Follando al amigo de mi amante
No pude desaprovechar la oportunidad de que me follara el amigo de mi amante
Era un día como cualquier otro en el que no tenía nada que hacer mientras tenía unas ganas impresionantes de masturbarme desde que desperté y tener tiempo de satisfacerme por tener un día muy ocupado y entonces una amiga me llamó diciendo que habría una reunión ese día en casa de un amigo que iba de viaje así que accedí a ir pensando en que ya podría satisfacerme en cuanto regresara, al fin y al cabo él ya se iba y podía esperar un poco.
Soy una mujer de estatura promedio, piel blanca, cabello lacio y castaño que procuro usar largo, ojos verdes y grandes, labios un poco carosos, cadera ancha, cintura pequeña la cual me encanta se marca muy bien en mi ropa, pechos grandes con pezones de un color café claro pequeños y que adornan perfectamente mis pechos, nalgas medianas y levantadas y sobre todo siempre depilada.
Yo tengo una pareja pero tengo un amante que es un compañero del trabajo y llevamos saliendo dos años, intermitentes y cada quien con su cada cual, su nombre es Sergio, así que lo llame y nos pusimos de acuerdo para vernos en su casa e irnos juntos a la reunión.
Llegamos a la casa de Daniel, el mejor amigo de Sergio, donde se llevaría a cabo la reunión y ya estaban los compañeros por lo que comenzamos la celebración, cabe decir que alcohol y comida no faltó, con el respectivo brindis y música para celebrar.
Hubo un momento en que Ricardo tomó un poco de más y comenzó a ponerse en actitud posesiva e insistente como ya antes lo había hecho porque aparentemente no controla bien el alcohol, pero estaba pensando en que al final de la noche me iría con él porque lo imaginé desde que iba a su casa.
La noche continuó y seguimos bebiendo hasta que al final quedamos Sergio, Daniel, Adrián (el compañero que se iba) y yo. Adrián estaba poniéndose pesado conmigo diciendo como es que le parecía atractiva con unos “pechos hermosos a la vista y seguramente más al tocarlos” sin embargo en ese momento estaba más ocupada discutiendo con Sergio que ya estaba insistente en irnos y Daniel en que nos quedáramos, así que al final de la discusión el concluyó que no tenía caso quedarse y más con la insistencia de Daniel, así que hizo su berrinche y se fue.
Continuamos tomando y a medida que Adrián se ponía más pesado y me acosaba más, la noche se aguo y Daniel decidió llevarnos a cada quien a su casa, así que subimos al auto y Adrián se quedó dormido mientras Daniel y yo platicábamos, a lo que pícaramente me dijo: “Ve nada más, el otro haciendo berrinche porque no te fuiste con él y este queriendo caerte encima más todos tus pretendientes, ¿pues qué les haces? ¿Qué es lo que haces que los tienes locos?” ya que él sabía que todo hombre que se había fijado en mi caía en demasiada insistencia y ya tenía esa fama, a lo que me limité a decirle “es un don”, mientras intercambiábamos miradas y me tomaba la pierna y la acariciaba un poco, increíblemente por la confianza que le tenía eso se sintió extraño pero no incómodo.
