Flavio
Una mujer madura se encapricha del amante de su hija
Fue en verano, ya hace años. Siempre veraneábamos en un pueblo de la costa gallega, allí teníamos una casa, herencia familiar. Mi marido, mi hija, nuestro hijo y yo. Mi esposo alternaba las vacaciones con el trabajo, y a mi hija y a mi, especialmente, nos gustaba ir a la playa, una cala cercana lejos de la masificación de la costa mediterránea.
Los años habían arraigado a nuestros hijos en el pueblo, y ambos tenían sus pandillas de amigos, con los que además de la playa acudían a las verbenas, de la zona y aquellas amistades fueron derivando a noviazgos, a los primeros besos y arrumacos, que mi hija especialmente
conpartia
conmigo ya que teníamos una relación muy cercana y abierta.
Ese año, contaba con 18 años, y yo ya pasaba de los 40. A pesar de ello, mantenía un físico atractivo porque me cuidaba, al punto de que en algunos casos podíamos combinar la ropa. Aunque mi pecho era mayor que el suyo, la diferencia no era considerable, aunque, evidentemente, el suyo mantenía una firmeza propia de los años de juventud, sin que eso significara que el mio había sucumbida a la gravedad, todavía podía presumir del mismo. Ambas hacíamos topless en la cala, donde solo algunos lugareños acudían, y solo cuando acudían amigos de mi hija yo me tapaba, porque me causaba cierto pudor que aquellos chiquillos pudieran comentar mi cuerpo, no asi mi hija, a la que no le importaba en absoluto el pudor..
Flavio era un chico del que ella parecía prendada. Se conocían desde niños y tenían la misma edad, el era apenas unos meses mayor que ella. Moreno, deportista, con ojos castaños, también lo conocíamos en la familia, había pasado muchas tardes y también se había quedado a dormir, ya que era amigo de nuestro hijo. Cuando mi hija me revelo su
interés
por el, mejor dicho, que se gustaban y que el se había declarado,
comprendí
que ese
interés
daría lugar al gran paso de una chica: la primera vez. Hable y aconseje a mi niña lo mejor que pude. Supe por ella que
llo
habían hecho, y que según ella me dijo fue la primera vez para ambos y sin embargo fue maravilloso. Yo me sonreía, pero me alegraba por ella. Por supuesto que Flavio se hizo asiduo en casa, en la playa, en las fiestas, aunque ni su padre ni yo misma transigimos con la idea de que durmieran juntos… la tolerancia tiene un limite…puede que absurdo, claro pero… en realidad era su padre el mas tajante, seguramente si de mi hubiera dependido no
pondría
pegas, total ¿para que?.
Recuerdo que una tarda salimos mi marido y yo. Nuestros hijos estaban con sus amigos. Nos fuimos al pueblo, la teoría era cenar y luego ir a la verbena, pero a mi esposo le llamaron por teléfono, tenia un problema urgente en los servicios
informáticos
que no podía resolver a distancia, tendría que desplazarse directamente a trabajar en los servidores. Estaba acostumbrada, asi que
volví
a casa.
Vi la moto de Flavio, pensé que estarían viendo una película o comiendo algo. En la casa no había nadie en la planta baja, tampoco en la cocina. Por alguna razón, no grite.
Subí
a los dormitorios… y allí pude ver a mi hija, encima de Flavio, desnuda. Las manos de el tocaban sus pechos mientras ella se
movía
y
gemía.
Me oculte, sin saber que hacer y azorada por la escena que acaba de presenciar.
Podía decir algo pero…
volví a mirar, el la agarraba por la cintura y le besaba los pechos y después la boca. Observe como la besaba mientras retorcía sus pezones… vi como convulsionaba al llegar al orgasmo casi simultáneamente al de su amante.
Baje a la cocina, me di cuenta de que la escena me había provocado emociones contradictorias, incluido cierto nivel de excitación.
Abrí
el grifo para tomar un vaso de agua. Entonces sentí un ruido y me gire.
Mirándome
estaba Flavio. Desnudo. Su miembro, flácido después de la descarga que acaba de proporcionar, era considerablemente mayor de lo que yo podía imaginar. Sus manos taparon su miembro viril y vi como su sonrojo
subía
a su cara.
- Hola, no esperábamos que…
- Que estuviera en casa… si ya imagino Flavio…
Se quedo quieto mirándome, No se movía. Estaba muerto de vergüenza. Tenia un cuerpo hermoso, mi hija había sabido elegir,sin duda.
- Sera mejor que marche
- ¿Por qué?¿te avergüenzas de que te vea asi o de tirarte a mi hija?
Ni siquiera me di cuenta de lo que decía… me salió sin mas.
