Flashes

Flashes de cómo acabamos teniendo uno de esos polvos que recuerdas toda tu vida, de esos que te hacen sentirte vivo.

Mujer viva, Noche nuestra

Me desperté ruborizado, había tenido un sueño muy vívido, algo que era realmente raro en mí. Todavía tenía las últimas imágenes en mi cabeza: ella aparecía recostada sobre la cama, apoyada sobre sus brazos, con el torso desnudo mientras mi cabeza se levantaba y se acercaba con decisión hacia sus pechos.

Por supuesto, fue en este momento, y no en otro, cuando el destino decidió que era un buen momento para despertarme. Tardaría un tiempo en asimilar que mi precipitada desilusión no estaba justificada.

Me desperté sin apenas abrir los ojos, el despertador no había sonado y apenas había luz en la habitación. Todo hacía pensar que el mismo sueño era el responsable de que recobrara la consciencia. Por supuesto, me quedé congelado cuando noté una mano recorrer mi muslo.

  • ¿Ya no te acuerdas de mí? - me susurró una voz al oído.

Entonces toda la noche me empezó a venir a la mente: la cena, la fiesta, los LP, la escalera, la puerta, el hall... ¡Joder! Las últimas imágenes vinieron aún más rápidamente, sin que pudiera terminar de procesar todo lo que había pasado. ¡El salón!, ¡la cocina! ¡la cama! ¡el suelo de aquella pequeña habitación!

De LP Indies

"Tienes que oirlos". Sí, en efecto, es una de esas frases que decimos de carrerilla, no pensamos en cada palabra de la misma porque la frase es, en la práctica, una palabra propia. Pero me pierdo... ¿Cómo seguía la conversación? ¡Ah! ¡Sí!

  • ¿Tanto te gustan?

  • ¡Claro! Tengo hasta su último LP

  • Wow, ¿tienes un tocadiscos? Los tocadiscos me pueden, sé que no suenan mejor que un CD, pero hay algo en ellos. Tienen la misma magia que el pasar de las hojas de un libro o que el tacto de las teclas de un piano. Uno de verdad, ¿eh? Nada de esas cosas modernas.

  • Ven, te lo enseño

  • ¡¿Ahora?!

  • ¿Acaso tienes algo mejor que hacer?

La miré fijamente a los ojos y la abracé, mis labios casi rozaron los suyos al hacerlo.

  • ¡Llévame! - dije mientras me separaba.

Se rió. Nos pusimos en marcha. Me dirigía a su casa mientras mi brazo aún envolvía buena parte de su cintura, ella reciprocó el gesto. Una parte de mí de verdad quería escuchar el álbum, una más grande quería empezar a follar en cuanto la aguja tocara el disco.

33 1/3

  • ¿Sabes ya lo que vas a hacer? - dijo sosteniendo el brazo mecánico con sus dedos.

  • Sé cómo empezar

Me miró desafiante y soltó la pieza. La aguja empezó su breve caída y yo me lancé a por ella. No quería seguir viendola con aquella camisa blanca cuando la canción empezara. La aguja cayó con ese sonido típico que hace, se oía ya el ruido blanco.

No tardé en alcanzar la pared y no me paré cuando lo hice. Puse mi boca en su cuello y actué como si de algún modo su cuello fuera a darme la vida. Mientras, yo desabotonaba con rapidez aquellos botones y ella me quitaba la camiseta. Tras acabar con el último botón aparté mi boca de su cuello y dejé mis labios a una milésima de los suyos. Podía sentir su respiración agitada y ella podía sentir la mía. Nos miramos a los ojos y tiré con fuerza de su camisa hacia abajo, no apartó su mirada de la mía y eso me puso realmente cachondo.

Nos quedamos así, con los torsos desnudos, las miradas cruzadas, y los labios mínimamente separados. Sabíamos que el final de la estática y el comienzo de la primera pista marcaría el momento.

Un Feminismo Feliz

  • Túmbate - me ordenó.

  • Vamos a ver si así sigues usando tanto tu lengua.

Dijo sarcásticamente mientras se sentaba a horcajadas sobre mi cabeza. Tras ello, me agarró la cabeza del pelo y empezó a follarse con mi boca y mi lengua. Movía su desarrollado culo y muslos con ritmo, enérgicamente, golpeándome una y otra vez con ellos. Me costaba respirar, pero, por supuesto, eso solo aumentaba mi deseo. Acabé agarrándola el culo con ambas manos, ayudándola a mantener el ritmo que ella imponía.

