Follando a mis ordenes

Una mujer es sorprendida en un vestuario de una tienda por un desconocido, mientras su marido espera fuera

Llevábamos un par de semanas disfrutando de unas vacaciones familiares en el sur. El tiempo había sido espectacular salvo aquel día que amaneció nublado, aunque sin rastro de lluvia ni de frío. Era la excusa perfecta para ir de tiendas por la zona, especialmente por aquel centro comercial que nos habían recomendado.

Era un sitio increíble, al menos para ser lo que era. De cualquier manera mi marido y yo tuvimos que ponernos de acuerdo, como solíamos acostumbrar para ese fin, turnándonos al cuidado de los dos peques, de manera que uno se quedaba de guardia con ellos mientras el otro se dedicaba a comprar lo que necesitaba.

Empezó mi marido, buscando unas gafas de sol que necesitaba. Llevé a los niños a una planta superior donde había una zona infantil. La verdad es que había muy poca gente y me colé con ellos en una zona destinada a dibujar, con esas mesas y sillas pequeñitas de plástico de colores. Solamente había allí otro crío, y en la valla, vigilando, pero fuera del recinto, su padre. Me había fijado en el al llegar. La verdad es que era un tipo atractivo, quizás un poco jovencito, pero muy interesante. Yo me afanaba en pintar con mis peques, aunque no estaba del todo cómoda. Llevaba un vestido sencillo pero efectivo: se trataba de una camisola vaquera, que me llegaba hasta un palmo por encima de la rodilla y unos zapatos de medio tacón veraniegos. No necesitaba más, para sentirme espectacular. El problema es que ese vestido muy raramente me lo ponía sin unas mallas debajo. Sin embargo aquella mañana me había animado... tenia las piernas tan morenitas que me pareció buena idea lucirlas. Ahora me estaba pasando factura. Sentada en aquella silla tan pequeña era prácticamente imposible no dar un espectáculo... y el padre de la otra criatura no se lo estaba ahorrando en absoluto. Yo intentaba cruzar las piernas o juntarlas, pero cualquier mínimo movimiento para coger una pintura o sentar bien a los críos dejaba mi ropa interior al descubierto. El tipo además no disimulaba. No solo no me quitaba ojo, sino que además por su cara estaba claro que estaba disfrutando. De repente el otro niño resbaló de la silla y se cayó. Yo instintivamente corrí a socorrerlo y al hacerlo y agacharme me di cuenta que de nuevo le brindé una vista privilegiada. El niño lloraba desconsoladamente.

  • No llores mi amor, ahora te llevo con tu Papá - mientras me dirigía con la mirada al padre Voyeur
  • No, sino es mi hijo - respondió el tipo. Enseguida acudió una chica, su verdadera madre, alertada por el llanto y se llevo al niño, dándome las gracias por las atenciones.

Me quedé de piedra. ¿Entonces que pintaba aquel tipo allí? ¿es posible que tan solo estuviera allí mirándome? Cruzamos nuestra mirada.... seguía teniendo aquellos ojos lascivos y cara de estar disfrutando... aquella falta de discreción me pudría y algo muy raro en mi, me levanté y me acerqué a el y le solté a la cara:

  • ¿que miras? - le dije de forma infantil, pero casi en su susurro para no alertar a los niños
  • evidentemente a ti - tenia una sonrisa encantadora, pero no me iba a engañar con sus trucos
  • no me parece bien...
  • a mi si - respondió de manera chula
  • pues mi marido está a punto de llegar e igual se forma un lío
  • vamos mujer no te pongas tensa... si tu quisieras te podría dar un poco de esto - y mientras lo decía se llevo la mano a la entrepierna y se agarró literalmente la polla.... lo digo así por que se notaba a través de la tela que estaba erecta y marcando muy ostensiblemente hacia la derecha.

Yo no podía articular palabra.... por un lado estaba asqueada por la situación, por la otra no podía dejar de mirar la mano de aquel tipo sujetando su enorme aparato.

De repente una voz me sacó de mi ensimismamiento. Me giré y era mi marido...

  • ¿te pasa algo?
  • no... no... naddddaa - tartamudeaba. Cuando de nuevo me di la vuelta aquel tipo había desaparecido, como una pesadilla al despertar.
  • ¿ya has comprado las gafas? - intentaba mostrarme serena. No quería contar nada a mi marido para no provocar un problema.
  • Si, ya las tengo. Marcha si quieres tu ¿que necesitabas comprar?
  • Un bikini - le dije - estaré en la tienda de Lencería una planta más arriba. No tardaré más de media hora.
  • Ok, te esperamos.