- ¿Quieres un vaso de agua?¿venias a por el no?
- Si
- Bien, ven a tomarlo.
Se quedo parado sin saber que hacer. Yo llene un vaso de agua y se lo
ofrecí.
- Vamos –
insistí
- No creo que me
asute
por ver lo que intentas ocultar. * Ella esta arriba y… * Pero no sabe que estoy aquí. * - No
Quito sus manos y se acerco a mi, su polla ahora ya no estaba flácida…sentí como la lujuria me invadía. Tomo el vaso y lo bebió ante mi. Ahora la nerviosa era yo, y el lo noto. Durante un momento nuestras miradas se cruzaron, y brevemente el miro mi escote.
Enrojecí.
- Creo que es mejor que no se entere –dije
El me miro, terminado el vaso.
- Bueno.
Salio de la cocina sin molestarse en intentar ocultar su erección, y contemple su fabuloso trasero. Mi mojadura era notoria. Tenia el tanga empapado y notaba mis pezones intentando romper el sujetador. Subí a mi habitación. Intente ducharme para olvidar lo visto, pero mi
iaginacion
volaba… mi mano comenzó a acariciar mi sexo, nis pechos…introduje los dedos y me masturbe hasta alcanzar un enorme orgasmo que me hizo derrumbarme en la bañera… permaneci allí dejando caer el agua
sobre
mi cuerpo desnudo, avergonzada.
Esa noche mi marido no acudió. Llamo diciéndome que estaría al menos otro
día
fuera. La mañana amaneció
lumisosa
, no había visto ni a mi hija ni a mi hijo. Baje a la cocina y prepare el desayuno, como siempre. El primero en llegar fue mi hijo seguido de Lucia. Radiante. Mire, pero salvo su alegría adolescente no había ninguna señal…sentí envidia. ¿Flavio se habría atrevido a pasar la noche con ella?.. obviamente, no podía preguntárselo.
- Mama, ¿te importa que Flavio nos acompañe hoy a la playa?
- Eh, no claro.
Iván
¿ tu vas a venir? * No, yo voy a ir con la pandilla, pero a la otra playa.
Iván
andaba detrás de una chica que también veraneaba allí, aunque ignoraba su éxito al respecto.
Desayunamos hablando de cosas intrascendentes. Flavio llego a las 10.30 mas o menos, y Lucia acudió a abrir la puerta y entro en la cocina cogida de la mano de el. Estaba claro que estaba perdidamente enamorada.
- ¿estas lista mama?
- Si… aunque quizás es mejor que
vayáis
solos… no quiero molestar –
sonreí
- * No molesta en absoluto señora – fue Flavio quien hablo. * Claro
mama
, vamos...cambiate y te esperamos. * No se…. * Vamos, ya ves que a Flavio no le importa.
Mire a Flavio, el sonreía, y no sabia como tomarme su sonrisa.
- Bueno,
iré
a cambiarme.
Subí a mi habitación, y saque un bañador completo…me mire… parecía lo que era, una mujer de 43 años. Tome un bikini blanco. Mi cuerpo era estaba moreno por el sol, y el blanco destacaba. No
solía
usarlo, a mi marido no le gustaba porque era demasiado insinuante, según el, ya que cuando se mojaba transparentaba algo. Y no llevaba demasiada tela que digamos. Pero a mi me gusto lo que el espejo me devolvió, note que quería estar especialmente atractiva…que estupidez, ¿a que estaba jugando?.
Pensé en cambiarme otra vez cuando oí
la voz de Lucia llamándome.
- Mama!!
Quería ir…me puse un vestido de tirantes, por encima del bikini
, tome el bolso playero, y baje.
Caminamos hasta la cala
atravesando
un bosque, Lucia y Flavio
cogidos
de la mano. Ella estaba encantadora con su melena morena suelta, su pantaloncito vaquero corto y un top que marcaba su cuerpo. Llevaba un bikini negro, pequeño, y entendía porque Flavio la deseaba.
Hablamos de cosas intrascendentes. Observe el cuerpo de Flavio y vi varias
veces
su mirada sobre mi cuerpo ¿o quizá eran figuraciones
miás
?.
- Vamos a nadar un rato antes de ponernos crema –Lucy se había quitado el pantaloncito y la camiseta, también la parte de arriba del bikini-
- Yo me quedo –dije-
ir vosotros. * Yo tampoco voy – Flavio le dio un beso apretándola contra su cuerpo sin que ella protestara
aunque
me miro, yo
desvié
la mirada. La vimos alejarse * ¿No te pones en topless? * Eh, no, no * ¿Por qué? * Bueno, estas tu… además no debes preguntarme esas cosas. * ¿Por qué no?, de mi ya lo has visto todo –
sonrió * Si, eso es cierto –yo también sonreí * ¿Y no merezco
reciprocidad
? * No seas caradura. Soy la madre de tu novia * Ya…y estas muy bien. * Gracias, pero no quiero seguir con este temita… * ¿Te gusto lo que viste ayer? * Como te digo, no quiero mas de este tema. * Bueno. ¿te importa ponerme crema?
