Follado por la boca
Un tío que no conozca de nada usa mi boca para darse gusto. Este relato contiene algo de escatológico al final...
Buscando tíos activos que me dieran caña, acabé de nuevo visitando el chat, sin lugar a dudas el mejor sitio para conocer y quedar para aquellos que, como yo, no hemos salido del armario.
Varios tíos me hicieron las preguntas de rigor "¿Qué te gusta?",Edad, ¿Cómo eres?", hasta que topé con uno que buscaba lo que yo quería. Buscaba alguien para esa misma tarde, para follarle la boca. Quería que el que se la chupara se tragara todo, le fuera la caña y el sexo guarro. Justo lo que yo buscaba. quería que me comportara como una puta, usarme y que me fuera... y yo ya estaba cachondo solo de pensarlo.
Quedamos por la tarde en su casa. Yo iba bien calentito, había estado viendo páginas porno y leyendo relatos para calentarme. Me abrió la puerta y era tal y como había dicho, sin mentirme. Según cerró la puerta y nos presentamos se avalanzó sobre mi y me besó, metiéndome la lengua bien adentro. Yo palpé su cuerpo hasta que mi mano bajó a su paquete, y empecé a sobárselo por encima del pantalón mientras me volvía loco con mi lengua.
Me puso las manos en los hombros y haciendo fuerza hacia abajo me dijo "Cómeme la polla, puta". Yo me arrodillé sin dudarlo y le abrí los botones del pantalón vaquero, lamí un poco su paquete sobre su slip y saqué su polla, bien dura, que me miraba. Era grandecita, algo torcida pero gruesa. Bajé la piel de su capullo y apretando bien los labios empecé a metérmela en la boca, mientras el me decía "Asi, puta, cométela". Noté su sabor salado, que me vuelve loco. Quería jugar con su polla antes de empezar a mamársela bien, pero él no estaba dispuesto. Agarrando mi cabeza con ambas manos, me atrajo hacia él al tiempo que movia su culo hacia delante, de tal modo que me metió el rabo hasta la garganta.
Haciendo fuerza con sus manos para que no separara la cabeza, aguantó su polla entera en mi garganta. Se me saltaban las lagrimas y me ahogaba, pero me encantaba tener una polla tan adentro, asi que hasta que no empecé a ahogarme no me la saqué. Tuve el tiempo justo para respirar cuando el volvió a darme otra embestida volviendo a meter su polla en mi boca, hasta el fondo, hasta que mi nariz rozaba su vientre. Tuve que reducir la presión de mis labios y abrir un poco la boca para poder respirar algo. La sacó un poco y volvió a meterla mientras me gritaba "Asi, puta, traga, cométela entera, te voy a reventar la boca". Yo tragaba encantado y pronto llevé mis manos a su culo para poder hacer fuerza yo también y atraerle contra mi boca, para meterméla tan adentro que me daban nauseas, quería toda su polla en mi boca. Comencé a lanzar gemidos mientras el seguía insultándome y llamándome zorra. "Te gusta mi polla, ¿verdad?", me preguntaba. Yo sólo podía contestar haciendo ruidos de gusto, porque la verdad que me encanta chupar pollas. Chupaba y gemía mientras el seguía follando mi boca, si preocuparse de si me ahogaba o no, utilizando mi boca para darse gusto.
"¿Te lo vas a comer todo?, ¿te vas a tragar toda mi lefa?", me preguntó. Yo volví a lanzar rudiitos de gusto, para que notara que me moría por tragarme su leche. De repente, me agarró del pelo y tiró hacia atras, separando mi boca. Me arrastró por el suelo, aunque yo intentaba seguirle de rodillas era imposible seguir su ritmo, asi que me tiraba haciéndome daño, pero mi polla estaba más dura que nunca ante el maltrato que el macho me daba.
