Follado en mi despedida de soltero

En mi despedida de soltero, por la noche, el hermano de mi novia me rompe el culo.

Me casaba en tres días y aunque había insistido una y mil veces en que no quería ningún tipo de despedida de soltero me temía lo peor y así fue. Roberto y Dani, los hermanos de mi chica se presentaron en mi trabajo un viernes al medio día y prácticamente me sacaron a la fuerza de la oficina. Me dijeron:

-         Tranquilo cuñado, no va a pasar nada que no quieras que pase.

En la calle nos estaban esperando dos primos gemelos de ellos y mi colega Antonio. Los tres estaban con unas sonrisas de oreja a oreja y me invitaban con una reverencia a entrar en la parte de atrás de un monovolumen familiar. Una vez que estuvieron todos dentro, Rober arrancó el coche y por más que insistí, no conseguí saber dónde demonios me llevaban.

Yo iba sentado entre Kique y Javi, los primos gemelos. Tenían diecinueve años y vestían la misma camiseta oficial del Real Madrid. Estaban la mar de divertidos mientras me pellizcaban y me advertían sobre lo que iba a pasar ese fin de semana. Eran muy parecidos pero Kique se habían cortado el pelo casi al cero, mientras que Javi se había dejado media melena morena que se apartaba constantemente. Antonio, mi colega y compinche de mis “secuestradores” se sentaba delante con Rober y Dani. A Antonio lo conocía desde la universidad. Habíamos compartido piso y nos conocíamos de pies a cabeza. Él se había casado hace un año. Rober y Dani también estaban casados y ya tenían niños. Rober treinta y oho años. Dani, treinta y dos. Yo, veintiséis.

Poco a poco el plan se fue revelando. La juerga empezaba en una ciudad cerca de Madrid donde habían reservado una casa rural con tres habitaciones, campo de fútbol siete, pádel, piscina y sauna. En el reparto de habitaciones, aunque esperaba que me tocara con mi colega mi tocó con Rober, el hermano mayor de mi chica. La verdad es que se lo habían montado de puta madre y llegó el momento de agradecerles el detalle. Me llevo genial con la familia de mi prometida y se habían montado un fin de semana cojonudo. La siguiente parada: comilona en un restaurante y luego fiesta en un club de alto standing.

Cuando llegamos al club ya íbamos francamente mamados. El club era de mirar pero no tocar y ahí, borrachos los seis, nos fuimos poniendo bastante cachondos con las tías que hacían su número de baile justo a cinco centímetros de nosotros. Los gemelos soltaban las mayores burradas y se los notaba más que calientes aunque la verdad es que los seis teníamos que estar recolocando la polla en el pantalón del empalme. Como homenajeado principal, tuve un número especial en que una de las bailarinas se lo montó justo encima de mí, dejándome la bragueta abierta y marcando rabo y precum.

De vuelta a casa decidimos continuar con las copas, comentando las mejores jugadas del club de striptease. Con la comodidad de estar en casa y entre amigos, los gemelos se quedaron en gayumbos y camiseta y el resto hizo lo propio para tomar la última antes de meternos en la cama. Con cada trago nos poníamos más borrachos y más desinhibidos. Kique alardeaba de lo que le hubiera hecho a esta o aquella chavala mientras simulaba los golpes de cadera con los que se la hubiera metido. En un momento incluso se bajó el calzoncillo para mostrar el cacharro que se gastaba y con el que hubiera destrozado el coño de la bailarina. Kique la tenía bien dura cuando nos la enseñó y todos nos reímos. El resto de la noche aguanté los consejos de los tres casados mientras que los dos gemelos, todavía sin intención de pasar por el altar se jactaban de todos los coños que les quedaban por follar hasta entonces. Kique llevaba casados como diez años y mucho antes, ya estaba saliendo con la que después sería su esposa, por lo que hacía mazo de tiempo que no se había acostado con nadie más. Dani más o menos lo mismo, aunque él llevaba seis años de casado nada más.

Después de aguantar las bromas de los gemelos nos fuimos yendo cada uno a sus habitaciones. Ya dentro, Rober y yo seguimos hablando y riendo sobre todo lo que había pasado esa noche. Había estado genial y nos había puesto más que cachondos: todavía marcábamos la mancha de precum en los gayumbos de los dos.

-         Tío, tienes todo el gayumbo lefado… eres un puto cerdo – le dije a Rober.