Marché hacia allí. La verdad es que estaba confusa por el suceso. Me parecía inconcebible la desfachatez de aquel hombre. Pensaba en eso mientras miraba sin mucha concentración unos bikinis. Cogí un par de ellos y me retiré a los vestuarios. La verdad es que tenían razón, aquel centro comercial era una bomba. Los vestuarios de la tienda de Lencería parecían de una firma de alta costura. Me quité el vestido por la cabeza y lo colgué para no arrugarlo. Me quité el sujetador y me probé la parte de arriba del rosa, que era divino. Me fuí a probar la parte de abajo del conjunto. Tiré de la mi braguita y entonces me di cuenta... estaba mojada.... no me había dado cuenta... quizás por la tensión y el mal genio... pero mi cuerpo no engañaba.... mi sexo se había preparado para la batalla. Decidí no pensar más en ello. Me dejé las braguitas puestas y me probé por encima la parte de abajo del bikini... precioso... ¡estaba claro!.

De repente llamaron a la puerta... me sobresalté un poco. Era la dependienta.

  • Hola... Su marido me ha pedido que le pase este conjunto para que se lo pruebe
  • Ah, bueno.... gracias.... - y se lo quité de las manos.
  • También me ha dicho si le importa que pase
  • No, dígale que no me importa, pero que prefiero que se quede fuera con los críos, que no tardo un minuto.
  • De acuerdo - dilo la dependiente, con cara de no entender.

Era un poco provocador la verdad. Un conjunto de tanga y sujetador, de esos materiales ultratransparente. No era mi estilo. Pero decidí probármelo. Empecé de nuevo por la parte de arriba... estaba claro, era como no llevar nada. La verdad es que no me disgustaba, todavía tengo las tetas en su sitio. De nuevo sonó la puerta... mi marido pensé... y abrí de forma instintiva, mientras me seguía mirando coqueta al espejo...

  • ¿que te parece amor le dije? - y al levantar la vista, ¡un grito de horror se ahogó en mi garganta! Era aquel tipo, apoyado sobre la puerta y mirando como siempre.
  • Me parece que tienes un polvo cósmico.....-  dijo de forma chula - y eso que no estás muy bien conjuntada - se refería a que llevaba el sujetador transparente, una parte inferior rosa del biquini encima de mis braguitas que se veían asomar por determinadas zonas.

No sabía como taparme...no sabia que hacer.... de nuevo estaba embobada... de nuevo el se tocaba su polla por encima del pantalón....

Tomé aire y cobré compostura... tenia que acabar con el....

  • ¿pero tu que te crees?  - dije mirándole con cara de odio - ¿pero cómo se te ocurre? - le hablaba entre dientes para no generar un escándalo - ¿te das cuento de que si grito ahora se te echa encima medio centro comercial y sales de aquí esposado? - la cara del tio iba cambiando - ¿por no apuntar que si voy con el cuento a mi marido te tira literalmente por el hueco de las escaleras?
  • pe... pero.... - ahora el que tartamudeaba era el - ¡yo pensaba que habíamos conectado?
  • ¡Pero tu eres gilipollas!... tu y yo no conectaríamos ni con loctite
  • hostia... lo siento tia.... ahora mismo me voy
  • ¡No.... deja de pensar con esa cabeza de mierda! - tenia las riendas, aquello era excitante... el tio temblaba de miedo pensando que le iba a denunciar - vamos a salir los dos de aquí, nos vamos a despedir de la amable dependienta y a partir de la puerta cada uno por cada lado y como te vuelva a ver llamo a la policia.
  • Vale... vale... tranquila.

Lo reconozco. Estaba en éxtasis. Tener a aquel tio bueno allí acojonado, con una erección de caballo me tenia en éxtasis.

  • Bien, quédate hay quietito y obedece o me pongo a berrear.

Entonces mirándole con descaro me quité el sujetador de prueba... lo hice a conciencia, con lentitud, disfrutando del proceso, gozando de su miedo y su excitación palpable.... estaba a menos de 2 metros de él... podía notar su calor a través de aire...Mis tetas se liberaron a ese aire y la cara del hombre era un verdadero poema, totalmente desencajada.... decidí seguir con aquello..... empecé a tirar de la braguita del bikini.... lo hice más rápido... me notaba jadeando..... notaba los latidos en mis oídos.... su mano ya no solo se agarraba la polla, estaba claro que se estaba masturbando a través del pantalón.

