Follando con el Hetero de mi clase (3)

Oscar me hace suyo en las duchas del vestuario

Oscar se habia metido dentro de la ducha, ahora yo estaba acorralado contra la pared mientras él apoyaba sus brazos anchos y musculosos en el muro que quedaba detras de mi. Estaba asustado, aunque excitado obviamente, al fin y al cabo eso eran las duchas del instituto, así que nada impedía que cualquiera pudiese abrir la puerta de un momento a otro y encontrarnos ahí.

Estás... seguro...de esto?- le decía yo con una voz temblorosa.

Él me seguía mirando fijamente amenazando con devorarme con esos inmensos ojos azules.

-Nunca he estado más seguro de nada

Luego se abalanzó sobre mi, puso sus grandes manos en ambos lados de mi cuello sujetando mi mandíbula mientras me daba un beso fuerte y apasionado, sus labios carnosos acariciaban mi boca y su lengua rozaba la mía. Los besos empezaban siendo simples picos pero terminaban siendo una fusión entre su boca y la mía, de pronto, dejó de besarme estirando mi labio dando un pequeño mordisco y bajó su boca hasta mi cuello, donde empezó a darme lametones y pequeños mordiscos.

En este punto yo empezaba a soltar pequeños gemidos. Se me escapó uno demasiado alto y el me tapó rápidamente la boca con su mano, intentando ser precavido para que no nos descubriesen.

-Contrólate guapa, esto te gusta eh? Ya sabia yo que a ti esto te iba, ahora vas a hacer lo que tú papi Oscar te diga, vale?

Asentí con la cabeza y el me tomó de los muslos y me levanto, yo era mucho más delgado que él y apenas tenía músculo por lo que sujetaba mis finos muslos uno con cada una de sus robustas y grandes manos de hombre. Me sujetó por el culo y después puso mis piernas alrededor de su cuerpo ancho y tonificado hasta que mis pies se tocaban detrás de el. Yo me sujetaba a el rodeando mis brazos alrededor de su cuello mientras seguía empotrado contra la pared. Las gotas de agua seguían empapándonos y resbalándose por nuestros cuerpos desnudos.

Volvio a ponerme de pie en el suelo mientras intentaba besarme, él era mucho más alto que yo por lo que se inclinaba hacia mi dedicandome una hermosa reverencia. Cuando estábamos los dos de pie yo quedaba a la altura de sus pectorales asi que decidí tomar la iniciativa.

Empecé a lamer sus pectorales duros y cuadrados mientras jugaba con sus pezones que se iban endureciendo cada vez más, luego baje a sus abdominales, pasaba mi lengua desde el primero hasta el último sin detenerme en ningún momento, adoraba su cuerpo como si fuere el de un dios, a el le gustaba eso, se notaba en su cara como deseaba follarme. Decidí no hacerle sufrir más y baje poco a poco hasta su paquete.

Podria dedicar sólo un libro a la belleza de aquel rabo, nunca me hubiese imaginado perder la virginidad con algo como eso, era duro y sobrepasaba los 20 cm, yo lo miraba y lo volvía a mirar, solo pensando como iba a poder meter todo aquello en mi boca. Intentaba cogerlo pero tenía un grosor tan ancho que apeas podía rodearlo con solo una mano. Era robusto y tenía presencia, Dios le había entregado esa arma y estaba claro que el sabía como usarla.

-Que pasa guapa, te gusta lo que ves? No tengas miedo, acércate que no muerde

Yo estaba de rodillas en el suelo de la ducha y le miraba directamente a los ojos, esa posición de sumisión e inferioridad me provocaba una excitación maravillosa, yo allí tirado de rodillas en una fría ducha delante de semejante hombre de mas de metro noventa y a punto de chuparle la polla, hasta el hecho de que me hablase en femenino me hacía sentir bien, era el papel que estaba interpretando en ese momento.

Empecé a sobar su polla con mis manos de arriba a abajo, la lubricaba con las gotas de agua que caían de la ducha, frotaba mis manos desde la base hasta la punta como si quisiera que saliese un genio mágico. Primero empecé por sus huevos, saqué mi lengua y les di un lametón entero, estaban duros y apretados, se notaba que estaban guardando mucha leche. Puse mi mano por detrás de sus huevos mientras los chupaba, primero metí un en mi boca y lo succioné y después metí los dos. Mire hacia arriba y Oscar estaba en un viaje astral, cerraba los ojos apretando sus párpados y hacía una mueca de placer.

Despues volví a sacar mi lengua y le metí la primera chupadita a la base de su polla, empecé lamiéndola suavemente como un niño lamiendo una piruleta, sacaba mi lengua y disfrutaba de ese tronco de carne que luego me iba a comer. Después de unos minutos decidí cesar con los lametones y empecé a pajearla mientras miraba a Oscar. Sus ojos azules se posaron en mi cara:

-Por favor cométela ya, no me hagas sufrir mas, me tienes loco Rodri.

