Follado en el jardín del Palacio de Congresos

Hacia tiempo que no tenía una, buena sesión de sexo por diferentes motivos. Pero la noche del pasado sábado me fui a casa bien satisfecho.

Follado en el jardín del Palacio de Congresos

Hoy os traigo el relato de lo que me pasó el pasado sábado por la noche. Entre la pandemia y alguna otra cosa, llevaba mucho tiempo sin disfrutar de un buen rabo en mi culo. No he sido un santo, claro... Mamadas y tal sí que ha habido, tanto hacerlas yo como recibirlas. Pero lo que se dice una buena follada, no consigo recordar cuándo fue la última.

Este sábado quedé a cenar con unos amigos y por la tarde estuve preparándome a conciencia por lo que pudiera pasar (ya me entendéis).

Cenamos y como alguno tenía que madrugar el domingo, no nos tomamos nada y cada uno se marchó a su casa. Yo no llevaba idea de llegar tan pronto así que me fui a la zona de cruising del antiguo cauce del Turia. Aparqué sin problemas y entré. La verdad es que no había demasiado ambiente. Cruce de miradas con algún chico pero poco más. Y la verdad, me daba una pereza tener que estar dando vueltas para ver si salía algo que decidí marcharme a otra zona de cruising también en València, que está en los alrededores del palacio de congresos.

Un amigo siempre me cuenta que él ha disfrutado muchísimo en esa zona y a cualquier hora, pero la verdad es que yo había ido un par de veces y no había pasado gran cosa... Aparqué y pensé que había muy pocos coches y que, por lo tanto, no habría demasiado movimiento.

Entré en la zona de los jardines y di un paseo sin cruzarme absolutamente con nadie. Pero al poco, empecé a ver a tíos caminando por la zona más oscura de los jardines y me dirigí hacia allí. Di un pequeño paseo intercambiando miradas con algún tío pero no fui correspondido.

Al rato, apareció un tío algo más joven que yo que sin más, me dijo: “¿Te la como?”. Y yo dije, pues sí. Nos fuimos a un lugar algo más apartado y se puso de rodillas. La verdad es que tenía muy buena boca y me hizo una muy buena mamada. Estuvimos así un buen rato hasta que decidí que quería buscar otra cosa. Había ido a que me follaran y quería agotar todas las posibilidades.

Así que me subí un poco los pantalones y los calzoncillos y me apoyé en el respaldo de un banco en la oscuridad sin dejar de sobarme la polla y los huevos. Pasó algún tío pero no paró. Y después, apareció un hombre, más mayor que yo, delgado y muy, muy marcado, al que había visto

anteriormente y con el que había cruzado alguna mirada. Se quedó mirando y pasó de largo, pero cambió de opinión y volvió sobre sus pasos. Se puso delante de mí, se desabrochó el pantalón y se sacó un rabo que ya sin estar en su esplendor pintaba genial. No hizo falta que dijera nada. Empecé a sobarle y me agaché a comérsela.

Me encanta notar cómo va creciendo una polla en mi boca. Me excita y me invita a seguir jugando con el rabo. Este fue adquiriendo dimensiones bastante grandes y el tío me dijo: “Cómetela toda”. Ufff. Y eso hice...P

Preparé bien mi boca y empecé a metérmela. Me encanta también notar cuando traspasan la garganta y se acomodan ahí. Al tío le encantó y no paraba de decir “así se hace” y acariciarme el pelo.

No sé decir exactamente qué tenía ese tío pero me tuvo a su disposición desde que empecé a comérsela. Sentí que podía hacer conmigo lo que quisiera y me hizo llegar a un punto de excitación brutal.

Seguí comiéndosela y tragándomela entera de vez en cuando para su deleite y el mío. No me cansaba de tenerla en la boca...

• -¿Te gustaría que te follara?, me dijo

• Ufff. Sí, claro. Pero me da miedo porque hace tiempo que no me follan y tienes un rabo bien grande.

• Levántate, que quiero verte el culo. Ufff. ¡Vaya culazo tienes cabrón! Este culo tengo que follármelo. De aquí no te vas a ir sin que te la meta.

• Vale... Pero tendrás que ir con cuidado.

• Tranquilo, voy a comerte el culo para que dilates

• Vale. Una vez mi culo se acostumbre, me follas a saco como te de la gana.

Dejó de sobarme el culo, me apoyó en el respaldo del banco y me lo comió... Vaya si me lo comió. Menuda comida tan rica!!

Jugaba con su lengua y con los dedos en mi agujero haciéndome gemir de placer. Empezó a jugar con su polla en mi trasero y cuando vi que ya iba la cosa en serio le dije que se pusiera un condón. Saqué un condón y el lubricante y me dijo: “Mira el machito si viene preparado”.

Me embadurné el culo con lubricante y le puse también en el condón. El tío cumplió y fue con mucho cuidado. Y sorprendentemente, no tuvo que pasar mucho tiempo hasta que mi culo se acostumbró a tener semejante bicho dentro y empecé a moverme. Él lo notó y lo vio como una señal para follarme como le diera la gana.

Me cogió de las caderas y empezó un mete y saca que me hacía subir al cielo. Mientras tanto, no paraban de pasar tíos por donde estábamos pero ninguno se acercó. No sé ni cuánto rato estaría bombeando pero yo estaba en la gloria.

De repente, la sacó de golpe y yo me giré a ver qué pasaba. Se sonrió, me incorporó y me dijo:

• ¿Quieres más polla?

• ¡Claro que quiero más!

• Pues tendrás que pedirla. Pide polla. Dime que quieres que te folle.

Uffff. Eso me puso todavía más a mil. Y claro que se lo dije.

• Fóllame, joder. Quiero tener tu rabo dentro de mí. ¡¡Necesito tenerlo dentro!!

No se hizo de rogar mucho. Me inclinó hacia el banco y me la metió sin que mi culo ofreciera ni la más mínima resistencia. El cabrón me estaba dando una buena follada y además, calentándome todavía más con lo que me decía:

• Este machito quiere polla, ¿verdad?

• Te gusta tener mi rabo en tu culo?

• Hoy te vas a ir de aquí bien follado

Yo estaba al borde de correrme y debió notarlo porque me dijo:

• El machito se va a correr con mi polla en su culo

Y así fue... Un par de meneos fueron suficientes para empezar a soltar trallazos de lefa como hacia tiempo que no tiraba. Él se salió de mí para ver cómo terminaba de correrme mientras no dejaba de acariciarme el culo.

Terminamos, nos limpiamos y nos despedimos. Sin mas.

Desde luego fue una noche memorable y me fui para casa con mi buena dosis de rabo. Durante el camino seguía tan cachondo que hubiera parado en cualquier sitio a que me follara otro tío, pero al final pensé que ya era suficiente -y estaba agotado.

Mil gracias por leer el relato. Vuestros comentarios siempre son bienvenidos tanto aquí como por mail.

Tom.