  • Chist! - le dije, como se regaña a un niño, pero señalando su polla - el tío obedeció al instante y dejó de tocarse, aunque su cara era una súplica.
  • Sácate la polla - no puede evitarlo, quería verla, me corroía la curiosidad y el morbo. tardó un segundo en liberar aquella serpiente a través de la bragueta... era interminable.....
  • menéatela! - casi grité - el tipo se empezó a masturbar con furia y lanzó la mano libre a mi teta desnuda....
  • Chist! - le dije de nuevo dándole una palmada en la mano hostil. El chico de nuevo se quedó petrificado. - ¡sigue con la polla pero no se te ocurra ponerme una mano encima o descubres los secretos de la decoración de una comisaria!.

Estaba disfrutando como una perra. Tenia aquel hombre en mi mano, como una marioneta... nunca me había sentido tan sexual... vestida solo con mis bragas a tan solo 2 metros de una polla que me apuntaba.... pero me pertenecía. Entonces tiré de mis bragas... la única ínfima tela que ocultaba mi pudor y me las saqué lentamente.... el tipo se afanaba en su polla y sinceramente cuando vio mi coño al aire sentí que no iba a durar mucho.... de nuevo intentó ponerme una mano encima y de nuevo lo paré en seco y con la mirada le indiqué que siguiera con su trabajo abajo. Entonces alargué yo la mano, y prácticamente le tiré mis bragas a la cara.. el las cogió acrobáticamente con la mano libre y al segundo se las llevó a la cara.... Joder como me ponía aquello... vestida solo con mis zapatps de tacón, delante de un bombón, acojonado y completamente a mis ordenes, abandonado a mi merced, masturbándose de manera bestial mientras respiraba a través de la tela de mis bragas, aquellas que empapaban mis jugos..... nunca había estado tan cachonda...

Entonces se me ocurrió una maldad--- ¿porque no? recuperé del suelo la parte de arriba del bikini y me acerqué a él nunca habíamos estado tan juntos..... prácticamente a un palmo, notaba sobre mi vientre su polla, dándome golpes al ritmo de su sacudidas... de nuevo intentó tocarme... de nuevo le puse en su sitio. Entonces agarrándole por los hombros le di la vuelta y le puse de espaldas a la pared, tiré de sus brazos hacia atrás y en segundos até sus manos a la espalda mediante el sujetador del bikini... era evidente que no eran unas esposas y que si quería se liberaría, pero lo importante es lo que la atadura representaba. Le di de nuevo la vuelta y pude completar mi obra. El hombre con las manos a al espalda, la cara con una expresión incrédula, casí ridícula y la polla como único vestigio y rastro de su chulería y de su hombría apuntándome amenazante y orgullosa.

Le senté en el taburete del vestidor, aquello no había quien lo parara y me senté a su vez a horcajadas sobre el y le miré con cara de pocos amigos, como indicando aquí mando yo. Agarre su polla, era tremenda... ardía en mi mano... palpitaba... apunto de reventar de tanta sacudida que había sufrido en los últimos minutos. La apollé en mis labios, sentía increible el tacto de su enorme glande a la entrada de mi coño y de repente, casi para asustarle, haciéndome incluso un poco de daño me deje caer sobre ella, empalándome en aquel totem... por poco se me escapa un grito, mezcla de placer y dolor. Su cara había cambiado, se le notaba más relajado, pero su postura y su atadura le impedía participar, era yo quien marcaba el ritmo y era bestial, quería rompérsela, darle una lección, matarle de placer. Me impresionaba el ruido que venia de nuestra entrepierna, casi de mecanizado, de motor de perforación, la verdad es que la polla de ese tío era un tesoro, cuando al caer descargaba sobre él el peso de mi cuerpo la sentía hincharse y doblarse de una manera que ponía a prueba la capacidad elástica de mi vagina, era tan placentero... tan morboso... esa sensación de poder que me daba pensar que tenia aquel desconocido a mi merced... me iba a correr e iba a ser lo grande... me iba a licuar sobre ese pene, como una naranja sobre el exprimidor... y absorta en mi placer no me di cuenta de lo que se avecinaba.... lo sospeché al abrir los ojos... una sonrisa en su cara... la primera desde que entro en el vestidor... y su cuerpo tenso... y su pollla también, vibrando en mi interior.... ¡Joderrrrrrr! ¡se estaba corriendo dentro de miiiii! aquello no formaba parte de mi plan y salté escapando de aquella catarata.. ¡aunque lo hice dos segundos tarde! porque al hacerlo note como una pérdida de vacío y al mirar hacia abajo vi su polla salir de mi, junto con un buen chorro de su semen.... y aun así fuera su polla seguía vibrando y escupiendo semen, con vida propia, como la cola seccionada de una largatija.....

