Final sin Retorno 05
El haber fallado en las pruebas anteriores me obligan a sufrir las terribles consecuencias que ello conlleva, de la mano de la implacable Susana. Tal vez este fatal castigo sea la forma de liberarme de todos los celos que aún guardo... o ¿aún faltará más?
_Mira esta es una terapia diferente, está compuesta por dos partes, una de premio y castigo y la otra de shock; ahora primero estableceremos la primera etapa en la cual vamos a realizar esta primera semana un taller pequeño. Durante estas semanas no quiero que ustedes tengan sexo de ninguna forma, aunque está permitido que puedan tener charlas calientes o jugueteos entre ustedes, pero no podrán tener ningún tipo de contacto sexual directo ni entre ustedes ni tú solo Esteban, no podrás hacerte ni una paja; esto es sumamente importante de aquí en adelante por lo que si no te crees capaz de aguantarlo, mejor lo dices aquí y arreglamos algo.
_Pero ¿cuantos días?
_No lo sé eso dependerá de ti, primero será durante una semana entera, el sábado pueden volver a tener relaciones pero con una condición, que bajo ningún concepto podrá existir un episodio de celos durante esa semana, absolutamente nada por más pequeño que sea, con lo cual tu premio será poder realmente disfrutar con tu esposa el sábado, y de esta manera iniciar nuevamente la semana.
_Claro que sí, yo seré completamente honesto con ella y conmigo mismo. ¿Por qué no hacerlo?
_No creo que puedas contarme eso... - dijo mi esposa ante mi mirada de estupor- Aunque no dudo de tu sinceridad, estoy prácticamente segura que no podrás pasar sin hacerte al menos una paja durante una semana y mucho menos con lo de la escena de celos.
_Dame un poco de confianza mujer... Crees acaso que no pueda controlarme.
_No es eso, pero creo que sí. Tú eres tremendamente impulsivo en ciertas cosas y creo que si te falta el sexo no creo puedas soportarlo mucho tiempo y aunque es solo una semana, creo que no lo conseguirás.
_Pero tampoco es que voy por el mundo como un mono haciéndome una paja en cada esquina. Sé que puedo controlarme, además no creo que mi abstinencia tenga mucho que ver, es más para que no estemos juntos ¿verdad?
_No, no lo es Esteban, el conjunto del tratamiento es completo y esa parte en especial es sumamente importante ya que al no recibir ningún estímulo placentero durante la semana lo interiorices y asumas que solamente podrás desahogarte cuando no te dejes llevar por tus sentimientos de celos y finalmente logres desecharlos de tu vida. Creo que debes afrontarlo y es mejor ahora, sé que es muy difícil no tocarte durante ese tiempo y podrías tener algún tipo de recaída, por lo que es mejor aplicar una medida de protección.
_¿De qué estás hablando? - pregunté con ansiedad.
_Mira Esteban, me refería a esto - dijo Susana al tiempo que sacaba de su escritorio un candado de castidad para hombres, que al menos alguna vez había visto alguno- este es un método muy moderno aunque la idea es bastante antigua.
_¿Pero quieres decir que me tengo que poner esa cosa? - dije con total mirada de angustia - eso debe doler terriblemente.
_No lo tomes así, si no es tan malo – dijo Susana tratando de calmarme, aunque con poca eficacia - aparte este es un dispositivo que se abre electrónicamente y por tanto no tiene candado o cualquier otra cosa de metal, de manera que creo que es muy cómodo... claro que yo nunca lo he usado.
_No, no no... No es una buena idea Susana, ese es un aparato medieval - realmente esa cosa me había asustado, de lo poco que sabía de aquellos dichosos aparatos, causaban molestia y dolor a quienes lo utilizaban - Creo que podamos encontrar otra forma... Yo no pienso utilizar eso...
_Esteban, ¿tú me puedes asegurar que el sábado le dirás a ciencia cierta y con total honestidad a tu esposa que durante la semana ni tan solo una vez, ni siquiera por tentación te tocaste durante un momento, que incluso cuando en las mañanas te despiertas y obviamente tu pene está erecto no has caído en tentación de tocarte unos pocos segundos?
_Hagamos una prueba, -dijo Susana - dime, ¿en los últimos quince días te has hecho al menos una paja?
_No podía decirlo, me recordaba una paja pero fue el sábado de hace un mes, pero solo un momento y ni siquiera me corrí.
_Préstame tu teléfono un momento, veamos el historial de navegación y veamos si encontramos algo de porno que hayas visto durante las últimas dos semanas y así sabremos que si al menos has visto algo en tu teléfono estoy segura que no te habrás quedado sin siquiera tocarte por encima del pantalón.
_Mi corazón se congeló, claro que había visto porno y creo que incluso me la había meneado durante unos minutos viendo alguna escena, pero claro no es algo que generalmente le cuentas a tu esposa. Estaba perdido, pero justo cuando iba a dar a Susana mi teléfono intervino Cristina.
_Creo que no hace falta ver eso verdad Esteban... - dijo mi esposa, con toda la dulzura que ella era capaz, me estaba salvando de la vergüenza de pasar por mentiroso y lujurioso - Creo que como hombre a veces no es algo que puedas controlar, pero considero que puedes aceptar usar el aparatito al menos por unos días y probarlo. ¿Cierto?
