Follado por un camionero en la cabina de su camión

Este relato cuenta como acabe follado y enculado por camionero enorme en la cabina de su camión, un polvo bestial para un sumiso de 50 kilitos como yo.

Me llamo David, de 27 años, 1,68 de altura, 50kg de peso (delgadito), depilado, rubio, ojos marrones, guapo…

Un día buscando algo de morbo en una página de contactos, vi el anuncio de un tal Jose, un camionero que buscaba claramente un sumiso. Al leer su anuncio y ver que justo buscaba alguien como yo, sumiso y pasivo, leer que tenía 48 años, que me llenaría de leche en su camión… me puse muy cachondo y decidí contactar con él.

Me dijo que en dos días pasaría la noche en un área de servicio en el pueblo donde yo vivo. Nos pasamos un par de fotos, morboseamos con lo que me haría cuando quedáramos y nos conocimos un poco a través del email.

Quedamos a las 10 de la noche en el área de servicio. Me describió su camión y me dijo donde estaba aparcado exactamente, así que cuando faltaba poco para la hora, prepare en una mochila un botecito de lubricante por si él no tenía, me puse un tanga y me marché hacia allí.

Llegué al área de servicio y rápidamente distinguí su camión. Aparqué mi coche junto a su camión y cuando me disponía a enviarle un whatsapp diciendole que ya había llegado, se asomó por la ventanilla del camión, me sonrió y me invitó a subir con un gesto.

Yo, la verdad es que bastante nervioso, salí de mi coche y subí a su camión.

Una vez en el camión Jose me saludó, cerró la cortina de su ventanilla dejando así todas las ventanillas tapadas y me puso la mano sobre el muslo.

Era un hombre mayor, obeso, basto, con falta de pelo en la coronilla de la cabeza y el resto de color negro canoso.

-¿Vamos a la parte de atrás cariño?

Sin duda iba rápido. Yo le sonreí y él me invitó a ir a una cama que tenía en la parte trasera de la cabina.

Ambos nos sentamos en la cama y pronto él comenzó a besarme intensa y apasionadamente, metiéndome toda la lengua hasta el fondo y agarrando mi cabeza mientras me besaba.

-Desnudate.

Yo obedecí, me puse de pie y me desnudé.

Cuando me quité la parte de abajo y Jose vio mi tanga comenzó a tocarme y manosearme mientras exclamaba que el encantaba mi culo y que iba a disfrutar con él.

Yo estaba nervioso, el corazón me latía a mil, pensando por dentro que lo que estaba haciendo y lo que estaba apunto de pasar era una locura, pero aun así estaba muy excitado. Sentir esas manos rudas tocándome, esas miradas de lujuria que Jose me lanzaba, el sentirme usado como su fuera un juguete o una puta de carretera…

Cuando me quede desnudo Jose se levantó y se desnudó también, dejando una enorme barriga llena de pelo y una polla de tamaño normal, pero eso si, bien tiesa.

El ver su polla tan dura y saber que estaba así por mi aun me puso más cachondo.

Le agarré la polla con mi mano y Jose comenzó a besarme.

Jose se sentó en la cama, y quedando yo de pie delante de él, sentí sus manos dándome la vuelta para que mi culo quedase junto ante él.

Me bajó el tanga hasta los tobillos, me dijo que me agachara un poco, y comenzó a lamer mi culo.

Nunca antes me habían chupado el culo, y fue algo que me encantó. Sentía su barba cosquilleando al rededor de mi ojete y su viscosa lengua moviéndose y moviéndose, trazando círculos y cruces e incluso metiendose dentro.

Yo me derretía y disfrutaba como una perra.

Jose notando que yo estaba encantado, empezó a meterme un dedo alternando con la lengua, escupiendo en mi culo para que el dedo entrara mejor.

Yo estaba disfrutando tanto que casi ni me di cuenta cuando noté que me estaba metiendo dos y tres dedos a la vez, abriendo mi culo y moviendo cada vez más rápido y más intenso.

Me temblaban hasta la piernas del placer, de notarme agachado y a su merced, fue increíble.

-Te toca a ti, comeme bien la polla y los huevos.

Yo con el calentón me lancé apasionadamente a su polla. Jose se quedó sentado en la cama y yo me arrodillé ante él para meterme su polla en la boca.

