Follando a un Universitario
Me encontraba masturbándome en el sótano de mi caso cuando de repente entraron un grupo de chicos universitarios.
FOLLANDO A UN UNIVERSITARIO
Estaba en esa edad en donde no podía mantener mis manos alejadas de mi polla. No tenía privacidad en la pieza de la casa de mis padres, así que me escabullía en el sótano de la casa para acariciar al pequeño yo. Me masturbaba cada vez que tenía la oportunidad; a veces me acariciaba la polla durante un tiempo que parecían horas. Tenía la capacidad de correrme una y otra vez. Una y otra vez hasta que mi polla quedaba tan adolorida que no podía tocarla de nuevo. A veces me preocupaba mi obsesión por la masturbación. Sabía que todos los chicos de mi edad lo hacían, pero también sabía que yo lo hacía con demasiada frecuencia. Yo no era guapo de cara ni tenía un buen cuerpo; era un chico delgado y torpe cuya única experiencia con el sexo había sido la autosatisfacción. Y puede que yo no fuera guapo ni atlético, pero de seguro tenía una gran polla. Tenía una gran polla con cabeza de hongo de 20 centímetros de la que no podía apartar de mis manos. Estaba en el sótano haciendo precisamente eso cuando escuché unos ruidos de las escaleras. Ahí estaba yo desnudo, pajeándome cuando una multitud comenzó a bajar por las escaleras. Me escondí detrás de unos muebles y me asomé.
Era un grupo de chicos de una fraternidad de una universidad cercana. Era una especie de ceremonia de novatadas. Podrían estar aquí durante horas. Mi ropa estaba demasiado lejos de mi como para tomarla y el sótano no tenía otra salida por la que escapar. Estaba atrapado. Los miré; estaban atando una prenda a una viga de soporte. Había un chico sin camisa, le ataron las manos a una viga, le ataron las piernas y los tobillos. Le colocaron un pañuelo alrededor de la cabeza para que actuara como una mordaza. Le bajaron los jeans y cada uno de los chicos le pegaron una palmada con una paleta grande. Cada uno le golpeó el culo con la paleta. Puede escuchar los gritos ahogados del chico cada vez que recibía un paletazo. De alguna manera la novatada me pareció algo sexual, un tipo sin camiseta atado por otros chicos, sus jeans siendo tirados hacia abajo y su trasero golpeado? Sí, parecía algo sexual, pero a mí, muchas cosas me parecían sexuales.
Los universitarios comenzaron a irse; uno de ellos le hizo un juramento, “Nos vemos en la mañana!”
Era casi medianoche. Pensaban dejar a ese pobre chico atado en esa posición toda la noche. Eché un vistazo cuando se fueron. Me preguntaba por qué los llamaban chicos de fraternidad, me parecían hombres adultos. Eran chicos atractivos, de buenos cuerpos, lo suficientemente ricos como para pagar una buena universidad y lo suficientemente guapos para tener a todas las chicas y el sexo que quisieran. La vida no era justa, me pajeaba en un sótano húmedo mientras estos chicos de fraternidad usaban este sótano como un campo de novatadas.
Por un momento pensé en volver a ponerme la ropa y liberar al universitario. Pero ese pensamiento sólo duró alrededor de un segundo. Había bajado al sótano para obtener algo de satisfacción. No había ninguna razón para cambiar mis planes.
Eché una mirada de lejos para tomarle un mejor vistazo al universitario. Era unos años mayor que yo, buen cuerpo, atractivo de cara objetivamente hablando. Yo estaba seguro de mi heterosexualidad, pero como ya dije estaba en esa edad en que la calentura podía más. Supuse que no haría daño en nada si me lo follaba un poco? Después de todo estábamos solos, estaba atado, que podía hacerme al respecto?
La idea de follar por primera vez hizo que perdiera el control que normalmente pudiera mantener. Había estado pensando en meter la polla en algo desde que empecé a masturbarme de manera compulsiva, obviamente fantaseando con chicas, pero qué tan distinto podría ser el culo de un hombre? Sus jeans todavía estaban desabrochados por el juego de las paletas. Podía ver algo de la curva de su trasero. Nunca me había fijado en los culos de los hombres pero ahora me encontraba mirando a uno y me preguntaba cómo se sentiría follarlo? Las hormonas se tomaron el control sobre mis pensamientos.
Salí de mi escondite, me acerqué a él. Sus ojos se abrieron como platos cuando me vio caminar desnudo. Mi polla se pegó directamente a mi estomago de lo dura que estaba, me la toqué y lo miré.
Su boca estaba amordazada pero pude distinguir parte de lo que estaba gritando. Parecía bastante preocupado por el motivo de mi desnudez. Supongo que tenía el derecho de preguntarse sobre eso. No me molesté en responder; no le hubiera gustado lo que tenía que decir.
