Follada con un nudista en chihuahua

Hoy narraré lo que me sucedió hace tiempo en la Paya nudista de Chihuahua con un vasco que tomaba sol ahí y podrán ver alguna fotografía suya.

FOLLADA CON UN NUDISTA EN CHIHUAHUA

Los que conozcan la costa del departamento de Maldonado, sabrán que allí hay una playa nudista llamada Chihuahua de igual nombre que el estado mexicano.

Hace unos ocho años fui por allí y tuve una aventura no muy interesante pero igual la contaré para que mis lectores juzguen y /o la conozcan.

Me ubiqué en un lugar en el cual no había mucha gente y casi me quedé dormido solamente cubierto por mis lentes de sol.

Me despertó una tos de esas fingidas que hacemos cuado queremos llamar la atención de alguien, pero antes de abrir los ojos instintivamente llevé mi mano a mi verga para tapar la erección que tenía de la mirada de esa persona que carraspeaba

Dije bien, erección porque no recuerdo si fue por una sueño erótico o por el intenso calor que había en esa zona debido al sol del verano que mi órgano se encontraba a sus anchas totalmente elevado mirando al astro rey.

El tipo me dijo:

-Oye chaval soy Izkiel, vengo de Pamplona y no conozco a nadie acá.

Me agradó mucho que a mi edad pasada la cuarentena aun me dijesen "chaval".

-Pues ahora me conoces a mí.

Le contesté lo más amablemente posible admirando su hermosa polla gorda y peluda.

Se sentó a mi lado y se puso a conversar de que había venido a Uruguay para conocer a sus familiares los cuales habían emigrado de España en la década de los cincuenta.

Mi verga seguía cada más dura por lo que le pedí que me cuidase la toalla porque me iba a refrescar un poco en el mar.

Él miró el pedazo de verga que sobresalía de entre mis dedos los cuales trataban de ocultarla y me dijo:

-No te preocupes la mía esta igual de empalmada, -a lo que agregó- tienes muy linda polla...

Sonreí y me fui a refrescar entre las espléndidas olas de la la playa de Chihuahua mientras él me miraba desaparecer entre esas aguas de color turquesa coronadas de nívea espuma.

Debo reconocer que cuando estaba en el agua mi mano comenzó a pajearme excitándome cada vez más con el recuerdo de ese cuerpo peludo que en el sitio donde se unían sus piernas exhibía una pija de lo más apetitosa.

Yo pasaba los cuarenta y él apenas llegaría a los treinta, por eso mi cabeza pensó rápido que si iba a tener una aventura con ese vasco jugoso no valía la pena desperdiciar mi "lefa" (como después me dijo él que se llamaba la leche en su tierra) e inmediatamente solté mi verga para no eyacular en el agua.

Al volver estaba muy quietecito sobre la toalla fumando un cigarrillo casero, o sea que no tenía la forma de los cigarrillos hechos mecánicamente, sino que era un cigarrillo de esos que hace la gente de campo con hojillas y tabaco en hebras.

Allí echado sobre la toalla me pareció muchísimo mas peludo que cuando lo había dejado para ir a refrescarme en el mar, el vasco era bastante bajito, de piel tostada y cubierto de una pelambre cobre-pajiza que lo cubría desde la cara hasta los pies.

Mientras fumaba su bigote se fue llenando de humo y de su boca exhalaba un aroma muy extraño cada vez que expulsaba el contenido de su cigarrillo.

-Espero que no te importe, este es un porro de marihuana, allá en mi tierra los fumo a diario y me excitan mucho, ¿quieres uno?

Denegué su oferta, porque realmente no me interesa ese tipo de cosas, luego me senté a su lado y nos pusimos a conversar.

Así fue como me enteré que era bisexual, le había gustado mucho mi verga y si yo aceptaba quería hacerme una mamada porque la marihuana había despertado su libido y mientras me lo decía iba acariciando su pija y mostrándome el glande húmedo de precum porque el prepucio lo tenía estirado hacia abajo con las bolas dentro de su mano.

Ese humo cada vez me iba embriagando más por lo que finalmente terminé mareado, Izkiel me hizo poner boca abajo sobre la toalla para que descansase y mientras lo hacía empezó a mordisquearme el cuello hasta que fue bajando por mis hombros y solamente se detuvo cuando mis gemidos de placer cesaron y le pedí que no siguiese porque había gente por los alrededores y si bien era una playa nudista no era una playa para follar delante de los demás.

En esa región hay muchos pinos por lo que nos fuimos a internar entre ellos, lejos de las miradas de curiosos o de espantados ante el acto sexual que intentaríamos realizar teniendo como testigos al cielo soleado del mes de Enero.

Por suerte encontramos un lugar cercano que estaba bastante tupido de vegetación y nos aislaba de los intensos rayos solares que fueron los culpables del ardor que teníamos en nuestras espaldas.

