Flechazos perfectos
Cupido será ciego pero no tonto.
Aquella noche no pensaba salir, pero finalmente mi grupo de amigos me animo, y decidimos ir a un pub de la zona, " Los Rosales" era un lugar cutre, algo sucio, con varios desniveles en su interior, una media luz que alumbraba y todo su interior de madera vieja, pero en fondo era acogedor, con varias mesas de billar, que le daban un toque mágico.
Nada más entrar la vi, era perfecta, yo la mire fijamente a los ojos y ella me miró a mí, fue una conexión total, seguí andando por aquel local, sin desviar mi vista de ella. De pronto ella me sonrío, dios que sonrisa más dulce, el blanco de sus dientes casi me deslumbra, creía estar levitando, era lo mejor que me podía pasar, en mi cabeza empezó a oírse la música de " when a men love a women" uffff, era fantástico, me sentía flotar, de pronto sentí un enorme golpe en mi entrepierna, que hizo que me doblara en dos, mientras seguía mirándola con cara de puzzle y mi música interior pego un tarallazo, ¡¡¡dios que dolor!!!
Un capullo me había dado con el palo de billar en mis bolas, mis manos bajaron hasta mi entrepierna y las apreté levemente para que se me pasara el dolor, volví a mirarla y a allí estaba ella, su cara mostraba preocupación, dolor, angustia, se levanto y se acerco hacía mi, extendiendo sus brazos, como queriendo acogerme en ellos, pero de golpe desapareció de mi visión cayendo de bruces contra el suelo, por culpa de un desnivel del suelo.
Mi boca se abrió como un buzón y creí morirme, eso si que era dolor, sus manos no le habían dado tiempo a coordinarse bien para parar el golpe, comiéndose sin poderlo evitar aquella madera vieja que habitaba en aquel lugar.
Pero ohhh dios, tenía unas piernas preciosas, su falda se subió unos centímetros, y pude contemplar lo firmes y bien formadas que eran, se levanto como pudo, me miro, la mire, y ambos nos acercamos mutuamente, para preguntarnos como estábamos.
Entonces mi música volvió a sonar, acaricie sus manos con las mías y le invite a irnos de aquel lugar, salimos sin despedirnos de nadie, la subí en mi coche y la lleve hasta mi casa, durante el camino no dejamos de mirarnos, casi nos estampamos con un camión, pero no importaba estabamos juntos.
Llegamos a casa y como dos desesperados empezamos a quitarnos la ropa, yo me deshice de mi camisa, de mis pantalones, de mi camiseta interior de tirantes, de mis calzoncillos de medio muslo, pero cuando intente quitarme los zapatos, plafff, ostión contra el suelo, parecía tenerlos enganchados, como pude sentado en el suelo inicie una lucha contra ellos, hasta lograr vencerlos.
Mientras me levantaba del suelo, la observe, se había quitado la camisa, la falda y ahora mostraba su enorme belleza, tenía un pecho abundante, firme, tentador, eso me hizo recordar mi otra canción favorita " ohh happy day" era genial, sus piernas eran preciosas, largas, bien formadas y su cuerpo un sin fin de curvas donde perderse.
Se quito el sujetador y esas curvas se hicieron planas, aquel abundante pecho quedo en nada, pero no importaba no podía ser perfecta, algún pequeño defecto tenía que tener, siguió desnudándose, mientras yo, atónito la miraba con deseo, bajo sus braguitas blancas y Madre mía, aquello si que era un bosque natural, nadie en su vida había cortado su largos pinos, pero eso no iba a reprimir a un aventurero como yo, aunque eso me echo algo para atrás, pero mi deseo era más fuerte.
Mi cacharrillo de mear apuntaba al cielo de habitación y entonces ella se arrodillo ante mí, mmmm lo acaricio de arriba abajo, con sus femeninas manos, con sus uñas pintadas de un rojo sangre, mientras que acercaba sus labios a mi falo y levemente lo succionaba, siiii, que gustazo mi caja de la música cambio la versión por " molaaa mazoooo" estaba en la gloría, me estaba haciendo la mejor felación de mi vida.
Antes de que me corriera por primera vez, me pidió que la penetrara y así lo hice, aunque ella se empeño en ser ella la que llevara el ritmo cabalgándome, me estire y se la encajo de un golpe en aquel frondoso bosque, pero paso de ser un frondoso bosque a un volcán, el calor que desprendía era inmenso, con tan solo dos embestidas mi aguante no pudo más y me corrí, mientras que ella como una posesa seguía arriba y abajo, galopándome hasta dejarme seco y clavarme sus uñas en mi hombro, las cuales hicieron que se me bajara de golpe, cuando vi que una de ella descansaba encima de mi hombro, leches, eran postizas, aquello vino en un momento inoportuno, pero lo supere, yo la amaba, era perfecta, un par de uñas de plásticos no me desilusionarían.
Así que le propuse hacer la postura del perrito, la coloque a cuatro patas y se la ensarte desde atrás, tenía un enorme y hermoso culo, el cual cachetee varias veces mientras sus gemidos se hacían más notorios, eso me puso bastante y empece un mete-saca intenso, profundo, salvaje, hasta el punto de arañarle la espalda con mis uñas, que por cierto, ya tocaba cortármelas, y a cogerle de su estupenda melena rubia hasta que de un estirón me la lleve y me quede con ella colgando de mi mano, mientras que mis caderas seguían ese mete saca salvaje, la mire detenidamente, y mi disco interior volvió a pegar otro tarallazo, no podía ser, ¿el pelo también?
Ella al ver que mis movimientos se reducían me pregunto que me pasaba, intente disimular y acabar de lo que había empezado, pero me fue imposible, mi mujer perfecta no existía, sus tetas no eran más que la promoción del "woonderbra" o como se diga, sus uñas no eran uñas, su melena rubia no era rubia sino morena, ¿ donde coño estaba la mujer de " los Rosales"?
Como pude acabe aquella faena, mientras ella me decía que quería oír como me corría, como tenía mi mejor orgasmo, no sabéis lo duro que es fingir, ahora entiendo por que las putas te hacen pagar tanto, es que no es para menos. Para no disgustarla empece a gemir y gritar y a decir gilipolleces, hasta que al final fingí mi orgasmo, pero no sirvió de nada ella me descubrió.
Pero lo mejor de todo y lo que me dejo helado fue cuando me dijo:
Bueno cielo son diez mil.