Me ordenó que me tumbara en el sofá. Se acercó a mi cara y me dijo "Eres una puta asquerosa, maricón de mierda". Juntó sus labios y dejo caer un escupitinajo, que caía lentamente de su boca, dejando un hilo. La gota caía y yo abrí la boca para recibirlo, sacando la lengua, saboreando. Se colocó encima mío y dirigió su polla a mi boca. Sin miramientos me la volvió a meter entera, echando todo su cuerpo encima mío. La polla me entró hasta la garganta, y el peso de su cuerpo me asfixiaba, asi que puse una mano en sus caderas para levantarle un poco. Apollé mi cabeza en el brazo del sofá, de manera que no miraba hacia arriba, sino que tenía la cabeza un poco inclinada. De ese modo el podía follarme la boca haciendo un movimiento hacia delante, dejándome respirar. Empezó a culear en mi boca de nuevo. Volvía a llamarme zorra y puta asquerosa, mientras yo con las manos lo atraía hacia mi. Yo gemía de gusto de comerme aquella polla y el empezó a gemir también. Se acercaba al orgasmo, asi que se detuvo de nuevo y me escupió en la cara. Yo le pedí que me escupiera en la boca, y asi lo hizo, con un buen escupitinajo. "¿Quieres mi lefa, maricón", me preguntó todo encendida "Siiiii, por favor, déjame que me la trague toda", rogué yo. Se volvió a subir sobre mi para follarme la boca y después de unas embestidas comenzó a gritar "Toma puta, trágatelo, tomaaaa", mientras agarraba mi cabeza como un bestia y hacía toda la fuerza que podía con sus caderas en mi boca, para metérmela hasta el útlimo milímetro. Noté los chorros de su leche en mi garganta. Tenía la polla metida hasta el fondo y no podía tragar, así que se fue llenando de su leche. Era una corrida bestial, porque yo notaba muchísima lefa. Aguanté la respiración todo lo que pude, hasta que ví que había acabado pues se dejó caer extenuado sobre mi.
Lo aparté, teniendo cuidado de no hablar, pues su semen estaba en mi boca, llena a dos carrillos. Se apartó hacia un lado y entonces abrí la boca con cuidado para que no se me vertiera nada, lo justo para que viera toda su corrida en ella. Mirándole a los ojos con cara de puta viciosa me lo tragué haciendo ruidos de gusto, para que viera lo que me gustaba. Me relamí y busqué con mis dedos alguna gota que se me hubiera escurrido por la cara, lamiéndome los dedos. Ví que de su polla colgaba una gotita, asi que me la metí en la boca y succioné, para no dejarme nada.
Nos sentamos en el sofá. Ni que decir tiene que yo estaba empalmadísimo, con la polla estallando, porque no había acabado. El tenía ganas de charla, pero yo le corté... "¿Quieres mearme?"... el tío se rió y me dijo "Me encantaría mearte, que puta eres...". Yo nunca había hecho eso, pero me excitaba el hecho de que me mearan... asi que le pedí que me llevara al baño y me desnudé. Me metí en la bañera y le pedí que aguantara. Comencé a masturbarme, con dos dedos bien metidos en el culo. "¿Me vas a mear, cabrón?...¿Soy un puto maricón, verda, soy una puta?". Mientras me la cascaba él me escupía y me insultaba. Cuando noté que me venía el orgasmo le pedí "ahora, meáme...". Dirigió su polla a mi cuerpo y empezó a mearme. Yo comencé a correrme, con chorros de semen que aterrizaban en mi tripa y escurrían por mi cuerpo mezclado con su pis. No resistí la tentación y abrí la boca para que viera lo que quería. Dirigió su chorro directamente a mi cara y pude probar el sabor de sus meados, aunque sin tragarlo. Cuando terminó mi orgasmo el seguía meando, aunque ya en los últimos y entrecortados chorros. Me dirigí a su polla y lamiendo se la dejé bien limpia.
Me di una ducha para limpiarme, pues estaba todo guarreado y oliendo a pis. Cuando salí el tío se había vestido. Nos dimos un beso para despedirnos. Entonces me dijo "Toma, para el camino", y escupió en su mano. Yo lo lamí como un perro y me lo llevé en la boca para saborearlo de vuelta a casa.
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