Tome el envase del protector solar, y empece a aplicárselo por la espalda. Tenia la piel tersa,
recorrí
toda la espalda con mi mano…
- Ahora ya sigues tu.
- Si gracias…¿te pongo crema?
Vacile solo un momento. Mire a mi hija en el agua, desde donde
estaba
podía vernos.
- Vamos, no pasa
nada no
te preocupes
Me
tumbe
de espaldas y el empezó a acariciar mi espalda con la crema. Note como acariciaba mis costados…como soltaba el bikini…
realmente
sus manos se movían hábilmente. Rozo mis pechos…no dije nada…pronto note como acariciaban mis piernas, como subían a mis muslos.Imagine su erección y me excite. De repente note sus manos en mis nalgas…le deje tocarme el trasero…era suficiente
- Para por favor.. eres su novio y yo podría ser tu madre.
- Pero no lo eres.
- Dejalo, por favor.
En ese momento, llego Lucy, su llegada fue providencial. Ese
día
no paso nada mas, salvo que llego mi marido, había solucionado el incidente y se le ocurrió que podíamos ir al cine los cuatro. Lucia pidió permiso para invitar a Flavio, mi marido no puso objeción alguna, yo solo una leve resistencia, “no creo que se lo pase bien con los padres de su novia”. Pero mi marido insistió, dijo ·”mejor, asi charlo con el y luego vamos a cenar”.
Fuimos a la sesión de las diez de la noche. El cine del pueblo no estaba muy concurrido. Para la ocasión, tanto Lucia como yo
vestiamos
unos vestidos ligeros y cortos, propios del verano. Cuando nos sentamos, Flavio y yo coincidimos en las butacas vecinas. A mi lado derecho tenia a mi marido, a mi izquierdo, a Flavio, a Lucia y a mi hijo. Flavio no había dicho nada y su comportamiento por la tarde fue perfecto.
La peli era un tostón. Y además, oscura, gran parte de la trama
sucedía
de noche.Note la mano de Flavio sobre la
miá
en la butaca, fue accidental, sin embargo, no la retire,
ek
si la retiro al rato para posarla en mi muslo desnudo. Durante un momento se la sujete…pero solo un momento.
Sentí como me lo acariciaba… debía estar loco… mi marido estaba allí, y su novia…sentí como
subía hacia mi braguita…la sentí mojada mientras el acariciaba con un dedo por encima…
- Tengo que ir al lavabo –le dije a mi esposo. Y
Salí.
Llegue a los lavabos, nerviosa y excitada. Flavio no venia detrás…desee que lo hubiera hecho. Entre en uno de los baños... ¿Qué estas haciendo
Inés
?... me quite el tanga y volví a la sala de cine. Me
senté
y disimuladamente entregue el tanga a Flavio.
Pronto tuve a su mano, a sus dedos, jugando con mi coño empapado.. Me costaba mucho trabajo no gemir.
Deseaba
corresponderle, pero no podía. No me atrevía.
Finalmente, cada uno volvió a su casa, yo con una tremenda excitación de la que disfruto mi marido, que me amo como quiso esa noche… sin saber que no era el el deseado.
Por la mañana,
cmo
siempre después de desayunar, propuse a mi hija ir a la cala, pero dijo que tenia planes con Flavio. Fui sola. Mi marido decidió quedarse en casa. Atravesé el bosque, cuando llegue a la playa vi una figura conocida. Era Flavio. Estaba en la arena,en bañador.
- Pensé
que habías quedado con Lucia. * Después
de lo de ayer, solo pienso en ti. He venido a por ti. * Flavio * Desnudate para mi. Por favor. * Flavio * Por favor.
Mire
alrededor. No
había nadie. Pero podía llegar cualquier en cualquier momento. Le tome de la mano.
- Yo también te deseo. Pero aquí no puede ser.
- Desnudate para mi. Ahora.
- No, Falvio. No insistas.
Estaba negando mi propio deseo, pero prevalecía el sentido común. Lo que había sucedido en el cine no podía repetirse. Para evitar complicaciones, me marche a casa. Mi marido no estaba, y Lucia estaría buscando a su “novio” sin sospechar la realidad.
No obstante no podía dejar de pensar en el… en su polla dura, fuerte, en su culo perfecto, su piel, su cuerpo atlético… Dios, como lo deseaba…tome el teléfono móvil y marque el numero de Flavio. ¿Qué estaba haciendo?