¡Que hijo de puta!¡me habian faltado segundos!¡me había dejado sin mi premio!¡la rabia me roía! y entonces hice algo impensable en mi... ¡le di un sopapo! no fue fuerte pero si lo suficiente para ponerle de nuevo en modo sumiso y sacarle de su trance orgásmico; le agarré por los hombros y le puse de rodillas y levantando la pierna derecha puse mi tacón sobre su hombro.... mi coño estaba a centímetros de su boca pero el no parecía decidido... me importaban un huevo sus escrúpulos... cojí su cabeza y le presioné hacia mi.... el contacto son su cara me hizo brincar... comencé a frotarme contra su cara, su nariz tropezaba con mi clitorix y me estaba recargando el placer, casi palada a palada con cada contacto y entonces empecé a sentir su lengua sobre mis labios, signo de que empezaba a colaborar... era curioso, resultaba tierno, un contacto casi amoroso, especialmente si se comparaba con el taladro de su polla, a la que ya echaba de menos como una loca ... y estaba tan cachonda.... cuando miré hacia abajo el espectáculo me desarmó... mi desnudez completa salvo los zapatos, mi pierna sobre su hombro de manera acrobática, su bonita y masculina cara, su postura rendida, con las manos atadas a la espalda, su pene flácido, manchado y ya medio reseco. Aquel tipo estaba en mis manos, rendido y vencido, comiéndome el coño y limpiando lo que antes como un niño travieso había ensuciado ....y estos pensamientos eran demasiado para mi cerebro, absolutamente almibarado con endorfinas del morbo y no pude mas y me corri.... agarrándome a él y a su cabeza con fuerza, de manera violenta, como si quisiera su cara, su cabeza dentro de mi, como un parto a la inversa luchando por no derribarme como un castillo de naipes y entonces mis piernas perdieron tono y me cai de rodillas, enfrentada a él, como dos devotos en oración frente a frente y de repente ¡lo besé! Tampoco estaba en mis planes,pero nuestras lenguas chocaron y se cruzaron en un baile hermoso, con un sabor tan intenso, tan indescriptible, esencia del sexo, tan atávico, mezcla de lo suyo y de lo mío, de su semen, mi saliva, mis flujos, su saliva, era como estar devorándonospor dentro.

Después de un minuto bebiendo de esa fuente, me levanté, las piernas casi no me sostenían del esfuerzo realizado que ahora me pasaba factura. Le desanudé las manos y lentamente se puso en pie, parecía que sus pies y brazos también estaban entumecidos por la postura. Saqué unas toallitas desmaquillantes del bolso (no tenía más) y me limpie como pude y se las lance sin cruzar palabra para que hiciera lo propio. Nos vestimos rápidamente y también en silencio nos dirigimos a la caja. La dependiente nos miraba con cara de reproche. Estaba claro que habíamos tardado demasiado y seguramente habríamos hecho ruido, aunque supuse que son los inconvenientes con lo que tiene que lidiar ese tipo de trabajo.

  • ¿le ha gustado entonces lo que se ha probado? - preguntó con un ligero tono de reproche.
  • Si, me ha gustado mucho- contesté firme y mirando de manera provocativa al hombre, que estaba bello y sereno, como un mar en calma - me lo llevo todo
  • De acuerdo - la dependiente parecía estar más contenta. Lo preparó todo y en seguida me mostró la factura...
  • Lo abona mi marido - dije señalando a mi amante sumiso furtivo. - sin rechistar sacó una tarjeta de crédito y lo dejé saldado.

Caminamos juntos hasta la puerta. Al cruzarla me volví hacia el le miré a los ojos y le dije adiós.... y nunca un adiós de mis labios tuvo tanto significado.