Lo miré, su pecho era como el que yo quería que fuese el mío. Sus brazos eran fuertes. No era flaco como yo, pero su estómago era plano y marcado. Le froté los abdominales mientras le miraba el pecho. Tenía unos buenos pectorales marcados, con unos masculinos pezones color café. Sus axilas eran peludas en comparación para un tipo tan lampiño como él.
Estaba gritando en la mordaza cuando lo toqué. Le bajé los jeans tan bajo como pude conseguir. Eso hizo que gritara aún más. Sus pantalones se detuvieron en una cuerda por encima de sus rodillas, decidí que era seguro sacar esa cuerda porque sus pies estaban atados. Le quité la cuerda y luego le tiré los jeans hasta los tobillos. Llevaba unos boxers grises que fue lo siguiente que le quité. Su trasero era firme, no tenía pelos y la piel parecía tan sedosa coma la de cualquier otra chica. Su pene se mantenía suave pero no parecía que llegase a ser tan grande. Me sentí poderoso en ese momento y le tiré algunos vellos púbicos.
Ahora retorcía y gruñía en su mordaza. Me reí disimuladamente y tiré unos pocos pelos más de sus testículos.
“Te voy a follar por el culo, amigo!” Le anuncié cuando decidí que realmente lo haría. El problema era que era más alto que yo, su trasero estaba demasiado alto. Miré alrededor y vi una vieja caja de madera. Era lo suficientemente alta para alinearme con su trasero. Tenía los tobillos atados; por lo que no podía abrir las piernas. Le manosee las nalgas para abrirlas y mirar dentro de ellas. Su agujero era café como sus pezones, casi no había pelo alrededor. Lo toqué. Estaba gritando y retorciéndose de nuevo.
Me mojé la polla muy bien con saliva; el escupo era genial para masturbarse, así que pensé que también sería lo suficientemente bueno para follar. Le aparté las nalgas tratando de guiar mi polla hacia adentro. Se estaba moviendo tanto como las cuerdas se lo permitían pero ya tenía la punta de mi polla en su agujero.
Estaba bien cerrado, me imagino que estaba tratando de mantenerme fuera, empujé de verdad duro, su cuerpo se tensó y estaba gritando en la mordaza. Yo tenía la cabeza de mi polla dentro de él ahora y se sentía realmente bien pero extraño. Podía empujar con calma ahora que estaba dentro de él pero seguía retorciéndose.
Lo rodeé y lo agarré por las pelotas. Eso lo llevó a quedarse quieto. Sostuve su saco de pelotas y hundí mi polla hasta el final. Parado en la caja comencé a follar con él. Gritaba, pero la mordaza funcionaba bien. Su culo comenzó a adaptarse cada vez mejor, se sentía tan bien. Estaba apretado y cálido. Apreté sus bolas un poco más mientras follaba, se sentían un poco blandas pero firmes también.
Solté una risita cuando me di cuenta de que le estaba apretando las pelotas y follándole el culo al mismo tiempo. Mi polla comenzó a hormiguear como cuando estaba a punto de correrme. Me moví más rápido, mi cuerpo chocaba contra el suyo! Escuché la palabra “no” a través de la mordaza; él sabía que yo me correría dentro de su culo! Mi polla comenzó a palpitar mientras bombeaba mi carga, bombeaba y bombeaba, más de lo que podía recordar que lo haya hecho antes. Descargué una carga enorme dentro del chico universitario. Me sentía muy orgulloso de lo grande que había sido mi corrida. La saqué de él, mi polla estaba semi dura.
No había terminado; necesitaba volver a cargarme. Caminé y quedé frente a él; había un par de lágrimas en su rostro. Las limpié y me reí. “Mi gran polla te hizo llorar?” Le pregunté. Me fulminó con la mirada.
Puse mi boca en su pezón izquierdo y lo chupé. Siempre había fantaseado con chupar tetas y esta era la primera oportunidad que tenía de chupar un pezón así que simplemente cerré los ojos y me imaginé que pertenecía a una mujer. Su pezón tenía un sabor salado. Podía sentir la punta del pezón poco a poco comenzar a alargarse dentro de mi boca debido a la fuerte succión, a medida que se alargaba cerré mis dientes en la base de la punta y comencé a chupar realmente fuerte para alargárselo más, debo reconocer que se sentía realmente bien. Cuando logré que la punta estuviera lo suficientemente dura y algo más larga comencé a mordisqueársela lo que provocó que se retorciera mucho lo cual me excitaba más. Debo haber estado fácilmente unos 30 minutos trabajando ese pezón de manera ruda, cuando terminé estaba rojo y casi del doble de largo del otro que no toqué. Me arrodillé y jugué con su polla. Quería verlo duro. Tomó un tiempo pero finalmente se alargó. Su polla medía solo 15 centímetros.
“Tienes un pene pequeño, amigo!” me burlé. Entonces, le di un rodillazo con mi rodilla derecha en los testículos! Parecía un poco como su fuera a desmayarse, su pene se ablandó casi de inmediato. Volví y me subí a la caja y lo follé de nuevo. Su trasero estaba mejor esta vez, no estaba todo apretado y estaba todo resbaladizo por dentro con mi semen.