- ¿si?
- Hola, soy yo…
- ¿
Inés
? No sabia que tenias mi numero * Tengo los números de todos los amigos de Lucia. * Mejhas
dejado plantado. * No habíamos quedado asi que no puedo dejarte plantado…yo.. te deseo. * Y yo a ti. * No se si comprendes que esto no esta bien. * No veo nada malo…me muero de ganas de besarte. * ¿Sabes donde esta el pazo abandonado? * Si. * Allí
no suele pasar gente, hay un sendero que conduce hasta las antiguas caballerizas. * Hemos estado allí. * Te esperare allí… si quieres…ahora. * Si.
Salí
de casa con la misma indumentaria. Solo tenia que caminar un poco en vez de hacia la playa por un sendero que se adentraba en el bosque seiscientos metros, allí estaba el antiguo Pazo de Couto. Nadie pasaba por allí. Era un buen lugar para poder hablar a solas. Sin levantar sospechas.
Me acerque al edificio de las caballerizas, en su interior había yerbajos,, cartones. La luz entraba por unos lucernarios. En su tiempo fue imponente.
Sentí
los pasos de Flavio cuando se acerco. Me miro desde el umbral de la puerta.
- Eres preciosa.
- Flavio…
- Espero no decepcionarte… no tengo mucha experiencia.
- No, Flavio, creo que es mejor hablar primero y…
- Si quisieras hablar podíamos hacerlo en la playa..-se fue acercando, y me llego su maravilloso olor.
- Flavio… podía ser tu madre ¿no lo ves?
- No lo eres –se quito la camiseta, y puso mi mano en su pecho- creo que te gusta…
- Si… -sus labios y los
míos
se unieron, nuestras lenguas se buscaron, sus manos empezaron a tocar mi culo y eso termino de excitarme…
Bese su pecho, desabotone su pantalón de baño, el venia de la playa aun, y su rabo quedo a la vista…
Seguí
besándolo, mi mano empezó a jugar con sus
testículos. Mi
lengua rodeo su pene, lo empezó a recorrer hasta su prepucio…
oí
sus suspiros ¿se correría rápido?, mi boca recibió aquel musculo
cálido
y firme, empece a trabajarlo como hacia mucho que no se lo trabajaba al que ahora era un marido cornudo..
Variaba
deliberadamente la velocidad y retorcía su rabo con mi mano, eso incremento su placer y sus gemidos. No se cuanto duro, pero de repente una explosión de leche sacudió mi boca, la
escupí
fuera con disimulo, sin tragarla…el gemía. satisfecho, de pie…mi lengua recorrió su cuerpo en sentido inverso, volviendo a su pecho…
gimió
cuando bese sus pezones.
Retrocedí
…me preguntaba cual seria el aguante de aquel joven. Lentamente, me quite el vestido y el bikini, me tumbe en el suelo, abierta hacia el, tocándome… el se reclino sobre mi…
comenzo
a besarme los pechos…
gemí
, sin disimularlo…sorprendentemente, su polla se puso nuevamente dura…se acoplo y me penetro…le dije que tuviera calma… que lo hiciera sin prisa…nos besamos y sentí como poco a poco me la
metía
y me la sacaba mientras le repetía que siguiera de esa forma… estaba empapada… de golpe su polla entro en mi hasta incrustar sus huevazos…grite de gusto y el comenzó a darme fuerte, le
pedí
que siguiera que no parara…me estuvo follando un rato, besándome, mordiendo mis pechos… los dos explotamos prácticamente juntos en un enorme orgasmo lleno de placer, de lujuria…nos tumbamos uno al lado del otro…Yo tome su mano y la puse en mi coño, nos masturbamos.. Decidí enseñarle que puede hacer una autentica mujer, monte sobre el y use mi coño para apretar su polla, retorciéndome,.. gimió descontrolado mientras se volvía a vaciar sobre mi.
Su mano hacia maravillas, le enseñe a apreciar mi
clítoris
… a
comer
mis pezones...volví a
comérsela.
..pero no deje que se corriera, se la puse dura y le ofrecí. mi culo cuando en una pausa y entre besos me confeso que no había penetrado el culo de Lucy...
decidí
ser la primera al menos en eso… le enseñe a lubricarlo y
sentí
como su poder me penetraba y como el gemía. de placer...el dolor que
sentí
se mezclo con la maravillosa
sensación
de ser tomada por primera vez por aquel macho joven.
Cada uno
volvió
a casa por su lado. Repetimos los encuentros aquel verano. Varias veces, y hoy, años
después
, sigue siendo la mejor experiencia sexual de mi vida.