Follada por un mecánico delante de sus compañeros

Una mañana se me estropeó el coche y en el taller un mecánico me folló como un bestia a la vista de sus compañeros.

Decir que me encanta compartir mis experiencias y fantasías con todos los lectores creo que es algo natural, pero el ponerme cachonda mientras los escribo no sé si os pasará a vosotros pero a mi me pone a mil. Me encanta relatar con toda clase de detalles cada una de las situaciones que me hacen poner como una moto. Pero bueno, no me enrollo más y os cuento el siguiente relato.

Fue no hace mucho, me disponía a ir a trabajar cuando de repente el coche no me arrancaba. No me lo podía creer, iba a llegar tarde al trabajo y no tenía ganas de cargarle con mi clase a ninguno de mis compañeros (soy profesora); viendo que aquello iba para largo decidí llamar y decir que esa mañana no me iba a ser posible ir a trabajar, que tenía problemas con el coche e iba a tener que llamar a la grúa. No me pusieron pegas, así que me sentí mucho más aliviada. Sin perder ni un segundo más llamé a la grúa, necesitaba que me llevaran el coche al taller y me lo arreglaran lo antes posible, así que necesitaba ir para meterles prisa, si no ya se sabe como van estas cosas.

La verdad es que la grúa no tardó en llegar:

Ha llamado usted señorita?

Si, es que no me arranca y necesito que me lo arreglen lo antes posible.

Bueno, lo llevo al taller de "Roberto", sabe donde es?

Si, pero no tengo medio con que desplazarme, le importaría que fuera con usted?

Para nada, es un placer llevar a una chica tan guapa.

Vaya, muchas gracias.

Durante todo el trayecto el hombre miraba de reojo mis piernas y mi escote, se que era demasiado provocativo para dar clases, pero después teníamos comida y no me iba a dar tiempo a arreglarme después así que ya iba vestida para la ocasión. Tampoco es que llevara un vestido de fiesta, se trataba de una minifalda vaquera y una camisa blanca, pero al sentarme la falda se subía aún más y eso pareció gustarle mucho al conductor. Era un hombre mayor y nada atractivo, pero me encanta despertar en los hombres ese instinto ya sean guapos, feos, altos o bajos.

Llegamos a nuestro destino y me dijo que si quería podía esperar tomándome un café en la cafetería que había justo al lado, pero decidí quedarme, quería meterles prisa para que me lo arreglasen pronto. Me dirigí al mostrador, y me atendió un joven muy amable y muy apuesto.

Dígame señorita, que desea?

Buenos días, he venido con el hombre de la grúa, es mi coche el que acaban de traer y me gustaría que me lo arreglasen pronto.

Pues tenemos muchas cosas pendientes, así que tardaremos un buen rato.

Y si usaba mis armas de mujer para acelerar el proceso? Llevé mis dedos al escote desabrochando un botón de mi camisa y dejando a la vista el borde de mi sujetador negro de emcaje.

No sería tan amable de decirme cuánto tardará?

Ejem, pues…- comenzaba a ponerse nervioso – pues veré lo que puedo hacer.

Entró a la trastienda y no tardó mucho en salir un hombre de unos cuarentaitantos largos.

Buenos días señorita

Lucía, me llamo Lucía – y extendí mi mano acompañada de una sonrisa lo más deliciosa que pude.

Señorita Lucía. Me dice mi muchacho que necesita el coche pronto, no es así?

Si, es que dependo demasiado de él.

Pues verá, es que tenemos trabajo atrasado y

Y no podrían hacer una excepción? - y volví a poner mis dedos en mi escote, dejando mis senos más al descubierto.

Puede acompañarme al taller? Le explicaré por qué es tan complicado arreglarlo.

Le sigo.

Entramos en la parte trasera del local. Estaba lleno de hombres llenos de grasa, con sus monos azules abiertos y sudorosos. Todos aquellos hombres dirigieron su vista hacia mí, solo sus miradas provocó un acelerón en mi corazón, se escucharon silbidos y comentarios que no ha muchas mujeres gustan, pero a mi me ponen muy cachonda. No pude evitar mirarlos con cara de satisfacción y eso pareció gustarles y a la vez sorprenderles. Viendo el panorama decidí comenzar a contonearme de camino a mi coche donde un muchacho me explicó que necesitaría un par de horas para arreglar la avería.

Bueno, no pasa nada, mientras me lo podáis tener para esta mañana, me conformo.

Así será señorita, intentaremos tenerlo lo antes posible.

Puedo darme una vuelta por el taller mientras?

Claro que no, seguro que quiere quedarse dando una vuelta?

Claro que estoy segura, no seré un estorbo se lo aseguro.

Yo estaré en la parte de fuera atendiendo, si necesita algo solo tiene que llamarme.

Muchas gracias.

Durante un rato estuve hablando con el chico que me había estado explicando la avería. La conversación empezó como cualquier otra, a qué me dedicaba, edad, si tenía novio... mientras los compañeros pasaban por mi lado y me observaban de arriba abajo haciendo toda clase de comentarios obscenos:

A ti te arreglaba yo guapa.

Joder que culito nena.

Te comía de arriba abajo y no dejaba de ti ni el tanguita.

Me encantaba escucharlos y alguno que otro más atrevido si podía se rozaba haciendo el que no se había dado cuenta.

El chaval que hablaba conmigo se presentó como Juan y me preguntó si no me incomodaba aquello.

