Follando a mi compañera de trabajo en Dubai

Viaje de trabajo con Marta. Hotel de lujo, el roce hace el cariño, sensibilidad a flor de piel y terminamos haciendo guarradas en la habitación del hotel.

Todo comenzó en un viaje de trabajo a una conferencia en Dubai. Trabajo con Marta desde hace ya 6 años y siempre hemos tenido una relación muy cordial. Eso sí, siempre en ambiente laboral y nunca hemos quedado fuera. Marta es felizmente casada y tiene dos niños. Físicamente es atractiva, no un pivón de instagram pero tiene una bonita sonrisa, mirada y pelo moreno. Su cuerpo es bien proporcionado y se encarga de lucirlo con faldas, blusas y taconazos. Marta es una persona muy trabajadora y muy alegre, muy raro no verla con una sonrisa en la cara. Cierto es, que se la ve una persona extremadamente sensible, siendo dos y no una las veces que ha soltado alguna lágrima en el trabajo cuando algo no salió como esperaba.

Sólo nosotros dos viajamos de nuestra empresa y nos han alojados en el mismo hotel, que forma parte del complejo donde se realiza la conferencia . El lugar tiene un lujo que nunca había experimentado. Luminoso, amplio, primeras calidades. El primer día de conferencia transcurrió sin mas repercusión, un tren de presentaciones que te hacen llegar al final del día algo cansado. Al estar hablando durante el vuelo y durante todo el día, la relación con Marta se estrechó como nunca, hasta el punto de hablar de temas de los que normalmente no hablamos, de nuestra vida personal, nuestras parejas, tiempo libre, etc. Sin embargo a medida que íbamos cogiendo más confianza, también notaba como que algo la entristecía.

Esto fue más visible al final de la cena en el hotel, cuando ya casi nos habíamos terminado la botella de vino. Me comenzó a hablar que llevaba una mala etapa con su pareja, habían estado separados unas semanas antes de la conferencia y que estaban planteándose seriamente el divorcio. Ella estaba muy preocupada, especialmente en relación a como se lo tomarían los niños.

  • No debes de preocuparte, si no podéis arreglarlo la vida sigue, hay muchos otros hombres por ahí fuera …

  • Tu no lo entiendes, no es sólo eso, es los niños, nuestras familias…

  • Los niños lo entenderán, además no les va a faltar de nada. Y si después podéis mantener una relación cordial, no va a hablar problemas

  • Mira , creo que es mejor que nos vayamos, no me encuentro bien – dice algo aturdida-

  • ¿Que te pasa, estás bien?

Marta se intenta levantar pero se tambalea ligeramente. Me levanto rápidamente para sostenerla pues se iba a caer al suelo. Los camareros se acercan rápidamente.

  • ¿Se encuentra bien señorita? - dicen amablemente -

  • No os preocupéis, estoy bien gracias, solo un pequeño mareo tonto– dice ella -

  • Ven, te llevo a la habitación – digo agarrándola de un brazo-

Ya en la habitación de ella, nos sentamos en la cama. En ese momento Marta se derrumba completamente.

  • Mira, te voy a contar algo que no sabe nadie aún – dice con lágrimas en los ojos -

  • ¿Que te ocurre? -digo preocupado -

  • Estoy embarazada - dice comenzando a llorar -

  • Pero eso esta genial, ¿no? - digo -

  • ¿Como que esta genial? ¡Es una gran putada! - dice con un tono elevado- ¿No ves que me voy a separar?

  • Eh.. - balbuceo sin saber que decir-

  • Perdona por levantarte el tono, no tienes culpa de nada. Estoy muy sensible últimamente, son demasiadas cosas. Mi marido me ha engañado con otra desde hace mucho tiempo… y lo que menos me apetece ahora es quedarme embarazada de él.

  • Vaya, lo siento muchísimo. Séque no es fácil, yo también he pasado por ello y con suerte el tiempo lo cura todo. ¿Te puedo ofrecer un abrazo?

  • Sí, por favor – me dice abriendo sus brazos- lo siento por el espectáculo, de verdad.

  • No pasa nada

Me acerco a Marta y la abrazo fuerte. Ella me abraza mas fuerte todavía.

  • Ya no me acuerdo la última vez que me han dado un abrazo – dice ella sonriendo entre lágrimas-

  • Pues no te cortes, que son gratis

Nos quedamos un buen rato abrazados, sin decir nada. Sólo los sollozos ligeros de Marta en mi hombro. Marta me separa y me mira cálidamente.

  • Gracias, de verdad lo necesitaba. -dice mientras me sonríe -

Para mi sorpresa, Marta me besa en los labios. Se separa observándome a los ojos, y me vuelve a besar. Nuestro beso se vuelve mas intenso y estamos cerca de perder el control. Desde luego, el alcohol y los sentimientos a flor de piel del momento nos está jugando una mala pasada.