Dijo mi nombre y yo obedecí como un buen mamador, dirigí mi lengua hasta la punta de su polla y chupé el glande un par de veces, tenía un color rosado contrastando con el blanco de su piel. Después de eso había llegado la hora por fin. Una, dos y tres. Conté en mi cabeza y después metí esa tremenda polla en mi boca de una vez sin pensarlo, mis labios llegaron a comer unas tres cuartas partes del total de rabo, aguante unos cuatro segundos y saqué mi cabeza de golpe, me dolían las comisuras de los labios por el esfuerzo que habían tenido que hacer.

Aquello era como estar viviendo una fantasía, el chico malote de mi clase, el que cumplía todos los estereotipos posibles de hombre heterosexual y tremendamente sexy, me estaba dejando chuparle la polla, es más, me estaba suplicando que le hiciese una mamada.

Despues de eso seguí haciendo una mamada normal, la metía y la sacaba de mi boca primero lentamente e intentaba aumentar la velocidad progresivamente, notaba que eso a él le gustaba, aprovechaba para tragarme en cada comida la mitad de aquel enorme rabo y cuando había llegado, la dejaba dentro y empezaba a pasar mi lengua por el glande mientras su polla seguía en mi boca. Sus gemidos aumentaban y cada vez estaba más cerca de correrse.

Mientras le hacía la manada saco mi cabeza de su rabo, me puso la mano en el mentón como siempre me hacía, lo inclino hacia arriba y el se agachó para escupirme justo dentro de la boca.

-Estoy muy cerca de correrme, lo estás haciendo muy bien preciosa, estás lista para lo que se te viene encima?- me pregunto con voz seductora

Solo le asentí con la cabeza

Ahora el metio casi toda su polla en mi boca y la dejo ahí dentro mientras yo empezaba a soltar arcadas, sus grandes manos se situaban detras de mi cabeza y me forzaban a tragarmela entera, luego, la saco de golpe y yo por fin recuperé el aire mientras se me caían algunas lagrimas. Luego volvió a metérmela en la boca sin avisar, pero esta vez no la dejo dentro sino que empezó a folla la boca como si no hubiese un mañana, ahora él me dirigía y hacía todo el trabajo, mi boca solo era el orificio que tenía el gusto de ser follado por aquel semidios.

-Joder Rodri, no sabia que fueras tan zorrita, de haberlo sabido te hubiera hecho esto mucho antes. Seguía taladrandome mientras me decia esas cosas, yo no podía sentirme en un mejor paraíso.

Mi boca recibía constantes golpes y esa polla amenazaba con romperme las cuerdas vocales, pero después de unos minutos la saco definitivamente y yo pase cerca de diez segundos tratando de recuperar la respiración.

De repente empezó a pegarme con su rabo por toda mi cara, lo frotaba contra mis mejillas y contra mi boca y me daba pequeños latigazos con ese tremendo rabo en la cara repitiéndome constantemente que era una zorrita y que lo que quería era un macho que me diese polla.

Seguía mirándole a los ojos, no podía parar de rogarle que me hiciese suyo, sabía que no lo haría aquí y ahora, llevabamos casi diez minutos sin parar y probablemente cualquier persona podría entrar a partir de ahora. Su polla me rozaba la lengua cuando me anunció la gran noticia

-Estoy a punto de correrme, donde quieres que papi te de la leche?

Me moria de ganas de decirle que en la boca, así que le dije que me la metiese como había hecho hasta ahora y que la echase dentro sin avisar

-Súplicame que me corra en tu boca

Yo estaba confundido, mi respiración seguía agitada y su pene estaba golpeando todas las paredes de mi garganta.

Por favor Oscar, te lo suplico, córrete en mi boca

-Así es como me gusta que las putas me lo pidan, eso es, que no te de vergüenza pedirle a tu papi la leche que te corresponde.

Así fue, seguí chupando aquel rabo hasta que sin previo aviso un trallazo de semen caliente impactó contra mi garganta, a este le sucedieron cuatro más, cada disparo del Semen de Oscar me hacían sentir como si todo lo que hubiera hecho tuviera recompensa. Yo me lo tragué todo y después me puse de pie.

Él me dio un pico y se acercó a mi oído:

-Quiero que sepas que lo que ha pasado si es importante para mi, terminó esa frase y me mordió el lóbulo de la oreja, después se volvió al banco del vestuario y siguió cambiándose. -Deberías empezar a vestirte ya, han acabado la clase he oído a Rubén tocar el silbato, llegarán pronto y sospecharan si te ven así.

Nos cambiamos en silencio, supongo que ninguno de los dos sabía que decir, Oscar terminó de vestirse y se hecho un desodorante fuerte y con aroma masculino, tanto como él. Pasó al lado mío y me dio un beso en la frente antes de salir del vestuario.

-Adiós Rodri, tengo informática ahora.