Dejamos a Adrián ya que nos quedaba de paso a mi casa, y no dirigimos a mi casa, mientras hablábamos de las parejas y otros temas torcidos a lo que volvió a preguntar qué era eso que tenía y que le daba curiosidad averiguarlo, “no puedo decírtelo porque no lo sé, pero supongo que será algo que hago”, y en un alto me dijo directamente “vamos a un hotel y puedo averiguarlo”, dude por ser el mejor amigo de Sergio pero él y yo no éramos nada y tenía curiosidad y las ganas que nunca pude satisfacer, así que…
Llegamos a un motel que no estaba nada mal y entramos, la habitación tenía jacuzzi y pidió una botella de vino, lo que animó la situación un poco ya que estaba comenzando a cansarme, pero si ya estábamos ahí… Nos besamos y desvestimos, el romanticismo no tenía cabida sin embargo todo lo hacíamos más excitante, cuando quedamos sobre la cama desnudos, nos empezamos a masturbar, poco a poco y cada vez más rápido, e introdujo uno, dos y luego tres dedos en mi vagina “que vagina tan mojada y rica, parece que le gusta lo que le hago” a lo que yo contesté con un pequeño gemido y continué masturbándolo, sin embargo continuaron aumentando mis ganas y me puse sobre él y fui bajando poco a poco hasta llegar a su miembro y comencé a besarlo y después a lamerlo y acariciarlo lentamente, de abajo hacia arriba y poniendo especial atención en la punta, la cual rodeaba con mi lengua de arriba abajo y en pequeños círculos y entonces se le escaparon varios gemidos, lo que me fue excitando más y más y dijo “bueno, si con eso empiezas la magia ahora ya estoy entendiendo”, seguí lamiendo alrededor de sus testículos y los introducía un poco en mi boca mientras los acariciaba, y seguí lamiendo y bajando por los testículos hasta que llegue a esa zona que a mi parecer a todos los hombres les gusta pero temen admitirlo que está debajo de los testículos y antes del ano y me detuve ahí un minuto, y sentí como aumentaba su respiración, se iba agitando y gemía más y más pero no quería que acabara ahí, quería que me penetrara y lo quería ya, así que fui subiendo pero él me tomó de los brazos y me tiró sobre la cama y comenzó a besarme y enseguida se fue a hacerme sexo oral, se sentía muy bien y la única condición que me puso cuando comenzó fue NO BAJES LAS MANOS, y así era, cuando las llegaba a bajar me metía dos dedos en la vagina , distrayéndose de mi clítoris y le hice caso y decidí dejarlas arriba.
El comenzó a lamer mis labios de afuera a adentro, llegando a mi clítoris y se aferró a él como un niño a un dulce, y lo fue poniendo cada vez más duro, mientras me decía que me haría disfrutar y que me lo haría por todos lados. Continuó así un rato mientras sentía como movía mi clítoris y mi respiración aumentaba, sentí varias veces escalofríos que recorrían mi cuerpo pero no era tiempo de venirme por lo que le supliqué que siguiera hasta que me viniera, “para que disfrutes y te relajes para todo lo que te voy a hacer” y así siguió hasta que lo sentí, sentí como me venía en su cara dejando escapar un grito de placer y sentí como mi cuerpo se estremecía, y él no tardó en subir y ponerse sobre mí y sin avisar me penetró hasta el fondo, a lo que solté un gemido, sentía que estaba muy estrecho y se contraía por el orgasmo que tuve y él se detuvo un momento a sentirlo, “que rica vagina tienes, calientita y húmeda” y comenzó a subir la velocidad y continuó la profundidad, mientras me penetraba como un animal salvaje y repitiendo si me gustaba y yo solo dejaba escapar “si” entre gemidos.
Se detuvo, le pregunté qué pasaba y sin decir nada se dirigió al jacuzzi y lo prendió par que estuviera listo mientras continuábamos nuestros asuntos. Regreso a donde estaba y me volteó yo me puse en cuatro y levanté más la cadera para que pudiera tener una buena vista de mis nalgas y se acercó y comenzó a besarlas y a pasar su lengua por ellas hasta llegar a mi ano, y comenzó a chupar con más velocidad y profundidad, mientras yo gemía de placer, “te estoy preparando porque me vas a dar tu culo, pero mientras…” comenzó a penetrarme parándose detrás de mi para que mis fluidos vaginales lo lubricaran mientras me acercaba un dedo al ano y lo acariciaba y así me embistió sin descanso, rápido y profundo como si no quisiera darme oportunidad de descansar, hasta que me vine nuevamente y él parecía hacer un gran esfuerzo para no venirse “siente como se contrae, como me mojas, te voy a llenar toda pero te voy a llenar el culo”.
Servimos un vino que nos habían dado de cortesía y nos dirigimos al jacuzzi y él se metió, en ese momento tuve un momento de duda pero qué más podía ser si ya estábamos ahí, y estaba ansiosa de que me penetrara de nuevo y se sentó me miró y se comenzó a masturbar, me gustaba como se tocaba y me estaba excitando más todavía, “ven que quiero sentir tu vagina otra vez” mientras se masturbaba más y más, pero yo tenía otra idea así que me voltee tomé su miembro y lo acerqué mi ano, mientras respiraba profundo y me relajaba lo introduje lentamente y sentí como me abría completamente, y me senté completamente en el, ambos gemimos y después de unos segundos me incorporé y comencé a moverme de arriba abajo, lento y profundo, quería sentirlo todo, quería que sintiera como me contraía y como me movía, más rápido y más rápido me ayudaba levantándome las caderas y diciéndome “te gusta cogerme, te gusta coger no? Me encanta tu piel así mojada, me gusta como gimes, grita, grita más” lo podía sentir como entraba y salía y comencé a moverme aún más rápido pero más profundo así podía sentirlo como resbalaba, como me penetraba y me abría por dentro.