Lo follé realmente duro esta vez, él estaba sudando. Tomó un tiempo esta vez pero finalmente disparé otra carga, otra gran carga. Me reí cuando se la saqué y le di una palmada muy fuerte en el culo, sus nalgas temblaron por el golpe y la huella de mi mano se marcó en la cremosa piel blanca de su culo, la que contrastaba con su cuerpo bronceado por el sol.
Mis pelotas estaban realmente vacías esta vez pero realmente quería follármelo de nuevo. Así que decidí chupar su otro pezón. Le di al comienzo el mismo tratamiento que el otro, sólo que esta vez me entretuve estirándole la punta con los dientes, le agarraba el pezón y lo estiraba lo más lejos que se pudiera de su pecho para luego soltarlo y agarrarlo de nuevo con los dientes, todo entre succiones, gracias a que tenía musculatura en su pecho a veces ponía mi mano debajo del músculo del pectoral para resaltarlo tratando de meterme todo el pectoral en la boca con los ojos cerrados fantaseando en que una teta verdadera, esta vez debo haber estado una buena hora jugando sólo con ese pezón, cuando terminé su pezón estaba duro y muy rojo, brillando con saliva e incluso más alargado que el anterior. Agarré sus bolas y las tiré hacia abajo. Las golpee con un dedo viendo como se retorcía. Le volví a dar un rodillazo en los testículos, riendo mientras él jadeaba y se retorcía.
Empecé a tirar de su vello púbico de nuevo, un pelo a la vez. Estaba goteando en sudor y eso me puso duro de nuevo. Le había hecho una calva en medio de su arbusto! Era hora de follar de nuevo!
Esta era mi tercera follada; tenía algo de práctica y experiencia ahora, al menos con el trasero de este chico! Me reí, mi semen estaba chorreando por su culo. Clavé mi polla dentro de él y escuché su grito ahogado.
“Aw! Eso dolió?” le pregunté. Se la saqué toda y se la clavé de nuevo. Otro grito ahogado! Así es como me lo follé esta vez, todas las veces se la sacaba por completo y luego se la enterraba entera de un solo golpe. Una y otra vez! Agarré su polla y la retorcí y apreté mientras bombeaba su culo.
La follada duró mucho tiempo; sus gritos eran ahora débiles gemidos. Le tenía agarrados los suaves pectorales ahora, amasándoselos como tetas, pellizcándoles los pezones y tirando de ellos con los dedos. Pasó más de una hora antes de que comenzara a bombear más crema dentro de su culo. Solté una risita mientras pensaba en lo adolorido que debía estar su ano. Le había trabajado las pelotas y la polla realmente bien. Le había mordisqueado los pezones en carne viva. El universitario recordaría esta iniciación. Nunca la olvidaría.
En cierto modo también era mi iniciación, mi primer sexo. Me había corrido tres veces y todavía no me sentía satisfecho. No pensé que mis bolas tuvieran otra gota más de esperma, pero eso no significaba que no pudiera divertirme un poco más. Quedé nuevamente frente a él, debido a que yo era más bajo mi boca quedaba justo a la altura de sus pezones, me los metí a la boca nuevamente, realmente había disfrutado jugar con ellos, estaba vez me pasé de uno en uno, ya que estaban alargados me divertí mordisqueándolos y succionándolos fuerte, estuve un buen rato mordisqueando un pezón para luego chupetearlo a lo maldito, después pasaba al otro dándole el mismo tratamiento y luego volvía al anterior, me encantaba jugar con las duras puntas así que a veces también se las estiraba con los dientes, así me entretuve otra hora completa fantaseando como si realmente fueran los pezones de una chica, sus pezones realmente estaban al rojo vivo, destruidos, ni parecidos a las masculinas tetillas del comienzo que coronaban sus abultados pectorales que seguramente tanto le gusta presumir en el campus de su universidad. Estaba sudando de verdad otra vez. Todo este juego había vuelto a endurecer mi polla. Mi polla estaba un poco adolorida por toda la follada que había tenido pero podía ir por un poco más.
“Voy a follarte de nuevo!” me reí. Me subí a la caja y lo golpeé con mi verga. Mi polla sabía en donde tenía que meterse. Me sumergí y comencé a follarle el culo. Le agarré los magullados pezones con cada mano y los estiré mientras follaba. Su culo estaba tan resbaladizo y abierto. Me moví más rápido que antes. Fap! Fap! No duré tanto cuando ya le estaba disparando otra carga dentro del culo. Hombre, yo era el que estaba gritando en ese momento! Lancé como 9 chorros de semen. No había forma de que quedara más leche dentro de mí, no ahora de todos modos. Maldita sea, estaba comenzando a amanecer. Sus compañeros de fraternidad volverían pronto. Pensé en arreglarlo y volver a ponerle la ropa, pero para qué? Me vestí y me fui riendo, pensando en lo que esos chicos de fraternidad pensarían cuando lo vieran así!
FIN.