  • ¡Marta ! -digo separándome- Esto no está bien..

  • Perdona.. no se que me ha pasado, disculpa – dice ella cortada -

  • Eres una chica excepcional, pero no se sí debemos hacer esto… - digo acariciando su mejilla con un dedo -

  • Quizás tengas razón…estoy falta de cariño últimamente. Será mejor acostarse entonces – dice separándose de mi -

  • Intenta descansar, mañana será un día largo. - le digo despidiéndome -

Salgo de la habitación y me voy para la mía. Me siento bastante alterado por el beso, yo tampoco estoy pasando un buen momento y su muestra de cariño me hizo recordar viejas sensaciones. Además, siento cierta dureza de mi verga bajo mi pantalón.

Llego a la habitación y tras darme una relajada ducha, me pongo el pijama y me meto en cama. Al poco rato percibo como la habitación del hotel se ilumina. Observo el móvil y tengo un mensaje de Marta: “Todavía estas despierto?”. Respondo “Si, por?”. Mi mensaje se marca como enviado y leído pero no recibo respuesta. Vuelvo a dejar el móvil en la mesilla y un par de minutos después escucho llamar a la puerta. Me levanto extrañado y tras abrir la puerta veo a Marta en pijama.

  • ¿Puedo pasar? - dice sonriendo, visiblemente nerviosa-

  • Sí, claro, pasa – digo echándome a un lado-

Marta pasa por delante mía y suspira hondo.

  • ¿Estás bien? - digo - ¿Sigues mareada?

  • No, ya estoy mucho mejor , gracias.

Cierro la puerta y cuando me giro veo a Marta, mirando hacia a mí desde el centro de la habitación. Camino hacia ella y me detengo cuando la veo desabrocharse uno a uno los grandes botones de su pijama oscuro de raso. Despacio, pero sin pausa, se deshace de todos ellos, para posteriormente separarlo y dejar que se deslice por sus hombros, cayendo al suelo suavemente. Me sorprendo más al descubrir que no lleva nada más debajo. Sus voluminosas tetas se muestran ante mi mirada incrédula.Su me llama la atención, ya sospechaba que eran bastante grandes debido a las blusasque suele llevar al trabajo pero realmente no esperaba que lo fueran tanto. Son algo lechosas, con cierta caída al principio pero con bonita curva hacia arriba al llegar a sus pezones, que son respingones y bien proporcionados. Sonrío mientras contemplo su cuerpo y aunque la vista es exquisita, decido no perder más tiempo y acercarme a ella.

Busco sus labios, sonrientes, y nos besamos intensamente. Su lengua sale casi al momento a darme la bienvenida y todo sube de tono rápidamente. Marta me quita la parte de arriba y nuestros pechos desnudos se rozan. Paso mi mano por su espalda y la aprieto contra mí, notando sus dos grandes y duros pezones clavándose.

  • Esto esta mal, ¿lo sabes? - digo separándome de sus labios unos segundos pero sin ninguna intención de dejar de besarla -

  • Sí...lo sé - dice ella con la respiración muy agitada-

  • ¿Quieres parar?

  • Ni de broma, hoy soy... tuya.

Deslizo ambas manos por su espalda y agarro su culo. La suave tela de raso de su pantalón me permite disfrutar de su forma. No pierdo el tiempo y meto mis manos bajo el pijama, descubriendo el hilo de su tanga que se cuela entre sus nalgas. Después de un largo magreo de culo, me separo un poco para llevar mis manos a sus tetas. Se sienten enormes en mis manos. El contraste de la suave piel con el duro pezón ayuda a excitarme todavía más. Me inclino hacia a ella y llevo la boca a uno de ellos, metiéndolo entero en la boca y succionándolo suavemente. Ella pasa la mano por mi pelo y me observa atenta. Me arrodillo delante de ella sin dejar de mamar sus tetas, pasando de uno a otra y abarcándolas con las manos. Me da mucho morbo verme en la situación, disfrutando de las peras de mi compañera de curro.

Deslizo mis manos y desabrocho el cinturón de su parte de abajo, que se desliza suavemente hasta los pies. Le ayudo a deshacerse de él. Le indico que se siente en el diván que tiene justo detrás, quedando ella sentada un poco echada hacia atrás. Yo levanto una de sus piernas y comienzo a besar la parte de arriba de su pie mientras la observo. Luego deslizo boca y labios por sus gemelos y luego por la parte interior de sus muslos. Marta separa ligeramente sus piernas instintivamente mientras no pierde detalle de mis movimientos. Me acerco a su entrepierna pasando sus piernas por mis hombros, y sosteniéndolas por los gemelos. Marta se abre totalmente y su lencería negra es lo único que separa mis labios de su chocho. Comienzo a lamer la zona de la piel justo a continuación del limite de su braga. Marta desliza su mano y separa la tela hacia un lado, dejando su coño humeante a la vista. Su vapor golpea mis labios y me invita a probarlos. Calientes, mojados, viscosos.. mi lengua se desliza entre ellos saboreando cada rincón. Marta gime y su vientre se contrae con mis movimientos. Más y más humedad emana del interior de su raja, y yo la recojo toda con mi lengua bien metida dentro. La muevo cada vez más rápido al ritmo de las contracciones de su vientre hasta que sus gemidos son cada vez mas exagerados.

