Follando a la zorra de Isabel
Como violé a una amiga de pelo rojo en su casa.
Al llegar a Madrid, mi compañero de trabajo y yo compartimos piso para economizar los gastos que eso supone para las familias. Me llamo José, estoy casado con tres hijos, tengo 45 años y vivo en Badajoz. Trabajo en una empresa de la construcción. Hace un año aproximadamente la empresa se desplazó a Madrid por cuestiones laborales. Motivo por el cual me desplacé yo solamente y mi familia permaneció en Badajoz.
Allí las viviendas son caras y los alquileres no son nada baratos que digamos. Buscando de un sitio para otro encontré el Bar -Hostal de una familia amiga de hacía años. Me enseñaron mi habitación, la tenían muy bien amueblada y con todo lo necesario para vivir cómodamente. Convenimos el precio y aceptamos las dos partes.
Estos amigos están casados y tienen dos hijas, y quien realmente lleva el negocio son ellas, pues él suele desplazarse fuera por motivos de trabajo. Pasado algún tiempo, Isabel que así se llama la mujer de Juan, la sorprendí fisgoneando en mi armario con mi ropa interior. No hice mucho caso a lo sucedido, pero he de confesar que a partir de aquel preciso momento empecé a fijarme mas en ella.
Es alta,1,70 cm mas o menos, 64 kg, lleva el pelo teñido de color caoba, tiene unos pechos muy prominentes, y unos labios muy sensuales
El tiempo pasaba y todas las noches nos sentábamos frente a la chimenea para charlar de nuestras cosas, temas de trabajo y de vez en cuando algunas intimidades poco profundas, procurando siempre que no hubiese nadie a nuestro alrededor.
Poco a poco, en las conversaciones surgió el tema de que realmente no era muy feliz en su matrimonio y que creía que acabarían mal, pues no hacían vida conyugal a menudo, y eso no era normal.
Los días, pasaban y la confianza iba en aumento, hasta tal punto que subía ha hacerme la cama sin tocar a la puerta o a subirme la cena.
Esto me dio pie para simular una situación. Deje la puerta del Baño medio abierta, la música bien alta, para cuando ella llegase hacerla creer que no la había escuchado. Procuré estar desnudo y dentro de la ducha.
Pasaron los minutos y a través del espejo de cuarto de baño, puede darme cuenta que la puerta comenzaba a abrirse, era ella, dejó la bandeja de la comida y pude observar como me miraba disimuladamente. Pasaban los minutos y permanecía ,allí, mirando y poco a poco puede observar como empezaba a tocarse los pechos. Realmente me excitaba la situación y empecé a tocar mi pene, para crear una situación mas provocadora. Seguía a mi ritmo y empecé a masturbarme cada vez mas frenéticamente, hasta que salió de mi todo el semen que tenía acumulado de días. Ella sin darse cuenta cayo al suelo un vaso, consiguió con ello que dirigiese mi mirada hacia la habitación y la miré, ella se sintió cortada y salió corriendo, dando un portazo.
Pasaron los días y su vergüenza por lo sucedido fue desapareciendo, hasta tal punto,que empezó a decirme que si su marido la tenia muy pequeña, que no le daba todo lo que necesitaba. Le comente que yo tenia un buen aparato y dejaba satisfechas a todas con las que había estado, fue cuando me dijo, que aquel día, la puse a cien y no dejaba de pensar e mi pene.
Esa misma noche, no podía pegar ojo, por lo que decidí jugármela y actuar. Salí de mi habitación solamente con mis boxer y procurando no hacer ruido.
Su habitación se encuentra al final del pasillo. La puerta del aseo a la izquierda, a la derecha está el salón. Entré muy sigilosamente y pude comprobar que se encontraba en su dormitorio, cambiándose de ropa. Pude observa toda su espalda y todo su culito respingón. Se ponía un diminuto tanguita de color rojo, se colocó una pequeña minifalda y un diminuto top. Mientras esto sucedía mis deseos iban creciendo, mis ganas por poseerla y hacerla mía, hacerla mi hembra.
