Fisting (Follar con los puños)

Como una mujer descubre el placer que es el de recibir un su intimidad un puño completo hasta el antebrazo, y aprende a gozar a concho con ello.

Mi primera vez fue con Ginger, y me siento bastante culpable de eso.

Soy una mujer casada y muy satisfecha de la vida sexual con mi marido.

Sin embargo, lo largo de estos cinco años, se me ha hecho imperioso el también tener sexo con otra mujer, ya que solo así puedo conservar mi cordura, haciendo el amor lesbiano de vez en cuando ya que me acostumbré así desde niña.

Recuerdo bien cuando sucedió. Don estaba trabajando en su oficina, y mi nueva amiga Ginger estaba conmigo en la casa. Yo había hecho amistad con Ginger, una esbelta, sensual y preciosa rubia, en el supermercado hace mas de dos meses atrás.

Congeniamos muy rápidamente y pronto nos dimos cuenta de que ambas teníamos gustos y aficiones muy parecidas, por lo que no pasó mucho tiempo sin que nos sintiéramos muy atraidas mutuamente, y sin pensarlo mas, nos embarcamos en un tórrido y apasionado romance.

Hoy habiamos estado haciendo el amor toda la mañana., y ahora todavía estabamos en ese estado en que aun no nos habíamos saciado de hacer ese delicioso amor con nuestros apasionados cuerpos.

Yo estaba sentada al borde de la piscina, y Ginger comenzó a hacerme las locuras ya habituales. Muy pronto ellla me sacó el calzón del bikini y empezó a comerme la concha, mientras yo abría mis piernas colgando por el borde, en tanto el sol me calentaba todo el cuerpo mientras mis piernas dentro del agua tiritaban del placer.

El estar haciendo el amor al aire libre y al exterior, me excitaba el doble que antes, sentía como escurrian los jugos dentro de mi sexo. Los deditos de Ginger estaban enterrados entre mis labios refregando mi clítoris, mientras ella me metía su rica lenguita primero por el culo y finalmente la hundía en mi palpitante conchita.

Ella me hundió allí los expertos dedos de su mano, primero uno, enseguida dos, luego tres y finalmente los cuatro juntos. Estaba refregándolos allí, masturbándome de tal modo como nunca antes me lo habian hecho. Ella sabía muy bien como llevarme a un climax maravilloso, trabajando con sus dedos dentro de mi conchita y con su avezada lengua pulsándome el clítoris.

Cuando comencé a acabar, ella se puso rigida, dejando que el espasmo convulsionara mi cuerpo, mientras apretaba su lengua en mi clítoris, y me metía los dedos fuertemente por ese magnífico instante, y enseguida comenzaba a masturbarme denuevo, provocándo mas delicias todavía.

« OH, DIOS, GINGER » supliqué, « MÉTEME TUS DEDOS A FONDO EN MI COÑO. SIIII .....¡SIIII,  !ESO ES !, ¡¡¡OH SIIIII, ¡¡¡ESTOY ACABAAAAAAANDO ! ! ! ! ! !,

¡¡¡¡¡¡NO PARES POR FAVOR ! ! ! ! ! , ¡¡¡¡¡POR FAVOR NO PARES ! ! ! !, ¡¡¡¡CÓMEME EL COÑO ! ! ! !, CÓMEME HASTA QUE ACABE, ¡¡¡RICA ! ! !, ¡¡¡AMOROSA ! ! AY, AY, AY, AY, ¡¡¡ QUÉ RIIIIIICO ! ! ! AY, ¡¡¡ACABÉ ! ! !

Estaba tan caliente, que casi estoy segura que los vecinos oyeron todo, pero nada me importaba, Todo lo que deseaba era tener sus dedos y su lengua hundidos fuertemente en pleno vaiven dentro de mi, llevandome al mas afiebrado de los climax.

Yo continué empujando hacia abajo, mas y mas fuerte sobre su deliciosa mano, mientras ella juntaba sus dedos y me masturbaba con ellos, bombeando poderosamente dentro y fuera de mí, como un maravilloso pene gigante.