-         He estado marcando precum toda la noche, ¿qué quieres tío?.... Ha estado de puta madre ese club y luego con los cabrones de Kique y Javi y sus historias me ha seguido la calentura…jejeje.

-         A estas alturas te veo cascándote una paja cuando me quede dormido.

-         Creo que no voy a esperar a que te duermas – me dijo, medio sacándose la polla y persiguiéndome por la habitación.

-         Quita marica –le dije entre risas y huyendo de su rabo.

Al final caímos rendidos cada uno en su cama y nos dormimos… o eso creía yo.

No sé qué hora sería pero todavía era de noche cuando algo me despertó. Primero escuché un ruido, un chof chof contínuo y luego sentí algo contra mi culo. Como todavía estaba medio dormido no reaccioné de inmediato pero me dio tiempo para darme cuenta de que tenía los calzoncillos bajados y que había alguien encima de mi cama, con las piernas abiertas sobre mí… Sentía los muslos contra los míos y luego, haciendo fuerza contra mi culo, algo bien duro… la polla toda tiesa de Rober. No estaba intentando follarme, sólo se estaba pajeando, bien fuerte, contra mis nalgas.

Cuando por fin me espabilé y me di cuenta de lo que estaba pasando intenté incorporarme y encararme con Rober, pero éste hizo fuerza con las piernas y su peso, dejándome boca abajo…

-         Rober, tío… ¿qué cojones estás haciendo? ¡Puto borracho, quita de encima….!

Kique me tapó la boca con una de sus manos. Un olor a rabo me llenó la nariz mientras mis labios recogían algo del precum que estaba segregando su polla hace unos segundos...

-         Shissss… Calla cuñadito. Solo estoy bajándome el empalme… tú tranquilo y disfruta, que una vez que te cases como engañes una sola vez a mi hermana, te voy a partir las piernas….

Y acto seguido se echó un poco más encima y sentí como su polla hacía fuerza contra el agujero de mi culo. Al principio solo era presión, pero poco a poco, fue haciendo más y más fuerza y  fue venciendo la resistencia de mi esfínter hasta que consiguió meterme el capullo por todo el culo.

Sentí un pinchazo tremendo, seguido de un dolor descomunal, pero Rober seguía tapándome la boca y echado encima de mí, inmovilizándome. Yo, todavía borracho, poco podía hacer con un tío de unos ochenta kilos, quince más que yo, bien fibrado y en una posición de clara ventaja.  Una vez que consiguió meter el capullo lo escuché gemir contra mi oído y acto seguido, sentí como metía el tronco de la polla, abriéndose paso en mi culo. Poco después, sus pelotas golpearon contra las mías: me había empalado por completo. Tenía su polla, que sentía dura como una piedra, pero caliente, ardiendo, dentro de mí, por completo. En esa posición, penetrado por mi cuñado, sentí como volvió a gemir al lado de mi oído y acto seguido empezó a correrse dentro de mi culo. Me estaba preñando mientras movía su cadera hacia dentro y hacia fuera para dejarse la polla bien ordeñada.

Todavía estuvo casi un minuto dentro de mí una vez se había corrido, luego, como si hubiera despertado en ese momento, sacó el rabo y se quitó de encima de mí, cayendo boca arriba a mi lado. Sentí un hueco enorme en mi esfínter y como un hilillo de leche y sangre, caía muslo abajo hasta la sábana. Rober todavía resoplaba, entonces lo miré y él giró la cabeza y me miró. Fue a decir algo (supongo que “lo siento tío, no sé qué me ha pasado, etc.”), pero no le dejé. Me incorporé y le solté un puñetazo en toda la cara.

-         Estás puto loco o qué?!  - empecé a decirle-. Me acabas de violar puto maricón de mierda. Me acabas de romper el culo! –y me llevé la mano atrás y pude comprobar que en efecto, salía lefa pero también sangre-. Estás enfermo…joder… quiero que salgas ahora mismo de esta habitación y que no me vuelvas a hablar en la puta vida…

Y en ese momento, me dejé caer en la cama y empecé a gimotear como un puto crío. El hermano mayor de mi novia me acaba de violar, en mi puta despedida de soltero… A ver como hostias le contaba esto, no ya a su hermana, si no al resto de colegas y familiares.

.... Podéis leer el final de la historia en http://www.hetergay.blogspot.com .