Fóllame Javi, dame fuerte, no pares

A la quinta vez el cornudo desvela el lugar dónde sucedió el polvo maravilloso de su amante, y poco más

CONFESIONES DE CORNUDO CONVICTO Y CONFESO 10

Fóllame Javi, dame fuerte, no pares…

Obviamente, y ya por segunda vez, debo pedir excusas por la demora que el relato lleva en satisfacer según debe, hasta la última gota de sudores, de flujos y de lefa, su propósito divulgativo, o sea: recordar y contar un polvo fantástico, que mi amante Rosa había echado, por los años en que estuvimos separados, con un conductor de autobús, según ella apoteósico, y que disfrutaron ambos, en la soledad del campo, los dos en pelota picada dentro del colectivo, pues, en efecto, fue allí donde se refocilaron.

(Desde luego, tío, eres la leche, más todavía, eres la releche merengada, sí, cabrón, tú ríete, pero date cuenta de que llevas cinco cartas o entregas, según tú las nombres, a propósito de descubrir siquiera algo del famoso polvo, o colección de polvos: no iban a irse al campo con la guagua para una sola corrida, digo yo…; y al cabo de todo ese discurso, aún perdido como estás en los prolegómenos del hecho en cuestión, vas hoy y, sin pensarlo dos veces, en el primer párrafo, revelas el lugar del crimen, quiero decir: el lecho de la jodienda. Esto es: a modo tortuga o a modo tigre. ¿En qué quedamos?

Todo esto me lo digo yo a mi mismo. No lo pronuncio pero lo digo y, de veras, lo oigo. Lo escucho perfectamente pues al ser la conversación dentro de uno, sin interferencias raras, las palabras suenan tal como se piensan y, a consecuencia de esta formidable virtud, meridianamente llegan al oidor, y comunican sin censura ni miedo ninguno.  ¡Coño! ¿Y yo quién soy, qué carajo soy? O soy los dos, como la Santísima Trinidad de los creyentes católicos pero con uno menos. El adoctrinador y el adoctrinado en un solo y único cuerpo, indivisible, pero apto para pensamientos diversos, hasta contrapuestos.

Considera la situación en que te encuentras -continúa en el uso de la palabra la voz del acusador, severa y con ánimo de convencer al otro yo, es decir: llevarme al huerto sin remisión- y reflexiona, cornudo parlanchín, si por causa de tu torpe proceder  van las gentes a pensar, con razón o sin ella, y eso da lo mismo que lo mismo da, que tú te atascas o te entretienes tan exageradamente, yendo de un sitio a otro, atolondrado, porque lo que pretendes enseñar como hecho verdadero, te lo estás inventando de la pe a la pa, de la A a la Z, que ni tú tienes cuernos ni la tal Rosa te ha otorgado categoría de serlo; sí, ese tipo de persona que la lengua popular define como ridículo capullo gilipoyas integral.

¡¡¡¡¡Noooooo!!!!! ¡¡Eso si que no!! ¡Eso no lo tolero! ¡No puedo tolerarlo de ninguna de las maneras! Y menos viniendo de quien viene, por favor. Pareciera que, tu testarudo y rudo modo de tratarme, ese compulsivo deseo tuyo por corregirme siempre, haya tenido un pernicioso efecto colateral  en ti,  perturbándote tanto, querido otro yo, que te ha dejado huera la memoria, pero huera, vacía por completo.

¿Acaso has olvidado que mi elocuente cornamenta, la que llevamos tú y yo, que en eso coincidimos, al menos coincidíamos, es verdadera, y tan verdadera, con sus gozos y sus sombras, y que hemos relamido como cerdos en pocilga, cuando la Rosa o la Lola o la Cibeles, sí las tres, cada una de las tres a las que rogamos y hasta suplicamos que las queríamos putas, que fueran muy putas follando con nosotros y todavía más, más putas más viciosas más golfas, follando con otro conmigo delante: Tú, él y yo, los tres juntos, mi amor, eso lo sueño noche a noche, más que obsesionarme me emociona, me entusiasma y me empalma, cariño, me la pone muy dura, me la pone más dura que nada, así es tal y como te lo estoy diciendo, te lo confieso sin pudor, aquí no hay doblez ni trampa Rosa Lola Cibeles, que tú lo sepas. Me conoces, me vas conociendo y sabes lo muchísimo que gozo follando contigo, que los dos gozamos, y yo incluso más si te veo en el séptimo cielo del placer, al lado mío. Absolutamente cierto, pero para este cornudo empedernido la cima del gusto  llega si te imagino (inmensamente mejor y más si te estoy viendo) loca animal hembra divina perforada follada penetrada por la verga de Pepe o la polla de Carlos o el nabo (20 centímetros) de Antonio, que para no hacerte daño en el culo te lo metía en el chocho, siiii, un gustazo darte a la misma vez yo por el ojo negro, rozándose su rabo con el mío, amor te quiero tanto y más cuando te corres y le pides a Javi que no pare de follarte, sí, sí, sí, no pares, cariño, no pares, fóllame, dame fuerte, no pares…?)

(Continuará)