Y en un intante sucedió lo que yo creía imposible. Ginger hizo fuerzas contra mí, al mismo tiempo que yo empujaba frenéticamente mi pelvis contra su mano, y sin imaginarlo antes, su puño entero se deslizó, entrando por completo en mi coño hasta la muñeca y aún mas adentro. Yo me estremecí del inenarrable placer que me causaba, dándome cuenta solo entonces de lo que me habia sucedido . Sentía que mi cuerpo estaba completamente lleno, una delicia maravillosa que jamás había sentido antes,

Había oido hablar del fisting, pero jamás lo había experimentado antes y por supuesto así tan impensado, y si lo había imaginado, simplemete lo había pensado como algo que sería indudablemente doloroso mas allá de lo imaginable.

Por un muy breve instante esperé que el dolor me abrumara, pero no hubo nada de eso, no hubo dolor alguno, sino una sensación indescriptible la que me estremece solo de recodarla.

Me moví experimentando un enorme placer, y Ginger empezó a bombearme el coño con su puño entero dentro de mi, y entonces me volví loca de un placer monstruoso y comencé a gritar y a moverme frenéticamente, completamente enjenada :

! ! ! AY, AY, AY GINGER, TESORO MIO, TU PUÑO ESTA ENTERO DENTRO DE MI ¡¡¡, ¡¡¡SIIIII ! !, ! ! ! SIII¡¡¡, ¡¡¡FÓLLAME CON ESE PUÑITO¡¡¡¡, ¡¡¡REFRÍEGALO FUERTE Y ADENTRO ! ! ! Y ¡¡¡¡¡MÁÁÁÁMAME EL CLITORIS TAMBIÉN, RIQUIIIIIIIIIISIMA MIA¡¡¡. ! ! !ACÁBO¡¡¡, ! ! ! ESTOY ACABANDO¡¡¡, ! ! ! QUE DELICIA¡¡¡, AMOR MIO¡¡¡, MÁS, MÁÁÁÁÁS, MUCHO MÁAÁÁÁSSSSSSS¡¡¡¡

La experta lengua de Ginger estaba azotandome el clítoris como loca, y yo no pude aguantar mas, debo haber acabado por lo menos una docena de veces, mientras su precioso puñito salía y entraba por mi vibrante coñito , y seguí asi por tan largo rato, que casi no me dí cuenta cuando mi marido Don llegaba, y apenas tuve tiempo de colocarme el bikini y volver a respirar regularmente, cuando fui a saludarlo a su regreso a casa.

Seguramente Don se preguntaba porqué esa noche yo no estaba particularmente interesada en tener sexo. Por un instante pensé en contarle que era porque yo había estado toda la tarde gozando como loca con el puño de Ginger. Pero la lógica me dijo que Don no me entendería en absoluto. Y Ginger y yo, continuamos con nuestro delicioso juego tan maravilloso por unos meses mas, hasta que se mudó muy lejos.

Al cabo de poco tiempo, yo soñaba por ser poseida por el puño de Don, pero pensaba que sus manos eran muy grandes para mi apretada y golosa conchita. Ginger me había pedido que yo la poseyera así a ella, y probamos de hacerlo por lo menos con una media docena de lubricantes diferentes, pero mis manos eran mas grandes que las de ella y aunque logré que le entraran cuatro de mis dedos juntos, no alcancé nunca a pasar mas allá de eso, sin que el dolor la abrumara y rehusara a seguir jugando tan duro.

Por entonces Don y yo estábamos dedicados a probar y experimentar con el sexo anal, y eso fue suficiente para calmar decididamente por un tiempo mi entusiasmo sexual.

Pronto descubri que sentía bastante mas placer sexual al tener su gordote pene en mi ano, de lo que gozaba teniendo el amorosísimo puñito de Ginger en mi sexo, y por lo que talvez fué cuatro o cinco meses, estuve demasiado ocupada con el placer de tener el gran pene de Don entrando y saliendo de mi gozador ano, para llegar a pensar en las otras delicias de un sexo muy duro.

