Follada borracha.

Llevabamos seis meses de novios, salíamos con los amigos, jugabamos a beber y casi todos los fines de semana Andrea se pasaba con la bebida. Que no os lleve a engaño, no es que ella sea una borracha, simplemente cuando sale se desmanda. Además su físico no ayuda demasiado.

Llevabamos seis meses de novios, salíamos con los amigos, jugabamos a beber y casi todos los fines de semana Andrea se pasaba con la bebida. Que no os lleve a engaño, no es que ella sea una borracha, simplemente cuando sale se desmanda. Además su físico no ayuda demasiado.

Está muy buena, es una chica bajita, delgadita, con curvas muy marcadas unas tetas enormes para su pequeña embergadura, pelo rizado y pecas... vamos, que me volvió loco desde el principio. Mis amigos dicen que parecemos el punto y la i, mi casi metro noventa y su poco más de metro cincuenta.

Es cuestión de kilos, yo peso casí 100 kilos, así que aguanto mucho mejor la bebida que ella con sus 45. Eso si, la diferencia de peso tiene sus ventajas, la puedo coger en brazos con una facilidad más que pasmosa.

El caso es que llegó el verano, hasta entonces nos habíamos sobado, metido mano, besado, algo de sexo oral en rincones oscuros... pero no había habido sexo completo; volviendo al verano, que calienta los ánimos, y más aún cuando ese viernes por la noche me dijo que sus padres se iban al pueblo y teníamos casa libre, sus palabras por teléfono fueron:

  • Hoy tenemos casa libre para "eso", así que ya sabes dónde vamos a ir cuando dejemos a los amigos.

Vamos, una cita para un buen polvo. Sobra decir que me dediqué a prepararme a conciencia, una buena ducha, un buen afeitado, ropa fresca ... esa noche me la iba a tirar si o si.

Pues no, resulta que salimos, estuvimos tomando unas rondas, alguien propuso que tomáramos unos tequilas y, zas, acabé llevandola a rastras a casa totalmente borracha. La subí a su casa, la dejé en la cama totalmente dormida y me fui a mi casa con un calentón más que considerable.

Me llamó a eso de las 10 de la mañana con esa voz de penita que sólo ella sabe poner para derretirme:

  • Perdón, perdón, perdón... lo siento, lo siento, lo siento...

El caso es que volvimos a quedar para salir por la noche con el mismo plan. Fui a buscarla, nos estuvimos achucando un rato en el sofá de su casa y me dijo:

  • Vamos, lo bueno para la noche, que seguro que sienta mejor

Tras un corto silencio

  • Si me emborracho como ayer tienes mi permiso para follarme.

La verdad es que me lo tomé a chunga y sólo volví a acordarme de esa frase cuando a las tres de la mañana estaba acompañandola otra vez a casa totalmente borracha y se me quedó dormida en la puerta de su casa.

La llevé a su habitación, la tumbé en la cama y me quedé pensando en su propuesta. Diré en mi defensa que yo también iba algo pasado, estoy seguro que sereno no habría hecho lo que iba a hacer.

Empecé por desnudarme, dejé ordenadamente la ropa en la silla y me acerqué a la cama. La verdad es que estaba preciosa tumbada en la cama dormida. Descalda, falda negra corta, top blanco de tirantes, escote brutal que tumbada dejaba ver gran parte de sus pechos. Mire entre su piernas y como suponía llevaba tanga, la verdad es que ya la había metido mano en varias ocasiones, pero tenerla así, a mi merced, no sabía ni qué hacer.

Mi pene si sabía perfectamente que hacer, de hecho estaba totalmente empalmado, así que hice una prueba, acerqué mi pene a su boca y poco a poco lo metí dentro. Para mi sorpresa comenzó a jugar con su boca como ya había hecho en otras ocasiones cuando teníamos sexo oral. ¿Acto reflejo? No lo se, pero me puso aún más cachondo.