_Si... de acuerdo… - dije finalmente abatido, ambas sabían que contenía mi teléfono y no habría forma de negarlo. – pero solo lo hago por ti.
_Pero no se adelanten, aún falta algo que deben considerar y esto se refiere a ti Cristina. Durante esta primera semana necesito que tú tomes otro tipo de actitud, necesito algo que realmente me ayude a que Esteban deje atrás todo el tema de celos, pero claro solamente como un tema de fantasía pero necesito que le pongas muchas ganas e imaginación.
_Pero ¿a qué te refieres? - preguntó Cristina - No te entiendo que quieres que haga.
_Pues quiero que te inventes algo, tal vez una historia, sucesos que te hayan pasado antes de casarte, no sé… alguna situación que puedas contar a tu esposo pero que te haya pasado con alguien más o que quisieras que sucediera, ya depende de ti.
_O sea... algo inventado... - dijo mi esposa, con cara de sorpresa -
_Si... puede ser algo inventado, pero que pueda picar los celos de tu esposo y que lo obligue a controlar su enojo. Claro está que si no lo logra, tendrá su castigo y el sábado no deberás liberarlo de la prisión a la que está sometido su pene, pero como tú no eres quien está sufriendo aquel castigo, Esteban podrá hacerte sexo oral para que puedas calmar en algo la semana, pero estoy segura que a ti no te va a gustar Esteban; con todo ahí se lo dejo a los dos para que lo resuelvan, lo que si debe quedar claro es que si no controlas tus celos no tendrás ningún disfrute... y apenas y deberás complacer a tu esposa para que ella no deba soportar la abstinencia por tu culpa. Por cierto, debes estar consciente Esteban, que si tienes más de dos fallos en el siguiente mes, la terapia deberá ser mucho más agresiva y tendremos que buscar otros métodos para que puedas aprender a controlar tus emociones; todo depende de ti.
_Trague saliva con todo lo que estaban diciendo, ya que estaba por seguir adelante, pero como se presentaban las cosas esto realmente iba a estar muy fuerte en el momento que tenga que controlarme con tanta presión.
_Salimos de la consulta, yo creo que con algo de temor de todo lo que vayamos a pasar en cambio Cristina la miraba muy ansiosa e incluso algo excitada. No comprendía muy bien el por qué, pero efectivamente en la misma noche del lunes íbamos a continuar con este tan singular tratamiento.
_Tan pronto regresamos a casa, nuestra vida siguió sin inmutarse hasta llegada la noche; no habíamos tocado el tema a pesar que estuvimos de acuerdo en proseguir con la terapia. Mientras estaba en la cama esperando a que mi esposa saliera del baño, pensaba en lo duro que debía ser llevar ese aparato, no me di cuenta que la parte más dura sería la que dependía de mi esposa.
_De repente salió del baño con un negligé transparente tremendamente sugerente y atrevido. Lo había usado en algunas ocasiones y en todas era clara su intención de hacerme volver loco de gusto.
_Guaaau... - dije a mi esposa mientras ella se contoneaba para llegar junto a mí.
_Esta va a ser una despedida mi amor... no creas que vamos a romper siempre las reglas...
Me dijo mientras cual leona tras su presa gateaba en nuestra cama dirigiéndose a mi lado. De un salto final, Cristina se subió a horcajadas encima de mí, apoyando su tierno culito en mis caderas. Al tiempo aproveché para sobar sus hermosos senos y con mis dedos jalar suavemente esos pezones que me llevaban loco. Pronto estuve desnudo y con mi esposa bien empalada a mi verga, cabalgando y sacudiendo su trasero mientras mi verga la perforaba hasta lo más profundo de su ser.
Cristina me estaba follando a conciencia, no me dejó en ningún momento cambiar de posición, ella monto sobre mi verga hasta que estuvo a punto de explotar y cuando justo estaba a punto del orgasmo se bajó de mi cuerpo y con ayuda de sus manos y boca terminó el trabajo que había empezado, tragando toda la leche que le podía brindar y dejándome completamente seco y exhausto.
_Ya que estás desahogado y muy limpito... - dijo Cristina mientras yo aún estaba mirando al techo de nuestro cuarto, recuperando el aire tras el orgasmo conseguido - ahora si podré ponerte esto...
Cuando pude ver nuevamente, mi esposa estaba intentando colocarme el candado de castidad en mi verga. No podía ni debía hacer nada, tiré mi cabeza atrás y me resigné, estaba decidido a soportar esta nueva prueba, debía ser fuerte para tolerar llevarlo puesto ya que por mi propia mano había decidido que debía liberarme de estos celos enfermizos que me estaban llevando por el mal camino.
Un minuto después los intentos de Cristina dieron frutos y pudo sellar el candado que ahora era completamente electrónico y estaba gobernado desde el teléfono de mi esposa que con una aplicación podía controlar todas las funciones que tenía; que de verdad me parecieron pocas pero tremendamente inquietantes. Podía abrir y cerrar el candado a distancia e inclusive tenía una función que le permitía apretar ligeramente mi verga con un solo click en su teléfono.
_Listo... mi amor ¿Te aprieta mucho?
_No... Pero me siento muy extraño.
_Claro que debe ser, supongo lo debes sentir muy muy raro.
_Todo sea para mejorar... - dije finalmente cuando mi verga estaba encarcelada y mi resignación a esta condición empezaba a florecer-