Una vez que me acostumbré, podía recibirlo muy fácilmente por mi goloso ano, y él me buscaba en cada instante del día y de la noche, y como me exigía que jamás llevara calzones, me levantaba la falda, y procedía a enchufarme sin mas ni mas, con solo mis jugos por lubricante, yo recibía dentro de mi ano ese gordo miembro tan exquisito, enloquecida por el placer que me causaba,

Recuerdo una tarde en que me encontrtaba lavando los platos y de repente sentí las fuertes manos de Don en mi trasero, y yo ya bien sabía lo que me esperaba.

Afirmé con fuerza mis manos en el lavaplatos y abrí mis piernas lo mas posible. Como de costumbre, Don no había lubricado su pene y al calentarme yo violentamente, me lubriqué de inmediato, por lo que me lo metió fácilmente en mi palpitante ano. Gemí con gran delicia doblándome sobre el mueble, empujando fuertemente mi trasero contra su vientre, tratando que su miembro me entrara lo mas al fondo posible.

Arrebatadas por el enorme placer, mis piernas se puesieron muy débiles y sentí como cedían ante los contínuos climax que esa maravillosa penetración me causaba,

por lo que giré mi cabeza y Don me depositó gradualmente en cuatro pies sobre el piso de la cocina, sin dejar un solo momento de penetrarme profundamente con su pene en pleno vaivén.

Allí sobre ese piso, él me continuó follando al mas puro estilo de los perritos, Arrebatada por el placer, hice saltar los botones de mi blusa, de modo que pudiera jugar con los pezones de mis oscilantes senos, que bailaban al compás de la penetración, y yo le pedía a gritos que me poseyera mucho mas duro y mas al fondo.

! ! ! ! Oh Don, tu pene me entra tan duro en mi ano, que puedo sentir tus enormes y duras bolazas golpeándo mi clítoris ! ! , ! ! ! SI, SI¡¡¡, ! ! ASÍ¡¡¡ ! ! ! !HAZMELO POR EL CULO¡¡¡, ! ! !OH,OH,OH¡¡¡¡,  ! ! SI,SI,SI, POR MI CULITO, DON MIO¡¡¡, ! ! !QUIERO QUE ME LLENES EL CULO CON TU SEMEN¡¡¡, ! !ASI,LO QUIERO¡¡¡¡¡, Mmmmmm,

! ! !AZÓTAME EL CULO¡¡¡, ! ! ! SUELTA TU SEMEN AQUÍ¡¡¡, NO PARES JAMÁS DE EMBUTIR TU PIJA EN MI CULO¡¡¡, ! ! ! QUIERO TU PENE AQUÍ SIEMPRE¡¡¡, ESTOY ACABANDO AHORA¡¡¡¡, SI,SI,SI,, ! ! ! y SIENTO TU CALIDO SEMEN ENTRÁNDO EN MI ALMA¡¡¡, ENCHÚFAME, ENCHúFAME, ESTOY ACABANDO, TAAAAAN RIIICO¡¡¡ ¡¡¡MASSSS ! ! ! MASSS ¡¡¡ MAAAS, AY AY AY, OH OH OH ¡¡¡¡¡

Una vez que que yo me hube enviciado de ser poseida así, no habia nada que yo no pudiera hacer por Don. Yo hubiera hecho el strip tease para él, me hubiera podido masturabar para él, en fin, cualquier cosa que le agradara sexualmente.

Pero todavía me daba vueltas de vez en cuando la idea de si sería capaz de recibir su puño en mi coño, del mismo modo como habia recibido el de Ginger.

Yo deseaba cada vez mas que me metiera el puño en mi coño y a la vez su pija en mi ano, ambos de tamaño fabuloso juntos a la vez.

Finalmente me llegó la ocasión. Estábamos pasando un weekend en las montañas,. Y habíamos hecho el amor tantas veces que ya Don no era capaz de tener mas erecciones por el momento. Sin embargo, el me tenía tan caliente que yo no podia parar, por lo que le pedí que curvándose sobre mí, me lamiera la conchita hasta que que su lengua se le paralizara. En ese momento él me estaba masturbando la concha con tres de sus dedos, y cuando su lengua se paralizó y ya no fué capaz de llevarme a otro climax mas, le supliqué que me introdujera el cuarto dedo también.