Saqué la poya de su boca y antes de empezar a desnudarla se me ocurrió que necesitaba pruebas, así que busqué su cámara de fotos y comencé por hacerle unas fotos provocativas así, dormida como estaba. Que si el canalillo, que si la entrepierna y el trasero...incluso una con mi pene brillante aún con su saliva puesto sobre su culo.

Empece con la ceremonia de despelote, primero quité la falda y ... foto tumbada encima de la cama con sólo el top y el tanga. Luego fuera el top y foto con las tetas al aire, no pude reprimirme, le chupé los pezones que se pusieron más que duros, y eso que estaba dormida, otra foto, bueno, dos, una a cada teta.

Separé suavemente el tanga y pude ver que se había depilado, ¡¡¡qué cabrona!!!, noche planificada de sexo y se emborracha, juguetee un poco con mis dedos en sus labios, los abrí, separé sus piernas y juguetee con mis dedos en su clitoris, zas, zas, zas, más fotos.

Me pareció que se movía, pero sólo estaba poniéndose cómoda, acaricié suavemente su clitoris y pude notar como empezaba a mojarse, así que me lancé a meter un dedo en su vagina, se estremeció y junto un poco las piernas, pero me dejó hacer. Primero una falange, luego dos, luego tres... luego dos dedos, luego tres... se volvió a estremecer, pero esta vez separó las piernas, quería más. Las fotos estaban quedando genial, ya estaba pensando en donde guardarlas bajo llave.

Me tomé un momento para quitarle el tanga negro me tumbé tras ella, estaba escitadísimo y ella mojadísima, así que no tuve ningún problema en penetrarla, primero lentamente, luego, tras comprobar que seguía dormida más rápido, hice alguna foto sin casi poder enfocar y dejé la cámara para centrarme en follarla. Estaba como loco, nunca he tenido una muñeca hinchable, pero seguro que esto era mejor, la abracé, sobaba sus tetas mientras la follaba, comenzó a gemir en sueños y a contraer los músculos de su vagina, estaba teniendo un orgasmo, sin duda.

Dejé que se corriera tranquilamente con mi pene introducido hasta lo más profundo, cuando noté que se relajaba la tumbé boca arriba y repetí la follada, abriendo bien sus piernas y entrando lo más dentro que podía, subiendo y bajando el ritmo. Paré un momento para coger la cámara y grabar un video de la tremenda follada que la estaba pegando. De nuevo esas contracciones vaginales me presionaban el pene y casi hacen que me corra; volví a parar para dejar que se corriera, saqué mi pene y ya no pude aguantar más, me puse sobre ella y me corrí sobre sus tetas. Por supuesto hice otro par de fotos de mi semen sobre sus pezones, que seguían duros como piedras.

Lo siguiente fue limpiarla, vestirla con su pijama y sin ropa interior, dejarla en la cama bien arropadita y hacer una copia de la tarjeta de memoria de la cámara de fotos. Dejé la cámara con su tarjeta original y una nota en la que decía:

"Buenos días corazón, mira las fotos, he ejercido mi derecho".

La conversación de la mañana siguiente fue apoteósica:

  • Buenos días - Su tono era serio para empezar

  • Hola guapa, has dormido bien - Tono irónico por mi parte

  • Soñe que me follabas, pero ya veo que no fue un sueño

  • Bueno, estaba un poquito borracho y como tenía permiso

  • ¿Sabes que eres un poco cabronazo?

  • Bueno, me parece que lo pasaste bien, ¿un par de orgasmos?

  • Al menos, ¿vienes un rato a casa? Necesito venganza

  • Bueno, miedo me das

  • Tranquilo, no te voy a emborrachar

  • Vale

Media hora después estaba en su casa, diez minutos más tarde estaba atado a la cama y... dejo a vuestra imaginación todo lo que me hizo y tengo en mi recuerdo.