Follada por atrás
Su glande comenzó a empujar con cuidado, y cuando logró entrar, sentí un dolor punzante que hizo que me salieran lágrimas de dolor, pero sabía que después de la tormenta, siempre viene la calma. Terminó por insertarme, sentía la verga en mi culo, y la movió lentamente. Cuando hubo movido varias veces, empezó a bombear con fuerza, y mis gemidos aparecieron junto con el placer de ser cogida por atrás
Tercera parte de "Mi primo Luis"
Pensaba que sería un fracaso con mis primos, pero ahora, estaba llena de gusto al saber que no era así, y mucho menos con Luis. A penas se cumplía una semana desde que descubrimos nuestra relación incestuosa, y aprovechaba el tiempo a solas para fajes, toqueteos o incluso unos buenos polvos, lo bueno era que mi Tía tenía guardias o simplemente pasaba tiempo con Dani o nos dejaba salir a conocer la ciudad. “Conocer la ciudad” era lo mejor, nos daba demasiado tiempo para conocer cada centímetro de piel, el uno del otro. Aunque solo habían sido dos días. Estaba aburrida, releyendo “Placeres de la noche” de Sherrilyn Kenyon, muy recomendable la saga de los Cazadores Obscuros para las chicas, me daba un poco de imaginación sobre mi siguiente sesión de sexo, cuando tía se asomó por la puerta
-Llevaré a Dani a un evento deportivo. Luis se quedará-admitió, y entonces, la piel se me puso de gallina.-¿Quieres ir?
-Prefiero no dejar solo a Luis-asentí con la cabeza
-¡Perfecto!-sonrió.-Nos vemos a las…-revisó su reloj-Bueno… creo que dura cuatro horas.
-Yo cuidaré de ella-entró mi primo en la habitación con una sonrisa.
-¡No si yo cuido primero de ti!-me burlé
-Nos vemos luego-negó con la cabeza, y salió casi corriendo al auto, donde esperaba Dani, lista para el pentatlón.
Escuchamos juntos el rugido del motor alejarse, y sonreímos al mismo tiempo. Sabía lo que seguía. Dejé el libro en la mesilla de noche, para evitar distracciones, y me levanté, seguía en mi ropa de dormir, un short blanco, en el cual no ocupaba bragas, y también una blusa con un estampado, pero sin llevar sostén.
-Floja-me culpó con una mirada lasciva
-¿Quieres ponerme a trabajar?-respondí con cierta pereza.
-Tengo el trabajo perfecto para ti-sonrió maliciosamente.-Vete desvistiendo.
¿Era una orden? Salió del cuarto, y me quedé anonadada por lo que había sucedido, y ni si quiera me había desvestido cuando llegó con un bote de crema batida, y con la mano, jalaba a “Tommy”, la mascota de Dani, un labrador que aun no se desarrollaba por completo, puso el bote de crema en la mesilla de noche.
-¿Qué vamos a hacer?-pregunté mirando al perro
-A enseñarte algo delicioso-sonrió, el cachorro por orden de Luis se sentó, y nos observó, tranquilo.
Yo estaba parada, Luis se sentó y me hizo acostarme en la cama, no sin antes darme un beso apasionado donde mi lengua se enredó con la de él, levantó mi blusa, y mis tetas rebotaron, ansiosas por ser mamadas de nuevo. Después, me acostó, y él jaló el short de mi ropa de dormir. Lo hizo tan sensual, que me excité lo suficiente, y me senté de nuevo, para estar cerca de él. Tomó el bote de crema, y se puso en dos dedos, y me lo ofreció. Chupé sus dedos como si fuera la más rica verga, viéndolo a los ojos, llenos de lujuria, tal cual como los míos. Besé su boca, y supe que él probaría también el dulce.
-Quiero comerte-dijo entre jadeos, acercó el orificio del bote de crema a mi teta derecha, y llenó mi pezón de espuma y este se endureció al frio contacto con la sustancia, hizo lo mismo con el izquierdo, y me indicó que me sentara en sus piernas, de tal modo que yo podía sentir en mi vientre su verga. Comenzó a lamer mis pezones, con cuidado, disfrutando el sabor de mi piel con la crema…
-¿Por qué tardas tanto?-pregunté jugando
-Quiero que grites de placer-respondió, me acostó de nuevo, y tomó de nuevo la crema batida, poco después la sentí fría en mis labios vaginales. Doblé las rodillas, y fue entonces que agarró a Tommy y lo puso entre mis piernas.
-¿Qué diablos…?-pregunté
-Sólo disfruta-sonrió, puso de nuevo crema en mis tetas.