Jose se retumbó y me dejó a mi chuparle la polla a mi antojo. Me la metía y sacaba una y otra vez jugando la lengua y ajustando los labios para que disfrutara lo máximo.

Gemía y me decía que sugiera. Estuvimos así un rato, pronto se incorporó quedando sentado otra vez y lanzó su mano sobre mi culo.

Esta vez aun disfrutaba más al notar como sobaba mi culo y metía sus dedos dentro mientras yo le comía la polla apasionadamente.

Estaba disfrutando tanto que no me importó cuando Jose poco a poco comenzó a agarrarme la cabeza para empujar mi cabeza contra su polla haciéndome comer su polla entera hasta el fondo.

Estampaba su enorme tripa contra mi cara metiendo toda su polla hasta el fondo, mientras me metía los dedos en el culo sin parar, aumentando la fuerza cada vez más.

-Ponte aquí a cuatro patas que quiero follar ese culete.

Yo me levanté chorreando babas por las sacudidas que me metía con la polla. Saqué el lubricante de mi mochila, me unté un poco en el culo y le unté a él en la polla

Me puse a cuatro patas y Jose comenzó a meterme la polla lentamente. Primero la puntital, la metía y la sacaba, luego comenzó a meterla un poco más, luego otro poco más, hasta finalmente, meterme toda su polla dentro.

Comenzó suavemente y como yo estaba tan cachondo, se dilató rápido mi culo sin sentir apenas dolor.

Fue increíble cuando Jose se lanzó, agarro mis caderas y empezó a meter con intensidad su polla dentro de mi, golpeando con su barriga e impactado con todo su peso sobre mi mientas su polla entraba y salía una y otra vez de mi culo.

Cada vez con la intesidad con la que me golpeaba al meterme su polla, íbamos cambiando la postura poco a poco de a cuatro patas a él tumbado completamente sobre mi, metiendo y sacando su polla de forma brusca y dejando caer todo su peso sobre mi.

Tras bombearme de esa forma un rato, se incorporó, se tumbó boca arriba y me dijo que subiera sobre él.

Ambos estábamos empapados en sudor. Yo subí obediente encima de él mirando hacia delante. Metí su polla en culo y comencé a moverme.

Dado lo corpulento que era Jose, yo cabalgaba sin problemas casi de rodillas metiendo y sacando su polla de mi culete.

Jose de nuevo agarro mis caderas y comenzó a bobear con su fuerza.

Su polla entraba bruscamente pero sin dolor, resbalando, haciendome notar presión al empujar el aire con cada embestida que me daba.

Me agarró la cabeza y me la bajó hasta la suya para morrearme mientras seguía follandome. Estábamos cuerpo con cuerpo, sintiendo su sudor, su cuerpo belludo y grande…

En varias ocasiones mientras agarraba mi cabeza con una mano para apretar mi boca contra la suya, con la otra mano me agarraba el culo o me lo azotaba.

-Ponte otra vez a cuatro patas.

Yo obedecí placidamente, me aparté para que Jose se incoporara detrás de mi, y con ambas mano me abrí las nalgas para que él me metiera de nuevo la polla.

Otra vez a mi espalda, Jose comenzó a meter y sacar la polla. La sacaba fuera por completo y la volvía a meter dentro. Luego agarrandome de nuevo la cadera, comenzó a bombear y bombear.

Al cabo de unos minutos sabía que Jose estaba ya apunto, pues gemía y gemía, bombeaba más rápido hasta el punto que me agarró y comenzó a follarme a toda velocidad. Yo en ese momento sentí palpitar su polla, noté como salía su leche y como resbalaba más al entrar y salir mientras Jose aminoraba la marcha y las embestidas.

Finalmente sacó la polla de mi culo, se reclinó y se quedo unos instantes con un gesto de placer y felicidad en su cara.

-Chaval, has estado muy bien, te volveré a llamar.

Yo me vestí y baje del camión para su subir a mi coche. Al salir me temblaban aun las piernas y podía sentir como iba saliendo y cayendo la leche de Jose de mi culo abierto y dilatado.

Todavía no podía creer lo que acaba de hacer y lo mucho que había disfrutado al ser follado de esa forma por un camionero en la cabina de su camión.