  • Me voy a correr como sigas así… ufff – dice ella entre jadeos-

  • Hazlo… dámelo ahora - digo intensificando mas los movimientos de mi lengua que juegan ahora con su clítoris -

  • Ah.. ah… sí… joder… sí… me corro .. ahhh - gime Marta mientras su chocho convulsiona bajo mis labios-

Marta me sonríedespués de un largo e intenso orgasmo. Me levanto a coger una botella de agua del minibar. Cuando paso delante de Marta, ella me detiene colocando su mano en mi paquete, totalmente erecto aunque todavía bajo mi pijama.

  • ¿Donde vas tú? -dice con cara de pilla -

  • Voy a por algo de beber… -digo señalando al minibar -

  • Yo también quiero algo de beber – dice bajándome el pijama con las dos manos, dejando libre mi polla que sale como un resorte delante de su cara -

Marta me agarra la polla y le da varias chupadas enteras, haciendo que mi verga desaparezca completa por su garganta. No me esperaba esa habilidad y lo disfruto enormemente. Sentir toda mi polla cubierta del calor de su boca me incita a mover mis caderas siguiendo sus movimientos. Ella se coloca ahora sentada hacia mi en el diván y yo de pie sosteniendo su cabeza con ambas manos. Marta la saca y me mira mientras pasa su lengua por la zona lateral, desde el tallo hasta el glande. Me sonríe y vuelve a zampársela, metiéndola hasta la campanilla.

La vista de mi compañera mamando ya es de lo más morbosa, pero si a eso se le une una técnica exquisita, el cóctel morboso es perfecto. Y mi cuerpo lo nota, sintiéndome cada vez más cerca del orgasmo.

  • Me gusta Marta, no voy a aguantar mucho mas … -digo agitado-

  • Pues no te aguantes – contesta sacándola rápidamente de la boca y volviéndola a meter -

Marta agarra mi polla con una mano y me pajea rápidamente mientras mantiene la mitad de mi verga en la boca. Mi orgasmo es inminente y ella lo sabe.

  • Oh sí Marta… me corro ya… -digo totalmente al límite -

Mi polla empieza a convulsionar en su mano y ella retira ligeramente mi glande dejándolo apoyado sobre sus labios. Abre su boca mirándome y veo como mi leche sale estrepitosamente deslizándose entre sus labios. Un orgasmo largo y abundante que termina con teñir el interior de su boca de blanco. El ruido de su garganta tragando mi corrida es la guinda del pastel de una mamada memorable.

Me siento al lado de Marta, despojándome totalmente de la parte de abajo de mi pijama. La abrazo y ambos nos dejamos caer a lo largo del diván besándonos muy acaloradamente. Nuestra excitación no ha bajado ni un ápice y tras una caricia a su entrepierna la sigo notando mojada y latente. Su mano sigue jugueteando con mi polla, colocándola sobre su tanga y acariciándose con mi glande. Separo su braga y mi polla se roza con su chocho, buscando la entrada. Siendo el calor en mi punta y me incorporo para colocarme en postura misionero, no sin antes deshacerme de sus bragas completamente. Abro sus piernas y mientras la miro a los ojos la penetro firme y hasta el fondo. Marta pasa sus piernas por mi espalda a modo de tenaza y me aprieta contra ella. Intensifico mis movimientos, sacándola bastante y volviendo a meterla con fuerza. Sus tetas comienzan a moverse enérgicamente por la fuerza de mis embestidas, cada vez mas rápidas. Marta gime en mi oído y yo gimo en el suyo, mientras disfruto del calor interior de su chocho.

  • Si.. fóllame duro.. así… dale fuerte .. joder – grita entre gemidos -

  • Sí. Marta.. me voy a correr a otra vez…

  • Sí.. lléname el coño de leche … vamos… si… - dice ella convulsionando bajo mi cuerpo-

  • Me corro.. me corro.. sí…. - digo dando un ultimo empujón fuerte dentro de ella -

El segundo orgasmo de la noche llega para ambos casi al mismo tiempo. Las contracciones de su vientre y de mi verga suceden al mismo tiempo para darnos un gran orgasmo a ambos.

Los dos nos quedamos jadeando en el diván, desnudos y sudorosos, todavía descolocados debido a lo que ha pasado esa noche. Agotados, nos quedamos dormidos….