Había escuchado de la zoofilia, pero jamás había conocido a alguien que la practicara, o al menos que yo conociera. Luis comenzó a mamar de nuevo mis pezones, pero ahora con más fuerza, mientras Tommy olisqueaba mi vagina, y entonces, fue cuando comenzó a lamer mi coño, y no pude evitar gemir…
-Ahhh… Luiiis…-sonreí
-Y eso no es nada, amor-siguió besando mi piel
Tommy acabó tan rápido, que no me di cuenta. Me llevé la mano a mi vagina, y comencé a estimular mi clítoris.
Me dejó sola un par de minutos, llevando al perro a su lugar, pero no perdí el tiempo en estimularme. No me dí cuenta cuando estaba en la puerta, mirando mí cara de placer al sobarme las tetas y mover dos dedos en mi chocho. Cuando me dí cuenta de que estaba ahí, tenía su falo en la mano, masturbándose. No perdí el tiempo, agarré la crema batida, llegué hasta donde estaba mi primo, y le bajé los pantalones.
-Eres mi adicción-admití cuando unté la crema en su preciosa verga-Siempre la quiero comer… Quiero su leche.
-Te la daré.-sonrió
Parado en la puerta, ahí se quedó, y la agarré, admirando mi postre. Me la metí en la boca de golpe, queriendo quitarle la crema, me encantaba el sabor de su piel y el dulce, recorrí sus testículos, los masajeé con las manos, me los metí en la boca
-¡Sigue así! Yo se que quieres que te rompa el culito-sonrió, con placer.
Seguí, en una follada increíble de boca, no podía dejar de hacerlo. Su pene comenzó a palpitar, y creció más, era tiempo de mi leche… Me inundó la boca por completo, tragué y se me derramó un poco. Lo limpié, como me gustaba hacerlo siempre, y entonces se puso duro de nuevo.
-Acuéstate-ordenó, lo hice de inmediato. Se quitó el pantalón por completo, y metió su cara entre mis piernas, besó la cara interna de mi muslo, y poco a poco me fue matando, pues lo hizo con lentitud hasta llegar a mis labios. Besó con suavidad mi botoncito, y después, me penetró con su lengua, moviéndola con destreza, arrancándome gemidos, grititos ahogados y jadeos.
-Ahh…-gemí-¡Así! Ah…
-Córrete…-ordenó-Para mi… Para tu papi…
Siguió, esta vez, metió uno de sus dedos para acariciar mi botón. No pude aguantar y estallé en un orgasmo explosivo. Bañé su boca.
-Me encanta tu sabor-comentó
-Ah… a mi el tuyo-reí-Ven papi…
Lo acosté a mi lado, y me inserté su verga sentándome en ella. Me gustaba sentirla en mi interior, durita, solo para mí. Comencé a mover las caderas.
-¡Dame verga papi!-gemí
-¡Verga tendrás!-respondió-¿Qué eres de mi?
-Tu putita-respondí entre gemidos
-Te voy a romper ese precioso culo que tienes-gimió-Vas a ser mi putita… Amaras a esta verga
-Ya lo hago-gemí, y me saqué su verga, me acosté y dejé que é llevara su ritmo.
Empinó su falo, y me ensartó de golpe, primero empezó lento, pero después quiso cumplir la promesa de romper mi culito. No podía dejar de gemir con semejante trozo de carne. Me corrí antes que él, y de nuevo me inundó con sus flujos.
-No me canso de follarte-me dijo
-Quiero que me folles por atrás-pedí.-Quiero que me desvirgues.
-Primero… deja me repongo-sonrió, y bajé de nuevo hasta su verga, me la metí a la boca, saboreando mis flujos con los de él, y entonces volvió a tener forma, estaba listo para otra ronda.
-Ponte como perrito-pidió.
Ni corta ni perezosa, me puse en cuatro, y me lamió el orificio, metió su dedo, y no me dolió tanto.
-Estás lista
Su glande comenzó a empujar con cuidado, y cuando logró entrar, sentí un dolor punzante que hizo que me salieran lágrimas de dolor, pero sabía que después de la tormenta, siempre viene la calma. Terminó por insertarme, sentía la verga en mi culo, y la movió lentamente. Cuando hubo movido varias veces, empezó a bombear con fuerza, y mis gemidos aparecieron junto con el placer de ser cogida por atrás
-Ahhh… Así-pedí-Dame tu leche…
-Te voy a partir en dos-dijo
Siguió envistiendo, me toqué mi botón de nuevo, adentro, afuera, el placer no cabía de nuevo en mí y me corrí. El miembro de Luis creció, y me dí cuenta que soltó el liquido espeso dentro de mí. Lo demás, ya es historia.
CONTINUARÁ...