« Quiero que me llenes mi coño, con tu todo puño entero, y lo entres hasta la muñeca le dije, enloquecida. », «  « Hagámos ahora la prueba, amor mio, insití. » « Apreta todos tus dedos juntos, y prueba si me los puedes meter así » . Bueno, la mano de Don era sin duda bastante mas grande que el puñito de Ginger. Don trató de metérmelo como le había dicho, pero solo lo pudo hacer hasta los nudillos. Entonces le dije que los mantuviera así fuerte contra mi puerta trasera y que yo me iba a ocupar de ello.

El hizo como le había indicado. Yo empujé mi pelvis repetidamente hacia adelante y atrás con todos los dedos de Don llevándome al paroxismo, mientras mi coñito se ponía mas y mas resbaloso con tanto jugo del amor.

Mientras tanto yo me pellizcaba los pèzones enloquecida de pasión. Acabé tres veces así, pero estaba muy frustrada ya que quería obsesionadamente tener el puño de Don entero dentro de mí, y su brazo hasta la muñeca.

Por eso yo empujaba delitrante mi sexo hacia él y de repente sentí que algo cedía dentro de mi y se abría el camino para cumplir con mi loco anhelo, y luego sentí como el brazo de Don se me introducía tan profundo, que me entraba hasta la mitad de su muñeca, y lo mejor era que no sentía dolor alguno.

«  Oh, Dios Mío, que sensación mas fantástica », Créanme amigas mías. « , « Si Uds. nunca han tenido dentro de vuestro coño, el delicioso puño peludo de un hombre como mi Don, Uds. no han vivido nada » En ese instante yo estaba sumergida en un maravilloso y delirante ensueño sexual.

Don ya no me estaba haciendo gozar con su lengua, sino que deslizaba velozmente su tremendo puño adentro y afuera de mi palpitante coño, mientras con su otra mano se ayudaba para entrarme su tiesa y deliciosa pija dentro de mi insaciable ano, cosa que casi me enjena completamente, ya que aunque sabía que me estaba prácticamente rompìendo mis esfínteres, lo que me estaba doliendo de frentón, la delicia que me causaba, hacía que nada me importara.

Jamás había sido tan totalmente follada en mi vida, y si había otra cosa que yo hubiese querido tener en ese momento, era poder engullir a fondo otro pene, de manera que todos mis orificios amatorios estuvieran dándome placer, pero ahora Don me lo estaba dando intensamnte y de sobra, por mi raja y por mi siempre goloso culo.

« Tu brazo es como el pene mas gigante, le dije » ! ! ! !Se siente maravilloso¡¡¡¡, ! ! ! HAZME TU PUTA CALIENTE¡¡¡, ! ! ! SOY LA PUTA CON EL COÑO MAS GRANDE,DEL MUNDO¡¡¡, ! ! ! SI, SI,SI, Y SE LO ESTA FOLLANDO TU PUÑO ENTERITO¡¡¡, Mmmmmmmm, ! ! ! SI,SI,SI, METEME EL PUÑO EN MI COÑO¡¡¡¡, ! ! ! TÍRATE A LA PUTA DE TU MUJER MAS DURO¡¡¡, PUEDES SENTIR AHORA COMO ESTÁ DE RESBALOSO MI COÑO. ? ? ?, ! ! !PUEDES SENTIR COMO ME RESBALA EL JUGO ENTRE LAS PIERNAS¡¡¡, ! ! ! ! !Y SOBRE TU PUÑO¡¡¡. ! ! ! HAZMELO, PERO HÁZMELO MUY DURO, ASÍ ASIÍ ASÍÍÍÍÍ¡¡¡, ! ! ! MASSSS¡¡¡, ! ! ! MAAAASSSS¡¡¡, ! !AY¡¡, ! !.AY¡¡, ! !AY, ! ! ! ESTOY ACABANDO DENUEVO¡¡¡ AY, AY¡¡

Y exploté abrumadoramente, acabando como una loca, llena del abundante semen de su pija y del poderoso y abrumador puño de Don.

Despues de eso, ya nada fue igual en adelante. Nunca he podido saciarme de ser follada con el puño. Pero la mejor parte es que, a diferencia de su pene, el puño de Don, jamás se cansa,

Y así, ahora tenemos la mas perfecta de las relaciones.