Allí Izkiel se tiró sobre mí, comenzó a lamerme los labios a la vez que introducía su lengua dentro de mi boca jugueteando con sus manos dentro de mis cabellos y luego pude sentir su polla hirviente sobre la mía que era frotada con todas sus fuerzas haciéndome gemir con ese placer inmenso que se percibe al sentir el roce de otra pija sobre la de uno.

Después de eso todo surgió como si nos conociésemos de mucho tiempo, su boca alojó mi verga y la suya fue recibida en la mía, haciendo un 69 de lo más alucinante, pero supongo que él lo disfrutó más porque su cigarrillo le había producido ese deseo incontenible de tener sexo en es momento y con el primero que tuviese cerca.

Una eyaculación tremenda tuvo Izkiel con tres dedos míos cómodamente alojados en su culo, me derramó toda su lechada sobre la cara y con su mano la extendió por mi pecho, luego se puso de espaldas a la arena para que yo me sentase sobre su verga mustia pajeándome sobre él para terminar llenándole todo los vellos del vientre con mi leche que fue muchísimo más espesa que la suya.

Descansamos unos instantes en los cuales nuevamente nuestras bocas y lenguas se unieron y luego nos fuimos a lavar el pegote de leches, allí aproveché para tomarle una fotografía que la saqué de mis archivos para compartirla con ustedes.

Luego de una tremenda higienización entre las olas espumosas, donde él nadó debajo del agua y sus dedos hurgaron mi culo llenándolo de espuma, volvimos a nuestro refugio ente los árboles lejos de las miradas indiscretas de los visitantes de esa playa donde retomamos los contactos que nos habían excitado una rato antes.

Izkiel encendió otro porro y ante mi negativa de darle unas bocanadas lo apagó y se puso a besarme inundando mi boca con el sabor acre de esa hierba que estaba fumado.

Nuestros cuerpos se entrelazaron sobre la arena caliente, donde no faltaron sus chupadas a mi verga a lo que correspondí con un 69 muy cachondo como decía él y luego sentí como su dedo se abría paso entre mis nalgas para alojarse dentro de mi recto a la máxima profundidad que era capaz de entrar ese dedito corto y regordete.

-¡Omar que lindo culo tienes! Déjame jugar con él porque mi polla arde por separar tus pliegues y esta deseosa de que la agasajes dentro de él.

Su dedo daba vueltas dentro de mi recto, me había excitado muchísimo y su lengua seguía jugueteando con mi glande por lo que tuve que sacar su pija de mi boca para decirle.

-Espérame aquí que voy al auto a buscar condones

-NOooo puedo esperar!! Mira como está mi polla a punto de reventar.

Era verdad!! La pija del condenado Izkiel estaba morada y completamente húmeda por su precum mezclado con mi saliva.

No pude contenerme e ir hasta mi auto porque rápidamente me dio vuelta y se puso a lamerme el orto dejándomelo húmedo y gomoso por la viscosidad de su saliva.

Entre gemidos y suspiros como pude me las arreglé para decirle que cuando fuese a acabar la sacase porque quería ver su leche. Por supuesto que fue una excusa para que no se ofendiese de que no le permitiese eyacular dentro de mi recto.

En cuatro patas me la clavó muy desesperadamente, cosa que me agradó porque su lengua y sus dedos habían trabajado deliciosamente mi esfínter hasta dilatarlo de una forma tan espectacular que no me dolió para nada la penetración tan precipitada que vino a continuación.

Se prendió de mis caderas y a toda velocidad comenzó a meter y a sacar su verga de mis entrañas acción que me hizo eyacular sobre la arena sin siquiera tocarme la pija porque mis manos estaban ocupadas manteniendo el equilibrio que por momentos me hacían perder los empujones que me daba cada vez que su verga llegaba a lo más profundo de mi canal.

Izkiel sintió las contorsiones de mi ano cada vez que un chorro de leche era disparado desde mi verga y casi no se aguantó dando un alarido muy fuerte que tomé como un aviso de su pronta venida, por eso me desplomé sobre la arena para que su verga quedase fuera de mi ser en el momento justo de la explosión final.

Pude sentir sobre mi espalda o mejor dicho done esta cambia de nombre unos chorros ardientes del espeso líquido que sus bolas habían expulsado hacia el exterior.

Realmente quedé muy satisfecho con la follada que me hizo este vasco que conocí en la playa de Chihuahua y mientras mi ano se contraía queriendo devolver sus tejidos a su sitio primitivo y antes de que se le bajase la pija tomé mi cámara para tomarle una fotografía a la verga de este visitante que quizás nunca mas vería.

Y sucedió así nos despedimos, sin siquiera citarnos para el día siguiente o para otros sucesivos, me fui a mi auto y nunca más lo volví a ver.

Si Izkiel (que es su verdadero nombre o al menos el que me dio), lee esto que sepa que si vuelve por Uruguay me gustaría follármelo con todas las de la ley.

OMAR

Espero comentarios como siempre en omarkiwi@yahoo.com