Como espero que el lector comprenda, no tardé mucho en perder la noción del tiempo en aquella situación. No obstante, todavía recuerdo bien el final de aquella escena. Tras ese período del que no guardo memorias, recuerdo cómo empezaron a contraerse todos sus músculos. Me apretó con fuerza entre sus piernas al mismo tiempo que intentaba levantar su cuerpo. No obstante, mis manos agarraban su culo y pude bajarla de nuevo a mi boca. Moví mi lengua rápidamente buscando su clítoris, en el cual me concentré hasta que sus últimos gritos quedaran ahogados. Quedé empapado.

45 dB

Jadeábamos con fuerza cuando sonaron 3 golpes. Alguien llamaba a la puerta. Nos miramos con incredulidad mientras el hombre empezó a hablar: bla bla bla ruido bla bla bla policía bla bla bla. Nos costó mucho contenernos la risa. Estábamos en una posición perfecta, ella tumbada, yo tumbado sobre ella, así podíamos ver con claridad como llenábamos con fuerza nuestros pulmones: estábamos vivos, nos sentíamos vivos.

Por supuesto, un vecino disgustado no sería suficiente como para que dejáramos estar una tensión que se había estado acumulando durante tanto tiempo.

De hecho, me pareció un gran momento para jugar. La miré a los ojos mientras empecé mi descenso a su pecho izquierdo, quería que comprendiera lo que iba a suceder. En cuanto llegué a él, empecé a jugar con su areola, a lo cuál reaccionó mordiéndose el labio.

Viendo que a pesar de todo, ella conseguía contenerse los gemidos, decidí subir la dificultad. Empecé a jugar también con su pezón duro, incluso con mis dientes, y llegué también a introducir esa teta izquierda en mi boca. Tras lo cual succioné con fuerza mientras jugaba con mi lengua.

Estaba claro que no me iba a poner fácil ganar, así que acerqué mi mano a su boca. Ella entendió rápidamente el gesto e introdujo mis dedos en ella. Esa boquita me quitaba el aliento, su sonrisa imperecedera y sus gruesos labios eran los ingredientes perfectos para una mamada de récord. La forma en la que me chupó los dedos me lo recordó con fuerza. No obstante, retiré mis dedos tras unos pocos segundos, pues los iba a necesitar para dar un último jaque a su endiablada defensa.

Bajé mi mano lentamente, con la palma acariciando todo su costado desde su hombro hasta su muslo. Al llegar al muslo, la miré a los ojos y todavía con su pezón en mi boca acerqué mi mano a su mojado coño. Vi como cerraba los ojos. No sabía si conseguiría ganar la partida, pero tenía claro que no le iba a ser nada fácil ahora.

Como Animales

Ella estaba a cuatro patas y yo la penetraba con furia. Cada embestida la dábamos como si estuviéramos luchando y ese fuera a ser nuestro movimiento final. Follábamos sin contemplaciones, como animales, mi miembro la empalaba una y otra vez mientras ella llevaba mis manos a sus grandes pechos.

No sé cuanto tiempo estuvimos así, pero fue el suficiente para que su coño se contrajera con fuerza sobre mí.

  • ¡Sigue!

  • ¡No pares!

  • ¡No pares!

Aceleré aún más hasta que su orgasmo acabó.

Sorpresa

Por suerte para mí, conseguí evitar mi propio orgasmo. Lo que no sabía es lo que me hubiera perdido de haberlo tenido en aquel momento.

Estaba recuperando el aliento aún cuándo se separó de mí bruscamente, se levantó y se acercó a mi oído.

  • No vas a resistir esto - me susurró.

Acto seguido me empujó contra la cama tumbándome. Se sentó sobre mí haciendo gala de su cuerpo. Pensaba que no podría apartar la mirada de sus tetas, pero eso fue subestimarla.

Echó su cuerpo hacia atrás enseñándome todo su coño y agarró mi miembro con su mano. No tardó en acercárselo, en restregarlo con su coño para acabar mentiéndosela por el culo con decisión.

Mi cara fue un poema, no podía creer lo que acababa de pasar. Se acababa de ensartar el culo con la única lubricación que ella misma había dejado sobre mí.

No esperó a empezar a cabalgarme, al principio lentamente, permitiendo que sus músculos se dilataran, pero poco más tarde empezaría a cabalgarme como una auténtica amazonas.

Llevaba un ritmo brutal, cuando me hizo pasar el punto de no retorno. Sin pensármelo dos veces la agarré la espalda y me la llevé a mí, tomando las riendas y reventéndola el culo en un mete y saca que acabó haciéndome explotar en sus profundidades.

Tenía razón, no pude resistir aquello.

Primer relato que publico, enviadme comentarios si os ha gustado y queréis más.

Dedicado a la mujer de los LPs.