Me fui hacia ella, empecé a despojarle de su ropa, me pedía que no lo hiciera, pero mi deseo era mayor que mi voluntad, le subí la falda y le rompí el tanguita dejando al aire todo su peludo coño, Me excitaba ver como me pedía que la dejara, introduje uno de mis dedos dentro de su coñito, moviéndolo en un fuerte balanceo, motivo que la hizo estremecerse y entregarse como una putita. Empecé a jugar con mis dedos en su vagina y la notaba cada vez mas y mas húmeda, sentía como su cuerpo de retorcía de placer y por su gemidos sabia que estaba disfrutando como una perra. En ese momento yo solo quería estar dentro de ella, quería descargar todo lo que llevaba dentro de ella. Le quité su top, tenia unas preciosas tetas, no muy grandes, pero los pezones eran muy duritos y exquisitos.
Ella me suplicaba que la dejase,que todo habia sido una broma,pero ya era demasiado tarde.Así fue que cogiendola por su pelo caoba la puse en la cama a cuatro patas,me quite mi boxer y de una sacudida pude clavarle toda mi polla dentro de su vagina,ella me pedia por favor que la dejara,pero fui dándole cada vez mas y mas,me gustaba ver como la montaba,como movia su cabeza .
Después la puse boca arriba con las piernas abiertas reciebiendo cada embestida mia, de las delicadas y de las fuertes, todas me excitaban y me proporcionban gran placer, sentí como alcanzaba su orgamo, nunca habia tenido una experiencia asi, la mujer que tanto deseaba me estaba enloqueciendo con su orgasmo. Esta cabalgata duro unos 5 minutos, hasta que mi calentura me llevo a ponerle sus piernas en mis hombros y a hacerle las embestidas mas fuertes y penetrantes, en su cara se podía ver las lagrimas por sentirse violada, y entre cada gemido repetía: "no por favor....no masss...no masss....". hasta que ya no pude mas por todo lo y descargue todo mi semen dentro de ella. Empezó a llorar como una niña por la situación incomoda de infidelidad. No voy a negar que esto me excito mas aun, pero la abrace e hice ver que esto no era algo pasajero sino mas bien el comienzo de algo duradero, a pesar de su relación de casada. Descansé unos minutos y a pesar de habernos metido un polvazo mis ganas seguían latente, de sexo. Mi mano nuevamente empezó a jugar con su clítoris, encontré ese punto que la enloquecía se movía como loca y gemía como diosa: "ahiii...siii.ahi..sigue...mas...mas...sigue por favorrr...no paresss...ahhh...ahhh" yo la escuchaba y no podía creerlo empezaba a cambiar totalmente, empezó entonces a coger mi polla y a jugar con ella muy bruscamente, como si así la deseara dentro suyo, yo estaba a mil y lo único que quería era penetrarla de nuevo.
Ya no podía soportar mas y empecé a meterle un dedo por su culito, cojí de su flujo vaginal y le introduje otro mas, note como se quejaba, pero se retorcía de placer, por lo que le metí otro dedo mas, lo que por sus gemidos y movimientos la excitaba mucho, me pedía: "entraaa...entraaa...por favor hazme tuya otra vez pero yaaa...te quiero adentro amorrr...hazme tuyaaa..." y empujando suavemente deje que mi verga la hiciese presa nuevamente de una cabalgata colosal. Ella estaba completamente echada boca arriba a merced de mis empeñones, yo por mi parte levante medio cuerpo para poder ver de un mejor angulo los movimientos de esas anchas caderas que por años fueron mi sueño, veía como levantaba su cuerpo para poder sentirme mas adentro. A cada movimiento solo sentía su gemidos sus palabras entrecortadas sus grititos de placer. excitación inalcanzable: "masss...ahiii...sigueee...demorate mucho por favor...no acabes nunca...no cabes...masss...masss...quieeero que estesss deeeentro mioooo por siempreee...yaaa...yaaa...que buenooo". fuertes, hasta que me vino como nunca antes lo habia hecho dentro de ella, le llené todo su ano de leche,podia ver como le habia dilatado todo su culo,alcanzamos un orgasmo juntos y quedamos tendidos por largos minutos asi sin movernos, con nuestros cuerpos agitados, humedos x dentor y por fuera. Tras disfrutar del placer que nos habíamos dado mutuamente, decidimos pasar la noche juntos en la cama. Nos acostamos sobre las cinco de la madrugada abrazados como una pareja infiel.