vientre bajaban torrentes de mis propios jugos, me sacudí sobre la alfombra al sentir el orgasmo más intenso que jamás nadie me hizo sentir.

Recobramos el aliento por un momento, pero esto no había acabado, yo tenía que cabalgar semejante polla. Nos incorporamos y lo llevé al comedor, allí lo senté y lentamente comencé a descender sobre él, dándole una magnífica visión de mi culo, abrí bien las piernas para darle espacio al hermoso miembro de Raúl. Lo sentí rosar contra la cara interna de mis muslos, lo tomé con la mano y lo sobé un poco antes de dirigirlo hacia mi concha que lo tragó lenta y gustosamente una y otra vez, me moví despacio sobre su pene y lo sentí llenarme completa.

Raúl me agarraba las tetas desde atrás y yo sentía sus huevos chocar contra mis piernas, cuando su verga salía por completo de mi vagina él me daba un par de nalgadas y me tomaba de la cintura para hundirme completamente otra vez, unas cuantas embestidas así y pude sentir nuevamente mi orgasmo invadirme al tiempo que nuevos chorros de rica leche me llenaban el interior, era increíble sentir aquella sensación de calor y frío, me moví tan violentamente que mis pechos se escaparon de mis manos y ambos gritamos con fuerza, gimiendo, y temblando de placer.

Nos besamos muy rico y luego nos duchamos juntos, esa noche el se quedó durmiendo conmigo esa noche y por la mañana volvimos a coger como locos.

Durante las semanas siguientes continuamos follando todos los días, inclusive hasta tres veces. Envidio a mi amiga por el pollón que se come a diario. Ahora están casados y se fueron a vivir a otra ciudad. Pero esa experiencia es hasta el ahora el mejor sexo que he tenido en mi vida.