Al contrario, me encantaría estar en manos de todos vosotros, como si de un coche se tratase, que me acariciaran todas vuestras manos juntas, todas estas lenguas repasando mi cuerpo mmmmm – fue cuando Juan notó que mis pezones estaban de punta.

Vaya, me estas poniendo…- no se atrevía a decir nada, parecía estar cortado.

Cachondo? Me quieres decir que te estas poniendo cachondo?

Pues si, nunca me ha pasado esto, que una mujer sea tan directa en lo que le gustaría que le hicieran y menos en manos de tantos hombres.

Siempre hay una primera vez, no?

Pues si.

Bueno, voy a dar una vuelta por aquí.

Seguí paseando por el taller, paré a hablar con uno de los tíos que me habían hecho los comentarios y me dijo que por qué estaba allí.

Me gusta sentirme es centro de atención entre tantos hombres, así no tengo competencia con otras mujeres.

Nena, ni competencia ni pollas, estas más rica que el pan.

Tú crees?

Te gusta que te lo digan verdad?

Me encanta.

Pues eso guapa, que te comía el chochito aquí mismo.

Mmmmm, sabes que me encanta que me lo coman?

Pues yo lo hago de miedo cielo, dime que lo llevas depilado y verás como mi polla se pone como una piedra.

Ni un pelito que te estorbe cuando me lo comas "nene".

Joder, me estás poniendo a tono.

Bueno pues voy a seguir dando una vuelta.

Joder, eres una calienta pollas.

Lo se, y me encanta serlo.

Fui para el otro rincón con el coñito ya muy muy mojado por la misma excitación. Necesitaba follar pero quería seguir calentándome un poquito y haciendo que aquel taller ardiera de deseos por follarme. Los comentarios con el resto de empleados fueron parecidos, hasta que llegué al que me ponía más cachonda. Todavía no había pasado por todos pero no podía esperar más.

Niña, estás poniéndonos a todos como motos, nos vas a dejar así?

Puede que si, puede que no.

Así que te gusta jugar no?

Me encantaría jugar contigo, podemos?

A qué quieres jugar?

Mmmm, no se, se te ocurre algo?

Vente al cuarto de descanso que te voy a enseñar un juego muy divertido,

No dudé en seguirle; el resto de trabajadores nos siguieron con las miradas comentando unos la suerte que había tenido el tío y otros el culo que tenía como lo meneaba. Yo iba delante y él detrás, antes de entrar me dio una buena palmada en el culo que me hizo entrar en el cuartito de golpe, me encantó. Cerró la puerta tras de sí, pero tuvo el detalle de dejar las cortinitas de la habitación entreabierta, quería que nos viesen … y yo también.

Nada más entrar me sentó en un mueble que había justo enfrente de la ventana y me abrió las piernas con brusquedad:

Pues sí que te pone esto cachonda zorrita.

Mucho, logré decir entre gemidos.

Pues ahora si que lo vamos a pasar bien nena.

Seguro que si.

Levantó mi falda y quitó mi tanga de un tirón, empezó a pasar los dedos por mi coño húmedo y sin dudarlo empezó a meter dos dedos en mi chochito. Mientras con la otra mano desabrochaba mi camisa de un golpe llegando a romperme un botón. Aquello me excitó aún más si cabía y empezó a comerme las tetas por encima del sujetador. Yo podía ver como todos sus compañeros miraban a través del cristal con caras de salidos, me encantaba la vista.

Mastúrbate un poco para ellos cielo, dedícaselo.

Mmmm me encanta la idea.

Abrí bien las piernas que quedara bien al descubierto mi coñito bien depilado y empecé a meterme los dedos; cuando levanté la mano y los di a saborear a su compañeros los tíos alucinaron y éste se quedó sorprendido.

Eres más puta de lo que me pensaba.

Pues ahora sabes lo que me gusta, agáchate y cómemelo.

Mmmm ahora mismo cielo, ahora mismo.

No dudó en agacharse frente a mi, abrirme bien las piernas y empezar a pasar su lengua por mi coño que no paraba de segregar líquidos. Entre lamida y lamida comentaba lo bueno que estaba mientras yo aprovechaba con mis manos y sacaba mis tetas del sujetador y me las magreaba a la vista de mis espectadores los cuales algunos habían empezado a tocarse incluso por debajo del mono.

Cuando mi "mecánico" particular vio que me había corrido en su boca subió a comer por un momento mis grandes tetas al aire y me preguntó si yo tenía hambre:

Yo siempre tengo hambre cariño.

Pues cómete esto – y sacó su tremenda polla delante de mi.

Ahora fue él el que se sentó en el mueble y me arrodillé frente a él dejando a la vista de todos mi culito en popa a través del cual se veía también mi coñitos. Comencé a comerme aquella polla deliciosa, dura y enorme, estaba de vicio. La relamía una y otra vez y la metía y la sacaba sin parar. De vez en cuando ladeaba mi cabeza para que vieran como se la comía a su amigo, me sentía una verdadera zorra y eso me gustaba mucho. El tío agarraba mi cabeza quería guiar mi ritmo y no dejaba de gemir.

Eso es nena, ni mi mujer me la come de esa manera.

Te gusta eh?

Joder, no hables, solo come putita solo come.

Mmmmm lalalalalala – lamía su capullo y eso lo excitaba.

Y ahora vamos cielo que te voy a follar, que estoy ya demasiado caliente.