Se incorporó y sin aviso me metió dos dedos en la vagina y comenzó a moverlos de afuera adentro como si quisiera llegar a tocar su pene, me estaba atravesando pero costaba trabajo seguir con su pene en mi ano, entonces me hice al frente, se levantó y de nuevo se puso detrás de mí, sin aviso me embistió una y otra vez, abría mis nalgas con sus manos y cogía mi culo, “te dije que me darías tu culo, te encanta lo veo, oye como gimes, ve como te mueves y ve tu culo abierto, siento como me traga, si lo quieres, dímelo!”, casi no podía hablar, estaba muy excitada y agitada, podía oír como cogía, oía como chocaba, “ay si, ay si, métemelo por el culo, dame más por el culo, dame más, me encanta! Siento como me abres! Cógeme más por el culo! Si por el culo! Házmelo así! Rápido! Rápido!” y me daba más y más y comenzaba a sentir ese escalofrío tan conocido, me estaba viniendo y me corrí, me corrí tanto que pudo sentirlo, y sacó su pene de mi ano y comenzó a cogerme la vagina mientras me venía y comencé a gritar de placer y regresó a mi culo, siguió cogiéndolo “SI! POR EL CULO TE ENCANTA! TE VOY A COGER MÁS Y MÁS! GRITA! GIME! ESTE CULO ES MIO! TE VOY A LLENAR TODO EL CULO! ME VAN A SENTIR HASTA EN LA GARGANTA!” Y me cogió más y más y metió dos dedos sobre su pene, de nuevo salió y comenzó a cogerme la vagina pero quería que también me cogiera el ano, quería que me cogiera de todos lados, lo estaba disfrutando mucho y él se dio cuenta “quiero cogerte el ano, pero también la vagina” “tendrás que elegir, ambos al mismo tiempo imposible”, “pues elijo tu culo pero podemos arreglar algo”.
Metió su pene en mi culo y comenzó a cogerme duro y hasta el fondo, yo gemía y gemía y me acostó en la orilla del jacuzzi “sin bajar las manos” tomo mi cabello y tiró de él, me tenía sometida con una mano en mi cabello y la otra en mi cadera me daba más y más fuerte y cada embestida me arrancaba un gemido, sentí como quitó su mano de mi cadera y acercó a mi vagina sus dedos y me comenzó a tocar el clítoris y a abrirla “ya esta lista” dijo, y entonces lo sentí, hizo una pausa de sus embestidas introdujo en mi vagina algo frío, lo hizo rápido y profundo, y continuó sus embestidas, “que es eso? Que me metiste?” “dijiste que te gusta el vino no?”, me estaba cogiendo con su pene por el culo y con la boquilla de la botella del vino por mi vagina, sentía como me metía por el culo su pene y sentí como si moviera la botella y no podía más, estaba loca de placer, me soltó el cabello y tomó con ambas manos la botella y me embistió más fuerte con ella al mismo tiempo que me embestía en el ano, no podía más, el seguía y sentía como me abría pero me gustaba, me gustaba y sentí que iba a desmayarme pero él sólo me decía “aguanta que yo se que puedes más que eso, voy a venirme y quiero llenarte el culo” y comenzó a gemir y en las últimas embestidas metido la botella hasta que sentí que topó casi en mi abdomen y en el culo y nos venimos, sentí como me corría y como él me llenaba de leche el culo, riquísimo, dejando un último gemido y así terminamos.
Salió primero él y me dijo que había quedado bien preparadito el ano, que ahorita me volvería a coger y después con mucho cuidado sacó la botella, la botella aún tenía vino, la tomó y me dio directo de ella “tómatelos, toma tus jugos, son deliciosos” y después el tomó.
Nos fuimos a la cama, nos quedamos dormidos y en la mañana los estragos del alcohol no se hicieron esperar con dolor de cabeza y un poco de mareo, nos fuimos y no hablamos de nada en el camino, cuando me dejó en mi casa solo nos despedimos, cuídate mucho y una mirada de que no volvería a pasar y no le contaríamos a nadie. Ha pasado 1 año… nadie sabe, pero hay nuevamente una reunión pero en esta ocasión le pediré que me lleve a mi casa.