Al poco rato, me despierto, y necesito unos segundos para asimilar la situación. La habitación del hotel, el diván.,.. Marta! Me sorprendo al verla todavía bajo mi cuerpo. Ella se despierta con mis movimientos y me mira un poco desubicada. Mi polla, aunque ya flácida, todavía se encuentra dentro de ella.

  • Necesito ir al baño, disculpa – me dice sonriendo-

  • Claro, - digo levantándome -

Marta se va al baño de la habitación y yo aprovecho para coger algo de beber en el minibar. Me siento en el borde de la cama. Marta sale del lavabo, y se dirige también al minibar. Disfruto por primera vez de ver su desnudez completa, con una vista en primer plano de su generoso trasero.

  • ¿Qué? ¿Menuda noche, no? - le digo sonriendo -

  • Calla, menudo vino mas traicionero -

  • ¿No lo pasaste bien o que?

  • Si, muy bien jaja ¿a caso no se notó?

Ha sido todo un poco locura pero desde luego ha sido un desliz memorable. Lo que pasa en Dubai se queda en Dubai. Pero, ¿por qué terminar la cosa ahí?

Me levanto y me acerco a Marta desde atrás, mientras ella bebe un poco de agua. Paso mis manos sobre su cintura y le beso el cuello. Ella me mira y sus labios mojados de agua me buscan. Paso mis manos por su costado y agarro ambas tetas con firmeza. Las manoseo y pellizco sus pezones para dejarlos bien duros otra vez. Mi verga, incrustada en su culo, reacciona y comienza a endurecerse. Nuestras lenguas se buscan fuera de nuestras bocas en un beso muy cerdo. Ella nota mi dureza y su mano busca mi verga rápidamente. Marta intenta tomar el control pero yo no se lo permito, y tras zarandearla un poco la coloco en el borde de la cama, a cuatro patas con el culo hacia el exterior. Separo las nalgas sin más miramientos y rozo mi glande con la entrada de su vagina. Ya se nota muy húmeda y no me cuesta nada clavarla hasta el fondo.

  • Joder… me vas a matar tío.. - dice ella suspirando profundo -

Yo no contesto y en su lugar la agarro firme por la cintura y empiezo a embestirla. Marta comienza a gemir casi al momento y sus tetas comienzan a balancearse rápidamente. Varios espejos de la habitación nos permiten a ambos no perdernos ningún detalle de la escena. Sin duda una de las vistas mas morbosas que recuerdo, follándome fuerte a Marta, la risueña compañera de trabajo. Suelto sus caderas para manosear su culo, dándolepequeños azotes hasta dejarlos colorados. Por los gemidos de Marta creo que no tardara mucho en correrse. Acelero más, haciéndolo más profundo para hacer que sienta mi polla lo máximo posible. Un gran grito de Marta me avisa de que se está corriendo y noto más y más humedad salir de su interior..

  • Sí.. me corro otra vez… sí.. no pares ahora – dice Marta entre gemidos mientras se corre -

La humedad de su coño reduce la fricción de mi polla y retarda mi orgasmo. La sigo follando durante varios minutos más, cada vez más fuerte.

  • No puedo más… córrete ya…dámela toda - me dice ella totalmente reventada -

Noto que difícilmente podre correrme dentro, por lo que me saco la polla y comienzo a masturbarme con la mano apuntando a su culo y espalda. Esto me ayuda pero todavía no es suficiente. Marta se gira ahora para observarme como me pajeo enérgicamente, de pie como un quinceañero. Ella se escurre hasta quedarse con la cabeza al borde de la cama, justo debajo de mi posición, invertida y mirando hacia arriba. Ella me sonríe de forma pícara, y señala su cara con un dedo, juguetona. Esto me produce mucho morbo y me acerca rápidamente al orgasmo. Marta, totalmente desnuda en cama se dedica a mirarme impaciente. Me noto cerca y flexiono un poco las piernas para acercarme más a ella y apunto mi glande hacia su cara. Cuando mi verga comienza a latir, dejo de pajearme y contengo mi musculo para evitar que salgan largos chorros y consigo así una corrida más controlada, que comienza a cubrirle las mejillas, la nariz y los labios. Marta, algo nerviosa, reacciona simplemente quedándose quieta y cerrando los ojos mientras siente mi líquido caliente cayendo y deslizándose sobre su piel. Se nota que no es una práctica que haga normalmente y eso me provoca más morbo si cabe.

Termino de correrme y sacudo mi polla para dejar caer las últimas gotas. Observo a Marta y le sonrío, algo cortado. Ella me devuelve la sonrisa, con restos de mi semen en la cara.

  • Como me has puesto chico - dice riéndose -

Nuestra aventura en Dubai terminó ahí y nunca hemos hablado del tema, quedándose simplemente como nuestro morboso secreto.

F I N